Kitsune no pasu

Otra bella mañana en Kimitri, los jóvenes adolecentes tomando su ruta a clase caminan con una sonrisa tarareando una alegre canción, claro que en el caso de Zoro era diferente.

—Para ser un humano tienes una energía muy llamativa y sabrosa, puedo sentirlo… ¡debe ser mío! –Decía un feo espíritu dirigiéndose hacia Zoro.
—Piénsalo dos veces –Le dijo el pelirrubio agitando un dedo y liberando una llamarada de fuego azul que quema al espíritu maligno por completo.
—¡Ah acabado con él sin esfuerzo alguno! –Decía otro espíritu maligno presente en el lugar de espectador.
—No vale la pena arriesgarse por esto, yo me largo –Decía otro cumpliendo con su cometido de huida y siendo seguido por el resto también.
—Estos espíritus empiezan a molestarme muy habitualmente, seguro que debe ser obra de aquel demonio que Mininao menciono –Pensó Zoro en su mente.

Habiendo tomado el pelirrubio un camino un tanto vacio de gente, continúo avanzando hasta de repente sentir algo, Zoro se dio vuelta y miro fijamente hacia donde venia aquella sensación de “presencia”, su vista se enfocaba en un árbol pero ciertamente no veía a nadie y aquella sensación había desaparecido rápidamente.

—¿Habrá sido mi imaginación? –Se pregunto a sí mismo.

Siguiendo su camino a clase, alejadose de allí, aquel árbol del cual Zoro observo y pareció “captar” la presencia de alguien, sale de allí oculta una joven de cabello celeste con uniforme escolar quien miraba a Zoro con cierto asombro.


Llegado al salón de clase, el profesor capta la atención de todos con un aviso importante.

—Su atención estudiante, inesperadamente parece que tenemos a otra nueva estudiante en el instituto –Decía el profesor.
—¿Otra estudiante más? –Murmuraba un estudiante.
—Mientras sea linda, a mi no me importa que este aquí –Decía otro estudiante.
—Adelante joven, no sea tímida y pase al salón –Le decía el profesor a la nueva estudiante.

Aquella estudiante era la misma que se había ocultado tras del árbol que Zoro “sospechaba”, su bello cabello celeste y ojos del mismo color cautivaron a los masculinos estudiantes del salón.

—¡Es bellísima! –Murmuraba uno en voz alta.
—¡Es un ángel que cayó del cielo! –Exclamo otro estudiante.
—¡Es una diosa entre las diosas! – Insinuaba otro más.
—Por favor en silencio, dejen a la joven presentarse –Les dijo el profesor a todos callándoles.
—H-hola… me llamo Hikari Ibu… mucho gusto –Se presenta la joven con cierto tono de timidez.

Su timidez fue otra característica que hizo que los varones del salón se enamorasen más de ella.

—Por favor busca una siento para comenzar la clase –Ordeno el profesor a Hikari.
—S-si –Contesto ella tímidamente.

Buscando un lugar para ocupar, se dirigió al fondo en donde se encontró cara a cara con Zoro.

—Es… el –Decía la joven en su mente mirando al pelirrubio con anhelo —Esto… disculpa –Le hablo ella a Zoro.
—¿Si? –Contesto Zoro.
—¿P-puedo… tomar el asiento libre… de tu derecha? –Pregunto ella tímidamente.
—Haz lo que quieras –Le respondió Zoro.
—G-gracias –Dijo ella sonriéndole con timidez y sentándose a su lado.
—Otra chica que se sienta al lado de ese antisocial –Murmuro un estudiante.
—Ese rarito me está empezando a molestar –Insinuaba otro.

La joven sin llamar la atención miraba a Zoro con asombro, en cuanto Zoro parecía enfocar su vista a ella, la tímida chica rápidamente cambiaba su vista al frente del pizarrón quedando con la cara ruborizada, Rita Amaratsu desde su lugar parecía ver a la chica nueva del salón con unos ojos inquietos y sospechoso.
En el receso, todos fueron a almorzar como de costumbre en el patio del instituto, Zoro como siempre se le daba por comer solo con su bento hecho en casa, pero desde la llegada de la tal Rita siempre le hacía compañía.

—Mmm… ese miso esta delicioso –Decía la joven de cabello naranja disfrutando de su bento.
—En serio deberías comer con personas normales –Le dijo Zoro.
—Pero hacerlo sería aburrido, prefiero juntarme con gente interesante como tu –Comento ella.

En ese momento la nueva estudiante se acerco a los dos.

—D-disculpen –Dijo ella con su tímida voz captando la atencion del dúo.
—¿Necesita algo? –Pregunto la joven Rita a Hikari.
—¿Puedo… acompañarles?... –Pregunto ella.
—Oh, ¿quieres almorzar juntos con nosotros?, por supuesto, cuanto más mejor –Dijo ella haciendo un lugar para Hikari.
—Genial, lo que necesitaba, mas compañía –Pensó sarcásticamente Zoro muy frustrado con su rutina solitaria arruinada.

Después de clases el joven Zoro se dirigía como de costumbre a casa, Rita pegándose a él intenta establecer algo de comunicación amistosa con el chico.

—Deberías pensarlo –Dijo ella.
—¿Sobre qué? –Pregunto Zoro.
—Sobre lo de ayer –Contesto la joven.
—Ya te dije que no me interesa ser exorcista –Dijo Zoro.
—Si te interesa el dinero, se gana bastante eliminando malos espíritus y demonios, además de que haces una obra de bien –Decía ella.
—No soy codicioso, además no se me da bien ser muy solidario –Contesto el pelirrubio.
—Oh que mala suerte –Dijo ella sonriendo —Al menos valió la pena hacer el intento de convencerte –Comento ella alegremente.

Mientras a unas cuantas distancia a espaldas de ambos, la joven Hikari parecía seguirles.

—Bueno hasta aquí llego yo, tengo trabajo de medio tiempo –Decía la joven Rita.
—Deberías mantener tu trabajo en secreto, incluyéndome a mi –Contesto Zoro siguiendo su camino e ignorando a la chica de cabello naranja quien toma otro camino en su rumbo.

Pasando por una plaza en donde yacía un santuario, Zoro se percato de una sensación cerca de dicho lugar, además de estar muy desolado, miro para todas partes notando una figura oscura muy rápida moverse hacia un árbol.

—¿Por qué no sales y das la cara de una vez?, esto me aburre bastante –Le dijo Zoro a aquel que se ocultaba tras un árbol.

Tras oír a Zoro, sale del árbol al descubierto una criatura humanoide oscura como una sombra del tamaño de un adulto promedio, su cara parecía una máscara blanca con tres huecos que representaban los ojos y la nariz (no poseía boca o oídos) y para alarmar las cosas en su mano izquierdo tenía un cuchillo manchado de sangre seca.

—¿Puedes verme humano? –Le pregunto la criatura a Zoro.
—Tu… no eres un espíritu, eres un demonio –Le dijo el pelirrubio —Ahora lo recuerdo de un libro, eres un Ayakashi conocido como “Kao-Kage” –Dijo Zoro

[KAO-KAGE: Viene del juego de palabras “Kao no nai Kage” que significa literalmente “Sombra sin cara” dado por el aspecto del demonio, es otro ser que me invente por un juego de palabras en japonés].

—Pillas mi curiosidad humano, tu sangre parece estar fresca, siento deseos de probarla –Decía la criatura lamiendo la sangre seca del cuchillo con una negra lengua salir de su “cara blanca”.
—Había escuchado en las noticias sobre esta zona donde “alguien sin identificar” apuñalaba a personas que veían solos a este santuario, supongo que debe ser obra tuya –Deducía Zoro.
—No puedo evitar querer probarla y bañarme con ella… preciosa sangre –Decía la criatura acercándose a Zoro.

Justo en frente del pelirrubio amaga su cuchillo dirigiéndolo hacia su corazón, pero el chico hábilmente detiene su intento de apuñalarle agarrándole del brazo izquierdo y llegando hasta su mano donde le preciosa con fuerza haciendo que soltara el arma blanca, Zoro le da un fuerte puñetazo a la criatura haciéndola retroceder unos cuantos metros atrás.

—Si te vas ahora y no regresas, pasare de alto lo de recien –Dijo Zoro con una seria cara amenazante.
—Jejeje estúpido humano, deberías saber que nosotros los “Kao-Kage” no estamos solo –Dijo la criatura levantándose del suelo con una risa malvada de confiado.

Enseguida 5 “Kao-Kage” aparecieron atrás del primero al cual Zoro confronto, cada uno de ellos poseía un cuchillo idéntico con sangre fresca en ellas, el Akayashi que Zoro desarmo inmediatamente hace aparecer como por obra de magia su cuchillo nuevamente en sus manos.

—Este chico además de poder vernos tiene una increíble energía espiritual muy suculenta –Decía uno de los demonios.
—Después de terminar con su sangre, démonos un festín con su energía espiritual –Decía otro de ellos.
—Estúpidos Ayakashi, los demonios como ustedes a pesar de ser una amenaza más fuerte que los meros espíritus con los que me enfrento, para mi ustedes 6 no son más que simples segundos que desperdiciar de mi vida –Decía Zoro haciendo aparecer una flama azul de su mano derecha.
—¡Apuñálenlo! –Exclamaban los demonios atacandole con sed de sangre.

Zoro de un respiro agita su mano desplegando una intenta llamarada de fuego azul dirigido directamente hacia los 6 “Kao-Kage”.

—¡Arde… siento como todo mi cuerpo comenzara a desaparecer! –Decía una de las criaturas sufriendo ante las azules llamas que quemaban primero su abdomen subiendo hasta finalmente calcinar todo su cuerpo y quedar ni siquiera polvo en el aire.
—Los Ayakashi sí que son unos verdaderos bobos, dejándose llevar confiados por sus instintos –Pensaba Zoro ante lo ocurrido.
—¡Te apuñalare! –Exclamo una voz siendo un séptimo Kao Kage que ataca a Zoro por la retaguardia.

El pelirrubio dándose vuelta rápidamente para atacarle primero, la criatura salta con el filo de su arma blanca apuntándole, pero antes de que las llamas azules de Zoro actuaran, de la nada surge un pequeño rayo que golpea al demonio acabando con el por completo como lo harían sus llamas azules.

—¿Quién habrá hecho eso? –Se preguntaba Zoro corriendo en dirección de donde vino dicho ataque.

Situándose en el lugar de donde pudo haber venido tal rayo, noto una figura con cabello celeste retirándose del lugar con una velocidad sobrehumana.

—¿Podría ser…? –Se preguntaba a medio el pelirrubio.

En un terreno baldío, ubicado atrás de un enorme cartel con un mensaje de “zona en construcción”, una joven de cabello celeste estaña sentado mirando el suelo deprimidamente, dicha joven era nada más y menos que la nueva estudiante transferida de hoy; Hikari Ibu.

—¿Me habrá visto? –Se preguntaba ella —Tengo miedo… ¿llegaría el a odiarme tanto por lo que soy realmente? –Se preguntaba en su mente reflexionando perdidamente en ello.
—Agradezco tu ayuda, aunque honestamente podía haberlo hecho solo –Dijo una voz masculina dirigida a ella.

Hikari voltea su mirada hacia la persona quien le hablaba, al percatarse de que era Zoro inmediatamente se sonroja.

—¿Q-que haces aquí? –Pregunto ella mirando para otro lado con su típica timidez.
—Solo a agradecerte, es todo –Contesto el pelirrubio.
—E-entiendo… disculpa, tengo que irme… –Decía ella levantándose del suelo.

Antes de que Hikari pudiera irse Zoro toma de su brazo deteniéndola, la joven reacciona sonrojándose aun mas.

—Tu… no eres humana, ¿verdad? –Le pregunto Zoro.

Ella no parecía responder, quizás por su timidez o el miedo de intentar decir algo al respecto con ese tema.

—Lo que hiciste antes podría decirse que eres una persona con un nato poder espiritual pero… tengo la corazonada de que no lo eres realmente, ¿verdad? –Explico Zoro seriamente.
—Así es… no soy humana –Dijo ella.
—¿Eres una demoniza? –Pregunto Zoro.
—Básicamente… si –Respondió ella.
—Tu energia espiritual es positiva, no pareces ser una Ayakashi, ¿acaso eres una…? –Pregunto Zoro a medias.
—Si… soy una Youkai –Contesto la joven de cabello celeste —Ahora que lo sabes… ¿qué piensas de mí? –Pregunto ella a punto de derramar una lágrima.
—Nada malo si es lo que piensas –Contesto Zoro.

La respuesta de Zoro quito enseguida la deprimentica actitud de la joven.

—A pesar de no ser un humano… ¿no tienes miedo o… resentimiento hacia mí? –Pregunto ella de espalda.
—¿Por qué tendría que tenerme o guardarte algún resentimiento? –Pregunto Zoro —Seas un espíritu, Ayakashi o Youkai no sentiría algo como eso al menos que tuviera una razón lógica –Explico honestamente el pelirrubio.
—Oh… gracias –Dijo ella mostrando una sonrisa.
—¿Por qué agradecerme?, solo dije la verdad –Comento Zoro.
—Lo sé… y por ello te estoy agradecida –Dijo ella mirando tímidamente con la cabeza baja.
—Como sea, tengo cosas que hacer antes de que “algo” vuelve a frustrarme el día –Dijo Zoro despidiéndose de Hikari —A propósito; me agrada tu nombre, Hikari; significa luz en japonés, ¿no? –Dice el pelirrubio haciendo que ella se ruborizada mas.

Despidiéndose, el joven pelirrubio en su camino hablo más pronto de lo esperado cuando estaba cerca de llegar a casa mas espíritus malignos se le aparecieron de por medio

—¿Es en serio?... que mas da –Decía Zoro haciendo aparecer una flama azul en un dedo de su mano derecha.

Mientras tanto la joven de cabello celeste de nombre Hikari seguía en el mismo lugar sentada en el suelo sin quitar esa cálida sonrisa de su rostro.

—No fue mala idea… venir aquí –Pensó ella.

Desde una distancia segura y en lo alto de una torre de agua de un edificio, la joven Rita Amaratsu, observa detenidamente a Hikari con unos binoculares.

—Una Youkai, ¿eh? –Decía ella muy emocionada -Las cosas sí que se pusieron interesante –Pensó ella al instante ante la situación.

“Ayakashi y Youkai; demonios que han convivido por milenios entre las distinguidas países orientales de nuestro mundo, ramas demoniacas caracterizadas por su karma espirital (negativo y positivo) la energia espiritual negativa radica en los Ayakashi mientras que la energia espiritual positiva en los Youkai. Cada rama demoniaca guarda sus aspectos y caracteres personales, yo en personal guardo una parte de la rama Youkai… una de la cual no me siento orgulloso y odio haber adquirido”.

Mientras tanto en lo profundo de un bosque de Kimitri…
El viento soplaba sobre unos árboles, unas fuertes pisadas se escuchan no pareciendo ser la de un animal que habitara en tal lugar, pues una presencia perturbaba el paisaje con una repugnante energía negativa, una enorme figura monstruosa, corpulenta y sosteniendo un arma cuya pesa parecía equivaler a toneladas siente la brisa del aire provenir de cierta dirección.

—¿Qué es esta energía? –Se pregunto la figura monstruosa —Huele a humano y Youkai a la vez –Decía la criatura mirando el rumbo en que el viento se mueve.
Continuara…


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Zoro despertando a la mañana como de costumbre para ir al instituto, se percata de que su despertado no había sonado a la hora correcta o mejor dicho no había sonado.

—¡Demonios!, ¡voy a llegar tarde! –Pensó frustrado de ello —¿Pero porque el despertador no sonó?, eso es extraño –Se decía a sí mismo.

Justo en ese momento en la entrada de su cuarto se percato de que había un espíritu vestido de blanco con una mirada y risa maniática, el joven mirándole de frente se pone de mal humor.

—¡Largo aquí! –Grito el pelirrubio mostrando ojos asesinos al espíritu.

La reacción del ser espiritual fue un susto seguido de una rápida retirada.

—Maldito espíritu, estoy seguro de que es el responsable de que el reloj no sonara –Decía Zoro vistiéndose rápido el uniforme escolar —Tengo tan solo 10 minutos para llegar a clase –Decía mirando el reloj a cada rato.

Se vistió tan rápido, cargo sus utensilios escolares y se dirigió con una velocidad inhumana hacia el instituto. En el camino Zoro no pudo evitar ver a un grupo de “Kao-Kage” dirigiéndose hacia un punto exacto.

—Esos demonios… ¿por qué se dirigen al “bosque Fairy”? –Se pregunto el pelirrubio percibiendo un mal augurio.

[BOSQUE FAIRY; Nombre dado al único bosque que hay en Kimitri]


Llegado al instituto Zoro se ubica en su lugar como siempre.

—Buenos días… Zoro –Le saludo la joven Hikari con tal timidez.
—Buenos días –Contesto el pelirrubio haciendo que ella se sonrojara.
—Oye, ¿no te olvidad de saludar a alguien más? –Dijo le tal Rita quien estaba a su izquierda.
—Sí, si lo que digas; buenos días –Saludo Zoro de mala gana.

Como de costumbre Zoro no podía evitar escuchar con sus agudas orejas lo que decían los demás, anqué por fortuna parece que hoy el joven pelirrubio no era el tema de interés.

—¿Escucharon la noticia sobre el “bosque Fairy”? –Dijo una estudiante.
—¿Hablas de la desaparición de aquella joven? –Responde otra estudiante.
—Sí, dicen que es la 4 esta semana, empiezan a insinuar que ese bosque esta maldito –Decía la estudiante que comenzó la charla.
—¿Maldito?, que miedo… -Contesto aquella que escuchaba con un escalofrió en el cuerpo.
—Se comenta que las flores del bosque últimamente comenzaron a secarse, a causa de tal maldición –Contaba la tal estudiante.
—No quisiera entrar allí… ¡nunca! –Respondió su compañera asustada aun más.

Zoro de solo escuchar aquellos comentarios se puso a pensar sobre ello.

—Esas desapariciones… ¿podría guardar relación con aquellos Ayakashi que se dirigían al bosque? –Pensaba el pelirrubio con el fin de deducir algo.

A la hora del receso en donde todos comen su almuerzo, Zoro para su mala fortuna no pudo traer un bento hoy.

—Ese maldito espíritu, por su culpa no tuve tiempo de preparar mi bento –Decía frustradamente el pelirrubio.
—D-disculpa Zoro –Dijo la bella Hikari para captar su atención.
—¿Eh?, ¿sucede algo? –Pregunto Zoro formalmente.
—Bueno… ¿me preguntaba si… quisieras comer de mi bento conmigo? –Dijo ella mostrando su gran bento hecho como para tres personas.
—¿No sería de mucha molestia? –Pregunto el pelirrubio.
—N-no claro que no, por favor… insisto –Contesto ella convenciéndole con una amable sonrisa.
—Prometo compensártelo –Dijo el pelirrubio.
—No es necesario, me agrada comer el almuerzo contigo… ¡como compañeros de clase por supuesto! –Dijo Hikari lo último con cierto aire de nervios.

Rita a unos metros veía al dúo comer juntos.

—Oh que mal y yo que quería compartir de mi bento con él –Decía la joven frustrada pero sin quitar esa sonrisa de su rostro.

De repente una ráfaga de aire sopla incómodamente sobre el instituto, la sensación que Rita siente al sentir el aire es una preocupante, no era el único puesto que Zoro también se percato de ello e inclusive Hikari.

—¿Qué fue eso? –Preguntaba la dama de cabello celeste sintiendo confusión.

Al salir de clase Hikari sintió tanto deseo de caminar a casa acompañado de Zoro, pero para su mala suerte no parecia dar con él.

—¿Zoro? –Decía ella buscándole por todas partes en el instituto.
—¿Buscas a Zoro?, parece que tenía prisa y se fue corriendo –Dijo la amable Rita a Hikari.
—Ya veo… –Contesto ella deprimida.

Rita con una mirada preocupante centro su vista en dirección de donde había venido tal soplido de viento repentino.
Mientras tanto Zoro apresurado se dirigió a aquel punto donde vio al grupo de “Kao-Kage” dirigirse al bosque.

—Aquí es… –Decía el pelirrubio con total seguridad.

Repentinamente un soplido de aire llega desde tal dirección rosando en la cara de Zoro, el joven con el sentir del viento en su cara podría sentir además una rara y oscura sensación.

—La misma sensación en el viento que la de hoy en la academia –Pensó el pelirrubio sospechosamente.
—¿Qué crees que haces aquí? –Le pregunto alguien a Zoro.

El joven dándose vuelta vio que se trataba de un gato negro.

—¿Qué haces aquí Mininao? –Pregunto Zoro al gato.
—Es lo que yo te pregunto a ti –Contesto el gato.

El gato toma forma humana siendo el mismo chico “Mininao” con el que Zoro había charlado aquel día en el baño (Ver capitulo 2).

—Puedo sentir una sensación oscura en el aire, parece venir del bosque –Dijo Zoro.
—¿Recuerdas al demonio que te comente el otro día? –Pregunto Mininao.
—¿El mismo demonio que provoca un movimiento pertubante espiritual por esta zona? –Contesto Zoro con otra pregunta.
—El mismo, según los rumores dicen que habita en el bosque Fairy –Dijo Mininao.
—¿No se supone que el bosque es un lugar sagrado?, debería haber una especie de barrera que le protegiera de la energía negativa –Dedujo el pelirrubio.
—Cierto pero de alguna manera este demonio se las arreglo para atravesar esa barrera y ahora se ha hecho del bosque su hogar contaminándolo con su propia energia espiritual –Contesto Mininao.
—Sin duda debe ser un Ayakashi problematico, parece que es uno bien fuerte para expandirse de esta manera en un bosque de energia positiva –Decía Zoro pensativo en ello.

Zoro podía ver y sentir aquella energía oscura provenir del bosque dirigiéndose a paso lento por los alrededores de la ciudad en un pequeño porcentaje.

—Así que lo has notado, ciertamente la energía que sale de aquella dirección es la de un Ayakashi, los espíritus como yo temen acercarse a este lugar por miedo de terminar corrompidas por esa energía, tan solo mira a tu alrededor –Le dijo Mininao.

Zoro hecho una vista rápida a su espalda mirando a los alrededores, noto la presencia de pocos espíritus mirando con miedo y preocupación hacia la dirección del bosque.

—No me extraña que estén así, quizás la energía energia que ese Ayakashi libera se la causa del comportamiento de esos “Kao-Kage” –Pensó Zoro.
—Si esto sigue así quien sabe cuántos espíritus podrían caer tentado ante esta energía espiritual muy corrupta –Reitero Mininao.
—(Suspiro)... Supongo que si quiero un poco de tranquilidad tendré que resolver este problema de inmediato –Decía Zoro con un aire de frustración.
—De seguro podras entrar al bosque sin que esa energia te afecta totalmente, ¿lo haras? –Pregunto Mininao.
—Qué más da, entrare de una vez, Mininao hazme el favor de alejarte de aquí, lo menos que quisieras es que terminaras volviendo un espíritu maligno –Le aconsejo Zoro a su amigo espíritu.
—De acuerdo, suerte Zoro –Le desea Mininao retirándose del lugar como su amigo pelirrubio le aconsejo

Zoro sin esperar nada mas, avanza para adentrarse al bosque, justo alguien más llega allí siendo la tal Rita Amaratsu.

—El informe habla de presencia demoniaca en el bosque Fairy; supongo que es mi siguiente misión –Decía ella mirando un mensaje de texto en su celular con instrucciones.

Antes de avanzar es detenido inmediatamente por aquel hombre de nombre Kidao que tenía como características físicas; cabello rosado, traje de oficina, guantes negros en la mano y un parche cubriéndole el ojo izquierdo.

—No será necesario el que intervengas en esta misión –Dijo el hombre tranquilamente.
—Kidao-Senpai, ¿qué ocurre? –Pregunto ella confusa.
—Digamos que alguien más se ha ofrecido de forma solidaria a resolver este problema por ti –Contesto el Senpai de la joven.
—¿Pero quién? –Pregunto ella aun más confusa.
—Para saberlo tendremos que quedarnos aqui y a esperar para saber de quien se trata –Contesto el tal Kidao
—Entiendo… –Respondió la joven Rita preocupada.

Ya muy adentro del bosque Zoro comento a sentir claramente aquella energía espiritual oscura a su alrededor, mirando a su izquierda y derecha podía notar numerosos espíritus corrompidos por la energía observándoles y esperando el momento ideal para lanzarse sobre él.

—Puedo sentir que me estoy adentrando hacia la boca del lobo –Pensó Zoro.

Zoro mira las plantas de a su alrededor, nota el cambio de estas con la energía espiritual negativa que hay en todo lado, las flores se marchitaban, los hojas de los arbustos al igual que algunas de los árbol se secaban, era claro su negativo efecto en el bosque Fairy, para Zoro ver esto era claro él porque creían maldito el lugar, aun así no dejaba de preguntarse él como podría un bosque sagrado corromperse de tal manera por un simple demonio Ayakashi, ciertamente tendría que ser un poderosos demonio quien haya hecho tal cosa.

—Se estan acercando –Decía Zoro en su mente mientras en sus manos hacia aparecer las flamas azules de su poder.

Una horda de espíritus malignos avanzo frenéticamente hacia Zoro con la intención de atacar a matar.

—¡Ya déjenme en paz! –Exclamo Zoro concentrando en ambas manos una intensa flama azul que al juntarlas estalla en una gran ráfaga de llamarada azul que abarca a todo a su alrededor desde una corta distancia a la redonda.

A pesar de que aun quedaban algunos espíritus malignos alrededor, aquella explosión intensa de fuego azul había marcado en el suelo un círculo de dicho color con la misma distancia redonda de la explosión el cual parecía actuar como una barrera sagrada contra los espíritus impidiéndole que se acercaran a Zoro.

—Son muchos, debí haber traído algunas ofuda o un omamori –Pensó precipitadamente el pelirrubio.

[OMAMORI; En la tradición japonesa, un “Omamori” es un amuleto protector que puede protegerte de los malos presagios o espíritus]

—Aunque ya es tarde para lamentarse, si elimino la fuente de la amenaza entonces quizas las cosas se calmaran –Deducía el joven avanzando nuevamente a toda prisa.

Saliendo del círculo que su flamante ataque había hecho, los espíritus malignos nuevamente estaban al asecho persiguiendo a Zoro, su frenesí por energía espíritu convertía al joven pelirrubio en un imán para ellos, Zoro le lanza inminentes ráfagas y bolas llameantes azules los cuales funcionaban perfectamente contra ellos eliminándoles en docenas, pero con la desgracia de que más de ellos aparecieran, el lugar sin duda parecía ser un nido de espiritus malignos.

—¡Demonios esto ya se está poniendo pesado! –Grito Zoro aun atacándoles sin vacilar —Si sigo de esta manera terminare agotándome antes de llegar hasta el responsable de todo esto –Pensó Zoro.

Dejo de atacarlo y se concentro simplemente en correr más rápido, de inmediato Zoro sintió como aquella energía espiritual negativa se hacía mucho más fuerte en frente de él.

—¡Allí está la fuente causante, ya casi llego! –Decía Zoro poniéndole más empello en llegar.

Bajando por un acantilado, el joven llega hasta una parte en donde los espíritus malignos ya no le seguían.

—Ya era hora –Decía el pelirrubio dando un leve suspiro de descanso.

Avanzando a trote lento finalmente Zoro da con aquel demonio que contaminaba el lugar.

—Así que tú eres el responsable después de todo –Dijo Zoro mirando al demonio.

Aquella criatura se presenta ante Zoro era un gigante humanoide que media como tres metros, pelo revuelto, dos pardes largos cuernos, piel color oscuro con filosos rasgos de garras en sus pies y manos, usaba pieles de animales que le cubrían la cintura para abajo, sus ojos eran tan rojo el infierno y en su mano derecha portaba un enorme “Kanabo” que parecía pesar toneladas.
[KANABO; es un báculo de hierro o acero que se utilizaba como arma durante el Japón feudal. Era construido a partir de madera de roble a la cual se le daba un recubrimiento metálico desde el extremo hasta su parte media, además de incorporarle tachuelas metálicas]

http://images2.wikia.nocookie.net/__cb20110423234252/deadliestfiction/images/7/75/Kanabo.jpg​

—¿Qué es esa peste humana? –Decía la criatura mirando a Zoro con ojos asesinos.
—Un Akayashi “Oni” –Dijo Zoro con solo verle de frente.

[ONI; Son aquella criaturas del folclore japonés similares a los ogros de occidente, por aspecto son gigante con cuernos y son mayormente hostiles en especial hacia los humanos a quienes estos seres consideran delicioso]

—Hace tiempo que no me topaba contra un Ayakashi de este nivel –Dijo Zoro mentalmente.
—¿Cómo osa un humano entrar aquí? –Le pregunto la criatura a Zoro.
—Si fuera un humano común y corriente habría muerto quizás por la horda de espíritus malignos que hay alrededor de este bosque, ¿no te parece? –Pregunto Zoro.

La criatura olfateaba a Zoro su aroma parecía incomodarle y repentinamente se enfureció atacándole con su arma, el Kanabo de la criatura golpea fuertemente contra el suelo haciendo temblar el lugar por unos segundos.

—Tuve suerte en esquivar ese golpe, aun si pudiera recuperarme de tal ataque como eso sería muy arriesgado –Decía Zoro ubicado desde un árbol.
—Eres un humano persistente, ¡muere humano! –Exclamaba la criatura atacando nuevamente a Zoro con su arma.

Zoro salta del árbol el cual es destruido inmediatamente al simple contacto del Kanabo, desde el aire el joven pelirrubio lanza una llamara intensa de fuego azul hacia la criatura rodeándole con ellas, las llamas que le quemaban parecían acabarlo poco a poco pero la criatura repentinamente recobra una gran fuerza deshaciéndose de aquellas llamas que le rodeaban, la criatura imponiéndose con un fuerte rugida sintió mas ira ante el joven.

—Sin duda eres un demonio admirable digno de enfrentar –Dijo Zoro sorprendiendo por la resistencia de su rival.
—Ese poder espiritual es inhumano… puedo sentir una energía espiritual positiva viniendo de este humano pero eso es ridículo… ¿quién eres niño? –Pregunto el Oni con una voz seria y grave.
—El que va a restablecer todo el embrollo que armaste en este bosque, te lo aseguro –Contesto Zoro.

El Oni olfateo al pelirrubio una vez más, sintió sospechosas ante una teoría de lo que sería aquel joven que estaba en frente de él.

—Ya veo… de todos seres con los que me topado, es la primera vez después de mucho tiempo el encontrarme con un “Hanyo” –Decía el Oni riéndose malignamente.
Continuara…


[NOTA: La energia espiritual de la historia se presenta de color azul, siendo la energia espiritual positiva de azul claro y la energia espiritual negativa azul oscura].

FORO EMUDESC TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS 2012 =).

—Ya veo… de todos seres con los que me topado, es la primera vez después de mucho tiempo el encontrarme con un “Hanyo” –Decía el Oni riéndose malignamente.

[HANYO: Son llamados así aquellos seres que poseen sangre humana y Youkai lo que los convierte en un hibrido entre dichas razas, un Hanyo puede ser concebido por un Youkai masculino y una mujer humana o al revés (Youkai femenino y un hombre humano), un ser Hanyo nace como humano pero al llegar a cierta edad sus rasgos Youkai comienzan a despertar desarrollando incluso habilidades sobrehumanas y espiritual de su progenitor/a Youkai]

—Hace mucho tiempo que no me llaman de esa manera –Decía Zoro con una leve risa de confiado.
—Seguro que si te devoro me hare más fuerte, si… mas fuerte –Insinuaba la criatura con ansias de comerse al pelirrubio.
—Si tanto tienes hambre, con mucho gusto te daré un festín, ¡servido a grandes temperaturas! –Exclamo el pelirrubio mostrando llamas azules intensas salir de sus manos.


—Que disfrutes de tu banquete –Le dijo Zoro al Oni lanzándole intensas llamaras azules.

Las llamaras de Zoro no parecían afectarle tanto en absoluto, tan pronto las apagaba las heridas que estas dejaban en su cuerpo se curaban inmediatamente.

—Da igual cuanto daño me cause tus patéticas llamas, no puedes vencerme en el lugar que yo predomino –Decía el Oni imponente con un fuerte rugido bestial.

El Oni de inmediato abriendo su boca lanza una especie de gas oscuro directo hacia Zoro, esquivándole fácilmente ve como el efecto del tal gas expulsado de su boca marchitaba tal árbol que era rodeado por esta esencia putrefacto.

—Oh, eso es nuevo, no me percataba nunca de que un Oni pudiera hacer algo como eso –Dijo Zoro elogiando a su oponente.
—Y tu eres la escoria más persistente con el que me haya topado, ¿qué clase de sangre Youkai corre por tu venas?, muchacho… –Decía la criatura mirando con frialdad al joven pelirrubio.
—Odia dar explicaciones, prefiero acabar esto rápido e irme a casa cuanto antes –Contesto el adolecente rubio.

Zoro dando un gran salto concentra una cierta cantidad de energía espiritual manifestándola en intensas flamas desde sus manos con la intención de dar un ataque desde el aire.

—Tecnica Azul; ¡Diluvio Sagrado! –Cita Zoro descargando desde el aire de forma directa hacia el Oni una gran cantidad excesiva de enormes bolas de fuego azules que devastan explosivamente en ritmo de lluvia.

El ataque aéreo de Zoro devasta increíble la zona donde estaba parado el Oni, cualquiera diría que con ese ataque el tal Ayakashi ya estaría hecho polvo pero no siempre es como lo pintan a veces.

—¿Eso es todo Hanyo? –Dijo el Oni mostrándose ante todo el humo con su cuerpo lleno de heridas graves que comenzaban a regenerarse rápidamente.
—¿Cómo es posible que pudiera resistir ese ataque? –Se pregunto Zoro sorprendido de ello.
—Ah mi cuerpo se siente muy bien otra vez –Dijo el demonio recuperando de todas las herida tras ese ataque.
—Mmm… esta sensación… es como si la energía negativa que rodea este lugar hubiera disminuido –Pensó el pelirrubio.
—¡Muere Hanyo! –Dijo el Oni lanzando una ráfaga de su toxina nube negra bucal el cual rodea a Zoro.
—¡Demonios!... –Maldecía el pelirrubio mientras era víctima del venenoso gas oscuro de su rival.
—¡Se acabo Hanyo, yo gane jajajajaja! –Exclamaba el Ayakashi riéndose confiadamente.

Para la sorpresa del Oni, todo el cuerpo de Zoro se vuelve hojas que terminan secándose como el árbol a causa del efecto del tal gas oscuro del demonio.

—¿¡Que!? –Dijo sorprendido el Oni —¡Ese cobarde se atreve a usar una patética técnica para huir!, ¡sal y pelea como un Hanyo de verdad!, ¡cobarde! –Gritaba furioso el Ayakashi en vista de que su intento por eliminarle fallo.

Cerca de un árbol Zoro se aparece allí teniendo una vista perfecta de la retaguardia desprotegido de su rival.

—Que suerte que aprendí esa técnica de “replica” –Pensó el pelirrubio dando un leve suspiro.

[REPLICA; Una técnica basica del tipo ilusorio en el cual el usuario proyecta su misma imagen por medio de algún tipo de objeto (Como por ejemplo hojas en el caso de Zoro) el cual se sostiene por medio de la energía espiritual del que lo manifiesta, este tipo de técnicas se usa para engañar al rival ya sea en batalla para uso ofensivo o de huida].

—Ahora que está con la guardia debo aprovechar el momento –Pensó Zoro al instante listo para dar su siguiente movimiento.

El Oni enseguida comenzó a olfatear, exponiendo una sonrisa malévola al instante levanta su Kanabo para atacar.

—¡Te encontré insecto Hanyo! –Exclamo el Oni dándose vuelta y atacando con su pesado Kanabo al árbol donde estaba situado Zoro.
—¡Demonios!... me encontró por mi olor –Dijo Frustrado saltando del árbol y evitando ser golpeado por el arma de su oponente.
—¡No te escapas escoria! –Gritaba furioso el demonio expulsando más de su toxico gas por la boca.
—¡Ya me canse de ti! –Exclamo el pelirrubio furioso avanzando directamente hacia su oponente con gran velocidad.

Pasando a través del horrible gas toxico del Oni, Zoro cerrando su puño derecho el cual se rodea de llamas azules salta con un directo puñetazo derecho cargado de sus sagradas llamas dirigido hacia el estomago de la criatura, a pesar de que el demonio levanto rápidamente su arma para aplastarle, no fue tan rápido como para evitar ser atravesado por el chico dejándole un enorme agujero llameante en el estomago.

—Con eso debería cansarlo al menos –Pensó Zoro.

De inmediato aquel agujero que tenía el Oni comenzó a cerrarse y a sanarse rápidamente como las heridas del anterior ataque del pelirrubio.

—¡Está ocurriendo otra vez! –Decía Zoro frustrado de solo verlo.
—¡Jajajajaja!, no puedes vencerme en mi territorio –Dijo el demonio riendose confiadamente.

Zoro quien estaba molesto por ello y cerraba los puños con odio, sintió de inmediato una sensación alrededor.

—La energia negativa que rodea este sitio a disminuido nuevamente –Pensó el pelirrubio —Es como si estuviera moviendose por su cuenta y concentrado directo hacia la herida que le hice a ese sujeto –Sintió el joven pensativo de ello.

Zoro meditando de lo que estaba ocurriendo parecía tener una idea de lo que ocurría pero antes de creerlo tenía que comprobarlo, por ello simplemente le lanzo una enorme bola de fuego azul a su rival dándole en el hombro dejándole una herida fatal de quemadura cuyas llamas el Oni quita fácilmente.

—¡Jajaja!, eres necio al seguir atacando con esos patéticas llamas tuyas –Dijo el Ayakashi burlándose de Zoro.

La herida que tenía en el hombro la criatura inmediatamente comenzó a sanarse rápidamente y Zoro volvió a sentir esa sensación.

