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Como una rosa
Recuerdo cuando frecuentaba la felicidad,
aquellos tiempos en los que tenía tranquilidad,
serenidad, en la vida normalidad,
y entonces te conocí, perfecta como una deidad;
Sonrisa hermosa, cabellos rojos,
me era imposible no admirar tus bellos ojos,
y al hablar contigo mi mente volaba,
viajábamos por el cielo en una nube de palabras,
mientras más lejos llegábamos, más me agradabas,
para alegrarme me bastaba con sentir tus palmas;
Y esa mente, ah, de ella todo quería saber,
si en algo me esforzaba, era en tus pensamientos conocer,
de tu inteligencia aprender, tus sentimientos comprender,
pero más que nada mujer, quería tu amor merecer.
Qué increíble, hermosa, intensa,
mi imaginación explota cuando en ti piensa,
eras compleja, necesitarías tu propia ciencia,
todavía no comprendo cómo has entrado tan profundo en mi conciencia,
quizá sea que a tu belleza es propensa;
Para cada parte de ti necesitaría un museo,
y aún así, no creo que te haga el honor completo,
pues no hay palabras para describir este sueño,
ni medidas para medir cuánto te quiero.
Ay, cariño, eres como una rosa,
bella pero peligrosa, feroz y temerosa,
me despistaste con tu hermosura roja,
para luego herirme con tus espinas, mentirosa,
y aún así te he dedicado esta prosa,
qué temeraria, ingeniosa, poderosa,
confundiste mis sentidos con tu aroma, maliciosa,
mi corazón razgaste con tus palabras capciosas,
¡Qué tonto fui! no comprendía tus maniobras sinuosas;
Aún así te agradezco, sin herida no hay cicatriz,
caí de la nube a la realidad, necesitaba la praxis,
y ahora comprendo, tuvo que ser así,
me costó, pero lo entendí,
y si tuviera la capacidad de volver a partir,
sería exactamente igual que fui;
Eso sí, sin ilusiones, porque ya no quiero decepciones,
aunque es difícil cuando tu corazón lidia con tus razones,
pero me gana el amor, por ti daría mis posesiones,
todas ellas, sin ti no querría ni reencarnaciones,
ah... ¿Que sería de nosotros sin las pasiones?
me pierdo en mis sentimientos y caigo en divagaciones;
Me dejaste solo mujer, y aún así te quiero,
también te odio, pero más te anhelo,
te extraño, y aguanto, pero ya no puedo,
ya no comprendo, me pudro, me ciego,
mi tolerancia ha caído a cero,
se desvanecen mis esperanzas, mi cordura, mis sueños,
ojalá, pudiera disfrutar de nuevo de tu veneno,
voy en picada, lo presiento, me estrello,
quisiera acabar con todo, y así desahogarme, pues muero.
Recuerdo cuando frecuentaba la felicidad,
aquellos tiempos en los que tenía tranquilidad,
serenidad, en la vida normalidad,
y entonces te conocí, perfecta como una deidad;
Sonrisa hermosa, cabellos rojos,
me era imposible no admirar tus bellos ojos,
y al hablar contigo mi mente volaba,
viajábamos por el cielo en una nube de palabras,
mientras más lejos llegábamos, más me agradabas,
para alegrarme me bastaba con sentir tus palmas;
Y esa mente, ah, de ella todo quería saber,
si en algo me esforzaba, era en tus pensamientos conocer,
de tu inteligencia aprender, tus sentimientos comprender,
pero más que nada mujer, quería tu amor merecer.
Qué increíble, hermosa, intensa,
mi imaginación explota cuando en ti piensa,
eras compleja, necesitarías tu propia ciencia,
todavía no comprendo cómo has entrado tan profundo en mi conciencia,
quizá sea que a tu belleza es propensa;
Para cada parte de ti necesitaría un museo,
y aún así, no creo que te haga el honor completo,
pues no hay palabras para describir este sueño,
ni medidas para medir cuánto te quiero.
Ay, cariño, eres como una rosa,
bella pero peligrosa, feroz y temerosa,
me despistaste con tu hermosura roja,
para luego herirme con tus espinas, mentirosa,
y aún así te he dedicado esta prosa,
qué temeraria, ingeniosa, poderosa,
confundiste mis sentidos con tu aroma, maliciosa,
mi corazón razgaste con tus palabras capciosas,
¡Qué tonto fui! no comprendía tus maniobras sinuosas;
Aún así te agradezco, sin herida no hay cicatriz,
caí de la nube a la realidad, necesitaba la praxis,
y ahora comprendo, tuvo que ser así,
me costó, pero lo entendí,
y si tuviera la capacidad de volver a partir,
sería exactamente igual que fui;
Eso sí, sin ilusiones, porque ya no quiero decepciones,
aunque es difícil cuando tu corazón lidia con tus razones,
pero me gana el amor, por ti daría mis posesiones,
todas ellas, sin ti no querría ni reencarnaciones,
ah... ¿Que sería de nosotros sin las pasiones?
me pierdo en mis sentimientos y caigo en divagaciones;
Me dejaste solo mujer, y aún así te quiero,
también te odio, pero más te anhelo,
te extraño, y aguanto, pero ya no puedo,
ya no comprendo, me pudro, me ciego,
mi tolerancia ha caído a cero,
se desvanecen mis esperanzas, mi cordura, mis sueños,
ojalá, pudiera disfrutar de nuevo de tu veneno,
voy en picada, lo presiento, me estrello,
quisiera acabar con todo, y así desahogarme, pues muero.
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mg: