Ryger Stone: La espada Fantasma

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Vivo en una piña de bajo del mar....
ACTUALIZADO: Ryger Stone: La espada Fantasma

Gente, hoy les traigo una obra muy buena que esta siendo desarrollada por mi gran amigo Ivan Alexis Gonzales Morales, apenas inicia como escritor pero se le da muy bien, en esta historia nos relata como la vida de un niño humilde cambia repentinamente al encontrarse con una espada maldita. Es una historia de fantasía pero muy bien desarrollada con una gran narración & que logra transmitir emociones.

Prologo:

Les contare una historia sobre espadas y batallas medievales en nuestra moderna edad media en la pacífica provincia de Eudora, del Reino de Fantacia.
Fantacia estaba sobre una gran y brillante montaña; la montaña de mármol. Para un griego Fantacia podía ser equivalente al Olimpo, era un lugar asombroso, solo que sin dioses pero con un sentido espiritual. Nuestro Rey se encontraba en lo más alto del palacio, siendo servido por sus concubinas y sirvientes. Aunque ese reino que gobernaba no lo merecía; fue su padre Mastus II quien levantó a su pueblo y lo libro de sangrientas batallas pues era de gran sabiduría y paciencia. Desgraciadamente, una enfermedad lo dejó sin piernas y fue tanta su desesperación que se suicido. Cuando me enteré de la noticia llegue a la idea de que no era tan sabio, digo, ni siquiera los esclavos se prenden fuego. En lugar de Mastus II, quedo Rem I como nuevo rey, siendo uno muy irresponsable y necio, pues despidió a su grupo de consejeros para hacer su tonta voluntad. Yo no le doy ni dos años para que nuestro reino se derrumbe, sin embargo, ninguno que no fuera del reino, ni un solo comerciante extranjero podía enterarse de la muerte de Mastus, pues el reinado desequilibrado y débil de su hijo nos mataría a todos en una guerra.
De alguna manera, Mastus antes de morir, pensó en su pueblo y consiguió un tratado con todos los reinos que amenazaban Fantacia.
_Les daré un pequeño tesoro a cada uno de ustedes, en agradecimiento a su futura armonía con Fantacia_. Fueron las palabras de Mastus.
Solo Dios sabe que cosa les habrá dado a cada una de las 7 naciones enemigas que amenazaban a nuestro reino para que, así como si nada nos dejaran en paz. De esta manera, Fantacía estaría libre de batallas, al menos por el tiempo suficiente para que Rem madurara, aunque quizá eso sea algo imposible. Pero lo importante, era cuidar el secreto de la muerte del Rey y vivir como si nada. Aun así mis dudas acerca de la futura paz del pueblo estaban activas.


Capítulo I: Vivir en Eudora.

Disculpen mi mala educación, no me he presentado. Mi nombre es Ryger Stone, y siempre he vivido en este bonito lugar llamado Eudora, bajando la montaña de mármol.
Visualmente se disfruta mucho estar en mi ciudad, pues justo al pie de la montaña, comienzan las construcciones de casas, y Eudora no es muy grande ni poblado, a lo mucho hay unas 150 casas, y mas abajo hay un muy pequeño mercado.
Probablemente, Eudora no es la ciudad mercantil pero si la intelectual, a unos metros de las tiendas había una grande y basta biblioteca, la única en las tres provincias de Fantacia, (independientemente del palacio Real).
Vivía con mis 4 hermanos y mi Padre, un señor fuerte y grande dedicado al ganado. Obsesionado con el honor como muestra de haber sido un caballero, y para mi desgracia yo era la oveja negra de la familia, eso significaba un rotundo rechazo de parte de todos los que habitaban en mi casa. Mi papá me consideraba débil y no apto para el trabajo duro o para algún día dar la vida por Fantacia, mis hermanos eran unos brutos, pero les callaba la boca (y en ocasiones a mi padre) cuando el cobrador de impuestos quería abusar de la ignorancia de mi familia, pero como me la pasaba en la biblioteca con un sabio aprendiendo de matemáticas y literatura, le ponía un alto al cobrador. Esos eran los únicos momentos en que yo era héroe, las demás horas del día me trataban como a un tonto.