—¡Lo sabia! –Dijo en su mente —Usa su propia energía espiritual negativa que el extendió al bosque para sanar sus heridas –Dedujo el pelirrubio —Y por cada vez que tome esa energía para regenerarse, su corrupta energia que extendio en el bosque disminuye, je, puedo usar ese factor a mi favor –Planeo el joven sonriendo confiadamente.
—¡Jajajaja!, ¡no puedes vencerme, te aplastare y seguiré gobernando este bosque en mi nombre! –Exclamaba el Oni riéndose como siempre de forma maligna y confiada.
—Je, eso ya lo veremos grandísimo tonto –Contesto Zoro amenazante y confiado.

Zoro de inmediato libera sus rasgos Youkai despertando todo su poder espiritual actual; poseía unas peculiares orejas de zorro doradas, mas uno bigotes y sin olvidar lo más importante; la cola de zorro de pelaje dorado que emergía liberando llamas azules a su alrededor.

—Este poder espiritual… es imposible que tu seas… -Decía el demonio sorprendido sin terminar sus palabras.
—¿Vas a pelear o a balbucear? –Le pregunto Zoro burlándose de él.
—¡Voy a acabar contigo escoria animal! –Respondió el Oni dirigiéndose rápidamente hacia Zoro con su Kanabo en alto.

Llegando a la distancia aproximada, el demonio mueve su arma impactando en el suelo donde Zoro yacía.

—Je, ¿Quién ríe ahora? –Dijo el Ayakashi con orgullo.
—Tu no, porque no veo que lo hagas –Dijo Zoro quien se encontraba a espaldas del demonio.
—¿Cómo es que tu…? –Se preguntaba el Oni sorprendido al ver que su rival se había movido a tal lugar sin que él lo percibiera.
—Como si fuera a dejar que un Ayakashi como tu acabara conmigo –Decía Zoro mirando seriamente a su oponente.
—¡Tu no eres más fuerte que yo! –Decía el Oni moviendo rápidamente su Kanabo nuevamente hacia Zoro.
—De verdad que no entiendes –Dijo Zoro lanzándole una llamarada al brazo del demonio con el cual sostenía el arma.

Las llamas azules de Zoro devoraron fieramente su brazo separándolo de su cuerpo, su mano que sostenía el Kanabo termina cayendo al suelo quedando sin llegar a Zoro a tiempo.

—¡Mi brazo!... miserable –Maldijo el demonio al pelirrubio.

El Oni inmediatamente abrió la boca decidido a atacarle con su fétido gas oscuro pero en el momento preciso en que la abrió Zoro se preparo para su siguiente ataque.

—¿Nunca te dijeron que es mala educación el exaltar tu feo aliento hacia otros? –Le pregunto Zoro lanzándole una llamarada intensa a su boca la cual terminando entrando completamente.

Al contacto nuevamente de las llamas pero esta vez dentro de su boca, el Oni comienza a despesar sus llamas por todos los orificios de la cara.

—¡Este dolor… es el infierno! –Decía el Ayakashi poniendo de rodillas tras el sufrir de ese ataque.

Inmediatamente todo su cuerpo se envuelve en llamas azules producto de aquellas que estaban dentro de este, el Oni comenzaba a desintegrarse por efecto de dicha llamas, cuando de repente ante su cuerpo ardiendo en ellas aun seguía resistiéndose regenerando su cuerpo a pesar de que se volvió cenizas y después nada en el aire.

—¡No pienso caer ante un Hanyo!... es inaceptable… ¡que yo muera aquí! –Exclamaba el Oni regenerando su ardiente cuerpo a pesar de que seguía destruyéndose.
—Eso es, sigue regenerándote –Dijo Zoro con una sonrisa sospechosa.

La energía espiritual negativa que rodeaba al bosque comenzaba a ser succionado por el Oni el cual lo usaba a toda costa para regenerar su cuerpo que se destruía a cada segundo, a pesar de continuar resistiendo las llamas parecían tomar la ventaja más que su rapidez de regeneración.

—¡No… no puedo morir así! –Dijo el demonio usando hasta la última gota de energía corrupta que rodeaba el bosque.
—Está hecho –Dijo Zoro.

Las plantas que estaban cerca parecían de repente cobrar vida, inclusive las flores.

—Toda la energía espiritual negativa cuya corrupción contaminaba al bosque, finalmente ha desaparecido –Le dijo Zoro al Oni —Tu pierdes –Le decía a su rival mostrándole seña de pulgar para abajo.
—No… ¡no puedo morir ante una sabandija como tu! –Decía el demonio regenerándose en vano ante su cuerpo siendo destruido lentamente.
—A pesar de que usaste cada gramo de tu energía con la que corrompiste el bosque para salvar tu cuerpo ante las llamas, me temo que fue insuficiente para lograrlo –Dijo Zoro —Ya lo has usado todo y aun así tu cuerpo aun sigue ardiendo bajo mis llamas, lo único que lograste conseguir es ganar algo de tiempo, morirás de todos modos –Le aseguro el pelirrubio seriamente.
—Jajaja, jamás creí que mi fin llegaría tarde o temprano… al final mi poder no fue suficiente para un Hanyo como tu –Dijo el Oni con dignidad.
—Dime demonio; ¿por qué invadiste este bosque y lo contaminaste de tu energia negativa? –Pregunto Zoro.
—Porque… quería poder, soy un Ayakashi con ambiciones, así como los humanos también, solo aproveche y tome mi oportunidad de ser “alguien reconocido” –Contesto el Oni.
—¿Notas el punto hasta donde te llevo tu ambición? –Le pregunto el pelirrubio con reflexión.
—Da igual tu opinión sobre mí, hice lo que mi propia voluntad me dito, antes de morir quisiera hacerte una pregunta… ¿qué clase de Hanyo eres tu realmente? –Pregunto el demonio como última voluntad antes de morir.
—Como puedes ver soy un mero zorro –Contesto Zoro.
—Con que solo un "mero zorro", ¿eh? –Decía el Oni riéndose —Me cuesta creer que realmente seas esa clase de Youkai… pero que mas da… desde este punto puedo creerlo lo que sea –Dijo lamentándose a sí mismo —Al menos esta batalla será algo que recuerde en el otro mundo, porque nunca olvidare que combatí contra un digno Youkai mítico… –Decía el Ayakashi —Un… Kitsune –Fue la última palabra del demonio siendo todo su cuerpo completamente devorado por las llamas azules convirtiéndolo polvo y al cabo de unos microsegundos nada en el aire.
—Todo acabo –Dijo el pelirrubio con los ojos cerrados y sentándose en el suave piso “descontaminado”.

Enseguida el joven sintió una presencia espiritual acercándose.

—¿Qué?, ¿otro más? –Se pregunto frustrado ante la presencia acercando hacia él.

Un pequeño brillo de luz se aparece frente a Zoro convirtiéndose en un resplandeciente flash intenso de luz, de la cual en ella surge una especie de bella elfa que usaba un atuendo cuyo aspecto parecia proceder de la naturaleza, dicho ser flotaba en el aire como un espíritu irradiando belleza y una leve energia espiritual azul claro (positivo).

—Muchas gracias joven, gracias a usted mi bosque ha sido salvado, estoy eternamente en gratitud –Dijo la bella elfa.
—¿Quién eres tu? –Pregunto Zoro.
—Soy la deidad espiritual que protege el bosque de Fairy, mi nombre es Kohana y soy una “Hogo Erufu” –Dijo la entidad presentándose.

[HOGO ERUFU; Viene del juego de palabras “Hogo shinrin no Erufu” que significa literalmente “Elfa protectora del bosque” haciendo mención de su aspecto y rol].

—Leí ese nombre de alguna parte, eres una Youkai, ¿verdad? –Pregunto el pelirrubio.
—Correcto, soy una Youkai que hizo de este bosque su hogar siglos atrás antes de que los humanos construyeran una ciudad cerca de aquí –Contesto la tal Kohana.
—Puedo percibir que eres una Youkai muy fuerte, ¿cómo pudiste dejar que un Ayakashi tomara tu bosque? –Pregunto el pelirrubio con la duda en mente.
—Mi cuerpo actualmente se encuentra “recuperándose” a causa de que use mi poder para bendecir cada planta y árbol de este bosque, jamás creí que durante mi recuperación seria atacada de sopresa –Explico la Youkai del bosque.
—Ya veo, a causo de eso de seguro la barrera sagrada que protege este lugar de las energía negativas y oscuras había quedado debilitada, fue un momento oportuno para eseAyakashi –Dedujo Zoro a simple idea.
—Cierto, mi barrera se encontraba débil cuando eso paso, mientras el continuaba contaminando mi hogar, yo permanecí aquí esperando el momento para levantarme y desterrar al ser impuro de aquí –Dijo la Youkai Kohana —Pero de seguro no habría logrado recuperar mis fuerzas a tiempo y podría haber terminado siendo víctima de la influencia de aquella energía espiritual corrompida que predominaba entonces el bosque –Decía ella con tanta seguridad.
—Como sea, mientras todo vuelva a la normalidad es lo que más me importa –Dijo Zoro.
—Así será, comenzando con los espíritus que fueron atraídos y corrompidos por aquellas energía espiritual –Dijo la Youkai juntando sus manos y comenzando a dictar una plegaria que se manifestó como una onda de luz alrededor de todo el bosque afectando a los espíritus malignos que había en ella.

De repente aquellos espíritus que fueron corrompidos por la malicia de esa energía, fueron purificados por el poder de la Youkai deidad del bosque Fairy.

—¿Qué ocurrió? –Se pregunto uno de los espíritus.
—Ya no siento ansias de devorar energía espiritual –Decía otro espíritu.
—¡Nuestras almas han sido purificadas, es un milagro! –Exclamaba otro.

Ante la inminente recuperación del bosque, aquel borde de energía maligna desapareció de allí completamente, los “Kao-Kage” quienes claramente atacaban a los humanos a causa de esta influencia la cual desapareció, no volvieron a causar más estragos hasta entonces.
La Youkai del bosque quedo en deuda con Zoro y como muestra de su gratitud le dio un ramo de las más bellas flores del bosque Fairy, el pelirrubio despidiéndose de ella se dirigió al punto para salir de allí. Llegado al punto donde Zoro entro al bosque, sintió de repente que alguien le observaba pero ignoro ese hecho y siguió caminando, cerca de allí y desde lo alto de un enorme árbol se encontraba la joven Rita y su Senpai de nombre Kidao quien este ultimo observaba al joven con cierta sospecha.

—¡Es el! –Dijo la joven cabello naranja en su mente -Ya veo a que se refería cuando dijo que alguien haría mi trabajo de forma solidaria –Le dijo ella a su Senpai.
—Ese muchacho… -Dijo el tal Kidao colocando su mano sobre el parche que tenía en su ojo izquierdo.
—¿Senpai?, ¿está por hacer lo que creo que hará? –Pregunto ella con nervios.

Kidao se quito el parche mostrando un ojo completamente teñido de negro el cual de repente salieron dos kanji de rojo en el siendo; “知力”

—“Chiryoku” –Pronuncio el tal Kidao haciendo que los dos kanji de repente comenzaran a brillar.

Viendo a Zoro con ese ojo y con el brillar de los Kanji de repente el tal Kidao se impresiona y comienza a temblar como si hubiera visto algo aterrador.

—No puede ser… este chico… es un Hanyo –Decía el Senpai sin dejar de estar sorprendido.
—¿Un Hanyo?, ¿eso quiere decir que es mitad Youkai?, tenía mis sospechas pero… ¿qué le sorprende tanto a usted eso Senpai? –Pregunto ella.
—Este chico no es un Hanyo cualquiera… –Contesto su Senpai con el frio sudor de su frente.

Cementerio de Kimitri…

Zoro dejando flores en una tumba, se arrodilla en ella juntando sus manos y rezando plegarias, la tumba que Zoro visitaba y rezaba estaba bajo el nombre de “Isamu Fumikae”.

—Disculpa por no haber venido antes… papa –Decía el joven Zoro.

Se levanto y se despidió mostrando sus más sinceros respectos.

Zoro al salir del cementerio, justo en la entrada llegan dos vehículos Humvee los cuales intervienen en su camino.
Unas horas después…

—¿Dónde estoy? –Despierta Zoro viendo que estaba en una sala oscura atado a una silla de metal.
Continuara…


FORO EMUDESC TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS 2012 =).

—Volveré más seguido para visitarte… papa –Dijo el pelirrubio rezándole de rodillas a la tumba de su padre.

Tras unos cuantos minutos Zoro termina sus plegarias levantándose y retirando a casa, una vez llegado a la puerta del cementerio el pelirrubio se encontró con una inesperada sorpresa.
Dos vehículos Humvee se aparecen frente a él deteniéndole su avance.

—Oigan, tengan más cuidado –Dijo Zoro a los conductores de dichos vehículo.

Un hombre de cabello rosa y un parche en el ojo izquierdo (Kidao) sale de la parte trasera de uno de los dos Humvee mirando fijamente a Zoro.

—¿Por qué me miras así? –Pregunto Zoro al sujeto el cabello rosa.
—Tu… captas mucho mi atención, Hanyo –Dijo el tal Kidao apuntándole con una Katana.

Zoro de solo escuchar que dijera “Hanyo” se percataba de que estaba envuelto en problemas.

—¿Vienen por mi?... no son espíritus ni demonios… son humanos –Decía el pelirrubio con sorpresa y frustración a la vez —¿Por qué los humanos vienen ahora a molestarme? –Se pregunto el chico a sí mismo.
—Seria agradable que nos acompañara, Hanyo –Dijo el hombre de cabello rosado.
—Déjame en paz, ni siquiera te conozco y ya me estas fastidiando el día –Dijo Zoro.
—Con que así estan las cosas, ¿eh? –Decía el tal Kidao enfudando su arma.

Repentinamente levantando su mano hacia arriba, hizo un gesto de “señal”, lo siguiente que ocurre es que el suelo sobre el cual Zoro se encontraba se forma un circulo del cuales bajo tierra surgen varias cadenas hechas de endurecidas rocas rodeando al pelirrubio.

—¿¡Que significa eso!? –Exclamo furioso Zoro.

Sobre las cadenas de piedra aparecen unas letras que dicen; “シール".

—Bien hecho, Komuro –Dijo Kidao elogiando al responsables de las cadenas de piedra que atrapan a Zoro.

El Humvee baja otro sujeto vistiendo con casi la misma ropa de oficina y corbata que la de Kidao, tenía una larga cabellera negra con forma de puntillas y una pequeña cicatriz en la mejilla derecha.

—Mas te vale que el asunto sea en serio, Kidao –Decía el tal sujeto a Kidao.
—Komuro, tu sabes que me todo estas cosas muy en serio –Contesto el Senpai con una profunda voz de seriedad.

Zoro ante todo lo que estaba ocurriendo intentaba moverse pero claramente le era imposible, quizás por la obvia razón de tener tales cadenas envolviéndole.

—Estas cadenas de piedra estan hechas y manifestadas por energía espiritual… se supone que para mi romperlo sería fácil aunque parece que estas manifestación espiritual de tierra no es ordinaria –Pensaba Zoro mirando las letras que había en la cadena —¿”Sello”? –Decía Zoro leyendo el significado de tales letras.
—Muchachos, es hora de domesticar a este zorro –Dijo el tal Kidao dando la orden definitiva de la captura de Zoro.


—¿Dijo “zorro”?, ¿acaso ellos realmente saben que soy…? –Decía Zoro sorprendido sin terminar sus palabras por nervios personales.
—¿Piensas llevarlo al cuartel? –Pregunto el tal Komuro.
—Sí, esto es algo serio, ya te lo dije –Contesto Kidao —Te recomiendo no distraerte con preguntas y mantener tu concentración para que no escape –Sugirió el sujeto del cabello rosado al tal Komuro.
—Lo dices como si de verdad no me esforzara, pero de veras no creo que este niño se libere de mis rocosas ataduras sagradas –Aseguro Komuro con total tranquilidad.
—¿Sagrado? –Pensó Zoro al escuchar a Komuro.

El joven pelirrubio hecho una miradas a las letras japonesas que tenían las cadenas de rocas que le sujetaban, la letra decía “sello” y con tal nombre y respecto a lo que dijo el tal Komuro responsable de convocar tales cadenas, Zoro ya se hacia una idea de lo que se trataba.

—¿Podría ser… una técnica espiritual para capturar demonios? –Pensó el pelirrubio —Por supuesto; el “sello” concentrado en las cadenas actúa como un candado que cierra mi flujo de conexión con mi energía espiritual de manera que no pueda manifestarla para liberarme –Dedujo el chico —Pero si me concentro mucha energía espiritual lo suficiente para liberar un “pico que sobrecargue al sello” podía romper este “candado” y destruir las cadenas –Pensó el joven como su única idea por el momento —Debo intentarlo… es todo o nada –Decía el chico seriamente.
—¿Qué esperan?, suban al chico a una de las Humvee no es conveniente perder el tiempo –Ordeno Kidao seriamente a los exorcista que le acompañaban.
—Cálmate, este chico sin duda no parece poder manifestar su energía espiritual en absoluro, puedo estar así por un buen rato, así que relájate un poco –Comento Komuro.
—Te lo volveré a repetir, este chico no es un Hanyo cualquiera, ya que después de todo su sangre Youkai es… –Decía Kidao sin terminar sus palabras ante algo que ocurre de repente.

Llamas azules surgen del cuerpo de Zoro invocando una fuerte y pequeña explosión sobre las cadenas haciéndolas pedazos.

—¡No puede ser, destruyo mis cadenas! –Dijo Komura sorprendido.
—Te lo advertí –Le dijo Kidao a Komura.
—Hora de irme de aquí –Dijo escapando a una velocidad inhumana.
—¡Se está escapando! –Decía uno de los exorcistas que acompañaban a Kidao apuntando con un arma a la dirección de donde Zoro escapaba.
—¡No disparen!, ya es inútil darle desde esta distancia –Dijo Kidao -Además un arma como esta le haria ni un solo rasguño –Aseguro el sujeto de cabella rosa.
—¿De verdad ese chico es…? –Se preguntaba Komuro sin dejar de seguir sorprendido por lo sucedido.
—Esas llamas azules no hay duda alguna –Dijo Kidao —Es el fuego sagrado de los Kitsune, herencia de un gran poder sagrado y majestuoso –Explico el Senpai seriamente.

Zoro sin muchos lugares a los que esconderse, se mantuvo oculto por un momento en un callejón oscuro.

—Sin duda eran exorcistas… ¿pero porque quieren vienen por mí? –Se pregunto Zoro —Aun siendo un Hanyo fue muy exagerado el que me atacaran de esa manera –Pensaba Zoro enojado por ello —Pero… parece que es cierto que no soy un Hanyo cualquiera –Se decía a si mismo muy pensativo con respecto al tema.

“Cuando cumplí 12 años mis poderes espirituales despertaron, aquellos poderes guardado de mi linaje Youkai, esta maldicion heredará de mi madre quien es la Youkai cuya sangre corre por mis venas, ella… abandono a mi padre y a mí cuando era un bebe sin razon alguna… desde entonces siempre la eh odiado aun sin haberla vista alguna vez. Mi padre quien se hizo cargo de mí nunca le importo realmente lo que era yo, me cuido como un verdadero padre amoroso haría, todo era feliz hasta que cumplí 12 años…”

3 Años atrás – residencia Fumikae – Habitación de Zoro – HORA; 00:34…

—¡Aaaah fuera, fuera de aquí! –Gritaba asustado un pequeño niño pelirrubio.
—¡Zoro, Zoro! –Dijo un hombre mayor de cabello marón claro y ojos celestes acercándose al niño y abrazándole -¿Te encuentras bien hijo?, ¿qué ocurre? –Pregunto el hombre preocupado quien era nada menos que Isamu el padre de Zoro.
—Papa… los veo… -Dijo el pequeño Zoro captando la atención de su padre -Fantasmas… espíritus… gente muerta… –Decía el niño asustado señalando a un espíritu que estaba a espalda del hombre.

Dándose vuelta, Isamu vio a un espíritu travieso sacando la lengua para asustar al chico.

—¡Largo de aquí espíritu! –Exclamo Isamu al espíritu haciendo que este se aterrara y saliera huyendo —Todo está bien hijo, el espíritu malo ya se ha ido –Dijo Isamu a su hijo mientras le abrazaba para calmarle.
—Papa… ¿por qué puedo verlos? –Pregunto el niño asustado.
—Ya habrá tiempo para explicaciones en uno de estos días, ahora debes dormir, recuerda que mañana tienes clase –Le dijo Isamu a su hijo con una sonrisa calmante.

“Desde el momento en que empecé a verlos, mi padres también podía hacerki, nunca le pregunte desde cuando es que podia hacerlo, en todo caso aun viendo espíritus nunca me sentí desanimado o triste gracias a mi padre, era feliz y creí que seguiría así por siempre hasta que…”

Varias imágenes fuertes se le vienen a Zoro en la mente destacando entre ellas la voz de alguien que le dice “Lo siento… tu padre está muerto” seguido de un fuerte grito de desesperación del pequeño Zoro.

“Dijeron que la causa de su muerte fue un accidente de tránsito, pero era claro que para que su verdadera muerte fue a causa de espíritus malignos, desde entonces aquel miedo desapareció y se convirtió en odio del cual me fortalecí hasta convertirme lo que soy ahora realmente… la culpa realmente de que los espíritus le hicieran daño fue mía… él sabía que yo atraía a los espíritus con el despertar de mi sangre Youkai, así que elaboro una técnica espiritual a base de un papel ofuda, concentro parte de mi esencia en ella y se lo agrego a el mismo convirtiéndose el por mí “en la victima de los espíritus que atraía”, al principio eran meros raspones los cuales mi padre no se preocupaba, seguido de vendas hasta finalmente… llegar ese día, si alguien de veras debas debo odiar a esa mujer y a su “maldita” sangre que desgraciadamente llevo dentro de mi… la odio… la odio… ¡la odio tanto!... nos abandono sin siquiera pensar en lo que podría pasarnos a causa de que herede de sus malditos poderes… no quería ser como ella, pero al final los genes ganaron, la sangre Kitsune alcanzo mi cuerpo y no tuve más opción que adaptarme a su poder, por eso cuando mi padre murió, use esta maldición a mi favor, con el pasar de los años mi poderes se fortalecieron y a medida que sostenía mi vida me puse a leer libros, enciclopedias y todo lo que encontraba sobre seres y criaturas del folclore japonés… en ella figuraba el ser que llevaba como sangre en mis venas. Kitsune: conocido como los zorro demonio de las nueve colas, un poderoso Youkai con forma de zorro conocido por sus temidos poderes espirituales llegando a alcanzar hasta la grandeza de un dios, fundamentalmente el poder de un Kitsune se deriva de sus colas, cuando más colas posee más fuerte e invencible se vuelven, llegando a un total de 9 colas a convocar, aquellos zorros que lograban alcanzar la novena colas eran conocido en un “Kitsune no Kyubi”, se dice que el poder de uno de estos llegan a ser tan altos que podrían acabar con cualquiera aldea o ciudad con solo el chasquido de sus dedos, pero es solo lo que aportan las bibliografías humanas sobre ellos, a pesar de la raza humana en mayoría toma a los espíritus y demonios como seres espirituales irreales, en todo caso es claro la razón de mi persecución… fueron atraídos por mi sangre maldita de Youkai”…

Ya haciéndose de noche, Zoro camina de regreso a casa mirando a todos lados.

—Pueden que ya sepa donde vivo y me estén esperando allí –Pensó Zoro —Pero al demonio, si esos exorcistas se atreven a invadir mi casa, no pienso tenerle compasión –Dijo firme el pelirrubio con respecto a su situación.

Llegado a casa sin problema alguno, Zoro miro para todos lados, no veía a alguien y tampoco podía sentir a alguien cerca.

—Parece que todo está tranquilo, quizás aun no sepan el donde vivo exactamente –Pensó Zoro.

En ese momento unas pisadas se oyen viniendo de la cocina, se acercaban hacia el pelirrubio.

—¿¡Quien esta allí!?, ¡estas invadiendo mi casa, sal de aquí o me veré forzado a usar la fuerza si es necesario! –Le dijo Zoro al intruso de la casa.

Dicho “intruso” hace acto de aparición en frente a Zoro, siendo la joven Rita Amaratsu la intrusa.

—¿Tu… que haces en mi casa? –Pregunto Zoro seriamente.
—Lo siento… –Dijo ella totalmente deprimida siendo una sorpresa ya que la joven mayormente nunca deja de sonreír siempre.
—¿Qué quieres decir con “lo siento”?, eso no responde el hecho del porque tu estas en mi hogar –Dijo el pelirrubio mirando de forma sospechosa.

Rita desenfundando su arco, coloca una flecha envuelta en un papel ofuda apuntándole a Zoro.

—No puede ser… ¿tu también? –Decía Zoro sintiendo ira acumulada por dentro.
—De veras yo… lo siento… –Decía la joven sin quitar esa cara deprimente.

Lanzando la flecha, falla a propósito terminando en clavarse a 1 centímetro de los pies de Zoro.

—¿Por qué me persiguen?, ¿qué les hice yo? –Pregunto Zoro.

De repente el ofuda que le flecha tenia libera un gas purpura que envuelve a Zoro completamente haciéndole toser mucho.

—(Tosiendo brutalmente)… ¿Qué es… esto? –Se preguntaba el pelirrubio comenzando a sentirse cansado.

Ella sin contestar tan solo bajaba la cabeza triste y deprimidamente mientras Zoro caía en lo que parece ser un sueño profundo a causa del tal gas que se disipo apenas el chico término en el suelo, tan pronto cuando el pelirrubio quedo fuera de combate la puerta se abre entrando el tal Kidao.

—Buen trabajo Rita –Dijo Kidao elogiando a la joven de cabello naranja.

Y el resto…
Zoro recobrando el sentido despierta confuso en un oscuro lugar de tétrica atmosfera rodeado de ordenadores, percatándose de que él estaba atado a una silla de metal.

—¿Dónde estoy? –Se preguntaba desorientado el joven pelirrubio.
—Yo hare la preguntas aquí –Dijo una voz viniendo del otro lado de un cristal.
—¿Quién está allí?, ¿qué hago aquí? –Pregunto el joven.

De repente el joven recibe una fuerte descarga eléctrica en todo el cuerpo, producto de la silla de metal a la cual estaba sometido y atado.

—Yo soy quien hace las preguntas aquí, ¿de acuerdo? –Dijo aquella voz de interrogador.
—Maldicion… ¿¡quien rayos eres tu!? –Grito el pelirrubio con frustración hacia aquel interrogador que estaba al otro lado del cristal.

Al otro lado de ese cristal había una silueta, Zoro pensó que quizás sea uno de los tantos exorcistas con en el que se encontró hoy.

—¡Responde! –Exclamo el joven por una respuesta.

La respuesta que recibió fue otra descarga fuerte de electricidad en todo el cuerpo.

—Volveré a decirlo, yo hago aquí las preguntas; ¿de acuerdo? –Dijo el interrogador callando a Zoro finalmente —Pregunta uno; ¿eres un Hanyo? –Lanzo el interrogador su primera pregunta.

Zoro sin decir nada recibe otra fuerte descarga eléctrica.

—¡Responde a la pregunta! –Le grito el interrogador a Zoro —¡Responde o sentirás otra descarga mucho más fuerte que la anterior –Dijo amenazante el sujeto cumpliendo su palabra con otra fuerte descarga electrice en Zoro.
—¿Por qué… me hacen esto? –Dijo Zoro sintiendo débil ante esas descargas.
—¡A callar, las únicas cosas que te es permitido decir son las respuestas a mis preguntas! –Dijo el interrogador dándole otra fuerte descarga eléctrica a Zoro.

Tantas descargas finalmente habían hecho humear el cuerpo de Zoro, aunque sus heridas físicas provocadas por la electricidad parecían regenerarse al instante.

—Responde a mi pregunta; ¿eres un Hanyo? –Pregunto el interrogador una vez más.
—Si… ¡soy un Hanyo, maldita sea! –Dijo el pelirrubio con total enojo.
—Bien, segunda pregunta; ¿tu lado Youkai es de procedencia Kitsune? –Pregunto directamente el interrogador callando a Zoro por unos minutos -¡Responde a la pregunta! –Exclamo el interrogador con otra descarga eléctrica en Zoro.
—¡Con un demonio… sí, yo soy un maldito Kitsune… soy un Hanyo de procedencia Kitsune!... ¿¡estas feliz con eso!?... ¿¡estas feliz de saber la respuesta maldito cobarde!? –Decía Zoro muy enojado.
—Tercera pregunta; ¿quién de tus padres es el Youkai del cual heredaste su rasgos? –Pregunto el interrogador.
—¿¡Cuantas preguntas más tienes en mente!?... ¡no sé quién eres pero no tienes ni el mínimo derecho de tenerme aquí! –Dijo Zoro con total rabia.

El resultado fue otra descarga eléctrica fuerte en todo su cuerpo.

—¡Silencio!, tengo todo el derecho del mundo de hacer lo que hago, ¿quieres saber porque? –Dijo el interrogador —Porque yo trato siempre con fenómenos cono tú –Contesto el interrogador haciendo que la dura palabra con “F” (Fenómeno) reaccionara en Zoro.

“Fenómeno, monstruo… me han llamado de tantas formas… soledad y odio, ahora recuerdo el dolor… el dolor del pasado… odiarlos, eso era lo que sentía… el solo odiarlos por juzgarme, aunque los ignoraba nunca dejada de ser el blanco de sus ofensas a mis espaldas…yo no pedí ser esto, ustedes no tienen derecho a juzgarme esto por ser algo que no pedí… es imperdonable… tolero que susurren a espaldas, tolero que me ofendan con esas dolorosas palabras… ¡pero no dejare que me impidan tener una vida normal!”.

—Ya… basta… –Decía Zoro mostrando colmillos en sus dientes.
—¿Te niegas a responder a la pregunta? –Dijo el interrogador dándole otra descarga fuerte en el cuerpo a Zoro —Yo mando aquí y diré cuando es suficiente, ¿¡te quedo claro!? –Grito el interrogador haciendo que Zoro se enojara aun más.
—Tú no me das órdenes… si digo que basta… ¡es basta! –Exclamo Zoro expulsando una fuerte onda espiritual seguida de sus sagradas azules llamas que derriten la silla como mantequilla y destruye todos los ordenadores por completo.
—¡Imposible!... ¡se supone que aun deberias estar bajo los efectos del gas de la “flor Zanji"! –Decía el interrogador haciéndose a un lado cuando de repente el cristal que le cubría su identidad se hace añicos.

Con el cristal roto, el interrogador muestra su cara siendo el mismo sujeto de cabello rosa y parche en el ojo izquierdo; Kidao.

—No pienso disculparme… no pienso tolerarlo… ¡no pienso perdonarte! –Exclamo el pelirrubio liberando más de su fuerte poder espiritual por todo el salón marcando grietas en las paredes, sus ojos color celeste comenaron a teñirse de color rojo rubi.
—No hay duda alguna, de que eres un autentico Hanyo Kitsune –Dijo Kidao mirando seriamente a Zoro.

Aquel sujeto de cabello rosa se encontraba frente a frente a Zoro, viendo su verdadero aspecto; unas claras orejas, bigotes y cola de zorro mientras todo su cuerpo y pocos metros a su alrededor era rodeado por ardientes llamas azules, el poder de un autentico Kitsune.
Continuara…


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—No hay duda alguna… de que eres un autentico Hanyo Kitsune –Decía Kidao mirando de forma seria a Zoro quien yacía al descubierto sus rasgos Youkai.
—Es imperdonable, meterte en mi vida… ¡e intentar destruirla como si te creyeras el ser más puro de este maldito mundo! –Exclamo el pelirrubio furioso hasta el borde.
—Realmente no quería que llegara a este extremo pero… no me das muchas opciones chico –Decía el tal Senpai desenfundando una Katana.
—Demonios, espíritus y ahora humanos… todos son… ¡unas escorias! –Dijo Zoro dando un rugido fuerte el cual aumenta el nivel de las llamas azules que posee a su alrededor.
—Las llamas de un Kitsune… capaces de quemar hasta inclusive agua y fuego, llamas tan pura que ni la misma oscuridad del abismo puede corromper, debo tener cuidado en hacer contacto con esas llamas –Pensaba el tal Kidao.


Kidao adoptando una postura de ataque su forma de moverse hace que Zoro reaccione tomándolo como una agresión, Zoro inmediatamente lanza una ráfaga de fuego directo hacia él, Kidao concentrando energía espiritual en su Katana golpea la ráfaga de fuego cortándola en dos y desviándola a su izquierda y derecha.

—Esta espada fue hecha bajo la esencia de muchos demonios de poderes pyrokineticos, podrá resistir el fuego de un Kitsune pero no por mucho –Decía el tal Kidao así mismo.

Zoro comenzó a avanzar hacia el lentamente sin quitar esa furiosa cara de su rostro, Kidao retrocedía por temor a que las llamas sagrada del zorro le alcanzara, Zoro derrote la puerta de la sala de donde estaba tirándola abajo y dejándola como liquido metálico, llegando al punto de percatarse de que estaña en un sótano, voltea para ver a Kidao con aquella misma expresión de odio.

— ¿Es esto lo que quieres ser realmente?, ¿un monstruo? –Le dijo Kidao al joven.
—El verdadero monstruo y culpable de todo esto… ¡eres tú! –Exclamo el pelirrubio lanzándola otra llamarada de su flamas azules.

Kidao usando su espada para corta las llamas y desviarlas hacia él, una pequeña flama da en el guante de su mano derecha quemándola levemente pero sintiendo un increíble dolor.

—El dolor de sus quemaduras… ¿será su odio? –Pensaba Kidao —Supongo que tendré que calmarlo de una u otra forma –Se decía a si mismo mientras sacaba un pergamino de su ropa.

Kidao abre el pergamino mostrando en ella extrañas letras escritas en latín, en el centro del pergamino yacía un circulo con el símbolo de un pentagrama sagrado escrita en el unas palabras en latín, concentrando su poder espiritual en esa parte recita las palabras que yacen en ella.

— “In oratione invocamus nomen tuum” –Recito Kidao ante el pergamino —¡Serpientes del sagrado lago! –Recito además Kidao invocando cuatro serpientes de agua que se dirigían directamente hacia Zoro.

Zoro lanza bolas de fuego a las serpientes de agua pero estas hábilmente las evades como si tuvieran mente propia, dichas serpientes abren sus bocas clamando sus colmillos de agua sobre Zoro, inmediatamente las cuatro explotan liberando partículas de agua alrededor de Zoro que pasan a adoptar la forma de un pequeño remolino o más bien una mini-tromba de agua.

[TROMBA; Remolinos de agua, equivale a los tornados que solo yacen en los mares]

—Con esto debería para calmarlo, que suerte que tenia este “pergamino de hechizo” conmigo –Decía Kidao enfundando su Katana.

De repente aquella mini-tromba de agua comienza a emerger llamas azules en esta quemando al agua como si las leyes de la físicas para aquellas llamas no existiesen.

—Imposible… –Decía Kidao impresionado –Jamás creí que… –Dijo a medias el hombre de cabello rosado.

Las llamas azules terminan devorando a toda el agua liberando a Zoro de su intento por enredarle.

—Que las llamas de un Kitsune fuera tan poderoso, en especial siendo él un mestizo –Comparo el exorcista Kidao sorprendido con lo que veía ante sus ojos.

Tan pronto la única puerta que había en aquel lugar de aspecto de sótano es abierta entrando hacia allí un grupo de hombres vestidos casi similarmente con ropa de oficina, portando cada uno armas blancas y de fuego con papeles ofudas, cruces y en otros artefactos de exorcismo.

—Kidao-sama, ¿qué ocurre aquí? –Pregunto uno de los exorcistas.
—Me temo que lo hemos subestimado –Contesto Kidao tranquilo a pesar de la situación —Diablos… si tan solo pudiera hacer contacto físico con él, podría usar mi "habilidad especial" –Pensó Kidao frustrado de ello.
— ¡No dejen que el zorro escape, evitan a toda costa que huya! –Ordeno uno de los exorcistas haciendo que un grupo entero de ellos (menos Kidao) se posicionaran con sus armas de fuego apuntándole.
— ¿¡Porque!? ¿¡porque insisten en seguir molestándome!? –Les pregunto Zoro a los exorcistas — ¿Es porque no soy humano del todo como ustedes?, ¿es por eso que me juzgan como unos míseros racistas? –Les dijo el pelirrubio.
—Los Hanyo en la actualidad nunca han sido mero llamado de atención para los exorcistas –Dijo Kidao —A excepción claro… de aquellos cuya sangre Youkai es “especial” –Explico el hombre —A lo que quiero llegar es; que no eres un Hanyo común y cualquiera del cual se podria ignorar –Decía el hombre seriamente.
—Sé lo que soy realmente y aun así no excusa para que ustedes me traten como un perro –Se quejo Zoro de ellos —No me cae bien los demonios o espíritus y a pesar de que soy consciente de su presencia como una peste eso no me evita el tratar de vivir como una persona normal, pero ustedes… son un caso de “peste” mil veces peor que esos estúpidos Ayakashi, Youkai o espíritus –Comento Zoro.
—Veo que aun no comprendes la importancia de la sangre de demonio superior que llevas contigo –Dijo Kidao.
—Me da igual tus palabrerías, solo quiero irme a casa y hacer de mi vida, ya dejen de fastidiarme maldición –Dijo rabioso el pelirrubio.
—Imposible, ordenes son ordenes y nuestra orden es capturarte por el bien de la humanidad –Explico Kidao.
— ¿Bien de la humanidad? –Pensó confuso Zoro ante lo que aquel hombre decía —Mira no le eh hecho nada a nadie, se supone que ustedes los exorcistas estan aquí para enfrentarse a aquellas amenazas espirituales que afecten realmente a la sociedad humana, lo que dices hacia mí no tiene sentido; ¿¡porque dices que soy una amenaza para la humanidad!? –Pregunto Zoro furioso.
—Veo que no reconoces tus pecados pasados –Contesto Kidao.
— ¿¡Y eso que demonio significa!? ¡Explícate! –Le grito Zoro.
—Supongo que no eres consciente de aquel evento trágico ocurrido en Kimitri hace 15 años, incluso hubo un evento similar hace 3 años –Explico el tal Kidao.
— ¿”Evento trágico”? –Pregunto Zoro sin entender —¿Qué tengo yo que ver yo con algo que ocurrió hace 15 años?, fue hace 15 años cuando nací –Dijo Zoro en su mente.
—Tal evento cambio a Kimitri para siempre y la única respuesta de aquel día eres tú; Hanyo Kitsune –Decía Kidao señalando a Zoro como el responsable de algo grave.
—Mira no tengo idea de lo que paso y el hecho de que me culpes de algo “que no hice para aclararlo” demuestra lo testarudo y estúpido que puedes llegar a ser –Opino el pelirrubio.
— ¡Basta de charlas!, acabemos con este fenómeno –Ordeno uno de los exorcista.
—Con que así va a ser, ¿eh?, ¡como quieran! –Exclamo Zoro expulsando y llenando sus brazos con flamas azules.

