Dolor y Alegría
CASO 1:
Mi cuerpo mondo y lirondo era forzado a trabajar, sea la hora que sea, casi siempre en la tempestad de un frío que ni siquiera era soportado por mi pobre vestimenta. Incluso los zapatos sucios o rotos eran arrebatados por los guardias, esos campos eran un mal sueño hecho realidad. No por los trabajos duros; ni por el hambre o la escasa comida; tampoco era triste dormir incómodo entre otros desdichados muriéndonos del clima; la endeble higiene que pocas veces nos mantenían si quiera no era lo peor. Nada físico.
Aunque tuviera un esqueleto ahínco a su trabajo como cuerpo o, que estar presentable a un oficial de cargo era necesario para sobrevivir a una discreta muerte incinerado o colgado 'por faltar el respeto a un superior.'
Comíamos lo menos que podían darnos, el trabajo no era ecuánime a nuestra dieta pero todavía manteníamos esfuerzos físicos.
Teníamos heridas profundas, debíamos esperar semanas no en curarlas, sino en recibir la más mínima atención médica.
El castigo físico, sanidad pésima, condiciones de trabajo (forzado, por cierto) inadecuadas. Todo eso nos hacía ver como animales, no por el aspecto miserable, sino porque algunos ya perdían su moralidad. No podía creer que no ayudaran ni a un compañero.
Pero nada era tan dañino como la irracionalidad. Nos insultaban, golpeaban a cualquier nimio signo de descanso, juzgaban como si fuésemos cosas y ni siquiera se molestaban en saber nuestros nombres. Casi cualquiera podría ser mejor que esos guardias; éramos médicos, terapeutas, cocineros, mercaderes y un etcétera que podría seguir...
CASO 2:
Mis compañeros no cesaban de darme mala fama, nunca hice nada, ni siquiera me acercaba a ellos pero siempre tuve acusaciones inverosímiles a mi verdadero ser.
Dejaron marcas en mí, no físicas porque ésas sanaron hace mucho. Lo peor no es cargar con ellas, me entristece pensar en lo que me podrán llegar a cometer, el suicidio pareciera opción.
Tuve problemas no solo escolares, sino también familiares. Aún tengo duda de mi actitud ¿Será raro tener una actitud diferente a un contexto diferente?
Solo quise tener mejores relaciones, un novio o una buena amiga tal vez. Es normal sentirse sola en problemas, pero eso no es lo más normal...
CASO 3:
Estudié a profundidad la Alquimia, di mi vida entera. Parecía un arte, pero un arte que en ocasiones varias me hizo sentir inútil.
Libros poco comprensibles, metáforas raras, simbología únicas para un Alquimista. Todo eso me desesperó.
Pasé horas estudiando y no tuve grandes hallazgos, ni su filosofía entendía. Parecía que mi vida estaba ya arruinada por el tiempo sin ganancias tangibles.
Yo también intenté conseguir 'La piedra filosofal', cualquier Alquimista le hubiera gustado apoderarse de una, pero ni cerca estuve de tenerla.
Aprendí mucho, gasté el mismo tiempo en mi vida. No dediqué a nada más mi tiempo, se podría decir que este viejo perdió su vida en una meta inalcanzable...
Pero estar en una esclavitud con castigos o que te lastimen la moralidad, nada de eso importa siempre y cuando mantengas un deseo de vivir. Eso me permitió sobrevivir.
Bromeábamos, charlábamos, todo parecía una fiesta si tan solo ignorábamos la situación. Varias personas se hicieron insensibles pero otras eran todavía humanos.
No era el físico, tu salud o tus relaciones con la gente lo que te marcaba como un ser. Únicamente algo que quieras y sonreír; en una lluvia se puede divertir una persona. Basta enseñar tu sonrisa a los demás.
CASO 2:
Lo más normal es no darse cuenta que, aunque sea algo mínimo y que a veces no puedan darte su apoyo por dificultades, existan personas que de verdad les interesé.
No amoríos, no relaciones por conveniencia, nada carnal. Solamente les interesas por tu personalidad, te aman por ser tú y solo tú.
Incluso en una situación adversa a toda alegría, ni en lo peor debes rendirte a la situación. No me dejé llevar por períodos de depresión si tengo gente que de verdad les importo. Aunque deba contarlos con una mano y quitarme dos o tres dedos, tengo gente que estará dándome un empujón para ayudarme.
Con una vida rota y marginada es legal ser feliz.
CASO 3:
Pero todavía por una vida malograda, algo que no viviste como quisiste o no lograste tus menos, al menos lo intenté.
No me divertí por resolver cuestiones, ni por realizar experimentos, aunque éstos también me gustaban. Soy feliz porque hice lo que me gustó.
Los resultados son lo de menos, logré ser libre de tristeza. Desesperé en ocasiones, disfruté al máximo las pocas oportunidades de triunfo.
Prefiero intentar y fallar pero reír al final, que lograr algo aburrido y ser infeliz. ¿No es preferible hacer un deseo y fallar? Simplemente es hermoso reír de nuestros errores y premiar nuestros logros, por más pocos que sean.
Fue un gusto vivir una vida que me enseñó bastante.