Mi rutina diaria era levantarme temprano, correr un poco cerca de la montaña y sacar a pastar a las vacas de nuestra pequeña granja. Luego de unas horas de soledad sobre un tramo de montaña viendo el sol y los pájaros, bajaba para ir a la biblioteca a la séptima hora. Leía un poco sobre aritmética y algo de algebra o rara vez acerca de química pero obviamente lo ultimo no era mi fuerte, mi objetivo era escapar de casa a un lugar de provecho.
Tomé un empolvado libro con el título “Aritmética media Volumen II”, lo abrí despacio, luego me espanté; una mano gastada y pálida fue puesta en mi hombro, después del susto supe de quien se trataba.
_Buenos días hijo_.
_Buenos días Slu_. Le respondí a un anciano canoso y arrugado, un poco calvo pero sonriente. Era Slu, mi “mentor”, con quien pasaba la mayor parte del día, y no solo aprendía de él, también me aconsejaba en mis asuntos familiares.
_ ¿Porque la cara larga, Ryger?, ¿volviste a discutir con tus “ton-tontos” hermanos?_. Dijo Slu con una cara burlona.
_Me alegra que pienses así de ellos, no los odio, solo siento algo negativo por ellos, y si, otra vez hubieron problemas_. Respondí sonriendo.
_ ¿Cual fue la broma de ahora?, ¿Los zapatos mojados?, ¿La cama con espinas? ¿O tu almuerzo con moscas?_.
_Hoy estropearon mi ropa, tuve que cocerla y ponerle unos parches, pero… tú sabes, la costumbre_.
_Y… ¿Qué piensas hacer al respecto?_.
_Sinceramente… no se, tal vez… esperar a que se caigan de un barranco o algo así_.
_ ¡Tu y tus ideas!_.
_Vamos Slu, sabes que soy fatalista_.
_Y tú que soy un borracho_. Slu soltó una risotada y yo no pude evitar hacer lo mismo al ver su acción, era como un adolescente arrugado, sin duda mi mejor amigo.
_Me gustaría ver como se comportan con una bestia_. Siguió Slu con una ceja levantada y una mirada intrigante.
_ ¿Que quiere decir?_. Pregunté con el libro aun entre manos.
_No se, que quizás mi mascota los visite un día_. Sonrió.
_ ¿Qué?, ¿Su lagarto de montaña?, ¿Aquiles?_. Mi cara emitió un gesto de felicidad.
_El mismo_.
_Pero es enorme, los podría matar_.
_Aquiles está bien entrenado_.
_ ¿Para arrancarles las piernas a mis hermanos?_. Dije sarcásticamente.
_No, pero si lo suficiente para meterles un buen susto_.
_ ¿Cuál es su plan?_.
_Mañana que suban a la montaña a buscar algún animal para cazar soltamos a Aquiles, se lo encontrarán y verán lo cobardes que son, ¿Qué dices?_.
_Muy bien_. Me paré cerrando el libro. _Eso les enseñara, gracias Slu_. El viejo volvió a sonreír y le di una palmada en el hombro.
Ese día no leí, me fui al rio a ver que pescaba, la plática anterior me puso muy feliz porque por fin, una buena noticia se ponía en mi camino.
Esos días yo era joven, tenia 17 años, media como 1.78, mi pelo me llegaba a los hombros, y tenía una marca en la espalda en forma de hoja de lila. Me senté en la arena y remojé mis pies en el rio. Todos los días en Eudora eran perfectos, pero éste se veía diferente, un poco más azul y tranquilo, quizá porque nunca mire el cielo de Eudora desde el rio, siempre era desde el techo de mi casa o la montaña.
Horas después, cuando el sol comenzaba a caer, me dirigí a mi casa, y llevaba conmigo una bolsa con 4 peces grandes y rechonchos, todo iba bien, pero algo me distrajo; un hombre en una carreta yendo a gran velocidad sobre el mercado, se dirigía a una de las 3 puertas de Fantacia. La de Eudora, quedaba a poco menos de un kilometro del mercado de la ciudad, el hombre llevaba prisa, y como mi región era muy tranquila, ver eso me dio curiosidad, y corriendo seguí la carreta, obviamente, intentando no ser visto por el conductor.
Alrededor de toda Fantacia había una muralla y las tres mencionadas puertas eran las únicas maneras de entrar o salir, había una puerta en cada ciudad, y fuera del reino, había un bosque, que de día era muy bonito, en momentos hasta inspirador, pero de noche, lo único que inspiraba era a mojarse en los pantalones, si, lo se, es grosero, pero estoy siendo realista. Afortunadamente, aun no anochecía.