Una cierta masacre estaba a punto de empezar cuando de repente otro exorcista llega al supuesto sótano corriendo para dar una noticia importante.

— ¡Detengan todo esto! –Grito en orden aquel exorcista deteniendo una posible masacre.
— ¿Quién te da el derecho de evitar que detengamos a este Hanyo peligroso? –Pregunto el exorcista que ordeno acabar con Zoro.
—La orden viene del jefe Amaratsu –Contesto el exorcista con la orden emitida.
— ¿¡El jefe Amaratsu lo ordeno!? –Decían todos los exorcistas presentes (menos Kidao) con tal confusión.
—Además el jefe ordeno tener una charla con el Hanyo Kitsune –Dijo el exorcista con las ordenes sorprendiendo a todos los presentes.
—Miren no se que se traen entre mano, pero yo pienso irme de aquí les guste o no –Dijo Zoro a todos los presentes.
—Joven Hanyo, nuestro jefe actual y líder de esta organizacion promete liberarte una vez discutido unas cosas contigo –Dijo el exorcista anunciante de las órdenes del jefe.
— ¿Realmente me encuentro atrapado en el cuartel de una organización de exorcistas?, demonios... –Decía en su mente el pelirrubio muy frustrado de ello.
—Solo serán unas palabras y podrás irte, ¿de qué te quejas? –Le pregunto Kidao.
—Si solo querían hablar al respecto lo hubieran dicho al principio para no armar tanta molestia, de veras me fastidiaron el dia totalmente –Comento Zoro regresando a su estado normal desapareciendo las flamas azules de su alrededor y regresando sus ojos a su color original celeste.
—Nuestra primera orden fue tu captura, no teníamos entendido que esa era la razón de nuestro líder –Contesto Kidao.
—De acuerdo, hablare con ese líder suyo y después me iré de este molesto lugar, ¿de acuerdo? –Pregunto Zoro.
—El señor Amaratsu cumple con sus palabras así que no es necesario que preguntes –Contesto Kidao —Yo te llevare con él, sígueme –Le dijo el sujeto a Zoro.

Saliendo por la única puerta presente, Zoro nota que desde el otro lado había una especie de oficina, llena de escritorios y computadoras como si fuera una simple empresa, aquellos empleados del lugar miraban a Zoro con cierta incomodada y sospechosa, inclusive murmuraban sobre el de forma irrespetuoso llegando el joven Zoro a escuchar sus palabras.

—Dicen que es un Hanyo con sangre de Kitsune –Murmuraba uno de los exorcista empleado del lugar.
— ¿De veras?, que miedo... dicen que un Kitsune en este mundo es un mal presagio –Decía otro.
—Tengo la sensación de que ese chico podría llevarnos a un caos sin precedentes –Afirmaba otro más a murmullos.

Finalmente Kidao llega con Zoro a una puerta que tenia grabado en ella “Líder y jefe de la organización Chosei; Tadashi Amaratsu”.

—Aquí es, vamos –Decía Kidao abriendo la puerta y entrando primero siendo Zoro el segundo en entrar.

Adentro el lugar parecía ser una oficina común y cualquiera pero con la excepción de que se podía sentir un fuerte aire espiritual en el sitio, allí se encontraban el líder de la organización acompañado de 4 guardaespaldas exorcistas armados con armas livianas tanto blancas como de fuego.

—Oh por fin ha llegado, saludos joven Hanyo –Saludo un hombre adulto maduro de ojos castaños, cabello naranja con canas en ellas y llevaba vestido una ropa de sacerdote japonés.
— ¿Usted es el líder de la organización? –Pregunto Zoro.
—El mismo en persona y frente de ti, mi nombre es Tadashi Amaratsu, mucho gusto –Contesto el jefe de la organización.
—“Amaratsu”... podría ser que... ¿esa tal Rita sea su hija? –Se preguntaba el pelirrubio sospechoso de las coincidencias.
—Permíteme darte las bienvenidas al cuartel general de la organización “Chosei” –Dijo el hombre generoso mostrando sus respectos al saludar a Zoro —Me disculpo por la brusca forma en que se te fue traído aquí –Dijo este amablemente.
— ¿Tiene idea de que cuando fui traído aquí me pusieron a una maldita silla eléctrica y me interrogaron de modo que me electrocutaban como si fuera un perro? –Pregunto Zoro.
—Si... al parecer alguien dio falsas ordenes de interrogarte usando métodos de torturas no aceptables, no sé quien las dio pero apenas escuche de ello mande a uno de mis hombres a detener tal atrocidad –Contesto el tal líder de la organización.
— ¿¡Crees que esa excusa funcionara conmigo!? –Exclamo el pelirrubio golpeando con fuerza el escritorio del jefe de la organización.

La reacción ante tal forma de comportamiento hizo que los cuatro guardaespaldas desenfundaran sus livianas armas siendo estos subfusiles apuntándoles en la cabeza a Zoro.

—Comprendo cómo pero es cierto cuando digo que no tengo intenciones de interrogarte, sé que no eres un “ser” con malas intenciones, la razón por la que quería hablar contigo es por el interés de conocerte cara a cara gran Hanyo de Kitsune –Dijo el tal Tadashi a Zoro.
— ¿Cuales son tus verdaderas intenciones hacia mí? –Pregunto Zoro.
—Quizás no lo hayas percibido pero el simple hecho de portar sangre Kitsune te hace un ser muy poderoso, nos interesaría mucho el que tu formaras parte de esta organización –Propuso el jefe de la organización notando una reacción diminuta en Zoro de solo oírlo.

Tadashi se levanto de su escritorio y camino hacia Zoro situándose frente a frente a él colocando sus manos en el hombro del joven.

— ¿Cuál es tu respuesta joven?, tus grandes capacidades espirituales harían un gran bien a la comunidad –Afirmo el líder de la organización.

Zoro bajando la cabeza y poniendo una cara seria le da un fuerte puñetazo al líder de la organización en el estomago.

— ¡Jefe Tadashi! –Reaccionaron los guardaespaldas del líder apuntando a Zoro y a punto de dispararle.
— ¡Alto, por favor bajen sus armas! –Ordeno Tadashi recuperando el aliento tras el golpe.
— ¿De veras cree que voy a unirme a gente como ustedes?, déjenme darles una noticia para aclarar una cosa en alto... ¡los exorcistas no me caen bien! –Exclamo el pelirrubio —Visito la tumba de mi fallecido padre solo para terminar siendo interrumpido por la orden de un líder de una organización de exorcista con el simple fin de reclutar a alguien quien dice tener “un gran potencial espiritual”... honestamente pienso que eres un engreído –Dijo Zoro haciendo sonar sus puños y apareciendo flamas azules en ellas.
—Mi intención no es ganarme tu odio, tenía en mente que no vendrías a voluntad por eso... –Explicaba el líder de la organización siendo interrumpido por Zoro.
— ¡Me da igual tus excusas!, no tengo intenciones de unirme a ustedes ni a nadie, no me importa si soy “especial” o como ustedes lo vean, me importa un comino lo que digan, yo simplemente busco vivir mi vida como una persona normal, les agrade o no así está la cosa –Comento Zoro —Así que aquí le dejo una clara advertencia; aleje su organización de mí, si vuelven a provocarme en lo mas mínimo... no me hare responsable de mis actos, ¿quedo claro? –Dijo el pelirrubio seriamente.
—Entiendo... veo que has tomado su decisión y no tengo en mente cuestionarla –Contesto el líder de la organización —Ve en paz y disculpa por todas las molestia que te eh ocasionado –Decía el tal Tadashi mostrando sus respecto ante la despedida brusca de Zoro.

Zoro tras dicha charla se retiro enseguidad de alli, Kidao se dirigió hacia su jefe y líder con unas palabras muy serias.

— ¿Está seguro de esto señor Amaratsu?, sabe muy bien que este chico ciertamente podría... –Explicaba Kidao siendo interrumpido por su líder.
—No podemos adelantar nada sin comprobar, aunque lo ocurrido hace 15 años parezca una coincidencia, el adelantar hechos sin probarlos solo podría provocar más malentendidos y problemas –Respondió sabiamente el tal Tadashi.
—Con su simple presencia en Kimitri... nunca tendrá la vida normal que busca –Opino Kidao.
—Jejeje, no tiene nada de malo tener esperanzas –Comento Tadashi.
—A propósito su apellido es “Fumikae”, ¿podrían ser acaso esos “Fumikae”? –Pregunto Kidao.
—No sabría decirlo a ciencia cierta, quizás es otra coincidencia, aunque no afirmo nada –Contesto Tadashi.

Zoro quien se había retirado de la oficina del líder de la organización, era acompañado por un exorcista de la tal organización hacia la salida del cuartel, en el camino se topo con su compañera de clase Rita Amaratsu, el joven pelirrubio viéndole con una mala cara le ignora y sigue su camino, ella en reacción de lo sucedido baja su cabeza ocultando su tristeza.

“Espíritu, demonio, Exorcista... nada en este mundo queda fuera de los parámetros espirituales, desde su comienzo a la actualidad siempre ha sido como una lucha eterna entre bandos, algunos buscamos ser parte de una guerra sin sentido, otros simplemente tratamos de hacer nuestra vida, ¿hasta que punto la ignorancia puede radicar tanto en los aspectos?, entre todos la mayoria solo busca preominar y no ser el eslabon mas debil que acabe morir miserablemente".


En alguna parte ubicada en un dojo personal...
Se encontraba un hombre de aproximadamente entre 50 y 60 años de aspecto benévolo con cabello blanco que además usaba una vestimenta tradicional japonés sentado en el suelo meditando con los ojos cerrados y con una Katana enfundada en sus manos.
Entre el medio de su meditación un joven con vestimenta de aspecto ninja y usando una máscara de Oni se aparece a espaldas de tal hombre arrodillado como muestra de respeto con una noticia urgente que notificar.

—Gran “Osamu”, hay noticias que quizás les interés mucho escuchar –Dijo tal sujeto con aspecto de ninja.
—Habla... –Contesto el tal Osamu.
—Hay noticias en relación a su fallecido hijo Isamu –Dijo el joven de aspecto ninja.
— ¿Que noticias tienes traes sobre mi vergonzoso y fallecido hijo? –Pregunto Osamu.
—Descubrimos realmente que tiene un hijo biológico viviendo en Kimitri –Contesto el tal ninja.
—Mmm... ¿eso es todo? –Pregunto Osamu.
—No, lo que le diré a continuación podría resultar imposible de creer... el hijo biológico de Isamu es un Hanyo y no uno cualquiera, los rumores sobre su existencia dicen que es... un Hanyo con sangre de Kitsune –Informo el tal Ninja haciendo que el tal Osamu reaccionara abriendo sus ojos.
—Interesante... –Dijo el benévolo Osamu.
Continuara...


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Previamente: Zoro había pasado un mal rato en el cuartel de una tal organización de exorcistas llamados “Chosei”...

En casa de Zoro...
Tras haber salido del cuartel general de aquella organización de exorcistas denominado “Chosei”, Zoro al llegar a su casa, enciende su ordenador situado en su habitación, haciendo clic al icono de internet busca en el navegador del sitio sobre una página de noticias de Kimitri, con varios resultados hace clic en una que lo lleva al sitio oficial de noticias digital de Kimitri más popular de la ciudad, yendo a los archivos viejos de noticia, introduce en el buscador de la web “Incendio en Kimitri de hace 15 años”, al hacer clic aparecen varios artículos de noticias en relación de incendios en Kimitri, pero solo uno tenía la descripción de ser de hace 15 años, inclusive era notificado como la tragedia más extraña y letal de la ciudad.

—“Gran incendio de llamas azules proveniente de una fábrica abandonada devasta un %10 de Kimitri” –Leyó el pelirrubio el tema principal de la noticia quedando sorprendido.

La noticia ponía; “A las 10:51 PM del 20 de mayo un gran incendio ocurrido en una vieja fábrica abandonada de ropa de Kimitri, lo que hizo de este incendio el más extraño de todo es que sus llamas eran de color azul, los bomberos hábilmente se lanzaron de forma rápida para combatir el fuego pero por una extraña razón parecía que estas llamas se extendían mas de lo que se apagaba según el informe de varios del cuerpo de bomberos de Kimitri, las llamas de forma increíble se extendieron a ritmos imposibles especulando miedo y locas creencia de que tenía en relación con los mismos demonios, este fuego azul por mucho que cueste creerlo cubrió un %10 de la ciudad y cuando las cosas parecían poner que era el fin de Kimitri inmediatamente estas se extinguieron por completo de la nada, las llamas azules se habían disipado como por arte de magia. Nadie encuentra una explicación lógica o científica de lo vivido en aquel incendio el día 20 de mayo que termino el 21 de mayo a las 1:51 AM, la explicación de color azul de las llamas se cree por algún producto toxico desconocido pero de su gran extensión en pocas horas cubriendo el %10 de la ciudad y desapareciendo por completo sin dejar rastro alguno más que sus restos de quemaduras a estructuras... no existe explicación alguna, alguna lo toman como algo sobrenatural, otros creen que es un castigo de dios impuesto a Kimitri, por fortuna no de identificaron heridos ni muertos pero el daño estructural y económico fue grave, las investigaciones de causa son aún desconocidas. 5 años más tarde un grupo de investigadores profesionales de Kioto compuesto de 5 miembros iniciaron una investigación personal respecto al incendio, misteriosamente el grupo desapareció sin dejar rastro, se especula un raro caso desaparición en relación al incendio, pero nada confirmado”.

—“20 de mayo”... el día en que naci... –Dijo Zoro decaídamente — ¿Realmente mi nacimiento... tendrá algo que ver con ese evento? –Se pregunto a sí mismo.

Mirando de forma detallada la noticia, anota la dirección de la supuesta fábrica en un pedazo de papel cerrando después la pagina web y apagando su ordenador.

—Necesito ir y verlo por mi cuenta, mañana después de clases lo averiguare yo mismo –Decía el muchacho muy decidido.

Mientras en el techo de la residencia de Zoro, un sujeto vestido de ninja con máscara de “Oni” se aleja de allí saltando de casa en casa hasta tocar suelo desde una gran altura sin pasarle nada, llegando hasta otro vestido igual a él solo que este usaba una máscara de lobo y sin olvidar mencionar que era mujer.

—Eh localizado su morada, la residencia esta bajo el nombre “Fumikae” –Dijo el sujeto ninja con máscara de Oni.
—Interesante, ¿de verdad Isamu se volvió padre de un hanyo? –Pregunto la kunoichi con máscara de lobo.

[KUNOICHI; Nombre dado a la mujeres ninja].

—Paciencia “Natadi”, debemos asegurarnos realmente de que posee el digno potencial del “clan Fumikae” –Dijo aquel hombre anciano-joven de cabello blanco denominado Osamu.
—Me hare cargo de llevar a cabo esta mision, gran Osamu –Dijo el ninja con máscara de Oni.
—Hazlo por favor –Ordeno el tal Osamu —Al amanecer pondremos a prueba al descendiente de mi fallecido hijo –Dijo el tal hombre seriamente.


Llegado al instituto Zoro se percata que en el salón la tal Rita no se encontraba, ¿podría deberse aquella ocasión?... en todo caso ignoro ese hecho como si fuera nada y se ubico en su respectivo lugar teniendo a su lado a una preocupada Hikari quien veía a Zoro con una cara inusual de lo cual se daría cuenta fácilmente de que algo le incomodaba.

— ¿Que se supone que hare cuando llegue allí?... mas importante; ¿podría ser que yo haya nacido allí? –Se dijo a sí mismo el pelirrubio —Je... es una locura de solo pensarlo, ¿haber nacido en una fábrica abandonada?, no me extrañaría el hecho de que consideran un completo fenómeno por ello –Pensó el joven burlándose de su situación.

Con el pasar de las horas el resto fue como un día normal cotidiano, el almuerzo, escuchar las estúpidas insinuaciones del resto con sus exagerados rumores, tan pronto se dio la campana para finalizar las clases de hoy, Zoro se dirigió a aquel lugar que tenía en mente ir desde el principio del día.

—Ya es hora, es hora de verificar si realmente tiene algo que ver conmigo ese lugar –Dijo Zoro a sí mismo.

Mientras se dirigía hacia allí, no se percata de que cierta joven de cabello celeste le seguía, el joven hanyo no se percato de que no tan lejos de él un grupo de supuestos “ninjas” le observaba atentamente.

—Ya está aquí gran Osamu, no hay personas a su alrededor lo cual es el momento perfecto –Dijo el “ninja” con máscara de Oni.
—Bien, ya saben qué hacer –Contesto el tal Osamu.

Tan pronto el camino de Zoro se puso tenso con la aparición de un ninja y una kunoichi en frente a él, ambos con mascaras de Oni y de arma blanca un Kanabo.
[KANABO: Para el que no lo recuerda, el arma apareció en el capítulo 4 usado por un mismo demonio Oni, es un báculo de hierro semejante a un garrote que fue usado en la edad feudal de Japón]

— ¿Eh?, ¿se les ofrece algo? –Pregunto Zoro.
— ¿Tu eres Zoro Fumikae? –Pregunto el ninja de mascara de Oni.
—Depende de quién pregunte –Dijo seriamente el pelirrubio.
—Disculpa por esto, pero está determinado a suceder –Dijo el tal ninja desenfundando su Kanabo junto a su compañera.
—No tengo tiempo para sus “cosplay”, tengo prisa –Dijo el pelirrubio haciendo sonar sus puños.
—Si quieres continuar con tu camino, debes vencernos primero –Dijo el ninja.
—Lo que faltaba... –Pensó el pelirrubio frustrado.

Desde a distancia, Hikari observo con preocupación la situación de Zoro y no tenía en mente seguir viendo sin hacer nada al respecto.

—Zoro... tengo que ayudarlo, aunque eso... ponga en riesgo mi verdadera identidad –Dijo la joven de cabello celeste dispuesto a ayudar.

Pero desgraciadamente alguien aparece a espaldas de la joven dandole un fuerte y ligero golpe karate en el hombro que la deja inconciente, dicho agresor era nada menos que el llamado Osamu.

—Lo siento, pero no puedo dejar que nadie interfiera en esto, ni siquiera una “Kemonohito” –Dijo seriamente el tal Osamu.
—De verdad no apetezco pelear con ustedes –Decía Zoro a ambos “ninjas”.
— ¿Que es lo que quieres ocultar?, hanyo –Dijo Kunoichi hablando finalmente.

La última palabra provoca una reacción en Zoro haciendo que moviera una de sus cejas muy rápido.

— ¿Son exorcistas?, ¿son de la organización “Chosei”? –Pregunto Zoro.
—Si quieres saberlo, véncenos –Respondió el ninja.

Rápidamente el ninja y su compañera kunoichi avanzan a velocidad de viento apareciendo en instante en frente de Zoro, el pelirrubio piensa rápido y sin opción se apega a usar su poder Youkai contra ellos liberando una ráfaga llameante de fuego azul sobre ellos, aunque para su sorpresa no habría rastro de ellos después de realizar su defensiva.

—Muy lento hanyo –Dijo el ninja apareciendo a espaldas de Zoro.

El ninja atacando con la punta de su kanabo apunta al rostro del joven, pero el pelirrubio no se quedo quieto para ser golpeado con un solo brazo logro tomar de la punta de su arma deteniendo fácilmente su ataque.

—Te tenemos donde queríamos –Dijo el ninjas bastante confiado.

Su compañera Kunoichi aparece a espaldas de Zoro atacando desde su retaguardia, el golpe de su Kanabo logra darse haciendo que Zoro fuera impulsado por tal golpe hasta darse contra una pared del vecindario la cual destruye.

— ¿Este es el potencial de un autentico semi-Kitsune?, patético –Dijo aquel ninja burlándose de Zoro.

Zoro mismo, furioso por el golpe recibido se levanta del suelo como si tal ataque no fuera nada, mostrando que tales heridas eran leves avanza hacia ellos con sus brazos llameando fuego azul.

—No se quienes sean o para quien trabajen, pero no pienso contenerme desde este punto –Dijo seriamente el pelirrubio mostrando unos ojos asesinos.

Osamu de espectador, notaba un cambio en la energía espiritual de Zoro mirándole atentamente.

— ¿Dices que no te contendrás?, si eso significa que esta pelea será más entretenido, por mi hazlo –Dijo el confiado ninja mostrando burlarse de las palabras del joven hanyo.
— ¡Así será! –Dijo el pelirrubio largando una enorme bola llameante de fuego azul hacia ellos.

Ambos rivales de Zoro esquivan fácilmente su ataque colocándose uno en frente de él y otro en su retaguardia.

—Querida, es hora de darle el golpe de gracia a este debilucho –Comunico el ninja a su compañera.
—Claro que si querido –Respondió la kunoichi muy cariñosa.

De repente ella saca una rosa de su mano derecha avanzando rápidamente a un costado de Zoro, la rosa se hace pedazos esparciendo sus pétalos alrededor de Zoro.

—Tecnica especial; “Delirio de pétalo” –Cito la kunoichi tras realizar su técnica con la rosa.

Zoro repentinamente comenzó a tener una molestia en los ojos, enseguida su vista comenzó a mostrarles cosas incoherentes siendo todas irreales.

— ¿Qué es esto?... ¿alguna clase de técnica ilusoria? –Pregunto el pelirrubio sintiendo un dolor de cabeza con esa falsa perspectiva de la realidad.
—Cayo como mosca, ahora que se encuentra bajo el efecto ilusorio de mi rosa, es totalmente vulnerable a cualquier ataque gracias a la parálisis proporcionado de los pétalos, es todo tuyo querido –Dijo la Kunoichi a su compañero.
—Voy a disfrutar dándole el último golpe –Dijo el ninja levantando su Kanabo al aire.

De repente su comienza a deslumbrar de electricidad a su alrededor concentrando en la punta de esta, acto seguido el ninja de un gran salto comienza a descender directo hacia Zoro.

—No puedo moverme –Decía Zoro notando de repente restos de energía espiritual en su cuerpo que no eran de él — ¿podrían ser la causa de esta ilusión? –Pensó el pelirrubio —Supongo que no tengo muchas opciones –Decía el joven a sí mismo.

Mientras tanto aquel ninja seguía descendiendo velozmente estando unos segundos de impactar sobre Zoro.

— ¡Aquí viene lo grande hanyo! –Exclamo el ninja cayendo con la punta de su kanabo cargado de electricidad directo a Zoro — ¡Tecnica Final; ”Destello Cometa”! –Cito el tal ninja.

Cayendo realmente como si fuera un cometa rodeado de una destellante luz eléctrica, Zoro de repente explota en un mar de llamas azules que rodea todo su cuerpo, haciendo que recuperara la movilidad de su cuerpo y deshiciera la ilusión que tenia encima.

— ¿¡Deshizo mi técnica fácilmente!? –Se pregunto sorprendida la Kunoichi.

Para hacerlo más tenso para ellos, el joven hanyo da al descubierto sus rasgos Youkai mostrando sus orejas, bigotes y cola de zorro, se podía sentir en el aire como su energía espiritual hacia el aire pesado para ellos.

— ¡Aun mostrando tu verdadero poder no creas poder detenerme! –Dijo aquel ninja impactando finalmente con la punta de su Kanabo en Zoro o más bien un escudo de llamas azules que Zoro planta en frente de este — ¡Maldición!... ¡no puedo llegar hasta él!... ¿¡qué clase de poder espiritual es este!? –Dijo el ninja temeroso de no lograrlo.

Zoro sacudiendo su brazo provoca una fuerte brisa de llamas azuladas sobre el ninja que deshace su ataque e impulsa a dicho sujeto hacia atras dando contra una pared y quedando inconsciente, tal ataque había dejado sobre él serias quemaduras pero no mortales, además de unas pequeñas llamas azules sobre su cuerpo.

— ¡Querido! –Dijo la kunoichi preocupado por su compañero a quien asiste rápidamente — ¿Te encuentras bien? –pregunto ella apagando las pequeñas llamas azules con mucha dificulta.

Zoro aparece en frente de ambos con una mirada asesina dirjida a ellos que los intimida inmediatamente.

— ¡Por favor no lo lastimes, solo cumplíamos ordenes, por favor tennos piedad! –Dijo la kunoichi alterada cubriendo a su compañero como si fuera escudo humano.
— ¿Ordenes de quien? –Pregunto Zoro.
—Ordenes mía –Dijo Osamu apareciéndose al lado de Zoro.
— ¿Quien rayos eres tu? –Pregunto Zoro de mala gana.
—Me llamo Osamu Fumikae –Dijo el serio hombre presentando con respecto.
— ¿Osamu... Fumikae? –Pensó Zoro en su mente con oír ese nombre y apellido de repente.
—Para sértelo más claro, soy el padre de Isamu –Resumió Osamu quien era realmente.
— ¿El padre de... mi padre? –Pregunto el pelirrubio.
—Gran Osamu... lo siento... –Dijo el ninja herido por las quemaduras recobrando el sentido.
—Lo has hecho bien “Juro”, descansa –Dijo Osamu al ninja malherido.
— ¿Que significa todo esto? –Pregunto Zoro molesto.
—También debería preguntármelo yo, jamás creí que mi único hijo varón fuera capas de ir en contra del clan... contrayendo descendencia con un Youkai, muy decepcionante –Dijo Osamu mirando seriamente a Zoro.
— ¿Clan?, ¿quién diablos son ustedes? –Pregunto Zoro.
—Yo soy el líder actual del clan “Fumikae”, para que lo sepas nuestro clan es muy reconocido por platicar habilidades Ninjutsu con espirituales –Respondió Osamu.
— ¿”Ninjas exorcistas”? –Pregunto Zoro en resumen.
—Si lo vez de esa manera si, nuestro clan dio a conocer la grandeza de sus poderes y habilidades únicas durante el periodo Edo –Contesto el tal Osamu.

[PERIODO EDO: Era de Japón que abarca entre el año 1603 hasta 1867]

— ¿Y que trae tu clan conmigo? –Pregunto el pelirrubio.
—Nuestro clan tiene el deber de combatir contra demonios y espíritus, por lo que está prohibido el socializar con ellos, en especial; contraer descendientes, nuestra ley más poderosa –Contesto Osamu haciendo que Zoro reaccionara con el mover de una de sus cejas muy rápido.
— Ya veo, ¿en ese caso piensan eliminarme? –Pregunto Zoro cerrando sus puños con fuerza.
—A pesar de que eres el descendiente de mi único hijo varón, ciertamente la muerte seria el acto correcto a pagar por tal osadía pero... –Decía Osamu —No tomamos a todos los demonios como una plaga a eliminar –Dijo Osamu.
— ¿Y eso que significa? –Pregunta Zoro.
—Eres un hanyo muy especial y a pesar de que no luchas con el estilo de un Fumikae tienes la capacidad de ser uno, la sangre de nuestro clan se hace notar en ti joven semi-Kitsune –Contesto el tal Osamu.
— Sin duda está al tanto de lo que soy realmente... ¿acaso me estas pidiendo unirme a tu clan? –Pregunto Zoro.
—Es lo menos que podrías hacer, darías orgullo al puesto de honor que mi fracasado hijo opto por abandonar –Dijo Osamu mostrando una reacción de ira en el joven pelirrubio.

Enseguida Zoro larga una fuerte llamara hacia Osamu, pero fácilmente el hombre de edad avanzada lo esquiva sin problemas situándose en el techo de una casa del vecindario del cual estaba.

—Tienes una actitud muy obstinada al igual que tu padre –Opino Osamu.
—Puedes decirme lo que quieras a mí aun si es un insulto, ¡pero si vuelves a decir otra cosa que ofenda a mi padre, te mato! –Le advirtio el pelirrubio al tal Osamu.
—Supongo que hablar contigo ahora sería inútil, te daré tiempo para que lo pienses –Contesto Osamu —Mientras tanto, aquí tienes una herencia perteneciente de mi fallecido hijo –Decía el hombre de edad avanzada lanzándole a Zoro una kata enfundada.
— ¿Quien te pidió que me dieras esto?, ¿crees que cambiare mi opinión hacia ti por solo regalarme una Katana? –Pregunto Zoro.
—No es un regalo, como eh dicho es una herencia, perteneció en su totalidad a tu padre y ahora es tuyo por derecho, puedes hacer lo que quiera con ella; guardarla, tirarla, venderla, es tu eleccion –Contesto Osamu —Volveremos a vernos muy pronto, descendiente de Isamu –Dijo el hombre desapareciendo junto con aquel ninja y kunoichi con máscara de Oni.
— Lo que faltaba, estar en la mira de unos ninjas exorcistas –Comento Zoro sobre el asunto.

En ese momento Hikari recobra el sentido y se levanto de inmediato, recordando que Zoro estaba en apuros insiste en ir a su ayuda pero ya era tarde, la pelea ya habia terminado y el joven hanyo ya no se encontraba en el lugar.

Residencia Fumikae...
Zoro tras haber experimentado aquel evento con la pareja de ninja, decide dejarlo lo de visitar aquella fábrica abandonada por hoy.

—Que día de porquería... –Pensó Zoro —No sería buena idea el ir a la fabrica con esos locos estando cerca –Se dijo a sí mismo el pelirrubio —Ahora la cuestión es; ¿qué hare contigo? –Pregunto Zoro mirando la Katana que “heredo” según el tal Osamu.

Pensando unos segundos, comenzó con colocar su mano sobre el mango del arma teniendo por idea ver la Katana entera sin la funda pero lo pensó nuevamente y quitando su mano del mango decidió guardarlo en el armario de su habitación, dejándolo allí y cerrando el armario con llave. Cuando el pelirrubio no estaba a la vista del arma de repente unas extrañas cadenas aparecieron alrededor de dicha espada pareciendo imposible desenfundarla, pero de repente unas llamas azules aparecen de la nada sobre las cadenas del arma quemándola y liberando a la Katana de su atadura, acto seguido una especie de energía espiritual comenzó a fluir en ella.

— ¿Dónde estoy...? –Pregunto una voz proveniente de la Katana.

Mientras tanto en alguna parte de Kimitri...
El benévolo hombre mayor Osamu se encontraba observando desde lo alto de un techo ajo tranquilamente y de forma silenciosa el sol ocultándose, cuando de repente una Kunoichi con máscara de lobo se aparece a espalda de ella.

— ¿Vas a dejarlo ir así nada mas? –Pregunto la kunoichi.
—Hay que darle tiempo al tiempo –Contesto Osamu.
—En todo caso; ¿porque le diste la Katana de Isamu al chico? –Pregunto la kunoichi de la máscara de lobo.
—La Katana por lo general es de Isamu y sus futuros descendientes, técnicamente es suya por derecho, además a ti no te serviría de mucho ya que después de todo esa Katana no puede desenfundarse debido al sello que Isamu coloco en la funda para proteger al espíritu que habita en ella –Contesto Osamu.
—Se que el arma no es tan valioso como el espíritu en sí lo es, de todos modos me sigue impresionando que alguien de tu poderío no pudiera deshacer tal sello fácilmente –Dijo la kunoichi.
—El sello que mi hijo coloco en el arma... solo puede ser removido por una “persona clave” –Dijo Osamu.
—Ya veo... por esa razón se la entregaste –Contesto la Kunoichi.
—Yo no soy de mover cada pieza de ajedrez sin antes pensarlo –Comento Osamu
Continuara...

Previamente; Zoro había acabado de tener un encuentro con ciertos “familiares Fumikae” descubriendo pertenecer a una especie de clan de ninjas exorcistas.

Residencia Fumikae (Casa de Zoro)...
Mientras Zoro se encontraba dormido, de repente un sonido comienza a venir del armario donde Zoro guardo la Katana que le dio el tal Osamu.

— ¿Eh...? ¿qué es ese ruido? –Se pregunto Zoro despertando y mirando el armario.

El ruido había cesado y Zoro no tenía idea de lo que ocurría.

— Incluso el cansancio me juega una mala broma... –Comento el pelirrubio volviendo a dormir.

Pero aquel ruido no era cosa de imaginación.

—Isamu... maestro... ¿dónde está?... –Decía la voz proveniente del arma.


Despertando con un fuerte bostezo, el tan “simpático” hanyo camina hacia el baño lavandose la cara, prepara su bento, viste su uniforme del instituto y parte directamente hacia allí siendo interrumpido de repente por su espiritual amigo Mininao.

—Buenos días Zoro –Saludo el simpático espíritu con rasgos gatuno.
—Hola Mininao –Saludo de Zoro no forma no tan “animado”.
—Te ves algo cansado, ¿has dormido bien anoche? –Pregunto su preocupado amigo Mininao.
— ¿Parezco alguien que haya tenido una siesta tranquilo? –Pregunto con una espeluznante cara de “despertado”.
— ¿Los espíritus te han vuelto a molestar a altas horas de la noche? –Pregunto Mininao.
—No que yo sepa... es como si escuchara un ruido y cuando despierto... el ruido ya no está, ¿no sé si es mi imaginación o realmente alguien se quiere salir con la suya? –Respondió el pelirrubio.
—Que yo sepa ningún espíritu se ha atrevido a entrar a tu casa desde que supieron que acabaste con un Oni en el bosque Fairy –Comento Mininao.
— ¿Qué?, ¿cómo es que esa noticia llego a los espíritus? –Pregunto Zoro.
—Las noticias y rumores vuelan por los aires, inclusive cuando derrotaste a esa “Reikan”, todos lo que haces de relación espiritual o demoniaca es comunicado a los espíritus de los alrededores de Kimitri –Respondió Mininao.
—En ese caso... tengo una pregunta; ¿tienes algún contacto que tenga información sobre un tal clan de supuestos ninjas exorcistas llamados; “Fumikae”? –Dio el pelirrubio su pregunta.
— ¿¡Hablas del “clan Fumikae”!?, ¿¡el mas temeroso clan que domina Ninjutsu mezclado con artes exorcistas!? –Pregunto Mininao sorprendido de la duda de Zoro.
—Veo que si lo tienes –Comento Zoro.
—Supongo que el rumor es cierto... –Decía Mininao.
— ¿Que rumor? –Pregunto Zoro.
—Todos estan al tanto de que te apellidas “Fumikae” aunque nadie pensaría que realmente eras uno de... –Decía Mininao siento interrumpido por Zoro quien deja de caminar unos momentos poniendo una mirada seria sobre él.
—Reconfirma ese rumor; yo... no... soy... ¡uno de ellos! –Exclamo el pelirrubio furioso.
— ¡Disculpa, disculpa pero es solo un rumor!, no te dejes llevar por lo que dicen otros espíritus –Opinaba Mininao rodeado de su propio sudor espectral.
— (Suspiro)... En todo caso te agradecería si encontraras información interesante sobre ese clan –Dijo Zoro.
—Entendido, se los comunicare a mis contactos a ver que saben –Decía Mininao retirándose por el momento.
— ¿Desde cuándo algunos espíritus se han vuelto tan “paparazis”? –Se pregunto Zoro a si mismo continuando su camino al instituto.

Al llegar allí noto que nuevamente su “compañera de clase” Rita Amaratsu también había faltado hoy

—Es el segundo día que Rita no viene, ¿no te preocupa eso Zoro? –Pregunto la dulce Hikari al hanyo.

Zoro en silencio solo miraba al frente muy pensativo.

— ¿Zoro? –Pronunciaba Hikari su nombre con cierta preocupación.

Después del almuerzo y varias horas más llega finalmente la campana que comunica la finalización de clases por hoy, pero eso no era todo ya que hoy era sábado (como se había comunicado los japoneses tienen clase lunes a sábado, solo que los sábados las clases son más cortas siendo el resto del día totalmente libre hasta el lunes), el fin de semana había comenzado pero en la cabeza de Zoro otros asuntos estaban de forma más pendiente en su cabeza.

— ¿Que es lo que pretende ese viejo? –Pregunto Zoro con respecto a lo que dijo el tal Osamu líder del clan Fumikae.


Evento ocurrido ayer – Claro mensaje indirecto de Osamu...

—Supongo que hablar contigo ahora sería inútil, te daré tiempo para que lo pienses –Contesto Osamu


— ¿Pensar para unirme a ellos?, es obvio que no tengo en mente tal cosa –Comento Zoro en su mente —Pero... ¿acaso esa fue la vida pasada de mi padre?... ¿el habrá dejado al clan... por causa mia? –Se preguntaba a sí mismo.

Viniendo a espaldas de Zoro, Hikari caminaba a su casa siguiendo un camino que Zoro casualmente también tomaba, la joven de cabello celeste percibía que últimamente las cosas no estaban bien, comenzando desde el primer día que Rita falto a clase, sin decir nada en el resto del camino para llamar la atención del pelirrubio, cuando llega el momento de tomar un rumbo distinto en dirección a su hogar, el tal Mininao se aparece en frente de Zoro de forma muy alterada como si tuviera algo importante para decirle a Zoro, Hikari de solo verle por reacción se esconde escuchando intentando escuchar que es lo que dice.

