Tu sonrisa de luna candorosa
tras la pálida cortina llueve,
en medio de mi noche tenebrosa
en que vientos y memorias se estremecen.
Arrastradas son las nubes por las manos
de un furioso numen indolente.
Los faroles se derraman bostezando
luz que entre la niebla se disuelve.
El recuerdo de tus ojos que remontan
tus pupilas a volcanes que se yerguen,
invisibles a los pétalos de rosa,
sobre el cielo desangrado de diciembre...
tras la pálida cortina llueve,
en medio de mi noche tenebrosa
en que vientos y memorias se estremecen.
Arrastradas son las nubes por las manos
de un furioso numen indolente.
Los faroles se derraman bostezando
luz que entre la niebla se disuelve.
El recuerdo de tus ojos que remontan
tus pupilas a volcanes que se yerguen,
invisibles a los pétalos de rosa,
sobre el cielo desangrado de diciembre...
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