Se lo que han de pensar: ¿Qué tengo que andar haciendo en donde no me incumbe?, bueno, si su vida fuera igual de aburrida que la mía, probablemente buscarían experiencias nuevas como yo. En fin, salí de la gran puerta de Eudora y me escondí entre los robles, el conductor ya no iba tan rápido, avanzó un poco más y luego se detuvo, sacó algo de su cabina de equipaje y lo bajó. Cualquier cosa que fuera, estaba envuelta en cuero viejo, parecía que esperaba a alguien, ¡en efecto! Otro varón llegó en su caballo y comenzaron a hablar, yo no oía y me acerqué mas, trataba de no hacer ruido y afinar el oído.
_Tienes que llevarla al lugar que hablamos, solo así acabará este infierno, ¡Te lo suplico!_. Dijo el hombre de la carreta, me pareció ver que estaba llorando.
_No te preocupes hermano, yo me haré cargo, pronto todo estará bien_. Siguió el segundo hombre, miré al cielo, y me di cuenta de que había anochecido. Los dos hombres subieron a sus vehículos y cabalgaron en mismas direcciones por un camino al Este, pero una niebla los cubrió, después solo escuché unos gritos desgarradores de parte de los hombres y los caballos, luego, la niebla desapareció y solo quedaron los animales tirados en el piso y las carretas, la escena fue aterradora, pero mi curiosidad me llevo a la carreta, los caballos se levantaron y salieron corriendo al Este, volteé hacia atrás y mire un bulto en la tierra, al parecer, era la cosa que el primer hombre le entregó al segundo, preferí no abrir la cubierta de cuero, pero era algo largo.
Corrí hasta mi casa y puse el paquete entre unos troncos en la parte trasera de mi hogar, la luna resplandecía muy fuerte en el cielo, tenía sueño y un objeto que mostrarle a Slu, pero eso sería en la mañana.
Al día siguiente, me levanté temprano, quería salir intacto de bromas familiares, me puse mi ropa de trabajo y corrí a la casa de Slu, el anciano ya estaba esperando en su patio con Aquiles amarrado a una correa. El animal era inmenso, grisáceo, cuadrúpedo, escamoso, y como de cuatro metros de largo.
_Bueno, ¿estas listo para el desastre?_ Dijo Slu.
_¡seguro!_. Dije.
Luego nos dirigimos a una parte de la montaña donde mis hermanos siempre buscaban animales para cazar, ellos eran muy… predecibles.
Damián, Dositeo, Medardo y Etelvino, mis hermanos, iban juntos con sus palos y piedras, como unos cavernícolas bien vestidos caminando por la montaña, Slu, Aquiles y yo nos escondimos tras una piedra grande, entonces cuando vimos que las futuras victimas se acercaron, Slu soltó a su bestia.
_Vamos bonito_. Dijo Slu quitándole la correa a su lagarto, y yo casi me reí, pero me tapé la boca y miré la acción como un infante hiperactivo.
_Medardo, ¡¿Qué es eso?!_ dijo el mediano.
_ ¡Aléjate bestia!_. Siguió Damián, el mayor, acobardándose, y amenazó a Aquiles con un palo puntiagudo, pero el lagarto se levanto en dos patas y gruño_.
_ ¡CORRAN!_. Gritó Etelvino, el mas chico, (después de mi). Soltaron sus palos y piedras y avanzaron como pudieron. Aquiles también se movió y con una garra, rasgó el pantalón de Dositeo, que al instante cayó al suelo, Aquiles se detuvo. La ropa interior de Dositeo me causó mucha gracia, corriendo por la montaña sosteniéndose la manchada prenda.
Tal vez fue mi imaginación, pero casi pude ver que Aquiles hiso una mueca que parecía risa.
_Hijo, hace tanto tiempo que no me divierto tanto_. Dijo Slu tirado en el suelo de risa y pataleando.
_ ¿Cuándo fue la última vez que se divirtió así?_. Pregunté.
_Ayer en la taberna bebiendo y viendo a unos simplones pelearse por un trozo de pan_. El viejo rio intensamente de nuevo, su comentario en vez de darme gracia, detuvo mi risa, miré a Slu seriamente, el me miró intentando aguantar la carcajada, entonces, ya no pude mas y nos reímos juntos otra vez.
