Acá los dejo, tres juntos para evitar hacer tantos temas:
1
Sé que me encuentro bajo la cúpula azulada,
sobre el lecho térreo que se mueve quedamente.
Hay estrellas a lo lejos, y esencias invisibles,
paraísos a los ojos, mas la mano no llega.
La ambición de alcanzarlos se clavó en los corazones,
Y la humanidad adquirió un tono apagado.
Se notó el cambio, mas no pasó el tiempo,
Pues a este último no hay forma de hallarlo.
Antes hubo luceros detrás de las nubes grises.
Antes el sol caía, dorado, sobre los rostros.
Mas la humanidad consiguió el dominio entero
y lo bello del mundo se pierde poco a poco.
Desapareció el aprecio por lo verdadero
Y el secreto de la felicidad ya no existe.
Ahora buscamos un final impetuoso,
pero encontraremos, a su vez, nuestro castigo.
2
Eran días felices, reinaba la ignorancia
Y el espíritu reía ante las palabras dulces.
Voces engañosas, voces de mujer,
Quedamente las susurraba el viento.
Gentes se juntaban bajo el sol esplendoroso
Y entre todo aquello deslumbraba un ángel;
De cristales negros y cabello oscuro,
De piel de mármol blanco y andar fascinador.
Conspiró el destino y estuvimos juntos,
Bajo el cielo estrellado y al pasar del alba.
Incluso antes siquiera que el sol se asomara,
Ya veía su rostro, y un sueño no era.
Fue inverosímil, mas estaba a mi lado,
Y terminé creyendo un mundo inexistente.
Creció la semilla de un amor ilusorio,
Y la amó en lo profundo mi corazón latiente.
3
El cielo colmado de luceros, con tono profundo y misterioso.
Los mares, secretos ocultos bajo la espuma embravecida.
Brisas frescas que llegan como exhalación de diosas…
Dulces voces, melodías que de la nada hieren el espíritu.
Rayos dorados que bañan las copas de los árboles
y gotas de rocío que crean diamantes de las flores.
Albas y ocasos, cubriendo de esplendor el firmamento.
Auroras infinitas…
Copos de nieve y llamaradas verdes en medio del bosque.
Incluso la brillante cinta de colores que atraviesa el cielo…
Tienen envidia de ti, de tu esencia insuperable,
pues a pesar de que su existencia no decae,
saben que al crearte conspiró el universo;
haciéndote más bella que todo en todo aspecto.
Pues en un principio, cuando aquello fue hecho,
la hermosura perpetua provino de tu nombre.
~Dew
1
Sé que me encuentro bajo la cúpula azulada,
sobre el lecho térreo que se mueve quedamente.
Hay estrellas a lo lejos, y esencias invisibles,
paraísos a los ojos, mas la mano no llega.
La ambición de alcanzarlos se clavó en los corazones,
Y la humanidad adquirió un tono apagado.
Se notó el cambio, mas no pasó el tiempo,
Pues a este último no hay forma de hallarlo.
Antes hubo luceros detrás de las nubes grises.
Antes el sol caía, dorado, sobre los rostros.
Mas la humanidad consiguió el dominio entero
y lo bello del mundo se pierde poco a poco.
Desapareció el aprecio por lo verdadero
Y el secreto de la felicidad ya no existe.
Ahora buscamos un final impetuoso,
pero encontraremos, a su vez, nuestro castigo.
2
Eran días felices, reinaba la ignorancia
Y el espíritu reía ante las palabras dulces.
Voces engañosas, voces de mujer,
Quedamente las susurraba el viento.
Gentes se juntaban bajo el sol esplendoroso
Y entre todo aquello deslumbraba un ángel;
De cristales negros y cabello oscuro,
De piel de mármol blanco y andar fascinador.
Conspiró el destino y estuvimos juntos,
Bajo el cielo estrellado y al pasar del alba.
Incluso antes siquiera que el sol se asomara,
Ya veía su rostro, y un sueño no era.
Fue inverosímil, mas estaba a mi lado,
Y terminé creyendo un mundo inexistente.
Creció la semilla de un amor ilusorio,
Y la amó en lo profundo mi corazón latiente.
3
El cielo colmado de luceros, con tono profundo y misterioso.
Los mares, secretos ocultos bajo la espuma embravecida.
Brisas frescas que llegan como exhalación de diosas…
Dulces voces, melodías que de la nada hieren el espíritu.
Rayos dorados que bañan las copas de los árboles
y gotas de rocío que crean diamantes de las flores.
Albas y ocasos, cubriendo de esplendor el firmamento.
Auroras infinitas…
Copos de nieve y llamaradas verdes en medio del bosque.
Incluso la brillante cinta de colores que atraviesa el cielo…
Tienen envidia de ti, de tu esencia insuperable,
pues a pesar de que su existencia no decae,
saben que al crearte conspiró el universo;
haciéndote más bella que todo en todo aspecto.
Pues en un principio, cuando aquello fue hecho,
la hermosura perpetua provino de tu nombre.
~Dew