Mi cuerpo mondo y lirondo era forzado a trabajar, sea la hora que sea, casi siempre en la tempestad de un frío que ni siquiera era soportado por mi pobre vestimenta. Incluso los zapatos sucios o rotos eran arrebatados por los guardias, esos campos eran un mal sueño hecho realidad. No por los trabajos duros; ni por el hambre o la escasa comida; tampoco era triste dormir incómodo entre otros desdichados muriéndonos del clima; la endeble higiene que pocas veces nos mantenían si quiera no era lo peor. Nada físico.
Aunque tuviera un esqueleto ahínco a su trabajo como cuerpo o, que estar presentable a un oficial de cargo era necesario para sobrevivir a una discreta muerte incinerado o colgado 'por faltar el respeto a un superior.'
Comíamos lo menos que podían darnos, el trabajo no era ecuánime a nuestra dieta pero todavía manteníamos esfuerzos físicos.
Teníamos heridas profundas, debíamos esperar semanas no en curarlas, sino en recibir la más mínima atención médica.
El castigo físico, sanidad pésima, condiciones de trabajo (forzado, por cierto) inadecuadas. Todo eso nos hacía ver como animales, no por el aspecto miserable, sino porque algunos ya perdían su moralidad. No podía creer que no ayudaran ni a un compañero.
Pero nada era tan dañino como la irracionalidad. Nos insultaban, golpeaban a cualquier nimio signo de descanso, juzgaban como si fuésemos cosas y ni siquiera se molestaban en saber nuestros nombres. Casi cualquiera podría ser mejor que esos guardias; éramos médicos, terapeutas, cocineros, mercaderes y un etcétera que podría seguir...
CASO 2:
Mis compañeros no cesaban de darme mala fama, nunca hice nada, ni siquiera me acercaba a ellos pero siempre tuve acusaciones inverosímiles a mi verdadero ser.
Dejaron marcas en mí, no físicas porque ésas sanaron hace mucho. Lo peor no es cargar con ellas, me entristece pensar en lo que me podrán llegar a cometer, el suicidio pareciera opción.
Tuve problemas no solo escolares, sino también familiares. Aún tengo duda de mi actitud ¿Será raro tener una actitud diferente a un contexto diferente?
Solo quise tener mejores relaciones, un novio o una buena amiga tal vez. Es normal sentirse sola en problemas, pero eso no es lo más normal...
CASO 3:
Estudié a profundidad la Alquimia, di mi vida entera. Parecía un arte, pero un arte que en ocasiones varias me hizo sentir inútil.
Libros poco comprensibles, metáforas raras, simbología únicas para un Alquimista. Todo eso me desesperó.
Pasé horas estudiando y no tuve grandes hallazgos, ni su filosofía entendía. Parecía que mi vida estaba ya arruinada por el tiempo sin ganancias tangibles.
Yo también intenté conseguir 'La piedra filosofal', cualquier Alquimista le hubiera gustado apoderarse de una, pero ni cerca estuve de tenerla.
Aprendí mucho, gasté el mismo tiempo en mi vida. No dediqué a nada más mi tiempo, se podría decir que este viejo perdió su vida en una meta inalcanzable...
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Pero estar en una esclavitud con castigos o que te lastimen la moralidad, nada de eso importa siempre y cuando mantengas un deseo de vivir. Eso me permitió sobrevivir.
Bromeábamos, charlábamos, todo parecía una fiesta si tan solo ignorábamos la situación. Varias personas se hicieron insensibles pero otras eran todavía humanos.
No era el físico, tu salud o tus relaciones con la gente lo que te marcaba como un ser. Únicamente algo que quieras y sonreír; en una lluvia se puede divertir una persona. Basta enseñar tu sonrisa a los demás.
CASO 2:
Lo más normal es no darse cuenta que, aunque sea algo mínimo y que a veces no puedan darte su apoyo por dificultades, existan personas que de verdad les interesé.
No amoríos, no relaciones por conveniencia, nada carnal. Solamente les interesas por tu personalidad, te aman por ser tú y solo tú.
Incluso en una situación adversa a toda alegría, ni en lo peor debes rendirte a la situación. No me dejé llevar por períodos de depresión si tengo gente que de verdad les importo. Aunque deba contarlos con una mano y quitarme dos o tres dedos, tengo gente que estará dándome un empujón para ayudarme.
Con una vida rota y marginada es legal ser feliz.
CASO 3:
Pero todavía por una vida malograda, algo que no viviste como quisiste o no lograste tus menos, al menos lo intenté.
No me divertí por resolver cuestiones, ni por realizar experimentos, aunque éstos también me gustaban. Soy feliz porque hice lo que me gustó.
Los resultados son lo de menos, logré ser libre de tristeza. Desesperé en ocasiones, disfruté al máximo las pocas oportunidades de triunfo.
Prefiero intentar y fallar pero reír al final, que lograr algo aburrido y ser infeliz. ¿No es preferible hacer un deseo y fallar? Simplemente es hermoso reír de nuestros errores y premiar nuestros logros, por más pocos que sean.
Fue un gusto vivir una vida que me enseñó bastante.
Supongo que de nuevo, es más un relato reflexivo que literario, así que, meramente es algo que quisiera una opinión subjetiva.
Gracias por leer.
Gracias por leer.
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