_Con todo respeto Slu, ya esta algo grande para usar ese sarcasmo_. Dije llorando de la risa.
_Nunca se es viejo para hacerte poner esa cara de mono enojado_. Slu imitó el gesto que hice cuando me quede serio, y volvió a reír. No es que yo fuera muy feo para parecer un mono, aunque… mi barba cerrada, mi pelo largo café oscuro y uno que otro detalle, me hacían ver… no como un mono, tal vez como, un bonito perro lampiño.
De acuerdo, exageré un poco, pero ¡ey!, eso no era cosa para ponerme mal. Aunque parecía un hombre lobo sin pelo en las mejillas, era guapo, sinceramente.
_Slu, gracias por hacerme pasar otro momento asombroso_. Agradecí solemnemente.
_Por nada, además, una de cal por las que van de arena_.
_Slu, ayer en la noche, salí de la ciudad un poco, de echo, no pasé el valle, y… encontré algo extraño_.
_ ¿Y que es?_.
_No se, esta envuelto en cuero viejo, pero no quise abrirlo, antes, preferiría que usted viera de que se trata_.
_De acuerdo, ¿tienes tiempo para hoy en la tarde?_.
_Si, supongo, ya sabe que no hay nada de provecho en mi casa_.
_Bueno, entonces te veré en la mía_.
_Esta bien_. Terminé la conversación, Slu amarró otra vez a Aquiles y cada quien se fue a su casa.
En cuanto llegué, estaban todos en una butaca con cara de haber visto un fantasma hablando entre ellos. En eso, papá salió de su cuarto y comenzó a gritar.
_ ¡¿Que pasó aquí?!_.
_Era enorme p-pa-papá_. Tartamudeó Dositeo, el de los pantalones rasgados.
_Si padre, casi nos mata_. Siguió Etelvino.
_A ver, explíquenme bien_. Dijo mi papá, yo trate de pasar desapercibido y entrar a mi habitación, bueno, a la habitación de todos, pero fue inútil.
_ ¡Ryger!, ¡¿tienes algo que ver con esto?!_. Vociferó mi autoridad torciendo el cuello.
_No, y no me interesa_. Dije con indiferencia, entonces mejor salí de la casa. Estaban todos tan sorprendidos, que no se dieron cuenta que no hice mis tareas, así que me dirigí a la granja a alimentar a los animales.
Y acariciando vacas se me fue el tiempo, hasta que vi el sol en su apogeo, a mediodía regresé a casa a tomar el “objeto” en la parte trasera de mi morada, aun seguía allí, entonces, habiéndola tomado, caminé para la casa de Slu.
Llamé a la puerta, y enseguida el hombre abrió, entré y el anfitrión me ofreció tomar asiento, había trabajado un buen rato, no tuve ningún problema con aceptar la proposición. Slu preparaba té o algo parecido, luego puso una mesa en el centro de donde estaba sentado, su casa era sofisticada, pero no había muchas riquezas en ella.
_Entonces, ¿Qué me querías mostrar, muchacho?_. Preguntó el canoso hombre.
_Esto_. Levanté el paquete de cuero y lo puse sobre la mesa, no lo había notado, pero, el cuero era grueso, y en gran cantidad, era… extraño.
_Bueno, esto si es mas interesante que ver a dos simplones pelear_. Dijo Slu respirando hondo, y exhaló, tuvo la delicadeza de ponerse una especie de guantes, luego, sacó una navaja, y despacio, cortó el paquete de cuero.
Nos tomó poco tiempo averiguar que era. Slu retiró toda la envoltura, y tras un sonido metálico, yacía una espada brillante y de razonable tamaño, con un diseño muy interesante en la mesa de madera.
Parecía que la espada era de plata, y una muy fina, tanto que lucia como cristal, uno podía ver claramente su reflejo en tal herramienta, el filo era asombrosamente agudo y tenia unas marcas, por ultimo, la empuñadura tenía forma de serpiente, bajo la cola del animal estaba tallada una leyenda que decía:
“¿Como te miras ante tus Ojos?”
Para mi Amada Discordia y mi Traidor amigo Ogpel. EFE.
Yo quede muy desconcertado al ver eso tan de cerca, mis ojos se llenaron de un sentimiento muy profundo, como un deseo al verla; estaba siendo tentado. Fue tanta mi curiosidad, que decidí tocar la espada. En ese momento, sentí un escalofrío y preferí alejarme.
