Si bien, soy de las pocas personas que ha podido terminar la saga
Ghost and Goblins (me falta la última, no la he comprado), hay un juego que sí me hizo perder la paciencia, y ese es
Street Fighter 2010.
Y no, aunque es de Capcom no es el juego de peleas, es uno de plataformas que te pide reunir energía para escapar al otro portal y encontrar a un amigo en un viaje por varios planetas (la historia es un gran cliché, pero el juego es variado y poco usual, su música es muy agradable).
¿Por qué es difícil? El personaje se mueve fluidamente y hasta trepa por paredes, pero, su disparo es de corto alcance y tiene un tiro fuerte pero en diagonal hacia arriba que es lento (el cual requiere presionar y mantener el control hacia abajo + disparo, esto nos da a entender que no puede ir de rodillas), y para realizar otro ataque, debes saltar al lado contrario y exponerte a recibir daños inevitables. Los objetos aumentan el alcance del disparo pero se van perdiendo mientras los usas.
Los jefes son muy molestos, vuelan, se esconden en la tierra, se teletransportan, te atacan entre varios y unos abusan del terreno (como un monstruo que viaja en un gusano, en una cascada de arena que ralentiza tu regreso al suelo cuando saltes, y otro que apaga las luces para devolverte un tiro con electricidad).
Y todavía tienes el problema de tiempo limitado, algunos te dan muy poco y lo vuelven una pelea desequilibrada.
Lo he podido terminar con el doble de esfuerzo que otros, y es de los pocos que no he querido volver a jugar (aunque la música, sí la tengo en mis dispositivos).