— ¡Zoro, sucedió algo repentino!... –Decía Mininao muy alterado sin terminar de hablar aun.
— Cálmate un poco, relájate y dime que sucedió exactamente –Decía Zoro en respuesta para calmar y escuchar a Mininao.

Tan pronto escucho la noticia de Mininao, Zoro partió rápidamente para su casa, al llegar allí se dirigió directo a su habitación.

—No es posible... –Decía el pelirrubio sorprendido ante lo que veía.

El armario donde yacía la Katana estaba completamente destruido, sin olvidar detallar que el arma no estaba allí, por el daño hecho pareciera que alguien hubiera cortado en pedazos el destruido mueble.

— ¿Que demonios paso aqui?, ¿lo hizo un ladron? –Pregunto Zoro repentinamente.

De repente el joven hanyo sintió una presencia venir del techo de su hogar, al salir de casa y mirar hacia arriba se percata de que allí había alguien, un sujeto de cabello largo y negro, ojos azules, vestido con un kimono masculino, sandalias de madera, usando también un sombrero de paja da a lugar sin duda de que tenía una pinta de samurái, mostrando en su mano derecha portar la Katana que Zoro había guardado en el armario.

— ¿Así que tu eres el ladrón responsable del destrozo? –Pregunto Zoro.

Aquel sujeto de apariencia de samurái descendió al suelo como si flotara en el aire mirando frente a frente a Zoro.

— ¿Quién eres tu? –Pregunto el supuesto samurái.

—Eso tendría que preguntarte yo –Comento Zoro — ¿Quién eres tu y que haces con esa Katana robada en manos? –Pregunto Zoro.

— ¿Robada?, esta Katana es mía por si no lo sabes, pequeñuelo –Respondió el samurái.
— ¿A quién llamas “pequeñuelo”?, el hecho de que seas alto y con esa falsa apariencia de samurái no te da el derecho de insultar a la gente –Le comento el pelirrubio.
— ¿”Falsa apariencia de samurái”?, ¡para que lo sepas soy un autentico samurái, pequeño mocoso! –Exclamo el supuesto samurái furioso.
—Si claro al igual que los cuentos de hadas, para mí solo eres un viejo ladrón con un cosplay de cuarta, ahora te pido por favor que me devuelvas esa espada y te retires sin dar mas problemas, gracias –Contesto el pelirrubio.
—Joven acaba de insultar mi honor, le reto a un duelo –Dijo el samurái atacando a Zoro con la Katana que tenia.

De forma profesional el sujeto usaba la espada como un autentico samurái, en su primero ataque le dio un pequeño corte de advertencia a Zoro en la mejilla izquierda.

—Si te disculpa por lo dicho, considerare pasarlo en alto y me iré en paz –Advirtió el tal samurái.
—Sin duda sabes usar esa espada, pero eso no cambia nada –Dijo Zoro.
—En ese caso cambiare tu opinión empanando la hoja de mi arma con tu sangre –Contesto el tal samurái lanzando para dar otro ataque directo a Zoro.

Antes de que Zoro hiciera algún movimiento defensivo alguien interviene en el ataque del samurái apareciendo rápidamente y golpeando la Katana con unas garras electrificadas, el arma pasa a volar por el aire pero sorprendentemente el tal samurái da un increíble salto recogiéndola y descendiendo al suelo como si nuevamente flotara estando en el aire.

— ¿Quien se atreve a interferir en esta justa de honor? –Pregunto el samurái mirando a la responsable.

Siendo esa responsable nada menos que la “tímida” y bella Hikari.

— ¿Hikari?, ¿qué haces aquí? –Pregunto Zoro.
—Yo... bueno... es que vi que tenía problemas y yo... –Explicaba ella siendo interrumpido por Zoro.
—No te pedí que me siguieras y actuaras como un ángel guardián –Comento Zoro molesto.
—Yo solo... lo siento Zoro... –Dijo ella disculpándose con todo respecto a Zoro.
—Como sea, solo mantente alejado de esto por favor –Le pidió el pelirrubio a Hikari.
—D-de acuerdo... –Contesto ella tímidamente como de costumbre.
—Debo admirar que eres una joven de gran valor por haber interferido en ese ataque, sin duda alguna alguien normal habría resultado herido de gravedad o quizás muerto –Opino el tal samurái.
—Llámame lelo pero tú no eres humano realmente, ¿eres un espíritu acaso? –Pregunto Zoro.
—Hasta que por fin abres los ojos, es correcto yo soy un espíritu y no uno cualquiera –Respondió el samurái.

Zoro dándose una idea miro fijamente la Katana.

— ¿Podría ser que tu... seas un espíritu que habita en el arma? –Pregunto Zoro.
—Exacto, este espada como lo vez es mi cuerpo actual, lo último que queda de mi –Respondió el espíritu samurái.
—No lo entiendo, la ultima vez esa Katana no transmitía ninguna esencia espiritual, ¿cómo es que ahora si logro notar ese brote espiritual en el arma? –Se pregunto Zoro.
—Eso fue debido a que me encontraba “reposando” en ella cuando mi maestro rompió finalmente el sello –Contesto el samurái.
— ¿Maestro?, ¿sello?, ¿de qué hablas? –Pregunto Zoro.
—La persona a la que únicamente confió la hoja de mi filo, mi maestro Isamu –Respondió el tal samurái mostrando una reacción rápida de gesto en Zoro —La última vez que le vi... fue hace mucho tiempo, mi maestro hablo sobre un “cambio en su vida” que no incluía luchar más, había encontrado su paz y yo respectaba su decisión –Explico el tal samurái —Me negué a formar parte de su nueva vida por la razón de que podría balancear su paz en el sentido contrario con mi mera presencia espiritual cerca, pero aun así mi maestro no me abandono, busco la solución y sello mi completa presencia espiritual muy dentro del mi propio cuerpo que era el arma mediante una funda especial, esto provocaría que mi espíritu se encontrara en un estado de “descanso” de modo que mi energía espiritual desaparecía por completo, claro que también... mientras estuviera en ese estado tampoco podría ser desenfundado mientras el sello de mi maestro estuviese presente, en pocas palabras era un arma inusable –Explico detalladamente el tal samurái.
—Ya veo... tu maestro para protegerte decidió sellar tu alma en lo más profundo de tu único cuerpo mediante esa funda, de modo que nadie en especial malas manos no podrían usarte en tu contra jamás –Dedujo el pelirrubio.
—Sí, esa fue la razón principal por la que me sello, pero no me importaba en absoluto, ya que si él era feliz en su nueva vida, yo también lo era, pero el hecho de que el sello de la funda se haya disuelto, eso significa que finalmente mi maestro me ha despertado de mi largo sueño, pero... ¿dónde está mi maestro?, en vez de encontrarme con el aparecí en esa extraña habitación de una casa y de un lugar al cual nunca eh estado antes –Explico el tal espíritu samurái.
—Tu maestro esta muerto –Le respondió Zoro mostrando reacción de gesto en el espíritu samurái con tal respuesta —Tu maestro esta muerto –Le dijo el joven una vez más.
— ¿Mi maestro... muerto?... ¿¡acaso me topas por estúpido!? –Le pregunto el espíritu samurái muy molesto.
—No estoy bromeando, tu maestro realmente está muerto –Le comunico Zoro otra vez.
— ¡Mientes, deja decir mentiras como esas!... mi maestro aun debe estar vivo, tu solo intentas jugar con mi mente, ¡pagaras caro el intentar confundirme! –Exclamo el espíritu del samurái lanzándose rápidamente contra Zoro.
— ¡Zoro! –Pronuncio Hikari fuertemente su nombre en señal de preocupación.

Zoro desata sus poderes Youkai sin mostrar sus rasgos Kitsune siendo su cuerpo cubierto por completo por las flamas azules, avanza directo hacia el samurái y con la ayuda del fuego azulado que su cuerpo es cubierto el filo de la espada espiritual de su rival parece incapaz de llegar a tocar su piel por la fuerte influencia de las llamas, sujeta con fuerza con su mano izquierda el mango de la Katana del samurái deteniendo su ataque y con su derecha cierra el puño dándole un fuerte golpe en el estomago espíritu.

— ¡Ya cálmate de una vez! –Le aconsejo Zoro una vez dado su puñetazo a él.

Tras el golpe recibido el samurái comienza a calmarse, sintiendo vergüenza interior por haber perdido la compostura de esa manera, Zoro viendo que la situación se alivia hace desaparece las llamas azules de su cuerpo.

—Si tanto insistes, puedo llevarte con tu maestro –Le dijo el pelirrubio.

Y así Zoro dio su palabra, lo llevo hacia donde yacía su maestro, el samurái confiando en el acepto ser llevado, el lugar de destino fue el cementerio, a medidas que entraban allí Zoro y Hikari podían notar la reacción del samurái por estar presente en tal lugar.

—Aquí es... –Dijo el pelirrubio mostrándole la tumba de Isamu al samurái.
—M-maestro... no puede ser... no puede ser... –Decía el samurái arrodillándose de tristeza ante la tumba de su maestro.
— ¿Isamu... Fumikae?... ósea que... –Decía Hikari a media en su mente mirando a Zoro.
—Maestro... si tan solo hubiera estado allí... –Decía el espíritu decaído totalmente —Joven... el hecho de que conozcas la ubicación de la tumba de mi maestro, eso me dice que guardas alguna relación con el, ¿que eras tu de mi maestro? –Le pregunto el samurái a Zoro.
—Su hijo, me llamo Zoro Fumikae –Contesto Zoro mostrando la reacción de su respuesta en el samurái y Hikari también —Eh cumplido mi palabra, te dejare a solas con el –Dijo el pelirrubio retirándose del lugar.

Hikari en silencio también se retiro de allí junto con Zoro.

— ¿Es seguro dejarlo así? –Pregunto Hikari a Zoro.
—Tan solo necesita tiempo a solas con él, es todo –Respondió Zoro —Lo que hará después es decisión suya –Comento además el joven hanyo.
—Zoro, sé que es directo lo que preguntare pero... ¿de verdad tu... vives solo? –Pregunto Hikari tímidamente.
—Supongo que escuchaste eso en el instituto como un rumor, ¿no? –Contesto Zoro con una pregunta.
—Eh bueno yo... –Decía Hikari respondiendo a la duda del pelirrubio con tal timidez.
—Está bien Hikari, la verdad es que si vivo solo, mi madre nos abandono a mí y a mí padre cuando apenas era un bebe, mi padre era lo único que tenía hasta cierto día... -Dijo Zoro sin mostrar reacción sentimental en sus palabras.
—Siento mucho oír eso... –Dijo Hikari respetuosamente.
—Aun viviendo solo... eso no me deprime en absoluto, mi padre siempre decía; “por mucho y difícil que sean los obstáculos en tu destino, siempre habrá un camino a la felicidad” –Decía el pelirrubio —Tengo mi camino a la felicidad aunque no lo parezca, no veo el porque deba deprimirme –Comento el pelirrubio.
—A pesar de que conoces la soledad... tú sin problemas tienes el valor para hacerle frente a esos incómodos sentimientos, te admiro mucho... Zoro... –Decía la joven Hikari desde lo profundo de sus pensamientos.
— ¿Eso responde a tu pregunta Hikari? –Pregunto Zoro a Hikari.
—Ah... si... gracias por hablar de ello Zoro... disculpa si te hice una pregunta incomoda –Dijo ella apenada tímidamente.
—No es necesario que te disculpes, no tengo problemas para hablar de ese asunto –Comento el pelirrubio.
—Sin lugar a duda... no fue mala idea venir aquí –Dijo la joven de cabello celeste en su mente.

Con el retirar de ambos, el espíritu samurái aun seguía de rodillas lamentándose por no haber estado allí cuando su maestro murió.

—Maestro... –Decía el samurái recordando aquella vez cuando se encontró por primera vez con su maestro.


Varios años atras...
Ubicados en un bello pastizal verde de un campo en las afueras de una ciudad...
Todos los días un samurái cuya arma blande en sus manos, se situaba allí mirando al sol con la brisa correr sobre él, como si fuera una estatua no parecía manifestar movimiento alguno, tan solo observaba detenidamente al sol, sumergiéndose en su paz interior con la tranquilidad del entorno que le rodea, cuando parecía cerrar sus ojos alguien se aparece allí hablándole.

—Disculpa, ¿eres tú el supuesto espíritu que suele aparecer con frecuencias por estos campos de la región de Kanto? –Pregunto un joven semi-adulto de cabello marrón claro y ojos celeste.
— ¿Quién eres tu? –Pregunto el samurái.
—Soy Isamu Fumikae, gusto en conocerte –Se presento el hombre amablemente.
— ¿Eres otro de esos exorcistas que trata de tomar mi poder para su beneficio? –Pregunto el samurái.
— ¿Otro exorcista?, bueno en si soy un exorcista pero... tomar tu poder no está en mi labor por lo que... –Explicaba Isamu siendo interrumpido por el samurái.
— ¡Suficiente!, no necesito oír el resto de tus excusas sabiendo que eres un exorcista, ¡blande tu arma y que comience este duelo! –Exclamo el samurái sosteniendo su Katana de modo en que posiciona para atacar.
—Oye espera, no tengo intenciones de luchar contigo –Dijo Isamu tratando de calmar.
— ¡Calla exorcista!, pelea y defiende tu honor al desafiarme –Dijo el espíritu samurái.
—Bueno tratando de cosas como el honor, en ese caso no tengo mas opción que luchar supongo –Decía Isamu desenfundando una espada más liviana y pequeña que la Katana de su rival.

“Fue en ese la lucha que vi el gran potencial de mi maestro por primera vez, a pesar de que no tomaba en serio esa pelea”.

Unas horas después...
Con el sol comenzando a ocultarse, ambos habían llevado su pelea bastante tiempo sintiendo el efecto del cansancio, en especial para el espíritu cuyo poder espiritual comenzaba a disminuir drásticamente.

—Eres un digno oponente... mi poder espiritual ya casi no da para más, tu ganas, puedes hacer conmigo lo que quieras –Dijo el samurái aceptando su derrota.
— ¿Hacer lo que quiera?, ¿entonces ya podemos dejar de pelea y hablar de forma civilizada? –Pregunto Isamu guardando su arma.
— ¿Eh?, ¿no vienes a cazarme y obtener mi poder espiritual para tu beneficio? –Pregunto el samurái.
—No, ¿no había respondido esa pregunta al comienza antes de la pelea? –Contesto Isamu.
—Entonces... ¿qué es lo que quieres platicar conmigo? –Pregunto el samurái.
—Bueno quería ver si hablando contigo podía comprobar que no eres un espíritu maligno –Contesto Isamu.
— ¿Espíritu maligno?, ¡pero si yo no eh hecho nada malo! –Exclamo el samurái molesto.
—Lo sé, lo sé, disculpa si soné grosero –Dijo Isamu disculpándose respetuosamente —Pude darme cuenta de ello cuando nos enfrentamos, tu en realidad eres una buena persona o masa bien un buen espíritu –Comento el joven adulto.

“Fue la primera persona que no me vio con miedo o como una amenaza, para él no era diferente, para mi maestro yo era alguien”

—Supongo que mi labor aquí concluye, disculpa por la molestia ocasionada, me retiro, gusto en conocerte –Decía Isamu despidiendo con respecto.
— ¡Espera un momento! –Le dijo el espíritu samurái a Isamu haciendo que se detuviera.
— ¿Ocurre algo? –Pregunto Isamu sonriéndole amablemente.
—En vista de que eres el primer en vencerme, por mi ley de honor en este momento estoy bajo tu servicio –Dijo el samurái humildemente.
—No es necesario que hagas eso –Dijo Isamu avergonzándose con la situación.
— ¡Para nada!, me has vencido y por derecho te has ganado mi respecto y aceptación, maestro Isamu –Decía el samurái desapareciendo en la Katana y haciendo que esta se moviera en el aire flotando hasta llegar a las manos de Isamu.
—Entiendo... en ese caso es un gusto tener tus servicio esto... ¿cómo te llamas? –Pregunto Isamu a la Katana que era el samurái.
—Me llamo Minamoto Yoshikua, estoy a sus ordenes maestro –Dijo el samurái presentando su nombre finalmente.
—Un gusto conocerte Minamoto, ¿vamos a casa? –Le dijo Isamu amablemente regresando juntos a su nuevo hogar.

“Cuando me di cuenta de que estaba muerto y mi existencia se limitaba a una Katana, dedique entonces mi nueva forma de vida a viajar por los alrededor de esta nueva era de Japón, nunca fue un viaje tranquilo con la aparición de muchos guerreros modernos denominados exorcistas, quizás debido a mi nueva apariencia, se ve que en este mundo realmente los espíritus no son muy aceptados, aun influyendo miedo bajo mi nueva perspectiva jamás me rendí ante mi nuevo yo, blandí espada mi propio cuerpo e hice frente a aquellos obstáculos en mi camino. Yo nunca tuve un hogar al cual pertenecer, hasta que lo conoce a él... a mi maestro, jamás olvidare esa frase que siempre decía”...

—Por muchos y difícil que sean los obstáculos de tu destino, siempre habrá un camino a la felicidad –Era la frase de Isamu que el espíritu samurái Minamoto recordaba.

“Tenia razón maestro... a pesar que el destino que deparo mi vida fue sin duda un desafío para mi, pude encontrar aquel camino que me dio mi felicidad, gracias maestro”.


—Sé lo que debo hacer ahora maestro, muchas gracias –Dijo el espíritu samurái Minamoto despidiéndose de su maestro mientras el sol comenzaba a ocultarse.

Residencia Fumikae (Casa de Zoro)...
El joven hanyo llegando a su casa, comienza a prepararse algo para comer.

—Con todo lo ocurrido hoy, no tuve tiempo para ir a esa fábrica abandonada –Decía el pelirrubio frustrándose de ello con un leve suspiro —Supongo que será para otro día –Comento el joven hanyo.

De repente alguien toca la puerta, Zoro dejando la cocina por un momento atiende al llamado, al abrir frente a él se encontraba el espíritu samurái Minamoto.

— ¿Que trae por aquí? –Pregunto Zoro.
—Después de aclarar mi mente y despedirme de mi maestro finalmente eh tomado una decisión –Dijo el tal samurái.
— ¿Decisión?, ¿qué decisión? –Pregunto el pelirrubio.
—No pude proteger a mi maestro, pero en cuanto me percate de tu eras su hijo reflexione sobre el asunto y me di cuenta de una cosa... si no pude protegerle a él, entonces protegeré a sus descendientes –Contesto el samurái Minamoto decidido.
— ¿No me digas que tu...? –Pregunto Zoro a medias.
—Así es, ahora estoy bajo sus servicios, descendiente de mi maestro –Dijo el espíritu samurái respetuosamente con una reverencia
—Me llamo Zoro para que lo sepas –Dijo el pelirrubio.
—En ese caso, estoy bajo sus servicios, maestro Zoro –Dijo el espíritu samurái dando otra de su reverencia respetuosa hacia Zoro.
—Espera, ¿te das cuenta de lo que dices? –Pregunto Zoro.
—Claro que si, se que usted realmente fue quien removió el sello de la funda quien tenía sobre la Katana despertándome de mi gran letargo, es tan claro como la lluvia para quien debo mostrar mis más sinceros respectos, maestro Zoro –Contesto el samurái desapareciendo su imagen humana en la Katana y flotando esta hasta estar en las manos de Zoro.
—Je, supongo que sería grosero de mi parte el negar tu petición, en ese caso; un placer conocerte tu... ¿cómo es que te llamas? –Pregunto Zoro.
—Minamoto Yoshikua, maestro Zoro –Contesto con todo respecto el samurái.
—Como sea, un gusto conocerte Minamoto, bienvenido a tu nuevo hogar –Le dijo el pelirrubio sin siquiera una sonrisa.
—Gracias, maestro Zoro... –Respondió el espíritu con cierta nostalgia en su voz.

“Maestro Isamu, eh hallado nuevamente... el camino a mi felicidad, gracias a usted... maestro...”
Continuara...

Previamente: Zoro había descubierto que aquella Katana que se le regalo por herencia, tenía en su interior el espíritu de un antiguo samurái, habiendo pasado por tanto el espíritu acepta a Zoro como su maestro poniéndose bajo su servicio, así como lo fue con su anterior maestro Isamu (Padre de Zoro).

Un joven adulto de cabello negro cuya cabellera era cubierta mayormente por una bandana color negro con la imagen de una calavera en ella, además de poseer ojos color verde, vestido con chaqueta, gorra y pantalones de cuero que llevaban también la misma imagen de una calavera en cada una de ellas y además una larga bufanda roja que le llegaba a la espalda camina por las calles hasta llegar a un viejo muelle.

—Creo que esta noche será entretenido participar en esas peleas a la que llaman “jaula de desesperación” –Comento el sujeto de aspecto rebelde.

En ello la silueta de un tipo alto y musculoso se aparece a espaldas de él.

— ¿Qué crees que haces “Chop”? –Pregunto la silueta.
—Ya sabes, matar el tiempo –Contesto el tal llamado Chop.
—Me da igual tu motivo, solo trata de no llamar la atención de ciertas “personas” –Le advirtió la misteriosa silueta.
—Créeme que estoy al tanto de que la “AOGE” nos tiene en su lista y sin mencionar que uno de sus afiliados la organización “Chosei” es la que vigila esta ciudad –Respondió el tal Chop a la silueta.
—Solo cumple con lo ordenado, no llames la atención demasiado –Advirtió una vez más la silueta desapareciendo tan rápidamente como apareció.
—Je, ¿me pregunto cuándo podre divertirme en serio? –Se pregunto a sí mismo el vándalo mostrando una sonrisa malévola.


Mientras tanto el joven hanyo se encontraba en un sábado casi cerca de la medianoche caminando por las calles.
—No me quejo del hecho de que decidieras quedarte conmigo pero... ¿¡porque tienes que seguirme!? –Pregunto Zoro a la Katana que llevaba enfundada a la espalda.
—El peligro puede estar presente en cualquier lugar maestro Zoro, es mi deber estar a su lado a toda hora –Contesto el espíritu samurái Minamoto.
—Como sea, si vas a estar conmigo entonces te pediré que no hables cuando haya personas cerca presente, lo menos que quisiera es que se creara una conmoción por el hecho de tener una Katana parlante –Comento Zoro.
—Descuide maestro Zoro, las personas que no esten afinado con lo espiritual no pueden ver mi espíritu o escuchar mi voz en la Katana a diferencia de usted –Le aviso Minamoto a su maestro.
—Mmm... es cierto, de modo que eres un espíritu y como no todos pueden verlo –Decía Zoro a sí mismo.
—Por cierto maestro, ¿a dónde nos dirigimos? –Pregunto Minamoto.
—A la única forma de ganarme la vida económicamente rápida con la edad que tengo –Contesto el pelirrubio.
— ¿Y cuál sería eso maestro? –Pregunto respetuosamente Minamoto.
—Ya lo veras por ti mismo –Contesto el hanyo adolecente.

La caminata de Zoro lo llevo hasta el muelle de Kimitri donde un grupo de tres hombres vestidos con chaquetas de cuero y aspecto de salvajes y peligrosos le esperaban viendo con una cara muy seria.

—Vaya, vaya, pero mira a quien tenemos aquí en esta noche –Dijo uno de ellos.
— ¿Que tan bueno son los premios esta noche? –Pregunto Zoro.
— ¡Jajaja!, típica pregunta del” zorro de Kimitri” el mejor luchador de la “jaula de la desesperación” –Contesto otro de ellos.
—Ustedes tres saben que hablo en serio; Badu, Zayu y Namu –Nombro el pelirrubio a los tres.
— ¡Jajaja!, eso ya lo sabemos chico –Dijo el tal Badu siendo el más gordo y alto de los tres.
— El premio como siempre es mucho efectivo, si es que ganas claro –Contesto el tal Zayu siendo el mediano de los tres y con cabello a media (es decir era pelón).
—“Si es que gana”, amigo sabemos que el “zorro de Kimitri” les pateara el trasero sin dudar a esos idiotas –Dijo el tal Namu siendo el más petizo de los tres.
— ¿”Zorro de Kimitri”? –Pensó la Katana Minamoto con respecto al extraño nombre dado a su maestro.
—Vamos chico, hoy la competencia está que arde, escuche que hay un nuevo “aspirante a ganar” entre esta y la semana anterior –Menciono Badu.
—Sea quien sea no es competencia para el “Zorro de Kimitri” –Opino el tal Namu.
—Como sea, solo llévenme a la arena –Contesto el pelirrubio.
— ¡Ese es el espíritu! –Dijeron los tres al mismo tiempo.

Al ingresar dentro de un viejo edificio con aspecto de abandonado en el muelle, dentro de revela una enorme arena de combate con una jaula de acero totalmente resistente y una gran multitud aclamando a una pelea ilegal de apuestas donde solo el más fuerte y el más audaz se llevaría una buena tajada o quizás también una buena apuñalada.

—Bien iré a los vestidores a cambiarme –Comunico Zoro a los tres.

Tardando unos leves minutos, Zoro tiene un cambio totalmente de look, no usaba calzado, tenía unos largos pantalones largos color negro con una musculosa color azul y en la cara se cubría con una máscara de zorro usado tanto en festivales como en teatros japoneses.

—Estoy listo –Comunico Zoro.
—Oye chico, puedo ver esa Katana que llevas en la espada, ¿no pensaras de verdad usar eso en las peleas o sí? –Pregunto Badu.
—Eso es ilegal aun para estas peleas no legales –Comento Zayu.
—Es decir que va en contra de las reglas de la “jaula de la desesperación” –Dijo Namu.
—Está bien maestro, comprendo que no podre ir más allá con usted, le deseo suerte –Dijo el espíritu de la Katana.
—Entiendo, Badu, ¿podrías tener mi Katana un momento? –Pregunto Zoro al más gordo de los tres.
—Jajaja, sabes que no necesitas preguntármelo, es un honor –Respondió Badu.

Zoro entregándole por un la Katana a Badu, se dirige de inmediato hacia una de las dos entrada y salida de la enorme jaula de acero que rodeaba a la arena.

—Es hora de hacer las apuestas, ¿no creen muchachos? –Pregunto Badu.
— ¡Sin duda alguna! –Contestaron Zayu y Namu a la vez.

Zoro llega a la puerta de la jaula donde es recibido por un sujeto calvo muy musculoso siendo el encargado de una de las puertas de la jaula.

—Justo a tiempo, ¿listo para la pelea? –Pregunto el sujeto calvo de grandes pectorales a Zoro.
—Si –Contesto Zoro.

Habiendo terminado la pelea actual, ambos luchadores salen de la arena por puertas separadas como dictan las reglas, Zoro es el siguiente en ingresar situando dentro de la jaula donde la sangre podía verse tan claramente en el suelo, además su mera presencia hacia que la multitud comenzara a aclamarle como un ganador.

— ¡Damas y caballeros aquí tenemos al actual campeón de la “jaula de la desesperación” quien no solo competirá por su titulo sino por el gran y jugoso premio de esta noche; 250.000 yenes en billetes, denle un fuerte aplaudo al “Zorro de Kimitri”! –Dijo el locutor de la peleas presentando a Zoro y haciendo que el publico gritara su nombre en apoyo.

Zoro no reaccionaba ante las aclamaciones de la gente, tan solo estaba allí quieto y esperando el momento de la pelea.

—Y su oponente; ¡“Demoledor sumo”! –Dijo el locutor.

Un gordo con músculos, cara pintada y calzones de sumo entra a la arena mirando de forma intimidante a Zoro.

— ¡Te voy a aplastar pequeño zorro! –Le dijo de forma intimidante al pelirrubio sin nada de efecto sobre él.
—Lo que tu digas, gordo –Contesto Zoro provocando un efecto de provocación en su rival son solo decir la última palabra.
— ¡Que comience el encuentro! –Exclamo el locutor de las peleas iniciando el combate de Zoro contra el supuesto luchador sumo.
— ¡Date por aplastado sabandija! –Le dijo el tal demoledor sumo a Zoro.
—Solo ataca de una vez, gordo –Le respondió Zoro provocando aun mas a su rival con lo ultimo mencionado nuevamente.

El “demoledor sumo” corre hacia Zoro dando un salto con su barriga directo hacia él para aplastarle, el pelirrubio fácilmente viendo venir varias obertura en la ofensiva de su rival, decide contraatacar, un puñetazo directo a la cara del sumo que manda por la fuerza de impulso hacia atras a su gordo oponente haciendo que impactara contra la misma jaula cayendo después derecho al suelo y quedando fuera de combate.

— ¡El ganador como era de esperarse; “El zorro de Kimitri”! –Comunico el locutor haciendo que el público aclamara mas a Zoro — ¡Es el combate numero 5 de esta noche, quédense con nosotros porque habrá más sangre correr en “la jaula de las desesperación"! –Informo el tal locutor a todos los presentes.

Zoro saliendo de la jaula se reúne con Badu, Zayu y Namu de inmediato.

—Una victoria magnifica maestro –Dijo Minamoto.
— ¡Jajajaja!, como era de esperar del campeón, una victoria corta y aplastante –Opino Badu.
—Sin duda llegaras a la final y tendrás el premio –Comento Zayu.
—Estoy seguro de que también le ganaras a ese “nuevo aspirante” –Dijo Namu.
— ¿Quién es ese tal “aspirante”? –Pregunto el pelirrubio.
—Creo que estas a punto de saberlo –Contesto Badu mirando atentamente a la arena.

El tal sujeto llamado Chop hace acto de aparición en la jaula siendo exclamado por la gente de su alrededor.

— ¡Damas y caballero, presentamos al nuevo aspirante de campeón quien desde la semana pasada a tenido un total de 50 victorias consecutivas rápidas ante todos sus oponentes, denle un fuerte aplauso al apodado “Rebelde Sombrío”! –Comento el locutor.
—La semana pasada no pude venir aquí y las peleas de la jaula de la desesperación son de jueves a sábado, quien hubiera pensado que alguien lograra hacer tanto en tan solo una semana, me huele a que es otro demonio escabullido, uno muy fuerte –Pensó el pelirrubio en su mente.
— ¡Y su oponente “El veterano sol naciente”! –Presento el locutor al oponente siendo un corpulento karateca con una cinta blanca en la cabeza que tenia la imagen de un circulo naranjado que representaba al sol — ¡ Y comiencen! –Exclamo el hombre iniciando el combate.

Tan pronto se escucho el exclamo del conductor el rival del tal Chop se movió rápidamente a pesar de su pesado cuerpo llegando a estar en menos de un segundo a unos leves centímetros de él con el puño cerrado apuntándole, a pesar de su veloz ofensiva el joven rápidamente da un sencillo giro evadiendo su puño y dándole un codazo en la nuca, el fuerte golpe del tal Chop manda a volar al supuesto karateca contra los barrotes de la jaula para luego caer al suelo y terminar fuera de combate.

—Je, no me sirve ni como burla de calentamiento –Opino el tal Chop.
— ¡Victoria rápida señoras y señores el luchador “Rebelde Sombrío” ha mostrado nuevamente sus grandes habilidades en la jaula de la desesperación!, ¿¡podría ser acaso este joven un rival potencial para el campeón actual el zorro de Kimitri!? –Comento el Locutor haciendo rugir el grito de la gente por a ellos dos combatir.
—Supongo que esta noche será interesante –Dijo el tal Badu.
—Sin duda –Respondió el pelirrubio.

Las victorias estarán claro, los luchadores denominados “El zorro de Kimitri” y “Rebelde Sombrío” avanzaron fácilmente a las rondas finales debido a los oponentes menos fuertes que le tocaron, llegando finalmente a la última pelea de la noche, la más esperada, el campeón actual de la jaula de la desesperación contra el competidor que viene a reclamar el titulo, la gente estaba extasiada del ánimo por querer ver a dichas figuras entrar a la arena y comenzar a combatir.

—El combate final chico, si ganas conservas el titulo y el premio, dos pájaros de un tiro –Comento Badu.
— ¡Gana campeón si lo logras estaremos rodeado de muchos yenes con la apuesta que hicimos a tu favor! –Dijo el tal Zayu.
—Oye cálmate, claro que ganara, después de todo es el campeón por supuesto –Dijo Namu.
—Suerte chico, algo me dice que tu último rival será sin duda un oponente a la altura –Opino Badu.
—Gracias lo tendré en cuenta –Contesto Zoro dirigiéndose a la arena de la jaula.
—Suerte maestro –Le deseo su Katana Minamoto.
—Por supuesto que la tendrá –Pensó el tal Badu.

Zoro una vez dentro de la arena de la Jaula se encuentra frente a frente a su rival quien ya estaba esperándole allí, el tal Chop choca su mirada con la suya cruzándose entre ambos una vista de rivalidad.

— ¡La pelea más esperada de esta noche finalmente ha llegado; el campeón actual de la jaula de la desesperación “El zorro de Kimitri” contra el aspirante a campeón “Rebelde Sombrío”!, ¿¡podrá el zorro defender su título o tendremos a un nuevo campeón!? –Comentaba el locutor llenando más las ansias de los espectadores por verlos pelear.
—Supongo que tu debes ser el más fuerte de este basurero humano, ¿o me equivoco? –Pregunto el tal Chop a Zoro.
—Entonces si eres un demonio –Contesto Zoro.
—Je, podría decir lo mismo de ti, tan joven y haber llegado hasta aquí tú solo, demasiado obvio para ser cierto, ¿no lo crees así chico? –Le pregunto el sujeto rebelde al pelirrubio con una cara malévola.
—Como sea, no me contendré, es lo último que avisare –Comunico Zoro a su rival.
—Je, eso esperaba oír, seria aburrida si no pelearas en serio –Contesto presumidamente el tal Chop.
— ¡Las apuestas estan cerradas, finalmente ha llegado el momentos señoras y señores, el encuentro final de esta noche! –Comunico el locutor.
— ¡Vamos “zorro de Kimitri” acaba con ese aspirante! –Aclamo una parte del público.
— ¡Lo nuevo es mejor, tu puedes ganar “Rebelde Sombrío”! –Aclamo otra parte del público presente.

Tal parece que los espectadores estaban divididos entre aquellos que seguían a Zoro y otros al tal llamado Chop.

— ¡Que comience el encuentro final! –Exclamo el locutor dando el aviso de comenzar la última pelea.

Con el comenzar de la pelea ninguno de los dos se había movido aun, tan solo se miraban fijamente como si alguno de los dos esperara a que uno hiciera su movimiento primero.

—Je, entonces será un gusto dar el primer golpe –Dijo el tal Chop comenzando a avanzar lentamente hacia Zoro.

El pelirrubio posicionándose espera atentamente a cualquier respuesta de su parte para contraatacarle, Chop se detiene por un momento haciendo que Zoro reaccionara a modo de bajar la guardia y acto seguido de un paso hacia adelante avanza directo hacia el pelirrubio apareciendo a espaldas del “zorro de Kimitri” lo cual sorprende a todos los presentes.

— ¡Increíble velocidad de parte de “Rebelde Sombrío”! –Comento el locutor.

Lanzando un codazo directo a la nuca de Zoro, el joven contrarresta el golpe bloqueándole con su brazo derecho.

—Oh, tienes buenos reflejos –Comento el tal Chop.

Zoro lanza una patada hacia el pero Chop fácilmente le esquiva tomando distancia de dos metros hacia atras.

—Eres bueno chico, sin duda no eres un demonio ordinario –Dijo el tal Chop.
—Lo mismo digo –Respondió Zoro.
—Supongo que al fin podre tener la diversión que tanto anhele desde hace un buen tiempo –Decía presumidamente el joven rebelde.

De repente los ojos de tal Chop se tiñeron de negro un aura de color azul oscuro apareció alrededor de su cuerpo siendo Zoro el único presente que podía verlo.

— ¿Que está haciendo? –Se pregunto el pelirrubio.

El aura comenzó a crecer rodeando a toda la arena e inundando a toda la jaula entera, tocando las luces del edificio estas se apagan dejando a oscuras el lugar, provocando el disgusto de la gente.

— Apago la luces del lugar con solo usar su energia espiritual -Dijo Zoro sorprendido de ello.
— ¿¡Qué diablos les paso a las luces!? –Exclamo uno de los espectadores.
— ¡Oigan encienden las luces! –Grito otro.
— ¡Maldita sea así no se puede ver nada, enciendan las luces con un maldición! –Se quejo otro más acumulándose entre las masas.

Mientras ellos se quejaban a los gritos, Zoro no dejo de poner un ojo encima a su rival, a pesar de la oscuridad parecía que el pelirrubio aun podía ver bastante bien.

— ¿Que es lo que pretendes? –Le pregunto Zoro a su oponente.
—Jejeje, mientras esos patéticos humanos lloriquean en la oscuridad, nosotros podríamos tener un enfrenamiento más certero con nuestros “verdadero potencial” –Respondió Chop.
—Se has vuelto completamente loco –Dijo el pelirrubio.
—Quizás... pero si fuera tu me preocuparía mas por no distraerme –Decía el tal Chop apareciendo a espaldas de Zoro por sorpresa.

Zoro recibe un fuerte puñetazo por parte de su rival haciendo que la máscara terminara volando de su cara hasta caer en el suelo.

— ¿Eso te dolió?, oh disculpa si fui tan rudo, espero que el siguiente sea de tu gusto –Dijo Chop dándole otro puñetazo a Zoro en la cara — ¿Qué pasa “zorro de Kimitri”?, pensé que realmente eras el más fuerte pero ahora veo que solamente eres un fraude cuando se trata de enfrentarse a alguien de “tu calibre” jejeje –Dijo burlonamente el joven rebelde.
—No me subestimes... –Contesto Zoro lanzando un puño a pesar de la oscuridad e increíblemente haber acertado en la cara de su rival.

La fuerza del golpe de Zoro manda a unos leves centímetros atras a Chop, sacando la lengua de su boca la lamer su herida el joven rebelde sonrió a carcajadas en la oscuridad tras ese golpe.

—Tienes mucha fuerza chico, tengo curiosidad por saber qué tipo de demonio eres –Dijo el tal Chop —Ha pasado tiempo desde que alguien me dio un golpe tan fuerte como para sentir este dolor, jeje llamas mi atención muchacho –Comento además el joven.