_ ¿Que opina acerca de la espada?_. Pregunté.
_Esta es, sin duda, la mejor pieza de guerra que jamás haya visto, ¡¿Dónde la encontraste?!_. Slu me asustó, jamás se ponía así de tenso.
_Muchacho, ¡CONTESTA! ¡¿Dónde la encontraste?!_. Gritó el anciano.
_Un viajero la dejó en el camino, eso es todo, quise devolverle el paquete pero llevaba mucha prisa_. Mentí en ese momento.
_ ¡¿Estas seguro muchacho?!_.
_Totalmente_. Hubo una silenciosa pausa después de ser estrujado por el dueño de la casa, eso sin duda era alarmante.
_De acuerdo, te creo, pero tendrás que dejar aquí la espada hasta que te pueda decir de qué se trata exactamente_.
_Por mi esta bien, iré al rio a pescar_. Y entonces me retiré de la morada de Slu lentamente y con la cabeza abajo. Sabía que había hecho cosas malas desde que encontré la espada: Fui irresponsable y rebelde al no obedecer a mi padre con mis labores diarias en la mañana, mentí sobre lo que había pasado con mis hermanos, y volví a mentir con mi mejor amigo, acerca de cómo conseguí la espada. Me sentía sucio de alguna manera.
_Un baño es lo que necesito_. Pensé siendo optimista.
Llevé mi ropa al rio y una navaja, esta vez quería afeitarme (y dejar de parecer un hombre lobo). La gente pobre en ese tiempo no tenía los recursos para limpiarse en una bañera, el baño público era muy sucio y no tenia nada de privacidad, El rio era, sin duda, la mejor opción.
Me relajé y bañe tranquilamente, me vestí rápido para que la gente que pudiera pasar no mirara mi desnudez, pero, al afeitarme, viéndome en el reflejo del agua, noté que mi cara lucía deformada, cerré mis ojos y los volví a abrir, mi reflejo estaba normal, suspiré de alivio y me cerré un ojo a mi mismo por vanidad. Ya no parecía un mono enojado, luego el sol comenzó a esconderse.
_ ¡Ryger! ¡Ryger, muchacho!_. Volteé para atrás y vi corriendo a Slu hacia mi tan pronto como sus articulaciones le permitían.
_ ¿Qué sucede? ¿Es algo malo o algo bueno?_. Pregunté.
_Será mejor que lo averigüemos juntos_.
_Por ahora, ¿Qué supiste de la espada?_.
_Lo único que encontré leyendo hacía referencia a otro libro, hoy buscaremos en la biblioteca subterránea; a ver que encontramos_. Terminó Slu. Me levanté de donde estaba, justo en el borde del suelo, a punto de tocar el rio. En eso, no lo pude mirar bien, pero una silueta en forma de lazo se formó desde el agua del rio, fracciones de segundo después, sentí que me apretaba por el cuello, luego que me ahogaba en el rio. Intentaba zafarme, pero era imposible, mis dedos traspasaban el agua, pero no la cortaban. Como ya era de noche, no veía nada, solo burbujas de mi propia respiración, cuando presentí que iba a ser mi último momento miré entre las burbujas, y una cara oscura, con ojos rojos como rubí me observaba atentamente, entonces, por lo terrorífico de la imagen, y la falta de oxígeno, perdí el sentido.


Y si pueden, dejenle algún comentario en su blog para que se motive mas este chavo que en mi opinion tiene bastante talento.
 
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Re: Ryger Stone: La espada Fantasma Cap. II

Capítulo II: La persecución en el valle.

_ ¡Ryger! ¡Hijo!_. No se como, pero podía escuchar voces, e inconfundible mente era la de mi padre. Parecía que lloraba, después escuché la voz de Slu. Gritaban de igual manera. Era todo muy extraño, podía escuchar, pero no lograba ver, y aun así, las voces que oía, se escuchaban con un profundo eco. Después de un momento de trance, pude abrir los ojos.
