En la mañana taciturna,
donde la luna quema
y las luciérnagas
no son más que moscas.
Respira el fruto del pecado,
el cual se alimenta callado,
no repite los errores del pasado
y es condenado por su forma.
Viene una Eva a repetir la historia,
pretendiendo escuchar que
Dios la odia
o algo por el estilo.
Sin ver que esa manzana
esta verde y no roja, puede que le falte
madurar pero no importa,
una parte suya ya está en su boca.
O puede que sea verde por naturaleza,
lo cual a Eva le traería
llanto y tristeza,
y un golpe al autoestima de la manzana.
Que por más que lo intente
nunca será roja,
y no podrá endulzar la boca
de quien la separó de la hoja.
Al final de todo, solo nos queda
una manzana
sin una parte de sí misma,
y un sabor de boca amargo.
donde la luna quema
y las luciérnagas
no son más que moscas.
Respira el fruto del pecado,
el cual se alimenta callado,
no repite los errores del pasado
y es condenado por su forma.
Viene una Eva a repetir la historia,
pretendiendo escuchar que
Dios la odia
o algo por el estilo.
Sin ver que esa manzana
esta verde y no roja, puede que le falte
madurar pero no importa,
una parte suya ya está en su boca.
O puede que sea verde por naturaleza,
lo cual a Eva le traería
llanto y tristeza,
y un golpe al autoestima de la manzana.
Que por más que lo intente
nunca será roja,
y no podrá endulzar la boca
de quien la separó de la hoja.
Al final de todo, solo nos queda
una manzana
sin una parte de sí misma,
y un sabor de boca amargo.