¿Puedes continuar la historia? [Desafío/Juego]
- Autor ~Soul
- Fecha de inicio
Empiezo yo!
En un alejado bosque había una cabaña, estaba deshabitada y olvidada por los habitantes del pueblo vecino. Sin embargo, estaba intacta, a pesar de tantos años en abandono, esa cabaña estaba impecable, por dentro tenia muebles de madera tallados a mano, una biblioteca extensa con obras desvanecidas en la memoria de la humanidad, incluso algunas estaban escritas en un idioma incomprensible para las mentes de hoy. Tenia una enorme chimenea y sobre esta, un retrato de una hermosa mujer que alguna vez fue la inspiración del desvanecido habitante de esta casa. El polvo no tocaba nada. Un piano de cola negro con teclas de marfil, y en este un cuaderno con anotaciones sobre pentagramas que cantaban musica que adormecia bestia, que enamoraba, o que hacia florecer las plantas del campo. Sobre la mesa estaban dos platos, dos copas, una botella y dos parejas de cuchillos y tenedores. Sobre los platos hojas secas, en la botella el más delicioso y añejado vino. Era una mesa colocada para dos.
La cabaña estaba a muchos metros de un lago,antes contaminado y ahora purificado por las lagrimas de todos los que aman y no son amados, Nadie conocía este sitio, ya sea por que esta en el corazón de un denso y hermoso bosque, o porque el bosque es llamado el Bosque del Delirio, llamado así por los habitantes del pueblo más cercano, Monfredo era el nombre del pueblo. Bosque Llamado así porque todos los que se adentraban en él no eran vueltos a ver.
En un alejado bosque había una cabaña, estaba deshabitada y olvidada por los habitantes del pueblo vecino. Sin embargo, estaba intacta, a pesar de tantos años en abandono, esa cabaña estaba impecable, por dentro tenia muebles de madera tallados a mano, una biblioteca extensa con obras desvanecidas en la memoria de la humanidad, incluso algunas estaban escritas en un idioma incomprensible para las mentes de hoy. Tenia una enorme chimenea y sobre esta, un retrato de una hermosa mujer que alguna vez fue la inspiración del desvanecido habitante de esta casa. El polvo no tocaba nada. Un piano de cola negro con teclas de marfil, y en este un cuaderno con anotaciones sobre pentagramas que cantaban musica que adormecia bestia, que enamoraba, o que hacia florecer las plantas del campo. Sobre la mesa estaban dos platos, dos copas, una botella y dos parejas de cuchillos y tenedores. Sobre los platos hojas secas, en la botella el más delicioso y añejado vino. Era una mesa colocada para dos.
La cabaña estaba a muchos metros de un lago,antes contaminado y ahora purificado por las lagrimas de todos los que aman y no son amados, Nadie conocía este sitio, ya sea por que esta en el corazón de un denso y hermoso bosque, o porque el bosque es llamado el Bosque del Delirio, llamado así por los habitantes del pueblo más cercano, Monfredo era el nombre del pueblo. Bosque Llamado así porque todos los que se adentraban en él no eran vueltos a ver.
Sigo...
Un día llegaron turistas a Monfredo. Eran 5 personas, amigos. Querían viajar por todo el continente, conociendo los pueblos más pequeños y olvidados e investigarlos. Sus nombres eran Roberto, Franco, María, Agustina y Nicolás. Roberto y Nicolás eran importantes científicos, que en cada pueblo investigaban los recursos naturales del pueblo. Franco y María viajaban sólo para pasarla bien con sus amigos y descansar, pero Agustina lo que quería era averiguar todo acerca de los lugares. En el segundo día que pasaron en el pueblo, a Agustina se le ocurrió preguntar a los habitantes sobre un bosque cercano al pueblo, El Bosque del Delirio. Obviamente, a Agustina le intrigó mucho este bosque, y preguntó a todos qué sabían acerca de éste.
Tras preguntar durante horas, sólo consiguió el nombre del bosque y una advertencia: que no entrase ahí. Así que ella les dijo a Roberto y Nicolás que en ese bosque los recursos son muchos, y muy raros. Mientras que a Franco y María les dijo que había un hotel de 5 estrellas con todo lujo, lo que obviamente hizo que fuesen lo más rápido que pudieron.
En el bosque descubrieron la cabaña, junto al lago. Los científicos empezaron a obtener cortezas de los árboles, pequeñas muestras de la tierra y las plantas que habían ahí y obtuvieron un poco de agua del lago. Agustina, Franco y María entraron a la cabaña, vieron lo hermoso del lugar, lo cual les hizo sentirse muy a gusto. María y Franco pensaron que la mesa era para ellos, que era una parte del hotel y que en cualquier momento alguien vendría a atenderles. Obviamente, esto no era verdad. Agustina se puso a ver cada cosa del lugar, pensando que era muy extraño el hecho de que estuviese tan bien conservado, teniendo en cuenta que nadie quería ir allí. Cuando Roberto y Nicolás entraron, la puerta se cerró de golpe. Franco y María ya estaban sentados en las sillas, y cuando quisieron levantarse, no pudieron. Algo los retenía ahí.