Pero no estaba en donde se suponía que debía estar, tal vez en el suelo escupiendo agua, o en alguna casa con una sabana encima. Supuse que estaba muerto, pues me puse en pie, y ante mi vista había un enorme valle verde, colorido y lleno de vida, me pareció familiar, como si lo hubiera visto antes, luego, escuché un trueno que me asustó, volví a cerrar mi ojos, y al abrirlos ya no estaba en el bonito valle; ahora estaba en un lúgubre cementerio, el cielo estaba gris y llovía sobre mi cabeza, dejé de escuchar voces. Podía caminar, avanzaba entre las tumbas, las estatuas y las flores marchitas, volví a mirar al cielo y el sol estaba opaco, iluminaba pero sin intensidad, las nubes parecían humo, llegué a una parte en donde solo había tierra, supusé que era terreno para nuevas tumbas. Más adelante había un hoyo, y vi a un cavador de tumbas, con una capucha negra y una pala de oro, estaba cavando profundo.
Esperen, eso no es un cavador…
_ ¿Puede decirme en donde estamos?_. Dije temeroso. En ese momento el que cavaba se detuvo, se erguió y movió lentamente su cuello, luego la pala se convirtió en una oz del mismo material, supe entonces que estaba ante la muerte. Muchas culturas veían a la muerte como un esqueleto con una oz, pero estaban equivocados, la muerte era diferente para cada quien, por que al darse la vuelta, parecía un espectro sin forma, aunque con los ojos rojos, justo como los que había visto cuando me ahogué, yo retrocedí con mucho miedo, una ráfaga de viento sopló y abrió la capucha de la muerte. En su cuerpo se reproducían imágenes de mi vida: mi nacimiento, mis primeros pasos, mis hermanos molestándome y yo sentado en la biblioteca. La muerte cerró su capucha y la miré.
_No soy mala_. Dijo apuntándome con su oz. _Solo soy una herramienta para que cuando sea el tiempo, entres victorioso a tu nuevo hogar_.
_ ¿Nuevo hogar?_.
_ Hoy has tenido una segunda oportunidad, y probablemente la última, arregla tu vida, y vístete para tu celebración_.
_ ¿De que hablas?_. Yo no entendía nada de lo que la muerte hablaba, luego el espectro, copió mi forma y figura, éramos idénticos solo que la muerte seguía con su capucha y los ojos rojos.
_ Tu tocaste esa espada, ¿verdad?, te tentó y la tocaste_. Preguntó. _Has separado tu corazón en dos, y la otra mitad, te quiere condenar.
_ ¿No se supone que debes matarme?_. Le dije con la expectativa de morir.
_Tienes una idea equivocada de lo que es la muerte, yo no mato, solo sigo ordenes y entrego la mercancía al Trono_.
_ ¿Trono?, ¿Qué Trono?_.
_Es muy pronto para que lo sepas, pero llegará su tiempo, solo sigue tu camino, y entierra tu otra mitad. Por ahora, ¡escupe!_. La muerte extendió su mano y me empujó, volaba en reversa a velocidades extremas, todo se volvió cristalino, luego un destello se impactó en mi cara y escupí agua.
Ya no estaba en ese lugar tan extraño, estaba en los brazos de mi padre que lloraba amargamente, y a un lado se encontraba Slu.
_T-tranquilos, estoy bien_. Estaba “despertando”, parecía somnoliento.
_ ¡Hijo! estás vivo_. Dijo mi papá soltando una lágrima sobre mi pecho.
_Si papá, estoy aquí para ti_. Tanto tiempo de rechazo de parte de mi padre, y en un solo momento una lagrima de parte de él, estremeció mi corazón.
_Hijo, te amo_. Dijo mi papá abrazando mi debilitado cuerpo. Yo le respondí de la misma manera y poco a poco me levanté.
_Que gusto verte de nuevo Ryger_. Habló Slu.
_Lo mismo digo, viejo*_. Me le acerqué y me dio una palmada.
_Slu, ¿Qué fue exactamente lo que pasó?_. Mi mente estaba muy confusa, no sabia si estaba soñando, si estaba despierto, o si seguía muerto.
_No lo se, muchacho. Estábamos planeando la visita a la biblioteca subterránea, estabas cerca del rio, entonces, algo salió del agua, y trató de ahogarte, quise jalarte pero, algo me lo impidió_.
_Slu, esa cosa me ahogó_.
_Eso es imposible, porque estas vivo_. Dijo papá.
_ ¡No!, no lo entienden, morí papá, morí por un momento y vi a la muerte, me dijo algo sobre estar bien vestido y sobre una celebración.