Avanzando directo hacia Zoro nuevamente, el pelirrubio se lanza con otro puñetazo pero lamentablemente su rival se mueve tan rápido que aparece en el aire sorprendiéndole con una patada giratoria a la cabeza, la fuerza del golpe manda al pelirrubio varios metros atras hasta darse contra la jaula, sin perder el sentido salta de allí dirigiéndose hacia el furioso, pero Chop se toma la molestia de esperar a que llegue y aparece a su lado dando otro de sus golpe directo a la cara de Zoro el cual dicho golpe le hace detener tras ser arrastrados unos centímetros atras por la fuerza de impacto, el pelirrubio ya tenía sangre saliendo de su boca.

—En verdad es muy fuerte y más usando entorno oscuro a su favor –Dedujo Zoro.
— ¿Qué pasa “zorro de Kimitri”?, no escucho que te muevas, ¿acaso ya te rindes? –Le pregunto burlonamente el tal Chop.
—No, esto apenas lo considero un rasguño –Contesto Zoro.
—Oh que valerosas palabras, veamos si mi siguiente movimiento aun sostienes esas palabras –Comento el tal Chop.

Zoro cerrando sus ojos comenzó a concentrarse.

—Para ganar no bastara dar con simples golpes corrientes, tratándose de un demonio de este nivel tan solo tengo una opción –Pensó el pelirrubio en su mente.
—Golpe de gracia, es lo que será lo siguiente que ocurra, prepárate “zorro de Kimitri”, porque planeo convertir esta pelea en un baño de tu propia sangre –Se dijo Chop a sí mismo.

La mano derecha de Chop toma forma de filosas garras oscuras y moviéndose rápidamente y de manera sigilosa termina a espaldas de Zoro, con el ruido de la gente quejándose con la oscuridad del lugar sería imposible para el pelirrubio enterarse del acercamiento de Chop ante sus leves e silenciosos pasos y los gritos y bullicios de queja de la multitud del lugar.

—Fue una buena pelea, pero lamentablemente todo lo bueno tiene que terminar –Dijo Chop en su mente atacando la retaguardia de Zoro con su filosa garra.

Zoro de inmediato cierra su puño derecho rodeándole de sus llamas azules, acto seguido se da vuelta usando su brazo izquierdo para interceptar el ataque de su rival y detenerle, Chop ante la vista presente de las llamas azules queda sorprendido y distraído a la vez.

—Esas llamas azules me son familiar... ¿acaso son...? –Se pregunto a media recibiendo el golpe ardiente azulado de Zoro en el pecho.

El fuerte golpe manda con toda potencia a Chop contra la jaula atravesándola inclusivamente y cayendo en el suelo fuera de la arena, la oscura aura del joven rebelde desaparecen del lugar regresando la luz, Zoro antes de que es ocurriera había tomado su máscara de zorro del suelo y colocado en la cara logrando a tiempo ocultar su identidad, el público presente en vista de que “Rebelde Sombrío” estaba fuera de la arena y de que había un increíble agujero en la jaula estaban totalmente sorprendidos y con la duda de que pudo ocurrir cuando la luz de corto.

— ¡Parece que el problema de la luz ha cesado y en su regreso nos ha mostrado una sorpresa inesperada, el luchador “Rebelde Sombrío” se encuentra fuera de la arena!, ¿tan feroz habrá sido la lucha para terminar atravesando el metal de la jaula que los rodea? –Comento el locutor.

En eso Chop comenzó a levantarse del suelo haciendo sonar sus huesos y sonriendo malévolamente como diciendo “estoy bien”.

— ¡Sorprendente, el joven “Rebelde Sombrío” aun sigue de pie lo que significa que aun estando fuera de la arena si el combatiente no ha perdido la conciencia o está aun en condiciones de luchar, entonces la pelea continua! –Informo el locutor.

Tan pronto Chop se había levantado del suelo y de terminar el locutor de informar sobre que podía seguir el combate, el joven de aspecto rebelde levanta su mano izquierda con intención de decir algo ante todos.

— ¡Me rindo! –Exclamo Chop sin quitar esa sonrisa de su boca.

Sus palabras hicieron que todos los presentes mostraran una reacción inmediata.

— ¡El combatiente Chop se ha dado por vencido, entonces eso significa que el titulo de campeón aun sigue perteneciéndole a “el zorro de Kimitri”! –Exclamo el conductor.
—Reconozco cuando debo decir “suficiente” por hoy –Dijo el tal Chop retirándose del lugar sin quitarse esa sonrisa del rostro.
—Fue demasiado arriesgado... pero no tuve opción –Dijo el pelirrubio en su mente.
— ¡Bien hecho maestro!, a pesar de la oscuridad nunca le quite un ojo encima, sabía que usted vencería –Dijo Minamoto.
—Jejeje, un jovencito muy valeroso –Dijo el tal Badu en su mente.
— ¡Somos ricos de yenes, nos durara por meses e incluso un año entero! –Comento Zayu.
— ¡”El zorro de Kimitri lo hace de nuevo!, un campeón entre los campeones –Dijo Namu.
— ¡Felicidades al actual y seguido campeón de esta semana; el zorro de Kimitri! –Exclamo el locutor haciendo que el público gritara su nombre positivamente con locura y amor.

A pesar de haber ganado Zoro tenía la sensación de aquel que fue su oponente, no sería la última que lo llegaría a ver. Después el pelirrubio tomo su Katana y el premio de 250 mil yenes en billetes guardados en un bolso y partió hacia fuera, allí se encontró con un hombre alto vestido con traje de oficina, guantes negros, cabello rosa y un parche en el ojo izquierdo, si era el tal Kidao-senpai.

—Y pensar que atraparía a unos cuantos demonios merodeando por aqui y mira a quien encuentro, no es una forma muy honesta de hacer dinero que digamos –Comento Kidao a Zoro.
—En vista de que me mantengo solo y mi estatus de estudiante y hanyo no me facilita buscar un trabajo decente, no tengo muchas opciones que digamos a mi favor –Respondió el pelirrubio —Además si tu mismo has visto las peleas, sabrás que la mayoría de los que luchan son demonios escabullidos –Comento aparte Zoro.
—En ese caso vengo a proponerte unos interesantes trabajos de medio tiempo que seguro iran bien con tus características, no te tomara mucho tiempo, ganaras lo bastante para vivir y lo mas importantes es mas legal –Dijo Kidao.
—Adivinare; ¿trabajo de exorcista? –Pregunto Zoro.
—Son muchos los espíritus y demonios problemas que asolan esta ciudad y Chisou no puede estar en todos lados al mismo tiempo, no tenemos tantos miembros actualmente en nuestra organización –Explico Kidao.
—De modo que buscan a otros para hacer su trabajo “limpio” –Contesto deductivamente el pelirrubio.
—Se gana lo suficiente y sin mencionar que podria considerarlo como un trabajo de medio tiempo, mas legal –Comento Kidao.
—Interesante pero me lo pensare para saber si realmente quiero convertirme en un “perro de su organización” –Decía sarcásticamente el pelirrubio retirándose del lugar.

Tras irse, una joven vestida de forma gótica de cabello plateado, ojos color negro y piel algo pálida se aparece al lado de Kidao con una mirada atemorizante.

— ¿Así que es el hanyo con sangre Kitsune del cual todos hablan? –Pregunto la joven.
—Así es, se lo que se viene a tu mente “Koriki”, te pediré por favor que no lo hagas aun –Dijo Kidao a la joven.

Mientras tanto unas oscuras calles de Kimitri sin iluminación...
Chop, caminando por ellas sin preocupación, sigue sin quitar de su rostro aquella sonrisa siniestra, se detiene por un momento percibiendo la presencia de tres siluetas a sus espaldas.

— ¿Que es tan gracioso? –Pregunto uno de ellos.
—Jeje, digamos que me encontré con alguien muy interesante en esta noche –Respondió el tal Chop a las siluetas.
Continuara...

Previamente: Zoro había entrado a un lugar de luchas ilegales con apuestas con la intención de ganar unos cuantos yenes para vivir siendo un luchador en esta competencia, tuvo una sensación con respecto a su último oponente y en su retiro se encontró con un viejo conocido de Chisou; Kidao.

Alrededores del bosque Fairy – Sábado 6:00 AM...
Un pequeño demonio petizo vestido de kimono con cara de niño y cola de mono comenzaba a correr por su vida entre los límites de la barrera sagrada del bosque, su forma de correr era como si tratara de escapar de algo, tomándose un respiro se esconde entre unos arbustos callando su cansancio, cuando de repente escucha algo acercarse a él, temblando de miedo intenta no hacer algo que provocara el mínimo ruido ante tal presencia muy cerca, los pasos de la presencia incremente hasta finalmente alejarse de allí, el pequeño demonio finalmente de un suspiro se calma para su triste final acabar siendo atrapado por una especie de sombra que lo arrastra y segundos después se escucha como si unos dientes filosos estuviese triturando su cuerpo.

—Ah... delicioso, aunque no esplendido –Dijo una joven adolecente de largo cabello negro y ojos color rojo con las manos y cara llena de sangre mostrando también tener unos peculiares colmillos en la boca.

En ese momento se aparece Kohana, la bella deidad Youkai que protege al bosque de Fairy, la deidad se muestra seria frente a la joven que había asesinado a ese demonio.

—Tú eres una Ayakashi y sin embargo devoraste a un demonio de tu misma rama, ¿qué clase de demonios joven eres tú? –Pregunto la deidad del bosque.
—Oh, así que tú eres esa Youkai “Hogo Erufu” de la que tanto mencionan de este bosque –Dijo la joven de largo cabello negro.

Repentinamente una especie de sombra humanoide sale de la espalda de la joven dirigiéndose rápidamente de forma directa hacia Kohana, a unos centímetros de llegar hacia ella, la sombra termina golpeando una especie de muro invisible que le detiene se inmediato regresando con la joven y desapareciendo como si nada.

—Ya veo, una barrera defensiva, supongo que por nada te dicen la protectora de este bosque –Dijo la joven de la sombra —Es una pena, tenia ansias de probar la sangre de un Youkai fuerte –Comento además ella.
—Ese oscuro brillo sangriento en tus ojos, esos colmillos y la sombra viviente que reside en ti... ya veo, ¿eres una vampiresa Dopenger?, ¿acaso eres una vampiresa del clan de vampiros Dopenganger? –Dedujo y pregunto la amable deidad.
—Je, sabes demasiado para ser una simple Youkai protectora –Opino la supuesta vampiresa.
—De ser así, no entiendo el porqué una Ayakashi fuerte como tú merodea por estos lugares lejos de su clan –Comento Kohana
— ¿Y que si lo hago?, si tienes algún problema conmigo intenta detenerme –Le dijo la supuesta vampiresa —Oh es cierto, no puedes hacerlo, tu poder no protege todo el bosque, aunque cubriendo la mayor parte hay zonas los cuales tu barrera no actúa, gracias a ello los demonios más débiles que caen en tu barrera se convierten en presas fáciles para mí –Comento la joven riéndose malvadamente.

La supuesta vampiresa desaparece rápidamente de los ojos de Kohana.

—Esto es un mal presagio –Comento la protectora del bosque.


Calles de Kimitri – Domingo 5:45 AM...
Zoro volvía a su casa tras una larga noche de varias peleas.

—Que noche, al menos pude ganar los yenes que necesito, aunque ese último sujeto con el que me enfrente... –Se dijo a si mismo Zoro sin terminar sus palabras.
—Maestro, ¿algo le preocupa? –Pregunto su Katana Minamoto.
—No exactamente –Respondió el pelirrubio.
—Puede contarme conmigo para lo que sea maestro –Dijo el espíritu samurái.
—Agradezco tus palabras pero créeme que no hay mucho que decir, tan solo quiero regresar a casa y descansar un poco –Decía Zoro bostezando inmediatamente.

Mientras tanto desde las estructuras más altas de las calles que Zoro recorría camino a su hogar, alguien le estaba observando fijamente mostrando una sonrisa con un par de colmillos en la boca.
En medio de la su tranquila caminata, Zoro se detiene percibiendo algo.

—Maestro... –Dijo Minamoto preocupado.
—Lo sé –Contesto Zoro sujetando el mango de la Katana.

De repente alguien se acerca a Zoro desde arriba a una gran altura descendiendo velozmente con unas garras filo dirigidas hacia él.

— ¡Maestro! –Exclamo Minamoto.
— ¡Lo sé! –Contesto Zoro desenfundando la Katana.

Sacándola la Katana de su funda el joven bloquea el ataca de su misterioso atacante mostrando ser toda una chica, la misma que había atacado al bosque Fairy aquel sábado a la mañana.

—Es bueno, pero no tanto –Pensó la joven atacante.

De repente una figura oscura sale de su espalda atacando a Zoro por sorpresa quien el pelirrubio en movimiento rápido evita un golpe directo a cambio de recibir un corte en la mejilla derecha, empuja con su Katana a la misteriosa chica hacia adelante obligándola a tomar distancia.

—Esa energía espiritual negativa... ¿eres un Ayakashi? –Pregunta Zoro.
—Al menos sabes distinguir ramas demoniacas, ¿eh Youkai? –Contesto la misteriosa chica.
— ¿Quién eres o más bien que quieres de mi? –Pregunto el pelirrubio.
—Esto por supuesto –Respondió la misteriosa chica mostrando un poco de la sangre de Zoro en una de las garras de la figura oscura que tenía en su espalda.

La joven toma la pequeña muestra de sangre que su supuesta “sombra” obtuvo al atacar a Zoro y la prueba de inmediato, reaccionando con una increíble placidez por su sabor.

—Delicioso... increíblemente delicioso... –Dijo ella con una siniestra sonrisa la cual muestra sus colmillos.
— ¿Una Ayakashi vampiro? –Pregunto Zoro.
—Maestro, tenga cuidado, puedo sentir una segunda presencia espiritual en ella –Advirtió Minamoto a su maestro.
— ¿Una segunda presencia?, ¿podría ser esa extraña figura oscura que parece una sombra? –Se pregunto el pelirrubio en su mente.
—Mas, debo probar mas de este delicioso manjar –Dijo la vampiresa acercándose lentamente a Zoro.
—Lo siento, pero no soy un banco de sangre –Dijo el pelirrubio lanzándole una bola de fuego azul a la vampiresa.

La misteriosa chica evade el ataque de un gran salto, descendiendo nuevamente hacia Zoro con un ataque físico con las duras uñas como garra.

— ¡Maestro! –Dijo Minamoto.
—Si ya lo sé –Contesto rápido Zoro.

Sujetando la Katana con una mano (la derecha) intercepta el ataque de su rival con su Katana, ella nuevamente invoca de su espalda aquella supuesta figura sombría que ataca a Zoro por sorpresa.

—No esta vez –Dijo el pelirrubio atacando con su mano libre (la izquierda).

Lanzando una fuerte llamarada azulada con una sola mano, las sagradas llamas impactan en la figura sombría provocando una reacción de daño considerable ante el contacto de estas, la figura sombría desaparece al instante de recibir tal ataque.

— ¡Demonios!... –Exclamo la joven sintiendo un malestar al momento de desaparece su supuesta sombra.

La joven vampiresa retrocede tomando distancia de Zoro, cae de rodillas al suelo sintiendo una molestia dolorosa en el cuerpo.

—Tal y como sospechaba, esa cosa con aspecto de sombra esta vinculado contigo, parece que su daño también se amplia en ti –Dedujo el pelirrubio.
— ¿Qué clase de poder es ese?, debo admitir que eres un Youkai muy fuerte –Dijo la joven vampiresa.
—Querrás decir “semi-Youkai” –Corrigió Zoro a su rival.
— ¿”Semi”?... imposible, ¡es imposible que un mestizo lograra hacer tal daño a mi propia sombra! –Exclamo furiosa la joven vampiresa.
—Mas que tu sombra, diría que el mayor daño lo recibió tu moral –Comento Zoro al respecto.
—Esto no quedara así Youkai, no descansare hasta saciarme con tu sangre y prometo que hare que sufras para la próxima –Advirtió ella retirándose por el momento.
—Perfecto, la próxima vez no olvides traer una pajilla para no atragantarte –Respondió sarcásticamente el pelirrubio.
— ¿No va a seguirle maestro? –Pregunto Minamoto.
—No, ya casi amanecerá y estoy demasiado cansado como para hacerlo, solo quiero ir a casa y dormir un buen rato, es todo –Contesto Zoro.
— ¿Pero y si llegara a volver? –Pregunto preocupado el samurái.
—No es la primera vez que un demonio intenta matarte o amenazarme de tal manera, se podría decir que estoy acostumbrado a estas situaciones –Contesto el pelirrubio.
—Su valor me sorprende maestro, por algo le admiro –Elogio el samurái la decisión de Zoro.

El joven pelirrubio continuo con su camino a casa, mientras tanto la joven vampiresa ocultándose en la oscuridad de un sótano ajeno sin una pisca de luz allí, se sienta en una parte a descansar.

—Esas llamas azules además de herir seriamente a mi sombra me ha afectado bastante, me tomara unas pocas horas recuperarme y con el amanecer cerca mis poderes disminuyen por lo que combatir en esa situación seria una muerte segura –Pensó la joven vampiresa —No dejo preguntarme... esas llamas azules, ¿donde las eh visto antes? –Se pregunto ella a sí mismo.

Domingo 17:00 PM – Residencia Kimitri (Casa de Zoro)...
Tras una largas horas de sueño, el pelirrubio despierta de con un fuerte bostezo de la cama, mirando la hora se percata de lo tanto que ha dormido que no se queja debido a que realmente lo necesitaba, lavándose la cara en el baño y vistiendo una ropa habitual se dirige a la cocina preparándose algo de arroz con pescado frito para comer.

—Buenos días maestro Zoro –Dijo el samurái saludándole respetuosamente.
—Querrás decir buenas tarde, cielo dormí tanto que aun el sueño no se me quita –Dijo Zoro algo frustrado.
— ¿Dormirá un rato mas después de comer? –Pregunto el espíritu samurái.
—No, hoy es domingo y quisiera aprovechar el día para visitar cierto lugar –Contesto Zoro.
— ¿Visitar un lugar? –Pregunto Minamoto.

Tras terminar su comida, Zoro salió con rumbo hacia “ese lugar” sin olvidar llevarse a Minamoto con él por supuesto, tras una larga caminata y el sol comenzando a ocultarse finalmente llega al lugar.

—Conque aquí es... aquella fábrica abandonada, donde supuestamente guarda relación con mi nacimiento –Dijo Zoro.

La fábrica era enorme mostrando a su alrededor tener un gran espacio, estaba rodeado por unas cercas con espinas ubicado en un barrio marginado (de poca ley) de Kimitri, el lugar actualmente mostraba enormes grietas en las pared con la mayor parte de las ventanas hecha pedazos.

—Percibo una gran masa de energía espiritual concentrada aquí –Dijo Minamoto.
—Igual yo, esta energía parece hacerme más fuerte... desde adentro –Dijo Zoro percatándose de ello.

Caminando hacia una parte de la fábrica donde la pared estaba abierta con una enorme grieta que proporcionaba una entrada directa hacia la fábrica, el pelirrubio sin dudarlo se dirigió adentro del lugar percibiendo la fuerza de aquella energía espiritual en el aire.

—Tal y como creí, la energía espiritual se hace mas fuerte aquí, pero de alguna parte debe venir toda esta concentración espiritual –Pensó Zoro por un momento.

De repente sintió la presencia de espíritus morando por el lugar, aunque parecía que ellos estaban al tanto de la presencia de Zoro no sentían ansias de atacarlo o mostrar ser hostiles a él.

—No parecen ser espíritus malignos –Dijo Zoro.
—Posiblemente la energía de este lugar los tenga tan relajados como para no volverse hostiles –Comento Minamoto teóricamente.
—Quizás, mejor si es así, aprovechare ese punto a mi favor para recorrer esta fábrica, puedo sentir una extraña sensación familiar en este lugar por loco que suene –Dijo Zoro.

Guiándose por la energía del sitio, Zoro recorre varias partes de la fábrica encontrándose con almas perdidas los cuales parecían estar en un estado “hipnótico” debido a la masa espiritual de energía en el lugar, avanza hasta muy adentro de la fabrica hasta llegar a un punto donde un enorme yacía un extraño altar de aspecto religioso que era iluminado por los rayos del solo que la ventanas rotas del techo del edificio daba sobre allí mismo, cabe decir que sobre el altar había cuatro velas viejas y derretidas a su alrededor, tenían tanto tiempo que la telaraña y mugre cubrió tales cosas.

— ¿Qué demonios es esto? –Se pregunto Zoro.
—Maestro, ¿no le parece que un culto religioso hubiera usado este lugar? –Pregunto el espíritu samurái.
—Más bien uno satánico pero si mi perspectiva sensorial sobre esta enorme cantidad de energía espiritual es correcta, entonces aquí es donde comienza esta masiva concentración espiritual –Afirmo Zoro muy seguro de sus palabras.
—No me diga... ¿sobre aquel altar dice que proviene la concentración? –Pregunto Minamoto.
—Si... aunque... me pregunto... ¿qué clase de ser pudo hacer algo como esto? –Pregunto Zoro.
—Yo podría responder a esa pregunta –Dijo una voz femenina viniendo de la retaguardia de Zoro.

El pelirrubio al darse vuelta mira fijamente que atras de él a unos pocos metros se encontraba de Rita, la misma Rita Amaratsu.

—Eres tu, Rita, ¿qué haces aquí? –Pregunto Zoro.
—En este lugar, justamente sobre ese mismo altar, una Kitsune dio a luz a su hijo –Respondió con una seria cara la joven de cabello naranja.
— ¿¡Que!? –Exclamo Zoro reaccionando ante las palabras de Rita.
—Todo comenzó aquí y terminara aquí –Dijo ella mostrando su arco a manos y colocando una flecha rápidamente en ella para apuntar hacia Zoro.
—Un momento... ¿qué crees que haces? –Pregunto el pelirrubio.
—Respondiendo por lo de mi padre... –Contesto ella lanzando la flecha hacia Zoro.
— ¡Yo lo protegeré maestro! –Exclamo Minamoto saliendo de su funda por su cuenta y moviéndose al frente de Zoro hasta detener la flecha con la punta de su filo.

A pesar de que la flecha fue detenido se revela que sobre ella se encontraba colocado un papel ofuda.

— ¡Oh no! –Exclama el pelirrubio ante la vista del papel ofuda en la flecha.

De repente dicho papel comienza a brotar llamas de estas hasta finalmente provocar una fuerte explosión de fuego sobre Zoro y la Katana Minamoto.
Continuara...

Previamente: Zoro había tenido el encuentro con una Akayashi sombría de rasgos vampíricos y para empeorarlo al visitar la tal esperada fabricada abandonado que guardaba relación posible con su pasado, en el camino se encuentra con una vieja amiga de cabello naranja que por alguna extraña razón le ataca sin previo aviso...

—Todo comenzó aquí y terminara aquí –Dijo ella mostrando su arco a manos y colocando una flecha rápidamente en ella para apuntar hacia Zoro.
—Un momento... ¿qué crees que haces? –Pregunto el pelirrubio.
—Respondiendo por lo de mi padre... –Contesto ella lanzando la flecha hacia Zoro.
— ¡Yo lo protegeré maestro! –Exclamo Minamoto saliendo de su funda por su cuenta y moviéndose al frente de Zoro hasta detener la flecha con la punta de su filo.

A pesar de que la flecha fue detenido se revela que sobre ella se encontraba colocado un papel ofuda.

— ¡Oh no! –Exclama el pelirrubio ante la vista del papel ofuda en la flecha.

De repente dicho papel comienza a brotar llamas de estas hasta finalmente provocar una fuerte explosión de fuego sobre Zoro y la Katana Minamoto.

—Tal y como pensé... –Dijo la joven de cabello naranja.

El fuego de la explosión rodeaba a Zoro y su compañero samurái pero dicha llamas no le hacían absolutamente nada.

—Dañar a un usuario de fuego con fuego fue bastante inútil, aunque valió la pena el intento, realmente te encuentra muy apegado a tu lado Kitsune –Dijo Rita seriamente.
— ¿Acaso te volviste loca?, ¿qué es todo esto de repente? –Pregunto el pelirrubio.
—Todo es por tu culpa, que su estado empeorara –Dijo ella apuntándole nuevamente con su arco.
— ¿De qué estás hablando? –Pregunto Zoro.
— ¡Mi padre se encuentra internado en un hospital!... y todo es tu culpa –Contesto ella lanzándole otra flecha.


— ¡Maestro aquí viene otro! –Advirtió Minamoto.
— ¡Eso ya lose! –Dijo Zoro tomando la Katana y agitándola para provocar una fuerte brisa de llamas azules que golpean la flecha deteniendo su trayectoria.

Inmediatamente la flecha muestra tener otro papel ofuda la cual inmediatamente explota liberando un fuerte aguacero que empapa todo el lugar incluyendo a Zoro.

— ¿Tu padre?... ¿el líder de esa organización de exorcistas llamada Chosei? –Pregunto Zoro.
—El mismo que tu mandaste al hospital –Respondió Rita lanzando una flecha al agua y alejándose de ella.
—Esto no es bueno –Pensó Zoro.

El papel ofuda que tenia la siguiente flecha que Rita lanzo tenia grabado en ella el kanji “Rayo”, inmediatamente una chispa comenzó a surgir de ella mezclándose con el agua y generando repentinamente una fuerte descarga eléctrica, Zoro salto hacia la pared para evitar seguir en contacto con el agua pero increíblemente la descarga de rayos que se encontraba en el agua se movió por su cuenta y le siguió hasta pegarse a su empapado cuerpo.

— ¡Aaaaah!... ¿¡cómo es que se movió hacia aquí si estoy fuera del agua!?... ¡es como... si siguiera al agua hasta la distancia incluso si estar en contacto, al menos que...! –Pensó el pelirrubio en medio del inmenso provocada por la descarga.

Rita quien no a distancia segura no se encontraba empapada ni por una gota de agua, aprovecho el momento y colocando tres flechas en su arco las lanzo directo hacia Zoro.

— ¡Maestro! –Exclamo Minamoto llamando la atención de Zoro para que notara las tres flechas acercarse a él.
— ¡Ahora o estoy muerto! –Dijo en exclamación el pelirrubio en su mente.

Liberando su lado Youkai los rasgos Kitsune de Zoro salen al exterior, en el momento que su cola de zorro aparece lo usa para cubrirse de las flechas clavándose ellas en el, las tres flechas muestran sus papeles ofuda descargando al mismo tiempo una fuerte descarga eléctrica en todo el cuerpo de Zoro.

— ¡Maestro! –Grito preocupado el samurái.
— ¡Vamos... salgan... estúpidas... llamas...! –Dijo el pelirrubio convocando sus llamas sagradas azules en todo su cuerpo cubriéndole completamente.

Las llamas sin quemarle la ropa (a pesar de que estaba en contacto con ella) muestran eliminar la descarga letal que invadía todo su cuerpo, descendiendo el suelo, el simple contacto del fuego azul con el suelo mojado evaporaba el agua por completo.

—Ya veo, con que ese era tu estrategia, la descarga eléctrica de los rayos proveniente de esos papeles ofuda seguían hasta la última gota de agua inclusive que no estuviera en contacto con ella –Dedujo Zoro —Por eso primero empapaste todo el cuerpo con agua incluyéndome, aun si evitaba tocar el suelo mojado en el momento que usarías el entorno para un ataque de elemento rayo, era sorpresivo que los mismos rayos me siguieran por mí el agua que cubría mi ropa mojada –Termino su deducción el pelirrubio.
—Elimino la húmeda y cada gota de agua con sus llamas, tienes un control moderado de tus habilidades Youkai –Dijo Rita en su mente.
— ¿Escuche bien?, ¿me acusas de haber mandado a tu padre al hospital?, ¡pero si yo no le hice nada! –Dijo Zoro en defensa de la acusación de Rita.
— ¡Mentiroso! –Dijo ella contra respondiendo a lo que el pelirrubio decía —Solo requeriste de un golpe para dejarlo así –Dijo la muchacha de cabello naranja.
— ¿Un solo golpe?... ¿podría ser...? –Se pregunto el pelirrubio en su mente recordando la primera y última vez que vio al padre de Rita.

Fragmento del capítulo 7...

— ¿Cuál es tu respuesta joven?, tus grandes capacidades espirituales harían un gran bien a la comunidad –Afirmo el líder de la organización.

Zoro bajando la cabeza y poniendo una cara seria le da un fuerte puñetazo al líder de la organización en el estomago.


— ¿Me está diciendo... que ese simple golpe... lo mando al hospital? –Se pregunto Zoro a sí mismo — ¿Es una broma o qué?, ¿cómo puede el líder de una organización de exorcista ser internado por un simple golpe? –Pregunto Zoro a Rita.
— ¡Es por su estado actual! –Contesto Rita.
— ¿Su estado actual?, ¿que se supone que significa eso exactamente? –Dijo Zoro con aun más dudas al respecto.
—Mi padre tiene una enfermedad en su cuerpo producto del combate contra un demonio muy fuerte en el pasado –Contesto Rita.
— ¿Una enfermedad? –Pregunto el pelirrubio.
—La enfermedad consume su cuerpo y su energía espiritual poco a poco, lo que provoca un debilitamiento en su estado físico, en pocas palabras mi padre se debilita lentamente hasta la muerte... y tú a pesar de ello, no tuviste problemas en darle un puñetazo a pesar de su estado –Explico Rita —El solo haberlo vista en esa camilla y llevado al hospital... –Dijo ella cerrando los puños con fuerza.


Tres días atras...
Rita regresando al cuartel general de la organización, nota una ambulancia cerca de allí.

— ¿Que hace una ambulancia aquí? –Se pregunto la joven de cabello naranja a sí mismo.

Acercándose al lugar, ve que una camilla es llevado el tal Tadashi Amaratsu.

— ¡Papa! –Exclamo Rita en reacción de solo verle corriendo rápidamente a ayudarle.
—Por favor señorita, aléjese, tenemos que llevarlo rápido al hospital –Le aconsejo uno de los paramédico que ayudaba a meterlo en la ambulancia.
—Papa... ¿qué ocurrió? –Pregunto ella.
—Perdió el conocimiento –Contesto Kidao apareciendo a un lado el senpai.
—Kidao-senpai... –Dijo Rita preocupada.
—Estará bien, esto no es nada para un exorcista de su calibre –Dijo Kidao tratando de calmar a Rita.

“Cuando llegue al hospital donde mi padre había sido internado descubrí que la causa de su estado fue una especie de retumbo en todo su cuerpo comenzado desde el estomago, lo que la causo según las teorías medicas un fuerte golpe”


—Después me entere sobre la “insolencia” de un “invitado” de mi padre, que se atrevió a darle un puñetazo y hablar mal de él, de ti específicamente –Dijo Rita sonando los puños de su bueno —Kidao-senpai me dijo que no lo hiciera, pero en este caso las emociones sobresalen más que el deber de un exorcista, ¡está más claro que mi determinación en este momento es hacer que sufras por lo que le hiciste a mi padre! –Exclamo ella furiosamente derramando pequeñas lagrimas —Mi padre solo quiere lo mejor para este conflicto entre humanos y demonios... escogió la carga de ser el líder de la organización “Chosei” con el fin de hacer realidad su deseos imposible a pesar de su estado de salud actual –Explico la joven.

Las palabras de Rita hicieron que en la mente de Zoro viniera en sus recuerdos fragmentos de imágenes relacionado con su fallecido padre Isamu.

—Entiendo a que te refieres, comprendo en cierto modo lo que sientes, si de verdad el hacer que sufra calmara tu ira, entonces lo hare –Dijo Zoro deshaciendo sus rasgos Youkai lo cual regresa a su estado humano completo y enfundado la Katana.
— ¿Maestro? –Dijo Minamoto insinuando “¿qué está haciendo?”.
— ¿¡Porque regresas a tu estado normal!? –Pregunto Rita mas enojada.
—Hazlo –Dijo Zoro mostrando reacción de gesto en Rita —Hazme tanto daño como quieras, si eso calma lo que te hice entonces no me importa lo que me pase –Dijo el pelirrubio sin mostrar alguna reacción de miedo.
— ¿¡Acaso intentas burlarte de mí!? –Pregunto ella molesta lanzándole una flecha rápida.

Zoro sin moverse permite que la flecha se clavara en su pecho sin que esta entrara a su cuerpo y dañara algo dentro de su organismo.

— ¡Maestro! –Grito fuerte el espíritu samurái preocupado por Zoro a punto desenfundarse.
— ¡No te muevas Minamoto! –Le ordeno Zoro.
—Pero maestro... –Dijo Minamoto sin intentar ir a la contrario de lo que dice su maestro.
—Tienes un arma bastante leal –Comento Rita.
—No te preocupes por eso, si de verdad quieres hacerme daño, aquí estoy, hazlo cuando quieras, hagas lo que hagas sin importar cuando dolor me cause, no hare nada –Dijo seriamente el pelirrubio.
—Entonces así será la cosa, ¿eh? –Dijo Rita sacando un papel ofuda de diferente color que el resto (lo que usaba siempre eran de color blanco pero el que saco ahora es de color amarillo)

Rita de repente concentra su energía espiritual en el papel ofuda para después morder su dedo y poner un poco de sangre sobre las palabras que el ofuda tenía en ella en vez de un Kanji, dicha palabra decía; “呼び出す”

— ¿”Invocar”? –Pronuncio Zoro el significado del las palabras.
— ¿Que ocurre maestro? –Pregunto Minamoto.
— Jamás creí ver un “papel ofuda de invocación” –Dijo Zoro.
— ¿”Papel ofuda de invocación”? –Dijo Minamoto con la duda.
—A diferencia de los papeles ofuda normales (papel color blanco) los papeles ofuda de invocación (papel color amarillo) permiten la invocación de una criatura conocido como “ente” –Contesto Zoro.
— ¿Ente?, ¿son espíritus acaso? –Pregunto Minamoto.
—Leí sobre ellos... seres espirituales dotados de habilidades especiales proveniente de un mundo alterno ubicado entre este y el de los demonio, usados como invocación solo para los exorcista cuyas habilidades espirituales destaquen lo suficiente como para controlar uno –Explico el pelirrubio.
—Si son peligroso, maestro esto podría ir más allá de solo herirlo, podría... –Decía Minamoto siendo interrumpido por Zoro.
— ¡No me importa!, como eh dicho; no me importa lo que me suceda, si yo cause esto accidentalmente entonces pretendo terminarlo sin la intención de levantar un dedo –Explico Zoro —Minamoto, si intenta protegerme e ir en contra de que te lo ordeno, no podría perdonártelo –Le advirtió el pelirrubio.
—Maestro... entiendo –Contesto Minamoto preocupado por las órdenes de su maestro de no intervenir.

Rita sosteniendo fuerte el papel ofuda de invocación, una vez colocada un poco de su sangre en ella tira con fuerza el papel ofuda al suelo.

— ¡Ven a mi; “Kugaido”! –Exclamo la joven de cabello naranja pronunciando el nombre de su invocación.

En eso el papel ofuda comienza a brillarle las palabras escrita hasta finalmente adoptar la forma de una especie de conejo azul con alas negra y un cuerno filoso en el centro de la frente.

— ¡Ahora Kugaido; forma de flecha! –Ordeno Rita haciendo que su invocación se convirtiera de repente en una flecha tal y como dijo ella.

La flecha se mueve sola hasta terminar en la mano derecha de la joven cabello naranja.

—Piensas usar ese Ente como un proyectil espiritual, ¿verdad? –Pregunto Zoro.
—Esto no sería suficiente como para que sientas el dolor adecuado, debes ser mayor mucho mayor a este... –Dijo ella mostrando un extraño parche situado justo en su vientre con el kanji “sello” en ella.

Rita pone su mano sobre el parche con la intención de quitarlo.

—Lo siento papa... –Dijo ella a punto de hacerlo cuando de repente...
—Suficiente Rita –Dijo Kidao apareciendo rápidamente sosteniendo del brazo de Rita con el que iba a quitar tal parche —Jamás creí que llegarías a hacer algo como eso, ¿qué paso con la Rita que conozco realmente? –Pregunto Kidao.
—Es ese sujeto –Dijo Zoro en su mente al ver a Kidao allí presente.
—Kidao-senpai... le pido por favor que no interfiere en esto, esto es personal y aun por mucho que le respecte no me detendré si intenta intervenir –Le advirtió seriamente la joven de cabello naranja.
—Antes de que cometas un error tengo algo para decirte; tu padre ha despertado y dio la orden inmediata de encontrarte con él lo más rápido posible –Dijo Kidao mostrando una reacción nostálgica de alegría en Rita.
—Papa... –Pronuncio ella sintiendo la calma en su interior.

Alejando su mano del parche que estaba en su vientre, la flecha que era un Ente en si vuelve a su estado normal para luego convertirse nuevamente en el papel ofuda del cual se le convoco.

—Vamos a casa, te llevare con tu padre personalmente –Dijo Kidao tomando de su mano.
—Lo siento Kidao-senpai, mi padre nunca me lo hubiera perdonado si lo hiciera... –Dijo ella decaídamente.
—Tu padre nunca dejaría de quererte Rita no importa lo que suceda, pero ahora lo mejor será que lo visites, tiene mucha ganar de hablar contigo –Dijo Kidao amablemente.
—Supongo que su ira finalmente se calmo –Pensó el pelirrubio.

Kidao mirando a Zoro cara a cara, el sujeto de cabello rosa agita su cabeza en señal de “perdón” por lo ocurrido, en un chasquido el junto con Rita desaparecen al instante.