Un día llegaron turistas a Monfredo. Eran 5 personas, amigos. Querían viajar por todo el continente, conociendo los pueblos más pequeños y olvidados e investigarlos. Sus nombres eran Roberto, Franco, María, Agustina y Nicolás. Roberto y Nicolás eran importantes científicos, que en cada pueblo investigaban los recursos naturales del pueblo. Franco y María viajaban sólo para pasarla bien con sus amigos y descansar, pero Agustina lo que quería era averiguar todo acerca de los lugares. En el segundo día que pasaron en el pueblo, a Agustina se le ocurrió preguntar a los habitantes sobre un bosque cercano al pueblo, El Bosque del Delirio. Obviamente, a Agustina le intrigó mucho este bosque, y preguntó a todos qué sabían acerca de éste.
Tras preguntar durante horas, sólo consiguió el nombre del bosque y una advertencia: que no entrase ahí. Así que ella les dijo a Roberto y Nicolás que en ese bosque los recursos son muchos, y muy raros. Mientras que a Franco y María les dijo que había un hotel de 5 estrellas con todo lujo, lo que obviamente hizo que fuesen lo más rápido que pudieron.
En el bosque descubrieron la cabaña, junto al lago. Los científicos empezaron a obtener cortezas de los árboles, pequeñas muestras de la tierra y las plantas que habían ahí y obtuvieron un poco de agua del lago. Agustina, Franco y María entraron a la cabaña, vieron lo hermoso del lugar, lo cual les hizo sentirse muy a gusto. María y Franco pensaron que la mesa era para ellos, que era una parte del hotel y que en cualquier momento alguien vendría a atenderles. Obviamente, esto no era verdad. Agustina se puso a ver cada cosa del lugar, pensando que era muy extraño el hecho de que estuviese tan bien conservado, teniendo en cuenta que nadie quería ir allí. Cuando Roberto y Nicolás entraron, la puerta se cerró de golpe. Franco y María ya estaban sentados en las sillas, y cuando quisieron levantarse, no pudieron. Algo los retenía ahí.
roberto y nicolas voltearon para tratar de ver quien cerro la puerta; pero solo vieron la puerta de madera exquisitamente tallada.
trataron de ayudar a franco y maria; pero era imposible sus manos y sus pies estaban pegados, por efecto de una fuerza extraña. la tensión se iba acumulando, ya no intentaban zafarse.
el silencion incomodo fue roto por nicolas:
—agustina liberalos- grito nicolas en tono autoritario-
-no fui yo... -dijo agustina temblando y sin terminar la frase.
trataron de ayudar a franco y maria; pero era imposible sus manos y sus pies estaban pegados, por efecto de una fuerza extraña. la tensión se iba acumulando, ya no intentaban zafarse.
el silencion incomodo fue roto por nicolas:
—agustina liberalos- grito nicolas en tono autoritario-
-no fui yo... -dijo agustina temblando y sin terminar la frase.
Roberto se dirigió a una silla libre y se sentó, luego intentó levantarse... Y pudo hacerlo. Repitió el proceso varias veces, pero la silla no lo ataba ni le impedía moverse. Ni a Nicolás, que lo imitó. Ni a Agustina, que a su vez hizo lo mismo. Franco y María, que no habían dejado de mirarse con un miedo casi tierno en los ojos -estaban sentados uno al frente del otro- se revolvieron en sus sitios esperando que las silla los soltara... Pero fue inútil.
-Qué rayos... -dijo Nicolás, ya más ansioso que sorprendido.
Roberto se agachó para inspeccionar su silla, y Agustina hizo lo mismo pero con las de Franco y María.
Ya no temblaba cuando dijo:
-Es obvio que estos dos nos están tomando del pelo.
Se levantó despacio, se quitó la chaqueta, se soltó el cabello y como si nada se sentó encima de Franco -lo que provocó una que otra risa y una exclamación contenida de María-. Le susurró al oído algo mientras Franco le miraba el escote ahora descubierto y apenas a unos centímetros de él. Lo hizo sonrojar hasta las orejas... Y de repente Agustina estaba tirada en el suelo.
María estaba de pie a su lado, roja de la ira y mirando ora a Franco ora a Agustina. Se dirigió a la puerta, la abrió y salió camino al lago, no sin antes soltar un "zorra descarada" del que Roberto y Nicolás no pudieron sino reírse.
-Qué rayos... -dijo Nicolás, ya más ansioso que sorprendido.
Roberto se agachó para inspeccionar su silla, y Agustina hizo lo mismo pero con las de Franco y María.
Ya no temblaba cuando dijo:
-Es obvio que estos dos nos están tomando del pelo.
Se levantó despacio, se quitó la chaqueta, se soltó el cabello y como si nada se sentó encima de Franco -lo que provocó una que otra risa y una exclamación contenida de María-. Le susurró al oído algo mientras Franco le miraba el escote ahora descubierto y apenas a unos centímetros de él. Lo hizo sonrojar hasta las orejas... Y de repente Agustina estaba tirada en el suelo.
María estaba de pie a su lado, roja de la ira y mirando ora a Franco ora a Agustina. Se dirigió a la puerta, la abrió y salió camino al lago, no sin antes soltar un "zorra descarada" del que Roberto y Nicolás no pudieron sino reírse.