_De seguro estas alucinando_.
_ ¡No padre!, Slu, la Muerte dijo algo sobre la espada que encontré, que mi corazón se dividió en dos y mi otra mitad me quiere destruir, tienes que creerme_. Luego que dije eso, hubo una pausa, Slu quedó boquiabierto y con los ojos expandidos.
_No lo puedo creer_. Slu habló preocupado, y se tapó la boca con las manos.
_ ¿Qué sucede Slu?_. Pregunté pensando que era algo malo.
_No lo puedo decir aquí, ni ahora_.
_ ¿De que se trata?_.
_No Ryger, solo, quiero comprobar algo, pero… por ahora no. Descansa, mañana te veo de nuevo en la biblioteca a primera hora, pasillo numero 13_. Terminó Slu.
_De acuerdo_. Tosí un poco, luego el anciano salió de la casa.
_ ¿Que pasa Ryger?_. Preguntó papá.
_Créeme que no tengo ni la menor idea_. Contesté, me sacudí el pelo y caminé un poco. _Papá, gracias_.
_Hijo, de todos tus hermanos, a ti es al que mas amo_.
_ ¡¿Qué?!_.
_Todo éste tiempo he tratado de que aprendas a vivir en un mundo duro_.
_ ¿Y para qué?_.
_Porque estoy seguro de que harás cosas grandes, y las harás en un mundo injusto y cruel_.
_ ¿Y por qué a mis hermanos no les has enseñado de ésta manera?_.
_Porque tus hermanos, jamás pasaran de ser unos granjeros_.
Ese día, el concepto que tenía de mi papá, cambió por completo, lo abracé y lloré de felicidad, al fin, encontré algo que llevaba mucho tiempo buscando.
_Al igual que tu madre, tienes ese corazón valiente, sensible y determinado_.
_ ¿De verdad?_.
_Hijo, desde niño demostraste que eras diferente, por eso te preparé para que aguantaras cosas duras de la vida, como el rechazo, la indiferencia, y una que otra cosa que hacen a tu corazón débil, aun no estoy seguro para que estas hecho, pero desde que naciste, mi mundo quedó impactado con tu singularidad_. Reí de gusto. De tantos tesoros en la vida, ese momento es de los que mas amo.
_Bueno, basta de cursilerías, ¡a dormir flojo!_.
_ ¡Si señor!_. Sonreí y me despedí de mi papá como un soldado, enseguida, me dirigí a mi cuarto. Me sorprendió que mi papá hablara de mamá, me pareció muy maduro de su parte que tras 8 años de la muerte de ella, pudiera hablar como un recuerdo que dejo buenas secuelas, pude dormir como nunca esa noche.
Volví a levantarme temprano, Slu me dejó en suspenso, y tenía que averiguar la razón por la cual el viejo se estremeció. Cuando entré en la biblioteca, busqué al viejo en el pasillo que me dijo: pasillo 13, “leyendas, mitos e historias antiguas”, Slu estaba allí, sentado en el piso como un adolescente haciendo tarea.
_Bueno Slu, aquí estoy, ¿que tienes que mostrarme?_. Slu se asustó cuando le hablé, luego se tranquilizó y dijo en voz baja:
_Muchacho, me temo, que estas en grandes problemas_.
_ Y ahora ¿Qué?_.
_Esto se trata de tu vida, hijo. La espada que encontramos es una espada malvada_.
_Las espadas son solo espadas, Slu_.
_Bueno, según esta historia no Ryger, escucha:
“La historia de EFE, el Forjador Diabólico”.

Hace no mucho tiempo, en una tierra no muy lejana, existió un hombre enamorado, un hombre entregado al amor de su vida: la forja, amaba el calor de su yunque, la fuerza de su martillo, y las creaciones que salían de sus manos: bellas piezas de guerra, dignas de un guerrero valiente y determinado.
Pero una vez, el amor le jugó traición…
Una hermosa mujer entró a su negocio solicitando un arma de adorno para una lápida, la cual sería dedicada a su difunto esposo que había sido soldado. El corazón del forjador quedó marcado con el luto de la bella mujer. De inmediato consiguió material para elaborar la pieza; puso todo su empeño y esfuerzo en la creación de la espada, sin embargo, el quería que esa espada fuera especial, y le dijo a la mujer que tardaría mucho tiempo. La mujer vio un buen corazón en el forjador y no le importó el tiempo que llevaría en crear el arma, incluso si el luto terminaba, ella tomaría el arma a su debido tiempo, pues el hombre prometió a la mujer que no le cobraría un solo centavo, una sonrisa de parte de ella, sería el precio ideal.