—Uff... qué bueno que todo acabo –Comento Minamoto.
—Lo más seguro es que volverá –Dijo Zoro.
— ¿Qué?, ¿otra vez? –Pregunto Minamoto preocupado.
—Calma lo más seguro es que para la próxima vez no tenga intención de pelear —Contesto el pelirrubio.
—Seria un alivio, tenemos suerte de que en medio de todo este alboroto la enorme cantidad de espíritus que estan alrededor de este lugar no reaccionaran al respecto –Opino el samurái.
—Ellos estan muy hipnotizados por el aura espiritual de este sitio, dudo mucho que reaccionaran aun si le apuntaran con un arma –Dijo Zoro —Pero lo que más llama mi atención... –Decía el pelirrubio sin terminar mirando el viejo altar que estaba allí.


Fragmento del capítulo 11...

—Eres tu, Rita, ¿qué haces aquí? –Pregunto Zoro.
—En este lugar, justamente sobre ese mismo altar, una Kitsune dio a luz a su hijo –Respondió con una seria cara la joven de cabello naranja.


—Lo que dijo ella capta mucho mi atención –Dijo Zoro.
— ¿Cree usted que lo que dijo ella guarde relación con usted? –Pregunto Minamoto.
—Quizás... y quizás haya mucho mas por contar, solo podre saberlo preguntándoselo, pero seguro que hoy no es el momento –Comento el pelirrubio.
— ¿Hora de regresar a casa? –Pregunto Minamoto.
—Sí, hora de regresar, ya casi no hay sol y mañana tengo que despertarme temprano para ir al instituto –Contesto Zoro.

Mientras tanto desde lo lejos de la fábrica, un misterioso sujeto envuelto en una túnica religiosa de pie a cabeza que usaba una máscara con la imagen de un zorro, miraba con cierta fascinación al joven que salía de la fábrica quien era obviamente que Zoro.

—El “mesías”... –Pronuncio el misterioso sujeto con un aire dramático.

Mientras tanto en una enorme mansión desconocida...
Una mujer adulta de “grandes atributos naturales” cabello rojo, ojos color naranja y una piel algo pálida abre una puerta entrando a la habitación de una joven adolecente de casi mismas características que ella con la diferencia de sus ojos, la joven tenía ojos color café.

—Mi querida “Ayame” tengo buenos noticias para ti –Dijo la mujer adulta.
— ¿De qué se trata?, madre –Pregunto la joven de nombre Ayame.
—Hemos encontrado a tu “prometido” –Contesto su madre mostrando una reacción en su hija ante lo escuchado.
— ¿Mi prometido?... –Dijo ella sonriendo —Finalmente podre verlo, ¿verdad?... tengo muchas ansias por conocerlo –Dijo la tal Ayame.
Continuara...

Previamente: Zoro tuvo un encuentro violento con la joven de cabello naranja Rita Amaratsu hija del líder de una organización de exorcista conocida como “Chisou”, la joven lastimada por un acto accidental del pelirrubio pelea con el por un intento de herirlo lo tan grave posible para compensar el daño hecho, Zoro logra salir ileso del combate pero a la vez lleno de dudas...

Día lunes en Kimitri, como siempre Zoro despierto de camino al instituto.

—Últimamente cosas inesperadas han sucedido alrededor de mi vida, comenzando con la llegada de esa chica de cabello naranja y hasta el tener una Katana parlante cuyo espíritu de un antiguo samurái reside en ella –Decía Zoro a sí mismo —Estan sucediendo muchas cosas muy rápido, aun no me quito de la cabeza lo que dijo Rita aquella vez –Dijo el pelirrubio recordando de ello.


Fragmento del capítulo 11...

—Eres tu, Rita, ¿qué haces aquí? –Pregunto Zoro.
—En este lugar, justamente sobre ese mismo altar, una Kitsune dio a luz a su hijo –Respondió con una seria cara la joven de cabello naranja.


— ¿Podría ser yo el tal “hijo” de esa Kitsune que Rita menciona?, ir por ella en este momento para obtener respuestas podría traerme serios problemas en especial ahora con la nueva reputación que debo tener con esa organización de exorcista, ya que después de todo mande accidentalmente a su líder al hospital —Pensó el pelirrubio —Lamentablemente solo puedo esperar a que ella aparezca por su voluntad para preguntarle –Decía Zoro a sí mismo dando un leve suspiro.
—Buenos días Zoro –Saludo una dulce voz al joven hanyo.
— ¿Eh?, ah hola Hikari –Contesto el joven el saludo de mala gana.
—Oye Zoro... –Dijo ella tímidamente.
— ¿Si? –Pregunto el muchacho.
—Me preguntaba si... –Decía ella comenzando a sonrojarse.
— ¿Que sucede Hikari? –Pregunto Zoro.
—Bueno me preguntaba si tu... –Decía ella siendo interrumpido por algo inesperado.

Un cuchillo sale de la nada clavándose en el suelo a unos centímetros de Zoro.

— ¿Que fue eso? –Pregunto Hikari con lo ocurrido.
— ¿Quien anda allí? –Dijo Zoro mirando en la dirección de donde vino dicho objeto.
— ¿Es un cuchillo?, ¿quién pudo haberlo arrojado? –Preguntaba la joven de cabello celeste.
—No lo sé, pero es una buena pregunta –Comento Zoro acercándose al “arma arrojada” —Sea lo que haya ocurrido, no pude sentir la presencia de quien lo haya arrojado, algo me dice que esto iba dirigido a mi –Dedujo el pelirrubio en su mente.

El cuchillo tenía grabado en su mango el símbolo de un cráneo con aspecto de tatuaje de un supuesto tigre.

Mientras tanto en una lujosa limusina en marcha...

—Llegaremos al instituto en unos 11 minutos, su señoría –Dijo un mayordomo de aspecto europeo de cabello rubio, bello bigote con estilo y belleza majestuosa de ojos color verde.
—No puedo esperar para conocerlo en persona –Decía la joven de nombre Ayame mirando por la ventanilla del vehículo.


La lujosa limusina llega finalmente al instituto bajando de ella la tal Ayame.

—Así que es aquí donde mi querido “prometido” estudia –Dijo la joven Ayame en su mente.

La joven pelirroja llega al lugar cuando era la hora del almuerzo, todos los estudiantes del sitio la miraban con asombro en especial los varones por su increíble belleza y sus “par de atributos adolecente” por así decirlo.

— ¿Quién es esa chica?, es ardiente –Comento uno de los estudiante.
—No lo sé, pero vi que vino en una limusina, ¿acaso será millonaria? –Pregunto otro.
—Si es una millonaria, ¿qué hace en un instituto como este?, podría estar en uno privado de alta clase –Comento una estudiante.

La joven a paso con estilo se dirigió al despacho del director del instituto, mientras tanto en la azotea del mismo instituto se encontraba Zoro comiendo su bento mirando al cielo con el sentir del aire a su alrededor.

—Mmm... comer al aire libre fue buena idea –Se dijo a sí mismo —Y lo mejor de todo es que no tengo a alguien hablándome al lado –Comento aparte.
—Hola Zoro, ¿comemos juntos? –Dijo Hikari apareciéndose a espaldas del pelirrubio.
—Hasta ahora... –Se decía a sí mismo con un suspiro.
— ¿Sucede algo? –Pregunto la bella Hikari mientras se sentaba a su lado con su propio bento en manos.
—Nada en absoluto –Respondió Zoro.
—Es una bella vista, ¿no lo cree maestro? –Pregunto Minamoto apareciendo de sorpresa al lado de su maestro.
—Seguro que si –Contesto el pelirrubio percatándose realmente de la presencia del espíritu — ¿¡Eh!?... ¿¡pero qué crees que haces aquí!? –Exclamo Zoro a alto volumen con la aparición de Minamoto.
— ¿Qué hago?, pues estar a su lado por supuesto –Contesto el samurái en la Katana.
—Oh una espada que habla –Dijo Hikari con algo de emoción en sus palabras.
—Oh dulce señorita, veo que puede oírme, supongo que usted es la pareja de mi maestro Zoro, su belleza sin duda es envidia de muchos –Dijo el samurái haciendo que Hikari se ruborizada.
— ¿”Pareja”?... bueno yo... Zoro y yo en realidad... –Decía ella a medias con lo rojo y nerviosa que estaba.
— ¡Deja de decir disparates y en primer lugar no deberías estar aquí! –Le reprimió Zoro a su Katana parlante.
—Oh pero maestro si no estoy cerca de usted no podre protegerle –Contesto Minamoto en su defensa.
—El que estés aquí no me protege de una directa expulsión por portar un arma blanca en el instituto –Dijo Zoro en clara razón.
— ¿Es un espíritu? –Pregunto Hikari.
—Básicamente si, el cómo lo conocí es una larga historia y me da pereza contarla –Comento el pelirrubio.
—Oh permítame maestro ser yo quien se lo cuenta a su dulce pareja la historia de nuestro encuentro y enlace –Sugirió Minamoto haciendo que Hikari se pusiera roja de nuevo.
— ¡Ya deja de decir tonterías! –Le pidió Zoro echando humos.

Mientras tanto en el salón de clase A-1 del instituto (salón al cual asiste Zoro)...
La joven Ayame entra al lugar con la intención de hallar a su “prometido”, al llegar ve a pocos estudiantes presentes allí a pesar del receso.

— El director dijo que este es su salón correspondiente, ¿Zoro?, ¿estas aquí? –Pregunto ella.
—Disculpa, ¿buscas a Zoro? –Le pregunto una estudiante.
—Sí, es importante que me encuentre con él, ¿sabes en donde se encuentra? –Pregunto la pelirroja.
—Pues por raro que suene escuche que él esta almorzando en este momento en la azotea del instituto... –Contesto la estudiante.
—Muchas gracias –Agradeció Ayame respetuosamente.
—Oye, ¿que relación guardas con el chico raro? –Le pregunto un estudiante presente del salón de mala forma.
— ¿”Chico raro”? –Dijo Ayame mirando al estudiante con una seria cara de miedo.
—Sí, ese chico es un fenómeno total, su forma de actuar, su extraña costumbre de ser, raro en todos los aspectos –Opino el tal estudiante.

Ayame dirigiéndose lentamente hacia dicho estudiante, al estar cara a cara con el tomo una lonchera de metal puro y la hizo pedazo cerrando solo el puño con el que la sostenía lo que provoca en sus espectadores presentes pusieran una cara de “haber visto a un fantasma”, en especial el estudiante que le dirigió tales palabras ya que en su cara además de la sorpresa de lo presenciado sintió un miedo inquietante por dentro como si su alma estuviera a punto de salir de un golpe.

—Deberías tener cuidado con lo que dices, ¿no crees? –Pregunto ella con una sonrisa amable y atmosfera tétrica.
—L-lo tendré... lo tendré... –Contesto el estudiante temblando de miedo.
—Bien, me alegro oír eso, es de mala educación tratar a otros de forma indiferente sin antes conocerlo bien, ¿no lo creen? –Pregunto ella a los demás.
— ¡Sí! –Contestaron los pocos estudiantes presentes con mucho miedo
—Bien, ahora si me disculpa debo encontrarme con mi “prometido” –Dijo ella despidiéndose educadamente.
— ¿¡”Prometido”!? –Exclamaron los estudiantes con una cara de impacto emocional.

Mientras tanto regresando a la azotea del instituto...

—Y así fue que empuje mi destino en manos de mi maestro Zoro –Dijo Minamoto.
— Un momento... ¡ya lo recuerdo, eres aquel samurái espíritu que apareció repentinamente en la casa de Zoro aquella vez! –Dijo Hikari.
—Tiene usted una magnifica memoria bella dama –Comento el espíritu samurái mostrando su presencia a Hikari.
—Ya en serio, no deberías estar aquí, me causaras problemas –Comento Zoro.

En eso la joven de nombre Ayame llega allí avistando de forma directa a Zoro, los tres se percatan al mismo tiempo de la presencia de la joven pelirroja.

—No es lo que parece –Dijo Zoro ocultando la Katana a la vista de la chica en la espalda.
— ¿Zoro?, ¿eres tu?, ¡finalmente pude conocerte en persona! –Dijo ella corriendo y abrazándole directamente.
— ¡Momento, momento! –Dijo el pelirrubio forzando a que le soltara —Jamás en mi vida te eh visto, ¿quién eres y como es que sabes cómo me conoces? –Pregunto el hanyo.
— ¿La conoces Zoro? –Pregunto Hikari.
—Pues no y la verdad creo que está loca –Opino Zoro.
—Zoro, no deberías hablarle así a la persona con el que pasaras el resto de tu vida –Dijo ella.
— ¿Qué? –Dijo Zoro confuto ante el comentario de la joven pelirroja.
—Sé que es algo repentino pero... tú y yo estamos “comprometidos” –Dijo Ayame.
— ¿¡QUE!? –Exclamaron Zoro y Hikari totalmente sorprendidos.
— ¿”Comprometido”?, ¡jaja es usted un galán maestro Zoro! –Comento Minamoto.
—Oh una espada parlante, genial –Dijo Ayame al escuchar a Minamoto.
— ¿¡Como que “comprometidos”!? –Pregunto Zoro molesto.

Justo en ese momento una mujer adulta pelirroja, obviamente la madre de Ayame llega al lugar en el momento más ideal.

—Seguro debes tener muchas preguntas, Zoro –Dijo la madura pelirroja.
— ¿Que se supone que significa todo esto? –Pregunto Zoro frustrado de tanta confusión.
—Con gusto te lo explicaremos, pero primero iremos a tomar té en el mejor salón de té de la ciudad –Dijo la pelirroja adulta.
— ¿Acompañarle ahora?, estamos a mitad de clase por si no se ha enterado –Dijo Zoro.
—No te preocupes por ese detalle, ya eh hablado con el director de este instituto y eh pedido permiso para retirarte de clase, incluso tu amiga de cabello celeste puede acompañarnos si ella lo desea –Dijo la madre de Ayame.

Zoro sin remedio y aceptando, parte junto con Hikari a un salón de té con la joven y la adulta pelirroja para una explicación de todo el asunto. Una vez en el lugar la madre de Ayame pide una mesa para cuatro, el lugar era increíblemente bello, tenía una fuente propia, música relajante tocado por interpretes profesionales, adornos y decoración brillante y de oro, era un sitio lujoso sin duda alguna y con puro estilo de clase alta.

—Eh oído de este lugar, es el salón de té más caro de la ciudad de Kimitri, solo los mas adinerado vienen a este lugar por su te de primera clase –Pensó Zoro de solo mirar a su alrededor.

Sin duda alguna los clientes que estaban en dicho salón usaban ropa que mostraban identificarlos como de clase alta.

—Oh es un delicioso té –Opino Hikari probando el te servido en su mesa
— ¿Te gusta?, créeme que eso no es nada, cuando pruebes el de canela natural tu paladar se derretirá por su sabor –Comento la madre de Ayame.
—Vamos Zoro, prueba el té, se que te gustara –Dijo la misma Ayame.
—Vayamos al grano, ¿quiénes son ustedes? –Pregunto Zoro.
—Mi nombre es Koyomi Saruma y ella es mi hija Ayame –Contesto la adulta pelirroja identificada como Koyomi.
—¿Nos conocemos? –Pregunto Zoro a Ayame.
—No directamente –Respondió Ayame.
—Lo que mi hija quiere decir es que se conocen pero no de la forma que tú crees, veras hace 4 años establecí un acuerdo con tu padre Isamu Fumikae, un acuerdo de compromiso de ti con Ayame –Dijo Koyomi.
— ¿Dijo un acuerdo de compromiso? –Pregunto Zoro mostrando que reacción en Hikari ante la pregunta con intención de estar interesada en el tema.
—Si, Isamu es un viejo amigo mío, y aquella charla sobre el compromiso fue hace cuatro años, lo recuerdo perfectamente como si fuera ayer... –Comenzó la tal Koyomi a explicar sobre ese dia.


Hace cuatro años atras – Residencia Fumikae – Shikoku...

Dentro de la clase un hombre de cabello marrón claro y ojos celeste se ubica en una silla teniendo a frente de él a una bella mujer pelirroja de grandes atributo y ojos color naranja.

—Me alegro de que este aquí, Koyomi, mi hijo se encuentra en este momento en clases así que podemos charlar sin prisa sobre el asunto por el que te llame –Dijo el hombre siendo nada menos que el padre de Zoro; Isamu.
—Bueno, en cierto modo tenía ganas de ver y charlar con un viejo amigo, dime Isamu; ¿de verdad ya no te encuentras “con ellos”? –Pregunto Koyomi.
—No, sabes que los deje hace años, mi verdadera familia va primero que las exigencias egoístas y orgullosas de mi padre –Respondió Isamu.
—Je, esas palabras me recuerdan al viejo y simpático Isamu al cual conocí por primera vez, aunque esa vez no fue una manera muy “cómoda que digamos” que digamos –Comento la pelirroja.
—Te entiendo, las relaciones entre el clan “Fumikae” y tu familia estan prohibidas, según las leyes actuales impuesto por mi padre –Recordó Isamu —Fue una de las razones que lo deje; su método de dirigir al clan no era lo mismo que cuando mi abuelo lo hacía, siempre fue incomodo seguir sus ideales –Opino el hombre de ojos celeste.
—Supongo que no me llamaste para hablar del pasado, ¿oh si?, ese no eres tu querido Isamu, tienes algo importante para decirme, ¿verdad? –Pregunto la pelirroja.
—Si... se trata de mi hijo, Zoro –Dijo Isamu.
—Oh, te refieres al pequeño Zoro, ¿qué pasa con él? –Pregunto Koyomi con una sonrisa.
—Supongo que estarás al tanto de que mi hijo no es un una persona común, no me refiero por la sangre “Fumikae” sino por otra cosa exactamente –Dijo Isamu.
—Sabes que puedes contármelo, sea lo que sea te escucho –Dijo Koyomi a Isamu con fianza.
—Lo sé y no tengo problemas para decirte la verdad, confió bastante en ti Koyomi –Comento Isamu con una sonrisa.

“Fue entonces que Isamu me conto la verdad acerca de ti Zoro, la verdad que guardaba sobre tu ascendencia, una ascendencia Youkai muy especial”.


—Sé lo que eres mi querido Zoro, no hay muchos “zorros” como tu por estos lares –Dijo Koyomi mostrando reacción en Zoro y Hikari ante el comentario.
—Para ser una “vieja amiga” de mi padre, el mero hecho que te haya contado eso me deja en claro que confiaba bastante en ti –Opino Zoro.
—Si, por esa confianza me encomendó aquel “favor”, cosa que sin duda acepte de corazón... –Decía Koyomi continuando con la explicación de aquel día.


4 años atras – Escenario actual entre Isamu y Koyomi...

— ¿De verdad?... –Decía la pelirroja a media tras oír la “verdad” de Isamu —Eso es... –Decía ella palabras a media tratando de digerir tal revelación.
—Imposible de creer, ¿verdad? –Pregunto Isamu — ¿Recuerdas el supuesto incendio de llamas azules que sucedió en Kimitri hace 11 años? –Pregunto el padre de Zoro.
—Ese incendio... ¿entonces Zoro...? –Decía la pelirroja más palabras a medias sin quitarse la tal impresión aun.
—Correcto, llegara algún día en que se sabrá la verdad de aquel evento al que titularon “Ao heru” –Dijo Isamu seriamente.

[“AO HERU”; Traducido como “El Infierno azul”].

— ¿Como podría serte de ayuda? –Pregunto Koyomi.
—Yo nunca estaré aquí siempre para proteger a Zoro y en vista de que confió en ti y en la familia Saramu, necesito pedirte por favor que cuando llegue el momento tomes a Zoro y lo acojas como un miembro de tu familia –Respondió Isamu mencionando el favor finalmente lo cual hace que la pelirroja presente se sonrojara como reacción en ello.
— ¿De verdad... quieres hacer esto? –Pregunto Koyomi reteniendo su sonrojada cara.
—Sí, confió en que algún día mi hijo y tu hija Ayame serán una bella pareja, aun si nunca se han conocido podrán tener todo el tiempo del mundo cuando ese día llegue, te lo encargo Koyomi –Contesto Isamu amablemente.
—Entiendo, cumpliré tu favor como lo pides, el compromiso es aceptado, Ayame y Zoro estarán destinado a ser una pareja y ser el uno para el otro cuando el momento llegue –Dijo Koyomi evitando el salir de una lágrima en su ojo derecho.


—Por favor entiende a tu padre, todo lo hizo por ti –Dijo Koyomi
—Entiendo el punto... entiendo que mi padre lo haya hecho con la intención de protegerme –Dijo Zoro meditando unos segundos sobre el asunto.
—Tu padre solo quería lo mejor para ti, así como yo o más bien mi familia también lo desea –Comento la pelirroja adulta.
— ¿Para cuándo se llevaría a cabo este compromiso? –Pregunto el pelirrubio.
—Tal como te lo eh contado... cuando Isamu ya no estuviera aquí contigo –Respondió Koyomi.
— ¿Entonces ya lo sabe? –Pregunto Zoro.
—Perdí todo contacto con Isamu hace tres años, me entere que el tiempo ocurrido tras nuestro último encuentro él se había mudado de Shikoku –Dijo Koyomi.
—Es cierto que vivimos en Shikoku la mayor parte de lo que recuerdo, cuando cumplí 12 nos mudamos aquí a Kimitri –Dijo Zoro.
—El número telefónico que tenia de él ya no existía, su típica cuenta bancaria igual, incluso en la página oficial del gobierno de registros de familia de Japón su ficha tan solo notificaba su nombre pero no su dirección y estatus actual, había borrado cada huella de su existencia como si evitara darse al descubierto o para ser encontrado –Dijo Koyomi —Dime Zoro... ¿cuando fue que tu padre murió? –Pregunto Koyomi entristecida.
—Hace 3 años –Respondió sin mostrar expresión alguna.
—Ya veo... debió ser duro para ti vivir solo tres años –Dijo Koyomi apenada.
—Son cosas que pasan, la muerte de mi padre fue la iniciativa de la fortaleza que me llevo a cuidar de mi mismo –Comento Zoro.
—Es una pena lo ocurrido, de haber sabido que Isamu se había mudado a Kimitri te habría encontrado lo más rápido posible, pero todos los investigadores privados, las investigaciones a fondo que contrate... no sirvieron de nada hasta el día de hoy –Dijo Koyomi.
— ¿Cómo es que me encontró? –Pregunto Zoro.
—Después de 3 años, uno de mis tantos investigadores finalmente encontró algo de lo cual hubiera no querido averiguar pero no se podía evitar, hablo de la tumba de tu padre –Respondió Koyomi —El resto... fue sencillo deducir que te encontrabas allí, tu nombre completo apareció figurado en el instituto del cual asistías, finalmente había llegado el día y la larga búsqueda a su fin, llevaría a cabo aquel favor que él mismo me pidió –Respondió la pelirroja.
—Esa es la historia de nuestro compromiso, querido Zoro –Dijo Ayame sonriéndole.
—Ahora todo está claro... –Dijo Zoro sumergiéndose en sus pensamientos.

Hikari veía la situación con cierta incomodidad, se abstuvo de seguir algo siguiendo en beber su te en silencio sin mostrar reacción alguna de sus sentimientos.

—Es por eso Zoro, que te pido que nos acompañe, la familia Saruma te acoge en sus brazos hasta el día que el compromiso los una a ti y a mí querida hija Ayame –Dijo Koyomi.
—Ven con nosotros Zoro, te llevaremos a un lugar seguro y de tu agrado, prometo cuidar de ti a todo momento –Dijo Ayame estirando su mano para tomar la de Zoro.
—Todo es muy bonito pero tendré que rechazar la oferta –Comento Zoro.
— ¿Rechazar la oferta?, pero querido... –Decía Ayame siendo interrumpido por su madre.
— ¿Cual es el problema Zoro?, ¿no confías en nosotras? –Pregunto Koyomi preocupada.
—No exactamente, me gusta la vida que tengo ahora por muy dura que sea, además no puedo aceptar repentinamente un compromiso de matrimonio solo por mi padre lo dijo, valoro lo que hace por mi pero este momento me es difícil de digerir algo como esto –Opino Zoro al respecto.
—Entiendo, necesitas tiempo para adaptarte a este cambio repentino –Dijo Koyomi.
— ¿Adaptarme?, creo que no entendió lo que quise decir; no quiero casarme con alguien a quien ni siquiera conozco, ni ahora y ni adelante, gracias por la oferta pero estoy bien así –Dijo Zoro.
—Mmm... será un desafío entonces –Dijo Ayame.
— ¿Un desafío? –Pregunto su madre.
—Está decidido; viviré aquí en Kimitri para estar cerca de mi “prometido” y conocerlo mejor en cada aspecto para finalmente tener su aceptación y hacerme suya –Contesto la joven pelirroja.
— ¡Oh que romántico!, mi niña eres toda un encanto cuando dices esas cosas, en ese caso no veo el porqué no podamos quedarnos aquí –Comento Koyomi.
— ¿Ambas vivirán aquí... en Kimitri? –Pregunto Zoro.
—Pues sí, ya ordenamos la construcción de una mansión en esta ciudad –Contesto Koyomi —Hasta entonces estaremos alojados en ese hotel llamado “luxe françai” –Dijo además la pelirroja adulta.

[LUXE FRANCAI; Significa “Lujo francés”]

— ¿Que no es el nombre del único hotel 5 estrella más elegante de toda Kimitri? –Pregunto Zoro.
— ¿Que podemos decir?, los negocios de mama son millonarios –Dijo Ayame.
— ¿Millonarios? –Pregunto Hikari en su mente.
— ¿A qué se dedica exactamente? –Pregunto Zoro con cierta sospecha.
— ¿Ves toda los vestuario elegantes que usan los empleados de este lugar? –Pregunto Koyomi.
—Sí, ¿qué hay con eso? –Pregunto Zoro.
—Todas vienen de la industria “Royal Fox” –Contesto la pelirroja Koyomi.
—La cual mi madre dirige completamente –Dijo Ayame a parte.
— ¿¡Que!?... –Dijeron Zoro y Hikari sorprendido de ello.

Royal Fox: es una famosa empresa reconocido a nivel mundial por ser diseñador de ropa elegante tanto de modelaje como entre otros, sus finos atuendos a la moda son mayormente popular tanto dentro como fuera de Japón, tan reconocida que sus marcas y atuendos son usados por las mas talentosas modelos top del país (Japón) hasta inclusive de occidente, su logotipo es un zorro con un bello kimono de aspecto imperial paseando por un campo de flores sakura con una sombrilla en manos, su actual dueña Koyomi Asura es una de las mujeres más famosas y ricas de Japón abarcando entre el ranking de las 5 mujeres millonarios mas talentosa de dicho país.

Mientras tanto en lo alto de las casas ajenas y con el caer de la noche...
Una misteriosa joven de cabello negro, ojos color rojo se aparece ante la imponente presencia de oscuridad en el ambiente, tras dar un increíble estirón como si hubiera dado una larga siesta, mira a la luna con anhelo.

—Finalmente, el caer de la noche, mis fuerzas vuelven a estar a su máximo esplendor, ahora debo encontrar a ese hanyo y saborear esa delicia inimaginable de sangre única que posee –Dijo firme en su decisión la joven vampiresa.
—Vaya, vaya, mira quien tenemos a aquí –Dijo una voz a espaldas de la joven.

La chica vampiresa dándose vuelta tenia al frente de ella a un joven semi-adulto con una vestimenta de rebelde, era nada menos que Chop aquel con el que Zoro se enfrento en la “jaula de la muerte” (Ver capitulo 10).

—Habíamos venido a Kimitri por ciertos asuntos personales pero jamás creí volver a ver una vieja cara conocida –Dijo Chop.
—No es posible que tu estés aquí... ¿no me digas que “el”...? –Decía la joven vampiresa a media con un increíble nerviosismo presente de la situación.
—Correcto, es el siguiente paso del “líder” –Contesto Chop a pesar de la inconclusa pregunta de la joven vampiresa.
—Sus planes no son de mi incumbencia, yo ya no formo parte de “ustedes” –Dijo la joven vampiresa seriamente.
—Lo sé, pero como recordaras tenemos cierto tratamiento para los “desertores”, ¿entiendes de que hablo mi querida “Kasumi”? –Pregunto el tal Chop con una sonrisa malévola.

De repente en la total oscuridad de la noche tres siluetas aparecen a espaldas de Chop.

—Castigo divino para la desertora –Dijo uno de las tres siluetas.
—Jijiji... hare que mis garras desgarren su oscura carne –Dijo otro de las tres siluetas.
—Calma muchachos, hay suficiente para todos, jejeje –Dijo la tercera silueta mostrando una risa inquietante y siniestra.

Kasumi adoptando una posición defensiva da al descubierto su supuesta sombra viviente, la joven vampiresa sentía la incomodidad y los nervios con el sudor pasando sobre su frente, lo siguiente que se oye es una fuerte explosión que destruye la azotea (o techo según como lo crean) de la casa sobre la cual estan.

Mientras tanto Zoro...
El joven pelirrubio se encontraba caminando solo directo a su hogar.

—Qué bueno que no accedí a que me llevaran, a saber que excusa meterían para terminar llevándome con ellas por “accidente” a cualquier sitio incomodo como ese salón de té –Pensó el pelirrubio.

Al llegar a su casa se encontró con Minamoto en frente de la puerta.

—Bienvenido maestro –Saludo respetuosamente el espíritu de la Katana.
—Me alegro que finalmente hayas accedido a no seguirme y quedarte en casa como te pedí –Dijo Zoro.
—Sus ordenes son prioridad maestro, puede estar muy seguro de que no le seguí hasta ese dichoso salón de té –Dijo Minamoto reaccionando a lo dije de repente.
— ¿Acaso... me seguiste realmente? –Pregunto Zoro molesto.
— ¡Lo siento maestro... yo solo me oculte allí para vigilar que nadie se entrometiera, no es que me guste aceptar sus ordenes es solo que no pueda evitar estar lejos de usted! –Decía Minamoto en su defensa sintiéndose apenado.
— (Suspiro)... da igual, tan solo quiero irme a dormir –Dijo Zoro tomando la Katana para entrar adentro.

Pero antes de que pusiera una mano en el picaporte de su puerta para abrirla, de repente se percata de una presencia cerca de su casa.

—Maestro... –Dijo Minamoto sintiéndolo también.
—También puedo sentirlo, está allí –Dijo Zoro mirando en dirección hacia un arbusto muy crecido de su casa.

Zoro se acerco con Minamoto en manos listo para desenfundar en cualquier momento, en ese preciso instante que se lanzo directo hacia la presencia que sentía, cuando miro de quien se percataba se detuvo al instante.

—Tiene que ser una broma... –Dijo frustrado el pelirrubio.

Tras el dicho arbusto grande se encontraba la joven vampiresa, la tal “Kasumi” toda herida y con la ropa casi hecho pedazos.

—Es ella maestro, la Ayakashi que lo ataco el otro día –Dijo Minamoto.
—Sé que es ella, con solo verle la cara la reconocí –Dijo Zoro.
— ¿Y qué hacemos con ella?, ¿deberíamos aprovechar la situación y acabar con ella? –Pregunto el espíritu samurái.
—Puedes ver por ti mismo que ya está acabada y de más diría, su energía espiritual está disminuyendo gradualmente, se está debilitando hasta la muerte –Dijo Zoro de forma analística con solo poner un dedo sobre su frente.
— ¿Entonces que hará con ella? –Pregunto Minamoto.
—Quisiera poder preguntarme lo mismo... –Dijo el pelirrubio dando un fuerte suspiro.
Continuara...

Previamente: Se ha revelado que Isamu Fumikae el padre de Zoro, había arreglado un compromiso con una tal familia millonaria llamada Saruma, ante todo lo explicado el pelirrubio rechaza la oferta de ir con ellos, pero aun siendo el caso Ayame quien es la “supuesta prometida” de Zoro no piensa darse por vencido y está decidida a convencer al joven hanyo para hacerlo suyo, mientras tanto él mismo para su deleite destino se encuentra con una sorpresa más cerca de su casa...


Residencia Fumikae – Medianoche...
La joven vampiresa de nombre Kasumi había sido encontrada sobre un arbusto ubicado en la residencia de Zoro, inconsciente y mal herida, el pelirrubio toma la decisión de atender sus heridas a pesar de ser la Ayakashi que intento una vez matarle.
La vampiresa de repente despierta sintiendo un fuerte dolor producto de sus heridas, percibió que tenía además vendas en su cuerpo y una ropa de dormir casi como un pijama de estilo japonés para mujeres, miro a su alrededor notando estar en la habitación de una casa desconocida.

— ¿Dónde estoy?... recuerdo que yo... –Decía la tal joven llamada Kasumi a media recordando ser atacado por Chop y tres figuras desconocidas —Ahora lo recuerdo... logre huir de ellos pero... me dieron una buena paliza en el transcurso, sobre todo ese desgraciado de Chop –Se decía a sí mismo en su mente cerrando su puño con ira.
—Ya despertaste, supongo que es un alivio que las heridas no fueran realmente serias –Dijo Zoro apareciendo de sorpresa ante Kasumi.
— ¡Tu...! –Dijo ella intentando moverse por reacción pero incapacitada por el dolor.
—Si fuera tú no tratara de moverme, las heridas de tu cuerpo no parecerán mortales pero te encuentras bastante desgatada por ello –Le aconsejo Zoro a la vampiresa.
— ¿Qué haces tu aquí?... o mejor dime; ¿qué hago yo aquí? –Pregunto la tal Kasumi de mala gana.
—Que amable de tu parte, tan solo te traje a la habitación de mi hogar para atender tus heridas después de encontrarte media muerta en el suelo de mi propiedad, ¿eso responde a tu pregunta? –Contesto el pelirrubio.
—Yo... yo nunca te pedí que me ayudaras, de haber sabido que caí sobre “tus tierras” me abstendría de haber perdido el conocimiento allí –Dijo ella orgullosamente.
—De nada –Dijo sarcásticamente el joven hanyo.
—Espera... si tú me colocaste estas vendas y esta estúpida ropa... ¿eso quiere decir que me viste desnuda? –Pregunto ella con la cara enrojecida de repente —Eres un... ¡pervertido! –Exclamo la vampiresa furiosa.
—Oye cálmate, ¿quieres?, para que lo sepas yo no hice tal cosa –Respondió Zoro.
—Entonces... ¿quién lo hizo? –Pregunto la vampiresa con la duda en mente.
—Disculpa... ¿qué tal? –Saludo la bella Hikari presentándose ante la tal Kasumi —Gusto en conocerte –Dijo ella amistosamente.


—Teniendo en mente que reaccionaria así, le pedí a una amiga que me ayudara en esto –Dijo Zoro.
— ¿Ella fue?... no presiento ninguna esencia demoniaca en ella –Dijo la vampiresa en su mente mirando fijamente a Hikari.
—Te pido disculpas de nuevo Hikari, por pedirte ayuda a estas horas de la noche –Dijo Zoro.
—No importa, me alegro poder ayudarte de alguna manera –Dijo la bella joven de cabello celeste ruborizándose a media.
—Oye Hikari –Dijo Zoro llamando toda la atención de la simpática chica.
— ¿S-si? –Pregunto ella nerviosamente.
— ¿Te encuentras bien?, noto algo rojo en tu cara –Dijo el pelirrubio.
— ¡Y-yo... yo... estoy bien, no es nada, lo juro! –Respondía ella muerta de los nervios.
—Está bien no te alteres, con un “si” bastaba –Comento Zoro —Si me disculpas iré a tomar un baño, es mejor que vayas a casa Hikari, me hare cargo del resto, no quisiera hacerte perder más tiempo como para que te regañen en casa –Dijo Zoro.
—No te preocupes, avise a casa que llegaría tarde –Dijo Hikari.
—De acuerdo, estaré en la ducha, si necesita más vendas deje el botiquín en el comedor por las dudas –Aviso Zoro retirándose al baño.

Hikari después de hablar con Zoro se dirigió a su habitación para asistir a la vampiresa.

—Disculpa, ¿siente dolor en alguna parte?, ¿necesitas algo? –Pregunto Hikari a la vampiresa.
—Tú... no eres un demonio, ¿verdad? –Pregunto la joven vampiresa haciendo que Hikari mostrara reacción ante la pregunta.
— ¿Porque lo dices? –Pregunto ella nerviosamente.
—No percibo ninguna esencia espiritual demoniaca en ti, pero tampoco una humana, yo puedo percibir la “esencia” de las energía espirituales de alguien –Contesto la vampiresa.
—De seguro tus heridas te hacen imaginar cosas, claro que yo soy... una humana por supuesto –Dijo ella aun con mas nervios.
—No lo eres, ni tampoco una demoniza... entonces eso quiere decir que tú eres... –Decía la vampiresa a medias muy pensativa — ¿Eres acaso una “Kemonohito”? –Pregunto ella callando a Hikari unos segundos como reacción ante la pregunta —Es lo que eres, ¿verdad? –Volvió a preguntar ella.
— ¿Como lo sabes? –Pregunto Hikari.
—No muchos se percatan pero la energía espiritual posee una “esencia” en ella que identifica lo que es realmente el sujeto, ya sea humano o demonio, la esencia se cada ser es diferente y única –Contesto la vampiresa —Además no es la primera que me topo con una “Kemonohito”, aunque debo admitir que es muy inusual ver a uno conviviendo en esta ciudad humana lejos de su tribu –Comento la tal Kasumi.
—Debo pedirte por favor... que no se los diga a nadie, en especial a Zoro –Dijo Hikari como petición a la joven vampiresa con una seria cara.
—El no lo sabe, ¿verdad?, ya veo... supongo siendo un hanyo puede percibir el “karma” de la energía espiritual pero no la esencia –Dijo la joven vampiresa —Esta bien, no se lo diré, tienes mi palabra de honor –Dijo la tal Kasumi.

Tras terminar de ducharse y cambiar de ropa, Zoro se dirige a su habitación encontrando que su “invitada” aun esta estaba despierta.

