Mi Armonía

¿Por qué las personas me cansan? ¿Me son indiferentes... o yo soy indiferente?... Prefiero estar callado, sus palabras y sus actitudes me aburren. ¿Por qué?... Poca gente me llama la atención... no mucha me habla ni les hablo, escasa me agrada y a menos les agrado. ¿Por qué?... Me cansé de una vista monolítica, me harté de la religión y opiniones políticas iguales, me sacié de comentarios estúpidos e incoherentes. Me río de mí mismo, adoro los chistes discriminatorios como: “¿Tendrás un bebé o un aborto?” Pero no por eso, significa que piense así, ¿Nadie puede reír y tomarlo de broma? ¿No conocen el significado de la palabra “ambiguo”? ¿Estarán atados a lo que les enseñó “papi y mami”, o es simple negligencia a la vida?

¡Basta! Me negué a mi mismo pensar eso, soy el príncipe de paz sentado en el trono de la armonía y gobernado siempre por pensamientos positivos y tranquilos, siempre disfrutando una buena comedia y riendo al final, inclusive si no me gusta. Mi precioso azul está despejado pero ¿Por qué vienen nubes a llorar? Las intensas lluvias me destruyen mi fachada, una tras otra y no veo un ardiente sol. ¿Dónde estará el alba al horizonte? Y ¿Con qué se entinta mi azul cielo en ese inexplicable gris? No he hecho nada malo, vivo lo que pienso, no tiene nada de malo. Parece que al final, sí soy como esa gente... lloro, sufro, aún con pensamientos de armonía. ¿Seré yo? Seguro, pero la gente me transmuta. Quisiera tanto transfigurar el cuerpo de mi amada para olvidar mis caprichos.

Quemaré su cuerpo, escupiré sobre sus cenizas, chismorrearé sus errores y así me sentiré mejor... ¡Imposible! Mejor trataré sus faltas y las corregiré, aunque mis lluvias me vuelvan paralítico de mis piernas, me moveré con mis brazos, si quedan hechos trizas, me arrastraré y aunque me corten la cabeza... mis palabras cambiarán a ella... y a mí. Mi mirada no dejará que sigas así.

¿Cuánto más tengo que soportar la fuerte tormenta? Iré a los prados de ella y me bañaré en su perfume. Aunque me encuentre obstáculos mientras me arrastro, veré como cada vez el sol resplandece más. Ya no tengo frío, estoy feliz... ¿Qué será ese cosquilleo de mi estómago? ¿Estoy acercándome?

Sentí tu humanidad... Ahí estaba !Conmigo! Pero... ¿Qué pasó? Las lluvias están regresando, la tierra me empieza a tragar. ¿¡Cuándo irá está intensa lluvia a parar?! ¡¿A dónde fue mi sol?! Me siento solo, no tengo hambre ni sed. No aproveché mi oportunidad, las lluvias ya se han hecho parte de mí. Aunque esté sanando mi cuerpo y empiece a moverme ¿Por qué me sigo sintiendo así? Tú seguiste obcecada... y lo aceptaré... pensé que no eras como los demás y resultas ser así... Trataste de matarme.

Aunque digas que estarás ahí, yo sigo sin encontrarte dentro de mí. Idiotas, xenófobos, mucha gente que no te sirve y ¿Aún así me dejas tirado en el suelo? Enfermé de nuevo, mírame. ¿Dónde estarán mis piernas? Desapareciendo como mis brazos, ¿Para qué arrastrarme? Aunque te grite no me oirás, ¡Recapacita! ¿¡No me ves en tu hermoso jardín?! Fui el único que sembré semillas por ti, sólo te regué tus flores... ¿Sólo? ¿Alguien más hizo eso? Entonces, ¿Me sigo arrastrando por la sucia tierra mientras tú me ignoras? No importa... Si mi lluvia evita que tu jardín decaiga... estaré feliz, si mi cuerpo sirvió de abono para tus flores, no me quejaré. No me obligaste a amarte, como tampoco te obligué a amarme... Gracias por hacerme sentir este hermoso sentimiento, aunque no me veas en tu jardín, quiero que sepas que siempre estaré ahí, cuidando tus frutos y regándolo a diario. ¿Eso quieres no? Eso te daré, pareciera que me prestases tus extremidades, ya te empiezo a sentir. Qué dulce eres, pero... ¿Qué pasa? ¿Qué hace un espantoso gnomo en tu jardín? ¡No te preocupes! Cuidaré el jardín que me permites visitar cada día, limpiaré al feo duende y no me importará. Sembraré más y más, mantendré brillante tu lugar favorito... ¡Mira! Ya está saliendo el sol, pareciera una sonrisa, ¿No crees? Incluso el gnomo empieza a sonreírme. Lo saludo a diario, empezamos a simpatizar, ambos tenemos algo en común, estamos en tu jardín.

He estado puliendo al vulgar gnomo y me ha contado alguna que otra cosa. A veces me ayuda, aunque sea un flojo, a mí me simpatiza. Ahora sé porqué lo pusiste ahí. Por fin he terminado mi labor... comenzaré a guardar mis rastrillos y tirar todos los guantes rotos e inservibles. ¡Adiós gnomo, adiós jardín! He acabado, pero... ¡Mira! El sol empieza a extenderse hasta mí, las lluvias están desapareciendo, no veo ni una gota. Tú me saludas a lo lejos, también veo al gnomo ahí, mándale saludos, espero que te cuide como yo a ti. Terminé mi trabajo... ¿Por qué estoy feliz? ¿No debería yo estar contigo? Y aún así sonrío. Siempre he sido un cero a comparación del gnomo, pero, está bien. No voy a quemarte, ni escupiré sobre tus cenizas... mi sentimiento es puro y claro... puedes llevar a cualquier duende, político o demonio a destruir tu jardín. ¡No llores si no hay flores, cosecharé más! Tengo al sol de mi lado, no veo lluvias imposibilizándome.

Seguiste invitando a las mismas personas, re-hice el jardín miles de veces pero no me quejaré. Cumpliré lo prometido, nunca te lo dije, dejé todo lo mío por ti. ¿Dónde estará mi jardín? No tengo, por eso cuido el tuyo. ¿Alguien lo cuidó? Dímelo tú... Sólo espero, que algún día, sintamos lo mismo. Quiero que cuides mi jardín, yo seguiré cuidando el tuyo. No te preocupes, no voy a cambiar de opinión nunca, jamás. No puedo rendirme ahora, estando tan cerca de ti, empiezo a sentirte de nuevo, ahora eres más cálida, preciosa, eres mi armonía. Ni siquiera recuerdo la última vez que me he quejado, gracias a ti.

Con la poca fuerza que queda, solo tómame la mano, vamos a ver como quedó todo. ¿Ves ese mensaje que escribí con flores?...