—Si buscas a tu amiga del cabello celeste ya se ha ido, le dije que estaba bien y no necesitaba nada más que descansar, por lo que no tarde de convencerla para que se retirara –Dijo ella.
—Está bien, justamente quería hablar contigo –Comento Zoro seriamente.
—No creo que el hecho de que me hayas ayudado significa que seamos amigos o algo así –Dijo orgullosa la tal vampiresa.
—Me da igual tu forma de pensar, tan solo respóndeme, ¿cómo terminaste en ese estado? –Pregunto directamente Zoro.
—Eso no es... de tu incumbencia –Contesto ella de mala gana.
—Ahora sí lo es, así que por favor ahórrate el orgullo y los secretos para esta simple pregunta –Dijo Zoro.
— ¡Ya te dije que no es de tu incumbencia! –Exclamo ella moviéndose bruscamente en el momento de decirlo solo para sentir un fuerte dolor en su cuerpo.
—Te dije que no te movieras tan bruscamente, tu cuerpo aun se recupera –Le sugirió Zoro de recordatorio.
— ¿Porque a pesar de que intente matarte tu insistes en ayudarme de todo modo? –Pregunto ella.
—Porque mi maestro es alguien de gran bondad –Dijo Minamoto apareciéndose al lado de la puerta de la habitación.
— ¿No se supone que estabas “descansando”? –Pregunto Zoro.
—Soy un espíritu, el sueño es una necesidad que no poseo realmente a diferencia de los seres vivos, si duermo es solo para variar –Respondió el samurái.
—Que espada tan rara, en todo caso debería irme, agradezco tu ayuda pero desde aquí mis heridas son asunto mío –Dijo ella intentando levantarse con mucho esfuerzo pero siendo interrumpido por Zoro.
—De eso ni de broma, te quedaras aquí hasta que estés lo suficientemente recuperada –Dijo Zoro.
—Eres demasiado amable, ¿lo sabes?, ¿acaso realmente dejaras dormir en tu morada al la demoniza que intento una vez matarte? –Pregunto ella.
—Yo no me preocuparía por eso, ya que antes de que hicieras un movimiento te detendría al instante sin vacilar, recuerda que yo no duermo –Advirtió Minamoto.
—Dudo mucho que intentes atacarme mientras duermo, como sea por ahora dormirás en mi habitación y yo iré a descansar en el sofá del living, si necesitas algo no dudes en pedírmelo –Dijo el pelirrubio retirándose.

La joven vampiresa antes de dormir noto un cuchillo sobre la mesa de habitación, dicho cuchillo tenía en el mango el símbolo de un cráneo con aspecto de tatuaje de un tigre, dicho cuchillo fue el mismo que fue lanzado cerca de Zoro por alguien no identificado (Ver capitulo 13).

— ¡Ese símbolo! –Exclamaba ella sorprendida en su mente — ¡Oye! –Dijo la joven vampiresa captando la atención del pelirrubio.
— ¿Necesitas algo o finalmente quieres hablar? –Pregunto Zoro.
—Dime; ¿donde encontraste eso? –Pregunto ella señalando al cuchillo con el símbolo del cráneo de tigre.
—Ah eso, pues... un momento, ¿porque me lo preguntas? –Contesto Zoro con una pregunta.
— ¡Solo dímelo!... ¿de dónde sacaste eso? –Volvió a preguntar ella seriamente y con una profunda voz de nerviosismo.
—Está bien, cielos sí que eres algo mandona –Opino Zoro —Sonara extraño pero lo encontré en el suelo después de alguien que no tengo idea de quien sea me lo lanzara en frente de mi –Respondió el joven hanyo.
—Te encontraste con “ellos”, no hay duda alguna –Dijo la tal vampiresa con más nervios.
— ¿”Ellos”?, ¿de quién estás hablando exactamente? –Dijo Zoro llenándose de más dudas.

Mientras tanto en la entrada de la fábrica de ropa abandonada de Kimitri...
Aquella fabrica la cual Zoro visito repentinamente y tuvo aquel encuentro “hostil” con la tal Rita. En la plenitud de la oscuridad un nuevo visitante llega al lugar.

—Oh, ¿así que este es el sitio de donde proviene esa enigmática energía espiritual? –Se pregunto a sí mismo —“Khan” tenia razón, sin duda estar cerca se puede apreciar más detalladamente la “esencia” que esconde esta estructura humana abandonada, muy interesante –Dijo mirando el lugar con cierto interés.

Aquel visitante era nada menos que el tal Chop.

—Eso explica el porqué quería visitar esta ciudad, si... este sitio guarda interesantes respuestas –Decía el sujeto rebelde a sí mismo.
— ¿Que hace un Ayakashi como tu en una noche y lugar como este? –Pregunto un hombre apareciendo a espaldas del joven rebelde.

Dicho hombre era un sujeto con traje de oficina, cabello rosado, guantes negros en ambas manos, alto y de un parche en el ojo izquierdo, tal descripción era nada menos que de Kidao-senpai.

—Vaya manera de estropear una bella noche como esta, exorcista –Dijo Chop con la última palabra en tono serio.
—Puedo percibir que no eres un Ayakashi cualquiera y que tu presencia en este lugar tiene un motivo en especial –Dijo deductivamente el tal Kidao.
—Je, ¿nos conocemos?, tu cara me es muy familiar –Dijo Chop cambiando a su confiado gesto de siempre.
— ¿De veras me has olvidado? –Pregunto Kidao quitándose en parche de su ojo izquierdo para mostrar su ojo totalmente teñido de negro.
— ¡Tu...! –Exclamo el rebelde sorprendido al instante de ver su ojo.

Acto seguido Chop comienza a reírse de forma exagerada hasta finalmente limpiar sus lágrimas de carcajadas.

— ¿Quién hubiera pensado que seguirías con vida después de todo?, ¿y qué demonios es esa nueva apariencia?, ¿cabello rosado?, ¿acaso te volviste transexual? –Pregunto el tal Chop riéndose de ello.
—Oye, oye, no deberías reírte del cabello de otros, además solo porque soy hombre y el color rosado sea mi favorito eso no significa que sea homosexual o algo por el estilo, eres de juzgar por el aspecto físico como siempre, Chop –Comento Kidao mirándole seriamente mientras se ponía nuevamente su parche del ojo izquierdo.
— ¿Cuánto ha pasado desde la última vez?, viejo amigo –Comento Chop.
—Eso no importa ahora, pero lo que si me interesaría hablar es sobre “tus nuevos amigos” con los cuales te juntas actualmente –Dijo Kidao.
—Oh ya veo, ¿así que estas al tanto de mí y de “el”? –Pregunto Chop.
—Jamás creí que “matones” como ustedes vendrían hasta aquí, admito que tenía un presentimiento de ello pero jamás creí que realmente ocurriría –Dijo Kidao.
— ¿”Matón”?, oh amigo que comentario tan dañino, aunque ciertamente se ha venido a la mente este “reencuentro”, aunque ahora que lo pienso... me es demasiado frustrante –Opino el tal sujeto de aspecto rebelde.
—No necesito averiguar lo que tú y “tus nuevos amigos” tienen en mente en Kimitri, con solo verte aquí ya tengo ideas suficientes de lo que podrían tramar, sea lo que sea no creas que dejare pasar esto de alto ni por un segundo –Dijo Kidao desenfundando una Katana.
—Je, ¿quieres pasar directo a la parte interesante?, eso me trae cierta nostalgia –Decía Chop haciendo sonar los huesos de su puño.

Mientras tanto regresando a la residencia Fumikae – Habitación de Zoro...

— ¿A qué te refieres con “ellos”? –Pregunto Zoro a la joven vampiresa.
—A uno de los peores “grupos” concentrados de Ayakashi –Respondió la vampiresa seriamente.
— ¿Qué?, eso no me dice mucho que digamos –Opino el pelirrubio.
— ¿Cuando fue que recibiste eso? –Pregunto Zoro.
—Pues esta mañana –Contesto él.
—Entiendo, aun estas a tiempo –Dijo ella.
— ¿A tiempo para qué? –Pregunto Zoro.
—Para huir, te aconsejo irte lo más lejos posible de aquí, ya que desde el momento en que ese cuchillo llego a ti... una amenaza acechante te ha puesto un ojo encima –Advirtió la joven.
— ¿Qué significa eso demonio? –Pregunto Minamoto bruscamente —Maestro Zoro, ¿a qué se refiere con lo del cuchillo? –Pregunto aparte el espíritu samurái.
—No lo sé pero veo que está dando muchas respuestas confusas –Comento Zoro.
—Si te han “fichado” y estoy cerca de ti... no... esto es malo para mi, debo... debo irme de aquí –Dijo ella intentándose levantar pero resultando ser en vano por el dolor.
—Oye ya te dije que descanse, si intentas hacer algo de esfuerzos tus heridas empeoraran en vez de mejorar –Le comento el pelirrubio.
— ¿No lo entiendes aun?, ¡tanto tu como yo corremos mucho peligro en este momento! –Exclamo ella seriamente.

Justamente en ese momento una fuerte presencia aparece alrededor de la casa.

—Esa sensación... esa esencia demoniaca de karma negativo... ¡es uno de ellos! –Dijo la vampiresa con el temblar de sus brazos.
—Maestro Zoro... esta cerca –Advirtió Minamoto.
—Sí, puedo sentirlo, es la presencia de un demonio... acercándose hasta aquí –Dijo el pelirrubio.

La presencia comenzó a hacerme más fuerte hasta finalmente hacer acto de aparición, atravesando del techo para llegar a la habitación donde ambos se encontraban, aterriza frente de los dos mirándolos seriamente con una sonrisa maniática.

— ¿Quién demonios eres tu?, enano –Pregunto Zoro insultando al “nuevo invitado” inesperado.

El demonio era un enano con ropa de cuero al igual que Chop, atras tenía el símbolo un cráneo pero no como el que tenia Chop en toda su vestimenta, este sujeto tenía el mismo símbolo de cráneo que el mango del cuchillo, sus demás características físicas eran; un peinado punk de color azul, una cicatriz en el ojo derecho, dientes como de tiburón con unos labios teñido de negro y 3 perforaciones en su oreja izquierda, más que un rebelde parecía un gótico de aspecto maniático.

—Jijiji... te encontré... “desertora” –Decía el enano emitiendo una risa molesta y contagiosa en sus palabras.
Continuara...

Previamente: Tras atender las heridas de su “invitada” la joven vampiresa parece esconder información interesante con respecto al tema del cuchillo que había sido lanzado frente a Zoro y sin identificar al responsable, por otra parte Chop tiene un “reencuentro” con un viejo amigo quien resulta ser menos que Kidao, para hacer las cosas más preocupante un misterioso enano con cabello de punk y aspecto de gótico psicópata se aparece de forma destructiva frente a Zoro y la tal vampiresa.

— Oye enano, ¿quién demonios eres y quién diablos te crees para aparecer de la nada y hacer un agujero en el techo de mi habitación? –Pregunto el pelirrubio totalmente enojado.
— ¡No te precipites!, el no es un demonio Ayakashi cualquiera –Advirtió la joven vampiresa.
— ¡Cualquiera o no, hare que pague por dañar mi hogar!, ¡Minamoto! –Exclamo Zoro llamando a su compañero samurái.
— ¡Si maestro! –Respondió el espíritu samurái al llamado de su maestro saliendo de la funda.

Desenfundándose por su cuenta Minamoto ataco la retaguardia del enano con intensión de atravesarle el corazón, pero hábilmente este demonio saco garras de sus uñas y dando una media vuelta rápida bloqueo el intento de apuñalar del samurái, contraataco y mando a Minamoto contra la pared de la habitación clavándose en ella.

—Maldición... ¡quede clavado en la pared!, lo siento maestro –Dijo Minamoto apenado de su fallido ataque sorpresa.
—Jijiji... se necesita más que una espada encantada para matarte –Dijo el enano maniático.

Para cuando se dio vuelta y fijar su atención en Zoro y la vampiresa, el pelirrubio le había dado un fuerte puñetazo con sus llamas azules en ella en la cara de su rival impulsándolo hacia atras por tal golpe que termina saliendo de su habitación hasta llegar a la mesa de su cocina y destruirla.

—Demonios, no la cocina –Dijo el pelirrubio frustrado.
—Idiota, deberías poner más atención en él, no tienes idea de quién te está enfrentando –Le advirtió la bella vampiresa.
— ¿Y quién rayos es exactamente señorita “sabelotodo”? –Pregunto Zoro sarcásticamente.
—La “Overkiller” –Dijo el enano apareciendo inmediatamente frente a Zoro.
— ¿”Over-que”? –Pregunto el pelirrubio confundido.


— ¿Se supone que el nombre debería asustarme o algo así? –Pregunto Zoro.
—Jijiji... pues debería, mocoso de llamas azules –Contesto de mala gana el enano sicótico.
—Entonces demuestra que hablas en serio, enano –Dijo Zoro poniendo a prueba la dureza de su rival.

El maniático enano sonrió y emitiendo su típica risa sicótica abrió la boca comenzando a expulsar agua de ella, pero no era agua común, esta parecía tener vida propia ya que en el momento que toca suelo se dirige rápidamente sobre los pies de Zoro rodeándole.

—Qué asco, estoy pisando un charco viviente de su propia baba –Dijo el pelirrubio burlándose de la situación.
— ¡Tonto, muévete de allí rápido! –Le aviso la vampiresa a Zoro.

Antes de que Zoro le pusiera atención a las palabras de la tal Kasumi, el agua que el enano expulsaba de su boca aumentaba haciendo que el “charco” que Zoro tenía sobre sus pies se elevara subiendo de sus piernas hasta encerrarle por completo dentro de una esfera acuática.

—Jijiji... ¡”Técnica secreta: Esfera bio-acuatica”! –Pronuncio el enano sicótico su movimiento.

Zoro encerrado dentro de una esfera viviente de agua comenzó a sentir la perdida de oxigeno.

—Qué asco... puedo salir de esto pero... si libero de forma masiva mis poderes Youkai podría destruir mi casa, en especial mi habitación –Pensó el pelirrubio frustrado de la idea — ¡Maldita sea, salvare mi vida a costo de una cuota grande para remodelación! –Se decía a si mismo dispuesto a correr el riesgo económico.

Pero antes de que Zoro actuara la vampiresa ataca primero, como no podía mover su cuerpo para atacar, ordeno a su sombra hacerlo por ella, sorprendiendo al enano de cabello punk por la delantera, la sombra le da un puñetazo en el estomago, el fuerte golpe hace que el demonio comience a toser dejando de expulsar agua de la boca, aquel dicho elemento que parecía moverse a voluntad propia se volvió agua común y corriente en el suelo desapareciendo la esfera que mantenía a Zoro dentro de esta.

—Vuelvo a repetirlo; qué asco –Comento el pelirrubio.

La sombra regresa a su dueña y la joven vampiresa comienza a sentir leves dolores en el cuerpo por el esfuerzo de usar a su leal sirviente sombrío.

—Jijiji...maldita desertora, tienes agallas para atacarme de esa manera, acabare contigo y con el mocoso que te ayuda –Decía el enano sicótico furioso.

En eso una Katana aparece sorpresivamente atravesándole el pecho por la retaguardia.

—Necesitaras más que una pared para detenerme, enano –Le dijo Minamoto ejecutando exitosamente su ataque sorpresa.
—Bien dicho y hecho Minamoto –Dijo Zoro elogiando a su compañero espiritual.
—Jijiji... eso no me detendrá fácilmente –Dijo el enano confiadamente juntando sus manos —“Técnica secreta; Metaformosis-aquo” –Pronuncio el sicótico otro de sus técnicas concentrando una densa energía espiritual en su cuerpo.

De repente toda el agua que yacía en el suelo comenzó a moverse alrededor del enano hasta finalmente fundirse con ella y convertir todo su cuerpo en agua, la Katana termina en el suelo una vez que el rival cambia la estructura de su cuerpo, tomando distancia el enano vuelve a su estado normal en la puerta de la habitación.

—Eso fue inesperado –Dijo Minamoto mientras se movía directo a las manos de su maestro.
—Cambio la estructura de su cuerpo a liquido para evitar el daño, esa si es una técnica inesperada –Opino Zoro.
—La herida de la espada, ya no la tiene –Dijo la tal Kasumi al mirar fijamente al enano una vez este regresa a su estado normal.
—Jijiji... eso me dolió bastante pero no es suficiente para vencerme –Dijo el enano mostrando sus garras nuevamente.

Antes de que hiciera su siguiente movimiento se percata de aquel cuchillo que Zoro tenía sobre la mesa de su habitación, la cual tenía el mismo símbolo del cráneo de tigre que su chaqueta, al percibir ese detalle las garras de su mano desaparecieron dejando a un lado su postura agresiva.

—Jijiji... ya veo, así que eres tú el mocoso del cual ese “presumido” hablaba –Dijo el enano confundiendo mas a Zoro con lo que decía —Jijiji... deberías tener cuidado con lo que haces, por ahora dejare pasar esto pero ten en cuenta que nos veremos muy pronto chico –Dijo el sicótico saliendo con un salto que deja otro agujero mas en el techo de la casa.
—Se fue pero... ¡dejo otro maldito agujero en mi casa!... ¡ese desgraciado me costara una fortuna en reparación!, ¿¡que acaso cree que estoy hecho de oro!? –Comento el pelirrubio.
— ¡Ya deja de preocuparte por esos insignificantes detalles!, tienes peores problemas que esos, deberías preocuparte seriamente por el hecho de que “ellos” te pusieron en la mira –Dijo la joven vampiresa.
— ¿Y podrías definirme quien rayos son “ellos” realmente? –Pregunto Zoro.

Mientras tanto en la entrada a la fábrica abandonada de ropa de Kimitri...
Chop quien visitaba interesado el lugar se encontró por lo que asegura ser un “viejo amigo” siendo nada menos que Kidao-senpai. Ambos cara a cara se echan miradas confiadas esperando el momento para que alguien hiciera su primer movimiento, siendo ese primero Kidao quien avanza rápidamente con una Katana en manos directo hacia Chop, el joven de aspecto rebelde evita la tajada del arma dando un gran salto en el aire, desde allí desciende velozmente hacia su “viejo amigo” con una patada directa, Kidao usa su arma para bloquear su simple golpe deteniéndole exitosamente, Chop salta hacia atras tomando distancia y cayendo al suelo ligeramente sin problemas.

—Tu velocidad humana es decepcionante pero tu fuerza no ha cambiado, tienes aquel viejo ritmo a media mi estimado “amigo” –Opino Chop.
—No deberías hablar tan pronto, “amigo” –Dijo Kidao sonriéndole confiadamente.
— ¿Qué? –Dijo Chop percatándose de que en su retaguardia se encontraba Kidao sorpresivamente.

El hombre de cabello rosa tomo del brazo a Chop sujetándole fuertemente.

—Te pille –Dijo Kidao seriamente.
— ¿Cómo es que tu...? –Pregunto Chop a medias.
—A veces no todo lo que ves es cierto –Contesto Kidao mirando a su “otro yo”.

Chop haciendo lo mismo, se percata de que el “yo” de Kidao que tenia la Katana termina desapareciendo convirtiéndose en un papel ofuda blanco con el kanji de “ilusión” en ella.

—Oh claro... el viejo truco del “doble ilusorio” –Dijo Chop sonriendo confiadamente.
—Tú pierdes mi estimado Chop, sabes qué pasa cuando hago contacto físico con un demonio, ¿verdad? –Pregunto Kidao.
—Je, estoy al tanto de tu “habilidad dotada” mi estimado colega –Respondió Chop sin quitar su sonrisa confiada.

De repente Chop siente un parálisis en su cuerpo y acto seguido sintió que su mente era invadida, Kidao aparece dentro de un rincón oscuro que lo que parece ser la mente del joven rebelde, frente al hombre de cabello rosa se encontraba la imagen espiritual de lo que parecía ser un cerebro.

—Veamos que tienes almacenado en tu “cabeza” viejo amigo –Dijo Kidao acercándose a tal cerebro de aspecto espiritual.

En el momento que puso su mano sobre el cerebro la energía espiritual que este irradiaba se unifico con el cuerpo de Kidao.

—Solo un poco más... ¿qué esconderás? –Dijo Kidao a sí mismo.

Cuanto creyó que leía su mente repentinamente todo el cerebro de aspecto espiritual comenzó a teñirse de negro desapareciendo la energía espiritual que tenía en ella.

— ¿Que está sucediendo? –Dijo el hombre de cabello rosado preocupado.

Todo el cerebro envuelto en un manto de oscuridad termina desapareciendo hasta no quedar nada, Kidao regresando en si percibe que el cuerpo de Chop comienza a ocurrirle lo mismo, comenzando desde las piernas hasta la cabeza todo su cuerpo comienza a teñirse de negro como si fuera una sombra hasta desaparecer por completo.

— ¿Acaso él...? –Dijo Kidao a medias percibiendo la presencia de su rival.

Mirando hacia arriba de la fábrica, allí se encontraba el verdadero Chop observándole.

—Es una pena que tu “persuasión mental” no funcione con “dobles” –Dijo Chop.
—Debí suponer que harías una jugada tan sucia como sustituirte por una simple replica –Comento Kidao.
—Je, pero si tu comenzaste “señor sabiondo” –Dijo Chop —En lo que a mí concierna, no tengo tiempo para jueguitos contigo mi querido amigo, aun hay mucho por hacer, así que lo dejaremos por hoy pero no te preocupes que cuando llegue el momento nos enfrentaremos de verdad –Aviso el joven de aspecto rebelde desapareciendo a la vista de Kidao.
—Que “ellos” estén aquí solo significan más problemas que atender en Kimitri, aunque ya tengo una idea de donde podrían comenzar –Dijo Kidao mirando fijamente la fabrica —Y pensar que lo ocurrido hace 15 años podría regresar consigo con un evento quizás aun peor que ese día –Pensó el hombre de cabello rosado —Debo regresar al cuartel e informar del asunto, esto no puede quedar sin avisar ya que sin duda algo grande va a ocurrir –Pensó él detenidamente sobre el asunto.

Regresando a la casa de Zoro...
A su habitación más precisamente, el joven pelirrubio acompañado de su invitada vampiresa, habían sobrevivido al desastroso ataque de un enano demoniaco con aspecto de punk sicópata.

—El nombre de ese enano es “Nuck” –Dijo la joven vampiresa.
—Je, que nombre curioso –Comento Zoro.
—“Ellos” a lo que me refiero son conocidos como la “Overkiller”, una banda integrada por varios Ayakashi cuya moral es hacer de las suyas lo que se sin importarles nada en absoluto más que su poderío –Explico la joven vampiresa.
— ¿Cómo es que sabes mucho de ellos? –Pregunto el pelirrubio.
—Solo lo sé, ¿de acuerdo? –Dijo ella.
—Como quieras, a todo esto; ¿quién eres realmente?, es decir se que eres una demonio Ayakashi pero... no sé ni cómo te llamas –Explico Zoro.
—Me llamo “Kasumi” si tanto quieres saberlo –Dijo ella presentándose oficialmente.
— ¿Solo Kasumi? –Pregunto Zoro.
—Si solo Kasumi, ¿acaso tiene algo de malo mi corto nombre? –Pregunto la tal Kasumi molesta.
—No, ya tengo demasiado en la cabeza como para pensar en ello –Contesto el pelirrubio —Para empezar; en como reparar todo este daño –Dijo en su mente dando un fuerte suspiro.

Mientras tanto en algún desconocido lugar...
En un sitio de densa niebla situado en un supuesto bosque, se encontraba paseando en ella una figura humanoide con una larga cola peluda, tenia largas orejas, unos curioso bigotes y un hocico de animal, parecía ser la descripción perfecta de un zorro, una mujer zorro humanoide de pelaje amarillento que usaba un kimono, mientras avanzaba hasta un pequeño manantial para recoger agua de ella, un pequeño zorro plateado de tamaño normal con símbolos de aspecto sagrado en su cuerpo se le acerco.

—Oh eres tu, ¿qué cosas interesantes tienes para informarme del mundo humano? –Pregunto la supuesta mujer zorro emocionada.

Al poner su mano sobre la frente del pequeño zorro que tenía un símbolo en ella, en la mente de la mujer zorro reposan varias imágenes que muestran a Zoro usando sus poderes Youkai e incluso con sus rasgos Kitsune al descubierto.

— ¿Un semi-Kitsune en el mundo humano?, la “sacerdotisa Kaira” debe enterarse de esto –Dijo la mujer zorro olvidando el agua y corriendo con mucha prisa hacia la dirección contrario a la que iba desde el comienzo.
Continuara...

Previamente: Zoro y la joven llamada Kasumi logran deshacerse de un “inesperado” invitado perteneciente de una malévola banda de Akayashi denominado “Overkiller”, esto aun apenas era el comienzo, pues esta supuesta banda actualmente parece haberse embarcado en Kimitri en señales de mal presagio...

En algún desconocido lugar...
En una extraña aldea de aspecto oriental de las era antigua, una mítica niebla reposaba el lugar donde el suelo era un bello pasto verde, una autentica mezcla entre convivencia con la naturaleza, las casas de aspecto feudal colocados de forma ordenada que marcaban un camino directo hacia un gran templo con varias estatuas de zorro a su alrededor, rodeados por un lago puro y de abundante peces en ella, sus habitantes eran lo más curioso, no eran seres humanos sino zorros antrofórmicos de pelaje entre naranja y amarillo que vestían entre yukatas y kimonos y quien en mayoría eran hembras.

— ¡Con permiso, un mensaje urgente para la sacerdotisa Kaira! –Exclamo una mujer zorro que corría a prisa hacia el gran templo de la aldea.

Al entrar se podía notar la belleza espiritual que el lugar poseía de adentro, varios adornos con forma de zorro llenaban el sitio quien relucía con una impecable madera de aspecto única, la mujer zorro corre hasta el fondo donde se encuentra a otra igual mujer zorro de gran cabello plateado y pelaje naranja que poseía marcas de aspecto sagrado en su cuerpo, dicha mujer se encontraba meditando de rodilla en el suelo mostrando poseer 9 colas que hacían un circulo a su alrededor en la meditación, su vestimenta era claramente un Kimono de sacerdotisa.

—Disculpe que le interrumpe gran sacerdotisa Kaira, pero le traigo una noticia urgente –Informo la mujer zorro a la sacerdotisa.
— ¿Que noticia puede ser urgente para la sacerdotisa de la aldea de los Kitsune? –Pregunto la dichosa sacerdotisa.
—Un semi-Kitsune fue descubierto en el mundo humano, parece que sus rasgos Youkai estan maduramente desarrollado hasta cierto punto –Comunico la mujer zorro.
— ¿Otro de los nuestros producto de un fallido amor obviamente imposible? –Pregunto la sacerdotisa Kitsune.

Dejo su meditación y levantándose del suelo sus nueves colas se hicieron uno.

—No hay otro remedio que ir por él, no podemos permitir que los Kitsune por mucho que sean mestizos convivan en el mundo humano –Dijo la tal sacerdotisa seriamente.
— ¿Llevara a Asuki con usted? –Pregunto la mujer zorro.
—No, bajo ninguna excusa puedo permitir que deje este plano de existencia y se dirija al mundo humano, sabes perfectamente de ello, “Nitany” –Dijo la tal sacerdotisa.
—D-disculpe mí insolencia, gran sacerdotisa –Dijo la llamada Nitany arrodillándose ante sus pies.
—No tienes que ser tan humilde, llamas a dos de los mejores guerreros de nuestra aldea, partiremos de inmediato –Comunico la sacerdotisa Kaira.


Residencia de la familia Fumikae (Casa de Zoro)...
Con el amanecer Kasumi había desaparecido de la habitación de Zoro, posiblemente con el sanar de sus heridos se retiro de su casa tan siquiera decir “adiós”, Zoro se había subido al techo de su casa con un martillo, tablas y varios clavos, se encargaba de los agujeros ocasionados por dicho invitado en aquella noche.

—Con un demonio, reparar cosas no es lo mío... –Dijo el pelirrubio dando un leve suspiro.
—Al menos ya se ha encargado de reparar uno de los agujeros, maestro Zoro –Dijo Minamoto quien yacía en el techo en su funda a un lado de su maestro.
— ¿No tienes otra cosa que hacer que estar pendiente de lo que hago? –Pregunto Zoro frustrado.

En medio de la reparación Zoro escucha alguien llamándole.

—Zoro, ¿estás en casa? –Pregunto dicho voz.

El joven hanyo dirigiéndose hasta la puerta de allí se encuentra justamente con Hikari.

—Hola Hikari, disculpa si me presento desde aquí –Dijo el pelirrubio saludándole desde el techo de su casa.
— ¿Qué haces allí arriba Zoro? –Pregunto Hikari.
—Digamos que limpiando el desastre de anoche –Respondió el joven hanyo.

Hikari confundida con su respuesta, oro le muestra desde adentro de su hogar a que se refería.

—Santo cielos, ¿pero qué paso aquí? –Pregunto ella.
—Un enano con cara de sicópata se apareció aquí en la noche con intención de ocasionar problemas, eso fue lo que ocurrió –Contesto Zoro.
— ¿Un enano? –Dijo Hikari con más dudas que respuesta en mente.
—Por cierto, ¿qué haces aquí?, no es muy casual que siempre vengas aquí 20 minutos antes para las clases –Dijo Zoro.
—Yo bueno... quería ver como estaba la chica que trajiste a tu casa anoche –Contesto Hikari tímidamente con el sonrojar de su cara en lo más leve.
—Si te refieres a Kasumi, pues se ha ido a quien sabe qué hora –Dijo el pelirrubio.
— ¿Así que se llama Kasumi? –Pregunto Hikari.
—Sí y lo que me advirtió anoche ciertamente se ha convertido en algo frustrante para mí –Comunico Zoro.
— ¿Advirtió?, ¿qué cosa? –Pregunto la joven de cabello celeste.


Momentos después de la retirada del tal “Nuck”...

—Escucha lo que te dije con atención; ese cuchillo recogiste y apareció frente a ti de la nada es una señal de que “ellos” han puesto un ojo de interés en ti –Explico Kasumi —Desde este momento parte de sus objetivos eres tu y tarde o temprano harán acto de presencia frente a ti, si quieres sobrevivir te sugiero abandonar esta ciudad lo más discreto posible, su líder sin duda es un demonio poderoso a temer –Advirtió la vampiresa.


— ¿Que es lo traman esos locos llamados “Overkiller”?, esa chica me dio más preguntas que respuestas –Dijo Zoro en voz alta.
—Disculpa Zoro... ¿de qué estás hablando? –Pregunto Hikari sintiéndose olvidada.
—Ah disculpa, a veces soy de pensar en voz alta –Contesto el pelirrubio.

En ese momento una fuerte sensación espiritual se sintió cerca ambos.

—Maestro... –Dijo Minamoto apareciendo frente a Zoro.
—Lo sé, será mejor ver de qué se trata, quédate aquí Hikari –Le sugirió Zoro tomando la Katana y dirigiéndose afuera de casa de donde procedía tal sensación.
— ¡Espera, yo iré contigo! –Exclamo la joven de cabello celeste siguiendo al Hanyo.

Una vez afuera Zoro percibe espíritus malignos rodeándoles, mirando detalladamente estaban frente de él.

—Tal y como suponía... mas espíritus molestos de lo que ocuparse –Dijo Zoro frustrándose de ello.
—Zoro... –Dijo Hikari muy preocupado notando también los espíritus malignos cerca.
—Quédate atras Hikari, este es mi problema –Dijo Zoro colocando su mano en el mango de la espada.
—D-de acuerdo –Respondió ella tímidamente haciendo caso a la sugerencia del pelirrubio.

Zoro mirando fijamente a los espíritus malignos que tenía en frente se prepara para vencerlos de un simple corte de su Katana pero antes de que desenfundara a Minamoto una ráfaga de llamas azules aparecen sobre todos los espíritus malignos acabando con ellos.

— ¿Qué?... –Dijo Zoro impresionándose con lo sucedido al frente de su cara.
—Oh, increíble maestro Zoro, pudo vencerlos sin necesidad de blandirme –Elogio Minamoto a su maestro.
—Pero yo no hice eso –Dijo Zoro

De entre las llamaradas azules que había acabado con los espíritus, tres Kitsune (hembras) se aparecen frente al pelirrubio, dos de ellos vestidos de yukatas negras acompañados con Hakama.

[HAKAMA: El hakama (袴 hakama?) es un pantalón largo con pliegues (cinco por delante y dos por detrás) cuya función principal era proteger las piernas, por lo que originalmente se confeccionaba con telas gruesas y con algún diseño patrón].

Mientras que el tercero que estaba en medio de los dos era la mismísima sacerdotisa de nombre Kaira.

— ¿Acaso son... auténticos Kitsune? –Pregunto Zoro en su mente sorprendido ante lo que veía con sus ojos.
— ¿Q-que es... esta sensación? –Pregunto Hikari en su mente.

Hikari estaba impactada con la energía espiritual que emanan los Kitsune que estaban frente de ella, tanto que no pudo moverse al respecto.

—Oh, ¿así que tú eres el semi-Kitsune que descubrimos hace poco que habita en el mundo humano? –Pregunto la sacerdotisa.
—Quien rayos... ¿eres tú? –Pregunto el pelirrubio de mala manera.
—Soy la sacerdotisa Kaira, la actual líder de la aldea de los Kitsune, tu verdadero hogar –Contesto la tal sacerdotisa.
— ¿Disculpa? –Pregunto Zoro con respecto a su respuesta.
—Lo haremos simple; tú vendrás con nosotros –Dijo la sacerdotisa de forma directa.
—Lo siento pero no tengo la menor intención de ir con ustedes, además de que me enseñaron a “no hablarles a los extraños” –Dijo Zoro dándole la espalda y retirándose a su casa.

La sacerdotisa chasquea los dedos de su mano izquierda y el Kitsune que estaba de dicho lado avanza hasta saltar y terminar en frente de Zorro irrumpiendo su camino con una postura de ataque.

—De veras no piensas dejarme en paz, ¿verdad? –Pregunto Zoro a la tal sacerdotisa.
—Tendrás toda la paz que quieras una vez te llevemos a nuestra aldea, nuestras intenciones es llevarte a tu nuevo hogar, no perteneces al mundo humano –Dijo la sacerdotisa.
—Mira, agradezco tu amabilidad pero me agrada aquí y no tengo intención de ir a su aldea o lo que sea –Dijo Zoro.
—Entiendo que el mundo de los humanos te haya tentado con sus artilugios tecnológicos, pero tu lugar no es aquí, así que te llevaremos con nosotros a donde realmente perteneces, algún día me lo agradecerás –Dijo la sacerdotisa estirando su mano a Zoro —Bien, se bueno y acompáñanos –Dijo ella amablemente.

Zoro decidido a quedarse insiste en convencerles por la mala, desenfunda a Minamoto y agitando la Katana en frente de la Kitsune que le bloqueaba su camino a casa despliega sobre ella una llamara de fuego azul, pero dicha Kitsune fácilmente de forma increíble refleja sus llamaras en su contra recibiendo un golpe directo de su poder en contra haciendo que retrocediera unos leves centímetros atras hasta caer al suelo.

— ¿De veras no creerás que un mestizo como tu puede vencer a un Kitsune de pura sangre? –Le dijo la sacerdotisa a Zoro.
—Pues no creas que tengo en mente el ir con ustedes, ya tengo demasiado con aguantar espíritus, exorcistas, demonios y ahora con ustedes –Dijo el pelirrubio levantándose del suelo.
—Créeme, será lo mejor para tu, de veras me lo agradecerás –Dijo la sacerdotisa abriendo su palma derecha y apuntando con ella a Zoro.

Inmediatamente alrededor del pelirrubio unas pequeñas esferas con forma de luciérnagas azules comienza a aparecer rodeando a Zoro.

— ¿Que son esas cosas? –Se pregunto el joven hanyo a si mismo sintiendo de repente un fuerte cansancio.
—Cuanto menos dejes de ser tan rebelde mejor será para ti –Aconsejo la sacerdotisa.
—Mi cuerpo... no pudo moverme... –Decía el joven hanyo cayendo al suelo en un profundo sueño.
—Maestro, maestro Zoro despierte –Decía Minamoto inultamente intentando despertarle —¡Miserables!, ¿qué le han hecho a mi maestro? –Pregunto el samurái enfadado.
—Cálmate, tan solo le hemos adormecido, estará sano y salvo una vez lo llevemos a nuestra aldea –Contesto la sacerdotisa.
— ¡No lo permitiré, protegeré a mi maestro a como dé lugar! –Exclamo el samurái haciendo aparecer su espíritu para sujetar la Katana y adoptar una postura agresiva.
—Que valiente, para un espíritu que habita en un arma –Opino la sacerdotisa.

La sacerdotisa moviendo su dedo índice provoca un pequeño torbellino de llamas azules sobre el samurái que resulta muy efectivo sobre él.

—Lo siento, maestro... –Dijo Minamoto apenándose tras desaparecer y volver a la Katana.
—Con esto estarás “reposando” en tu “cuerpo” por un buen rato –Dijo la sacerdotisa tomando a Minamoto.

Mientras tanto Hikari aun ante el miedo emitido por tal presencia espiritual trato de intervenir saltando directamente hacia Zoro.

— ¡Zoro! –Exclama ella preocupada —Despierta Zoro, despierta –Decía ella sin lograr su cometido.
—Tienes agallas para entrometerte, mencionando que no eres un demonio si tampoco un humano –Comento la sacerdotisa.
— ¿Que le hará a Zoro? –Pregunto Hikari a la sacerdotisa mirándola fijamente.
—Como ya lo eh dicho, lo llevare a donde pertenece, “con los nuestros” –Contesto seriamente la tal sacerdotisa Kaira.
—Eso significa... ¿que ya no le volveré a ver nunca más? –Pregunto ella deprimidamente.
—Es exactamente lo que significa, los tuyos a diferencia de los nuestros; no convivimos tan cerca de los humanos como ustedes lo hacen –Dijo la sacerdotisa.

Acto seguido la sacerdotisa Kaira coloca un dedo sobre la frente de Hikari e inmediatamente ella cae directo al suelo perdiendo el conocimiento.

—Carguen al mestizo, es hora de llevarlo a su verdadero hogar –Dijo la sacerdotisa ordenándole a sus dos acompañantes.

Mientras tanto en el sub-cociente de Zoro...
Sintiendo como se elevaba en el aire por una cálida llamas azules, el pelirrubio mirada perdida hacia arriba ignorando donde estaba, sentía que todo estaba bien deseando que esto durara para siempre, hasta que repentinamente comienza a escuchar una voz llamándole.

—Zoro... –Dijo una dulce voz femenina.
— ¿Quien me está llamando?, me siento demasiado bien como para atender a su llamado –Decia el joven Hanyo.
—Zoro... –Dijo la voz llamándole nuevamente.
—Por favor... déjame en paz... –Dijo el pelirrubio.
—Zoro... –Dijo una vez más la voz llamándole.

Zoro despierta finalmente volviendo en sí, se percata de que estaba en una habitación de estilo oriente feudal y en especial se percato de estar recostado sobre las piernas de una Kitsune de pelaje naranja con un largo cabello rubio y ojos color café.

—Hola... Zoro –Saludo ella tímidamente.

Zoro en reacción se levanto violentamente tomando distancia de la mujer.

— ¿Quién eres tu?, ¿¡donde estoy!? –Pregunto Zoro alterado y seriamente.
—Calma por favor, primero toma esto; es tuyo –Dijo la amable Kitsune entregándole la Katana Minamoto a Zoro.
— Estoy en su aldea, ¿verdad? –Pregunto Zoro.
—Sí, estas en la aldea de los Kitsune, en este momento te encuentras en el gran templo de nuestra aldea, aquí vive nuestra actual sacerdotisa quien es la líder de nuestra gente –Le explico la Kitsune.
—Tiene que ser una broma... –Dijo frustrado el pelirrubio —Un momento... ¿cómo sabes el cómo me llamo? –Pregunto Zoro.

Dicha pregunta hizo que la Kitsune comenzara a sonrojarse y sentir la timidez de decir algo al respecto.

—Oye te hice una pregunta –Dijo Zoro.
—Veras... yo... –Decía ella a medias.
— ¿”Tu” que? –Pregunto Zoro.
—Me cuesta tanto decírtelo... a pesar de que eh deseado desde el fondo de mi corazón el tenerte frente de mi y poder ver tu rostro que me recuerdan a tu padre –Dijo la Kitsune.
— ¿Acaso conoces a mi padre?, dejate de rodeos y dime... ¿quién eres realmente? –Pregunto el pelirrubio seriamente.
—Yo soy... tu madre, hijo –Contesto ella temblando del gusto de decirlo finalmente.

Tal respuesta mostro una gran reacción en Zoro, su cuerpo comenzó a temblar de tan solo oírlo, sus ojos comenzaron a derramar lagrimas poco a poco.

—Mientes... ¡mientes! –Dijo el pelirrubio negando su respuesta.
—No es mentira, Zoro... de veras soy tu madre, el nombre que tienes es el que yo te di con la aprobación de Isamu, entiendo que es difícil para ti creerlo... nunca eh dejado de pensar en ti, hijo mio –Dijo la Kitsune comenzando también a llorar ante la situación.
—Todo este tiempo me eh preguntado... ¿qué clase de madre es la que tengo? –Decía Zoro mirando el suelo con el caer de sus lágrimas.
—Zoro... –Dijo su madre con intención de abrazar a su hijo.
— ¡Asuki! –Dijo alguien entrando a la habitación e irrumpiendo el momento siendo nada menos que la sacerdotisa Kaira.
—Sacerdotisa Kaira... –Dijo la Kitsune pelirrubia sorprendido de su presencia.
—Dime que no es cierto... que este mestizo no es en realidad tu hijo... –Dijo la tal sacerdotisa con una mirada preocupante.
—L-lo siento... pero no negare lo que es verdad... –Contesto la tal Kitsune.
—Asuki... ¿¡te das cuenta de lo que acabas de hacer!? –Pregunto la sacerdotisa Kaira seriamente.

Inmediatamente Zoro con su Katana en manos la desenfunda rápidamente ocurriendo algo inesperado; apuñala con ella a la Kitsune que dice ser su madre atravesándole el vientre.

—Zoro... –Dijo su madre expulsando sangre por su boca.
—Todo es tu culpa... –Dijo Zoro con la vista baja —Cuando cumplí 12... me di cuenta de quién era mi madre realmente... –Decía el pelirrubio sin evitar derramar una lagrima.
— ¿Hijo?... –Dijo la Kitsune preocupada.
— ¡Fue la responsable de abandonarnos y dejar que mi padre cargara por mí el peso de lo que era realmente en el fondo; un fenómeno! –Exclamo Zoro mostrando su cara en llanto mezclado con una ira como ninguna — ¡Te odio, te odio tanto... que no mereces perdón alguno, yo... TE VOY A MATAR! –Exclamaba el joven hanyo empujando la Katana con todas sus fuerzas hasta escuchar la sangre salpicarse en el suelo y gotear desde la punta de la espada.
Continuara...

Previamente: unos Kitsune raptan a Zoro llevándole a su hogar ubicado en un extraño sitio de aspecto sagrado, sorpresivamente se encuentra allí mismo en un templo del lugar, a una Kitsune que dice ser su madre... acto seguido la escena nos lleva al mismo Zoro apuñalar a su madre con la Katana Minamoto, descargando en el proceso... una ira como ninguna.

—Te odio... ¡te odio!... ¡TE ODIO!... –Exclama el pelirrubio invadido por una ira asesina —Todo es tu culpa... ¡toda la culpa recae en ti! –Le decía Zoro a la Kitsune que dice ser su madre.
— ¿Zoro?... hijo... –Respondió ella con el toser de más sangre
— ¡Asuki! –Grito la tal sacerdotisa Kaira interviniendo en la situación.

Rápidamente hizo aparecer unas cadenas llameantes de color azul alrededor del cuerpo de Zoro deteniéndole.

— ¿Maestro... Zoro? –Pregunto Minamoto despertando su voz en la espada — ¿Pero que... que ocurrió? –Se pregunto a si mismo sorprendiéndose al notar que estaba atravesándole el vientre a una Kitsune.
— ¿Zoro?... –Decía la Kitsune llamada Asuki con una cara de trauma.
— ¿Cómo es que yo...? –Pregunto Minamoto a medias.
—Veo que has despertado del “reposo temporal” que te di con ese ataque –Comento la sacerdotisa a la espada.
—Tú eres... ¿acaso esto es obra tuya? –Pregunto el samurái con un tono serio.
— ¿Obra mía?, mira a tu querido “maestro” y piensa antes de hablar, estúpido espíritu –Le aconsejo la sacerdotisa.

Minamoto no podía ver lo que veía, su maestro Zoro expresaba en su mirada una increíble ira salir al exterior de él mismo, en el intento por librarse de las cadenas llameantes azules que le aprisionaban para seguir haciendo sufrir a la Kitsune que el mismo espíritu samurái estaba apuñalando.

—Ustedes lo trajeron aquí, es un secuestro... no me extraña que mi extraño intentara matar a uno de ustedes –Comento Minamoto.
— ¿Aun así le das una razón para intentar matar a su propia madre biológica? –Pregunto la sacerdotisa.
— ¿¡Que!?... intentas tomarme el pelo... ¿mi maestro apuñalar a su propia madre?, ¡eso es absurdo! –Opino el samurái enfurecido por ello.
—Es la verdad... desgraciadamente –Dijo la tal Kaira mirando a Asuki con cierto rostro de decepción.


Retirando la espada del vientre de Asuki, la herida en un parpadeo se regenera al instante quedando como si fuera nueva.

—Ha perdido la cabeza y ha dejado que su verdadero instinto salga a flote, esa es la mera verdad de los “marcados” –Comento la sacerdotisa Kaira.
—Mi maestro Zoro no es un asesino... yo creo en el –Dijo Minamoto saliendo de las manos de Kaira para estar al lado de su verdadero dueño —Maestro Zoro... dígame que usted... ¡que usted no es así! –Decía el espíritu temblando dentro del arma.
— ¡Aaaaah... sáquenme estas malditas cadenas de encima!... ¡ella debe sufrir por lo que ha hecho! –Exclamo el joven hanyo con unos inquietantes ojos lleno de furia.
—Maestro... ¿qué le ha pasado? –Pregunto Minamoto con un tono decepcionante.

Dos Kitsune se yukatas negra y hamaka (vestimenta definida en el capitulo anterior) llegan a la habitación.

—Gran sacerdotisa, ¿qué sucede? –Pregunto uno de ellos.
—Lleven al mestizo a las mazmorras, ¡de inmediato! –Ordeno la sacerdotisa Kaira.
— ¿Las mazmorras? –Pregunto una de ellos.
—Pero ese lugar no fue usado en siglos –Comento la segunda Kitsune.
—Pues ya es momento de ponerle en función nuevamente, en especial tratándose de un “marcado” –Comento la sacerdotisa.
— ¿¡”Un marcado”!? –Exclamaron ambos Kitsune.
—Sí, ya tienen sus órdenes, ¡cumplan con ella! –Ordeno nuevamente la sacerdotisa.
— ¡Si gran sacerdotisa! –Exclamaron ambos efectuando la dicha orden.

Ambos Kitsune se llevaban a Zoro sin problemas, mientras Minamoto tan solo estaba allí sin hacer nada.

—Tienes suerte de que haya apuñalado el vientre, esta espada es un arma espiritual y de haberlo hecho en el corazón pudiste haber quedado gravemente herida o en el peor de los casos muerta –Comento la sacerdotisa a Asuki.
—Zoro... –Dijo ella sin dejar de repetir su nombre de forma traumática.
— ¡Reacciona Asuki! –Ordeno ella dándole una bofetada a la Kitsune que la hace volver en sí.
—El... me odia –Decía la tal Asuki comenzando a llorar.
— ¿¡Te preocupas por eso!?... ¿¡acaso no te das cuenta del verdadero problema de este asunto!? –Le pregunto la sacerdotisa seriamente.
—Yo... –Decía Asuki intentando decir algo pero sin sacar las palabras adecuadas.
—Asuki... ¡procreaste con un humano! –Le regaño Kaira a Asuki —Los Kitsune no estan en contra de que procreen con ellos pero... aquellos Kitsune que han alcanzado el estado “Kyubi” tienen total prohibición para hacerlo, ¿¡es que acaso no te das cuenta de ello!? –Le pregunto la sacerdotisa —¡Su simple existencia supone un completo peligro para todo ser viviente de este y de todos los mundos existentes! –Comento Kaira aparte.
— ¡De veras lo siento pero yo... ese día... lo era todo para mí! –Comento Asuki.
—Asuki... ¿sabes porque los Kitsune “Kyubi” tienen total prohibición el engendrar descendiente con los humanos? –Le pregunto la sacerdotisa Kaira a Asuki.

Asuki ante la pregunta tan solo mira el suelo deprimidamente mientras derrama lagrimas en silencio.

—Sabes que el poder de un Kitsune al liberar la novena cola no puede ser controlada totalmente por un mestizo, ¡todos los Kitsune Kyubi de entre tales linajes saben eso!... ¿¡o es que acaso quieres repetir los mismo acontecimiento que la “marcada” Silvina provoco aquel oscuro día para todos los de nuestra raza!? –Pregunto la sacerdotisa aumentando la seriedad de su tono.
— ¿Que le harán a Zoro? –Pregunto Asuki muy preocupada.
—Sabes lo que les pasa a los “marcados” –Contesto la sacerdotisa.
— ¡POR FAVOR NO LO HAGAS! –Exclamo Asuki arrodillándose ante la sacerdotisa con tal humilde —Por favor te lo suplico... no lo hagas... no lo hagas por favor –Rogaba Asuki completamente alterada.
—Asuki... ¿porque lo proteges? –Pregunto la sacerdotisa — ¡Intento matarte!, ¿¡o es acaso también lo olvidaste!? –Le recordó ella a Asuki la tal escena.

Asuki con el mencionar dicho hecho, no puedo evitar derramar mas lagrimas por ello, pero aun así no tuvo resentimientos por su hijo.

—No me importa... –Comento ella.
— ¿Cómo puedes decir eso después de lo que te hizo? –Pregunto la sacerdotisa decepcionada de su respuesta.
—Me lo merezco... eso y mucho mas... –Opino Asuki de sí mismo —Aquellas palabras... –Comento ella recordando lo que Zoro dijo.

Fragmento del capítulo 16...

—Todo es tu culpa... –Dijo Zoro con la vista baja —Cuando cumplí 12... me di cuenta de quién era mi madre realmente... –Decía el pelirrubio sin parar de derramar una lagrima.
— ¿Hijo?... –Dijo la Kitsune pelirrubia preocupada.
— ¡Fue la responsable de abandonarnos y dejar que mi padre cargara por mí el peso de lo que era realmente en el fondo; un fenómeno! –Exclamo Zoro mostrando su cara en llanto mezclado con una ira como ninguna.


—No le culpo de lo que hizo... puedo entenderla trágica verdad que tuvo que vivir por culpa de mi irresponsabilidad –Comento ella apenada.
—Asuki... –Pronuncio la sacerdotisa con preocupación.
—Le falle a mi gente en el pasado... le falle a Isamu como esposa... le falle a Zoro como su madre... toda mi vida ah sido una real irresponsabilidad... merezco lo peor de la vida... sufrir por mis errores, el perdón es algo que nunca debo tener... soy de lo peor lamentablemente –Decía ella criticándose duramente a sí mismo.
—Asuki, no tienes que cargar con todo el peso de tu sufrimiento –Le dijo la sacerdotisa a Asuki.
— ¡Es el peso de mis errores!... no... Más bien; de mis pecados, no puedo cambiar lo pasado... sé que le falle a mi propio hijo una vez pero estoy decidida a hacer lo correcto esta vez... –Se decía a si misma levantándose del suelo —Por favor gran sacerdotisa, te lo suplico... perdónale la vida a mi hijo, si es necesario... yo cargare con el castigo en su lugar –Comento ella totalmente decidida.
—Asuki, sabes que no puedo hacer eso, ¡hablamos de un “marcado”! –Exclamo la sacerdotisa.
— ¡Marcado o no, el es mi hijo!... no puedo perderle... de hacerlo no podría vivir con eso... te lo suplico sacerdotisa... gran sacerdotisa Kaira por favor... te lo ruego... te lo imploro... ¡hare lo que sea, castígame en su lugar... lo que sea pero por favor... perdónalo, perdona a mi hijo! –Rogo Asuki mostrando su respecto de la forma más humilde y humillante para un Kitsune.

La gran sacerdotisa Kaira miraba con lastima a la pobre Asuki, mientras tanto en las mazmorras oscuras y frías del hogar de los Kitsune; allí se encontraba Zoro, encadenado e inmóvil en una sucia celda dentro de un circulo sagrado espiritual que suprimía sus poderes Youkai.

—Ese día... –Dijo el pelirrubio en su mente.


2 Años atras... Zoro a la edad de 13 años...
Ubicado en una morgue, Zoro con una cara traumática y temblando ante lo que veía, se encontraba frente de un cadáver causante de lo que sentía en ese momento.

—Lo siento chico, está muerto –Le informo un hombre adulto vestido de doctor que estaba a su lado.

El cadáver que estaba en frente de él, era nada menos que Isamu, su padre, el joven hanyo cae de rodilla sin poder creerlo que veía, comienza de repente a golpearse la cabeza para “despertar” creyendo que es una horrible pesadilla pero sin resultado, la trágica verdad es que la única persona que mas quería en el mundo yacía muerto frente a sus ojos, sin resistirlo más; rompe en llanto con el seguir de un fuerte grito de dolor emocional.


—Jure que algún día... te mataría... algún día te haría pagar lo que hiciste –Le decía a Zoro a la Kitsune que tenia al frente de él.

Dicha Kitsune era Asuki, su madre biológica.

—Se que nunca me perdonaras por lo que hice... ese día el dejarlos fue la decisión más difícil de mi vida, pero el de no hacerlo seguramente los perdería a ambos... aunque ya eh tomado mi decisión, aun si me odias mucho... yo siempre te amare Zoro, eres mi hijo... mi querido hijo –Dijo Asuki a su primogénito con una cálida sonrisa de madre y lagrimas en los ojos.
—Hubiera preferido morir antes que mi padre... ¿¡porque no morí yo en vez de él!?... ¡el no merecía haber terminado así!... sabes que él no lo merecía y por tu culpa sufrió la peor parte... todo por tu maldita herencia... ¡tu herencia que marco una maldición en mi vida! –Exclamo el joven hanyo con desprecio hacia Asuki —Pero ya está muerto... y a costa de sacrificar su vida por mí, jure que no moriría... hasta enviarte a ti a la tumba del mismísimo infierno, sin importar cuando me cueste –Dijo él seriamente.

Antes de que Asuki dijera algo más, la sacerdotisa Kaira llega al lugar.

—Es hora –Dijo ella.
—Quisiera... despedirme de el... –Dijo Asuki en petición a la sacerdotisa.
—Hazlo rápido –Respondió ella.

Abriendo la celda de la jaula, Asuki se acerco lentamente a su hijo.

— ¡Aléjate de mi!... no necesito tu lastima, ¡algún día lo hare, te matare, lo juro, no me importa cómo pero algún día lo hare! –Dijo Zoro a su madre.

Asuki a pesar de lo que su propio hijo le decía, continuo acercándose a él, hasta finalmente estar cara a cara con su primogénito, agachándose le da un fuerte abrazo al joven hanyo.

—Calor, amor y cuidado... es lo que no pude darte, si mi muerte aliviara algo de ese odio que cargas adentro... lo tendrás, te amo hijo... no importa cuando me odies... siempre te querré... porque lo eres todo para mí... mi corazón, mi alma, mi propia existencia... –Susurro Asuki al oído de Zoro.

Zoro con una sonrisa llena de odio, acerco su boca al oído de su madre para dar sus palabras.

—Nada de lo que digas significa algo para mi, la marca de odio que albergo dentro de mi te perseguirá siempre desde el fondo de lo que llamas “alma”, mi decisión es firme y mi camino está claro, si para conseguir mi meta debo sumergirme en lo más profundo de la oscuridad, te matare algún día... te lo aseguro –Le susurro Zoro a su madre.
—Lo se... hijo –Contesto ella con una falsa sonrisa materna sin evitar las lagrimas.

Alejándose de su hijo, los dos Kitsune de yukatas negra se le acercan dejándole inconsciente.

Unas horas después...
Zoro despierta confuso con un fuerte dolor en el pecho, mira a su alrededor y se percata de que estaba en un bosque en el anochecer.

— ¿El bosque... Fairy? –Se dijo a sí mismo.
—Maestro Zoro... –Dijo Minamoto quien estaba a su lado.
— ¿Que ocurrió?... ¿cómo llegue aquí? –Pregunto el pelirrubio.
—No lo se... acabo de despertar del “reposo temporal” que me aplicaron cuando se lo llevaban a usted a unas supuestas mazmorras –Contesto Minamoto.
—Todo esto es confuso... –Decía Zoro sintiendo nuevamente un fuerte dolor en el pecho.

Mientras tanto en el templo Kitsune...
Allí se encontraba la gran sacerdotisa Kaira contemplando al frente de ella una gran roca con extrañas marcas sagradas a su alrededor y repletos de papeles ofuda en ella que ponían el Kanji “sello” en ellas, en medio de su observación una Kitsune de cabello rojo, pelaje amarillento con gris y ojos color castaño, se le aparece a espalda.

—Gran sacerdotisa Kaira –Dijo la Kitsune de cabellera roja.
—“Quintana”, ¿qué haces aquí? –Pregunto la sacerdotisa.
—Solo vine para preguntar, ¿si está bastante segura de lo que hizo? –Pregunto la tal Kitsune de nombre Quintana.
—Completamente, no puedo arriesgar nuestro hogar, parte del plano existente que logramos salvar y quedo tras la destrucción de nuestro mundo; Geox –Respondió la sacerdotisa —Además... desde el fondo no tuve el valor de encargarme de la descendiente de esa mujer, en especial si hablamos de “ella” –Comento aparte la tal Kaira.
— ¿Pero y si ocasiona un gran desastre en el mundo humano? –Pregunto la tal Quintana.
—No te preocupes por ese detalle, el sello “Tesaiki” se encargara de ello, con su edad... sé que el sello lo matara al instante cuando llegue a ocurrir lo inevitable –Decía la sacerdotisa profundamente.
—Usted misma lo ha dicho, es inevitable el destino que aguarda a un “marcado”, pero veo que ella logro convencerle de depositar falsas esperanza en ese mestizo –Opino Quintana.
—Confió en que Asuki cumplirá lo acordado, eso claro... si no quiere que su propio hijo sufra más de la cuenta –Dijo la sacerdotisa Kaira.

Mientras tanto dentro del templo, Asuki la madre de Zoro se encontraba decaídamente bebiendo té, en la palma de su mano derecha se podía notar la presencia de un kanji que antes no estaba, dicho Kanji que tenía grabado significaba “lazo”.
Continuara...

Previamente; Zoro conoce a su madre, intenta matarle, fallando en el acto, en la cara de su progenitora jura que algún día lograra su objetivo y le matara, lo siguiente que ocurre es despertar en el bosque Fairy con un fuerte dolor en el pecho.

—Me duele, el pecho... el dolor es increíble, ¿pero porque me duele tanto? –Se preguntaba el pelirrubio a si mismo colocando su mano derecha allí mismo con el intento de aliviarlo —Cuando llegue a casa, me examinare más de cerca el pecho para verificar que diablo me causo esa molestia –Pensó el joven hanyo.
—Maestro Zoro... tengo una duda, aunque quizás no quiera hablar del tema –Dijo Minamoto haciendo que Zoro adoptara un gesto muy serio.
— ¿Qué cosa quieres hablar... que me incomodaría? –Pregunto Zoro.
—Es sobre... su madre –Contesto el samurái provocando una reacción de gesto rápido en el chico.
— ¿Porque lo preguntas? –Dijo Zoro.
—Es que la imagen de que usted apuñale a su madre... es algo que no puedo “digerir” –Contesto el samurái —Realmente; ¿usted intento matar a su madre? –Pregunto el espíritu.
—Por supuesto que lo intente, y falle miserablemente... –Respondió el pelirrubio.
— ¿Ah su propia madre... la “persona” que lo trajo a este mundo?, ¿porque maestro? –Preguntaba Minamoto intentado asimilar tal verdad.
— ¿¡Llamas “persona” al monstruo que me convirtió en esto y me abandono a mi suerte... dejando que mi padre cargara con todo hasta la muerte!? –Contesto Zoro de una pregunta con un tono algo decaído y frustrante.
— ¿Qué?... –Dijo confuso el espíritu samurái.
—Olvídalo, ya no quiero hablar más del tema, tan solo quiero regresar a casa, es todo –Dijo Zoro tomando la Katana y tomando el camino correcto para salir de allí.

Entre las plantas que rodeaban el lugar su guardiana una Youkai “Hogo Erufu” se aparece flotando en el aire observando al joven pelirrubio alejarse del bosque con total incomodada sentimental.

—Puedo sentir una rabia intensa dentro de él, ¿cuál sería el mal causante de tan oscuro sentimiento? –Se pregunto la Youkai a sí mismo.


Aldea de los Kitsune – Templo principal de Inari...
Bebiendo Te, allí se encontraba Asuki la madre de Zoro con la vista baja saboreándolo sin emoción alguna, en su mente reposaban recuerdos pasados que eran difíciles de olvidar, fragmentados como meras voces en su cabeza.

—“Oh... sentí una patadita” –Dijo una voz femenina fragmentada como recuerdo en la mente de Asuki.
—“Entonces no falta mucho que nuestro pequeño nazca” –Dijo una voz masculina fragmentada como recuerdo en la mente de Asuki —“¿Algo te preocupa Asuki?” –Pregunto la voz.
—“No... siempre eh deseado este momento... el tener una familia al cual vincularme” –Respondió la voz femenina que fragmentaba como recuerdo en la mente de la Kitsune.

Las lágrimas de Asuki se derraman sobre el té, estaba perdida en sus recuerdos como una tortura emocional, Kaira quien veía todo lo que hacía a sus espaldas, tan solo podía observarle dando leves suspiro de preocupación.

Regresando con Zoro...
El joven hanyo finalmente había salido del bosque hasta llegar a un santuario que marcaba el camino a la ciudad antes de proseguir sintió una presencia espiritual inusual muy cerca de él.

—Maestro Zoro... –Dijo el samurái captándolo también.
— ¿Quien anda allí? –Pregunto Zoro mirando en dirección de donde estaba el santuario.
—Hasta finalmente te das cuenta de mi presencia, hanyo Kitsune –Dijo un sujeto de aspecto rebelde saliendo de escondida tras el pequeño santuario.
—El es... –Dijo Minamoto a medias.

Dicho tipo era nada menos que Chop.

—Ha pasado algo de tiempo desde nuestro último encuentro, ya echaba de menos eso –Dijo Chop.
—Eres tu... el sujeto con el que me enfrente aquella vez –Dijo Zoro recordando aquel momento (Ver capitulo 10).
—El que se hace llamar “Rebelde sombrío” –Comento Minamoto.
—“Jaula de la desesperación”, creo que así es como lo llamaban los humanos, je, una mera artimaña para beneficiar materialmente a tales seres inferiores –Dijo Chop.
— ¿Que es lo que haces aquí? –Pregunto Zoro.
—Oye, pero que mala educación preguntando algo como eso sin tan siquiera decir hola al menos –Dijo Chop sarcásticamente.
—Déjate de rodeos, es claro que eres un demonio Ayakashi, ¿pero que querría un demonio como tu con alguien como yo? -Pregunto Zoro.
—Je, ya que lo dices; digamos que uno de mis “amigos” se topo contigo casualmente cuando se ocupaba de una simple tarea, creo que sin saberlo se vatio contigo a una pelea –Contesto Chop mostrando una reacción de gesto en Zoro.
—Ya veo a donde va todo esto... –Opino el espíritu de la Katana.
— ¿Eres tu amigo de ese enano manicato? –Pregunto el pelirrubio.
—Oh, exactamente esa es la descripción perfecta para “Nuck” –Respondió el sujeto de aspecto rebelde.

Rápidamente Zoro se mueve apareciendo frente a Chop con un puñetazo de su puño izquierdo directo a su cara, pero su rival rápidamente intercepta el golpe con su mano derecha.

—Je, ¿a qué viene tal nivel de agresividad repentina? –Pregunto Chop muy confiado.
—Logro detenerlo sin un leve esfuerzo, no es un oponente cualquiera –Comento Minamoto.
—Je, esa espada tuya además de ser muy interesante también es muy inteligente, te recomendaría no “sacar tus garras” hasta que termine de hablar, ¿no te parece? –Le dijo Chop con una sonrisa sospechosa.
—Lo mismo va para ti, no me subestimes... demonio –Dijo Zoro empuñando fuertemente la Katana con su mano derecha.

Desenfundando su arma da un corte ligero hacia Chop dirijo a su garganta, pero el demonio hábilmente la esquiva dando un giro completo hasta tomar poca distancia de Zoro.

—Eres bueno moviéndote, no esperaba menos de alguien que porta la sangre de un Kitsune –Opino Chop.
— ¿Como sabes eso? –Pregunto el pelirrubio.
—Tuve mis sospechas cuando nos enfrentamos la primera vez; esas “bellas” llamas azules resaltando en la oscuridad... había escuchado de tal poder pero me costaba creer que era cierto –Contesto Chop —Hasta que “averigüe” finalmente que lo imposible... era posible –Dijo además el tipo.
—Tú... ¿tienes algo que ver con un cuchillo que porta la imagen de un extraño esqueleto de tigre o quizás de una pandilla de Ayakashi que se denomina “Overkiller”?, sabes algo respecto al asunto, ¿verdad? –Pregunto Zoro todo de una.
—Je, supongo que la desertora te dijo muchas cosas interesante acerca de nosotros, además de desertar se atreve a hablar de mas... una traidora sin duda alguna –Opino Chop.
— ¿Que tramas realmente? –Pregunto Zoro.
— ¿Tramar?, en realidad no tramo nada, tan solo quería darte la bienvenida a nuestro “grupillo” –Contesto el sujeto de aspecto rebelde.
— ¿Bienvenida?, creo que no escuche bien; ¿pretendes que me una a esa banda con pinta de matones que tienes a la cual llamas “grupillo”? –Pregunto Zoro.
—Oh amigo, ese comentario es doloroso, si alguien más de nosotros te escuchara decirnos eso, antes de que gritaras de sufrimiento ya estarías muerto –Comento Chop.

Mientras tanto – Aldea Kitsune – Templo Inari...
La sacerdotisa Kaira al regresar al templo, nota que Asuki no estaba e incluso ve que el té que ella bebía yacía en el suelo sin terminarse.

— ¿Habrá ido a tomar un poco de aire? –Pregunto la sacerdotisa en su mente.

Mirando a su alrededor nota que en una pared donde debía haber algo allí colocado sobre una tablita había desaparecido.

—“La Kris ceremonial”, no esta aquí, ¿es posible que...? –Se pregunto ella a medias muy preocupada — ¡Quintana! –Pronuncio ella al instante apareciendo la Kitsune de cabello rojizo.
— ¿Llamo usted gran sacerdotisa? –Pregunto la tal Quintana.
— ¡Organiza a un grupo y que busquen a Asuki! –Ordeno ella totalmente preocupada.
—Entiendo –Respondió la Kitsune inclinándose con respeto y desapareciendo al instante.
—Asuki... ¿porque ir tan lejos? –Pregunto la gran sacerdotisa sin quitarse el aire de preocupación en su rostro.

Regresando con Zoro...
El joven Hanyo estaba disgustado con la reciente propuesta realizada por el misterio sujeto de aspecto rebelde llamado Chop.

— ¿Porque habría de unirme a ustedes? –Pregunto Zoro.
—Se que como un semi-Youkai no has tenido una fácil tratando de enfrentarlos obstáculos humanos y espirituales, ¿no es cierto? –Respondo Chop con una pregunta.
— ¿Y que si así fuera? –Contesto el pelirrubio.
— ¿Para qué molestarse con todas esas inútiles preocupaciones, porque no vivir como quien eres realmente? –Le pregunto Chop —Exacto; nosotros podemos brindarte una vida vacía de preocupaciones, tu... eres alguien que no debería molestarse en vivir con toda esta chusma humana y espíritus patéticos –Le dijo Chop a Zoro.
—Je, ¿todo ese discurso para intentar convencerme?, pareces desesperado –Opino el joven hanyo.
—Mmm... Valió la pena intentarlo, aunque de una u otra manera terminaras uniéndote a nosotros te guste o no –Le dijo el sujeto de aspecto rebelde con otra de sus sonrisas sospechosas.
—Que insolencia... –Opino Minamoto
— ¿Es eso una amenaza? –Pregunto Zoro seriamente.
—Eso depende de tu respuesta –Contesto Chop.
—Con gusto... te daré mi respuesta –Dijo el pelirrubio agitando la Katana para lanzar un corte llameante hacia Chop.

El Ayakashi fácilmente lo evade de un salto mirando a su rival Youkai rodeado de leves llamas azules y con sus rasgos demoniacos al descubierto, Zoro tomo seriamente la amenaza iniciando la lucha con sus partes Kitsune expuesto.

—Esas llamas azules, orejas, bigotes y la cola de zorro... no hay duda alguna de quien eres realmente –Dijo Chop riéndose maniáticamente.
—Este demonio está loco –Comento Minamoto.
—Loco o no, acabare con este sujeto, primero mi casa y ahora se atreve a amenazar, hay límites para lo que puedo tener paciencia –Dijo Zoro.
—Oh... interesante, veamos que puede hacer un autentico hanyo Kitsune –Dijo Chop haciendo gesto de provocación con su mano derecha a Zoro.
— ¡Ya verás! –Exclamo el joven hanyo lanzando para atacar con su Katana.

Rodeando el filo del arma con las llamas azules, Zoro ataca con ellas varias veces a Chop, su oponente lo único que hace es esquivar los ataques fácilmente sin problema o esfuerzo alguno.

—Vamos, ¿es todo lo que puedes hacer? –Pregunto Chop burlándose de Zoro.
—Maldito... –Dijo el pelirrubio enojándose.

Rápidamente clava su Katana en el suelo para después agitarla con mucha fuerza en dirección hacia Chop desatando una intensa llamarada azul.

—Me habría quemado de ser tocado por esas llamas, aunque una lástima para ti que eso no ocurrió –Dijo Chop apareciendo a espaldas de Zoro.
— ¿Cómo es que él...? –Pregunto Minamoto a medias.
—Que increíble velocidad... siquiera note su presencia en el momento que se dirigió a mis espaldas –Dijo Zoro en su mente.
— ¿Eso es todo lo que tienes?, estoy comenzando a aburrirse seriamente –Opino Chop muy confiado.
—Grrr... ya verás –Le dijo Zoro comenzando a concentrar su energía espiritual en manos.

Dando un gran salto Zoro se prepara para atacar desde el aire.

—“ESTILO AZUL; Diluvio Sagrado” –Cito el pelirrubio iniciando su técnica.

Cantidades excesivas de bolas de fuego se disparan de las manos de Zoro directo hacia Chop, las explosiones causadas por el impacto dejan llamas azules alrededor del pequeño rango de daño causado por tal técnica. Zoro desciende al suelo sin problema alguno completando el resultado de su ataque.

— ¡Lo logro maestro!, tan admirable como siempre –Elogio Minamoto a su maestro.
—Yo no lo creo... –Comento Zoro.
—Correcto; “no lo crees” –Dijo Chop apareciendo nuevamente a espaldas de Zoro solo que ahora más cerca que nunca.

Chop toma del cuello a Zoro comenzando a presionarle con fuerza pero no tanto como para matarle.

—Una técnica asombrosa que digamos, es una pena que tu precisión deja mucho que criticar –Opino Chop.
— ¡Esto aun... no ha acabado! –Exclamo Zoro estallando su cuerpo de flamas azules.

Por fortuna para Chop, había tomado distancia antes de que las llamas del joven hanyo le alcanzaran.

—Jajaja, tienes mucho enojarte fácilmente cuando eres superado, ¿verdad? –Pregunto confiado el Ayakashi.
—Esto ya me esta molestando demasiado –Comento el pelirrubio sujetando la Katana con fuerza ya adoptando una postura de ataque.
—Vaya que remedio, podríamos continuar así por horas pero... creo que mejor es finalizar este encuentro con un mensaje en claro –Dijo Chop tiñéndose sus ojos completamente en negro —Te enseñare lo que es una técnica de verdad –Dijo el demonio mostrando una risa macabra.

Un aura de energía de color azul oscuro emergía del cuerpo de Chop, era su poder espiritual fluyendo al exterior.

—“ESTILO KURAIHONO; Rugido de la bestia emergente” –Cito Chop abriendo su boca.

Acto seguido da un fuerte rugido expulsando una intensa llamarada oscura directa hacia Zoro.

— ¡Maestro! –Exclamo Minamoto inmediatamente por la preocupación de Zoro.

El joven pelirrubio sin poder evadirlo intento crear una barrera con sus mas azules las más fuerte posible pero fue tarde, recibió tal ataque en todo el cuerpo cuyo impulso de impacto le hizo retroceder tan atras hasta darse contra el pequeño santuario destruido tanto por el choque de Zoro como por las llamas oscuras.

—No lo tomes a mal mi estimado hanyo, tienes un gran potencial por delante pero... si no sabes cómo usarlo no puedes demostrarlo a su 100% -Comento Chop —El cuchillo que recibiste es básicamente una “invitación” a unírtenos, solo escogemos a los mejores, por ser tu te daré algunos días para que me des tu respuesta –Aviso el Ayakashi —Aunque... te sugiero que aceptes, veras nosotros tomamos en serio las “invitaciones” y toleramos a 0 los rechazos, no quisiera tener que destruir tan excelente ejemplar de hanyo, no tienes mucho que perder uniéndotenos, es mas; te beneficiara mas allá de lo que tu crees –Comunico además Chop como último mensaje.

Retirándose sin decir más, Zoro sale de los escombros restante del pequeño santuario con la mirada baja y las heridas de su cuerpo regenerándose.

—Maestro Zoro... ¿se encuentra bien? –Pregunto preocupado su fiel espíritu acompañante Minamoto.

Zoro mostrando los dientes con ira y sonando sus puños, golpea con su mano derecha fuertemente el suelo marcándolo de tal golpe.

— ¡MALDICIOOOOOOOON! –Grito el joven hanyo furioso emitiendo un leve rugido demoniaco salido de su sangre Youkai.

Mientras tanto – Aldea Kitsune – Alrededores del bosque donde se localiza dicha aldea...

—Señorita Asuki, soy yo Quintana, la gran sacerdotisa está preocupada por usted y le pide que regrese inmediatamente –Le comunico Quintana quien era acompañado además por dos Kitsune (hembras) que usaban unos Hakama negros (explicación Capitulo 16).

El bosque que buscaba tenía una peculiar niebla que parecía hacer del paisaje bello, misterioso y quizás a la vez algo tenebroso, pero la última descripción era la de menos, la Kitsune Quintana sin rendirse en su búsqueda ordenada por su gran sacerdotisa, finalmente haya a Asuki.

— ¡Señorita Asuki! –Le nombro con un leve suspiro de alivio.

Pero de pronto ese alivio desapareció al ver que Asuki tenía en sus manos una kris.

[La kris o keris es una daga distintiva, asimétrica indígena de Indonesia, Malasia, Brunéi, Tailandia meridional y las Filipinas meridionales.
Arma y a la vez objeto espiritual, los krises se consideran a menudo que tienen una esencia o presencia, siendo algunas cuchillas portadoras de buena suerte y otras de mala para el que las posee].
http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/9/9c/Kris_bali.jpg

— ¿Señorita Asuki? –Pronuncio Quintana su nombre con preocupación.

Lo siguiente que sucede es que Asuki apunta la kris directo a su corazón.

— ¡SEÑORITA ASUKI! –Exclama Quintana dirigiéndose rápidamente hacia con intención de detenerle.

Lo siguiente en suceder; es el ruido de las pisadas de Quintana y el arma blanca atravesar la piel y chorrear sangre.
Continuara...