El forjador seguía dando forma y detalle a la espada, y pasó el tiempo, dos temporadas para ser exactos, llegó el otoño y la mujer dejó su luto, se olvido del dolor por la muerte de su esposo pero no de la espada. Visitó de nuevo al forjador para reclamar la espada, y el hombre contestó que no estaba terminada, la mujer de nuevo miró un buen corazón en el forjador, y le pidió que extendiera su mano, para tocarlo y decirle algo:
“Eres un hombre hermoso y de buen corazón, aun me cautivas más que mi esposo”.
El hombre se impactó por las palabras del cliente, y respondió con un:
“Toda mi vida se ha tratado de metal, armas y fuego, fundir mi corazón con el tuyo, sería un sueño”.
La mujer asintió, y quedaron enamorados el uno, del otro, era un amor intenso pero prematuro.
Un día, el forjador enfermó y la viuda buscó a un médico que aliviara a su amor, desgraciadamente, la mujer puso su ojo en el médico y lo atrapó con una mirada tierna. El médico, quedó esclavizado bajo la belleza de aquella señora.
El forjador se dio cuenta de lo que había entre Discordia, la mujer y Ogpe, su mejor amigo y médico, entonces decidió terminar la espada prometida, justo como la relación con Discordia. La noche que el forjador terminó la espada estaba lloviendo, había una gran tormenta fuera de la casa del hombre. Esta vez con todo su odio y desprecio, forjó el arma, escribió una leyenda sobre la espada y la maldijo.
_ ¡¿Como te miras ante tus ojos?! ¡Sufre por lo que me hiciste, Discordia!_. Gritando al aire, el hombre pronunció esas palabras, y escribió una nota en pergamino, luego, la amarró con un cordoncito de oro a la espada. Al terminar los preparativos, sacó la espada de su casa y la enterró en la tierra, después el hombre entró de nuevo a su casa, y le prendió fuego, con él dentro.
Días después, la noticia de la muerte del forjador llegó a Discordia, y ésta fue a visitar los restos de la casa de su antiguo amante acompañada por Ogpe. Encontró pues, la espada clavada en la tierra, y la nota que decía:
“Aquí yace la espada de tu difunto esposo, junto con mi alma, la promesa se cumplió, termina lo que empezaste. EFE.”

Discordia desenterró la espada, la empuño y la llevó a la tumba de su primer hombre. Desde ese día, nunca se volvió a ver a la extraña mujer, lo último fue, esa bella espada yaciendo en la lápida del “primer hombre”.
Se dice que la espada maldita, consumió a la mujer cuando ésta la tocó, es por eso que el arma fue llamada, La Espada Fantasma.
Hasta ahora, todo esto es solo una historia, por que la espada, nunca ha sido vista, y en la lápida del primer hombre, solo yace una espada de piedra.

_Y allí termina la historia_. Dijo Slu cerrando el libro que sostenía.
_No le entendí_.
_Chico, esto es algo serio_.
_ ¿Por qué?, ¿solo porque la descripción se parece a la espada que encontré?, es pura casualidad_.
_Te equivocas Ryger, ésta historia la escuchaste por primera vez aquí, pero es una historia antigua muy famosa, y el hecho de que encuentres la espada de la historia es una maldición, algo mortal_.
_Pero no son exactamente iguales, la leyenda no habla nada sobre la serpiente en la espada, y mi espada la tiene, ¿eso qué le dice?_.
_Que tiene un simbolismo. En culturas antiguas, la serpiente era representación de la discordia, como acto de separación entre hermanos. Además, en la leyenda hay una frase que está escrita en tu espada: “¿Cómo te miras ante tus ojos?” o algo así_. Slu tenía razón, eso si coincidía, entonces temí y como manifestación puse mi mano en mi frente.
_ ¿Qué sugieres que haga?_. Pregunté al sabio.
_ ¡Huye!_.
_ ¿Pero a donde?_.
_A donde sea, pero que la maldición de la espada no te alcance_.
_ ¿Eso que significa?_.
_Que cosas terribles te sucederán si la maldición te toca_.
_Exactamente, ¿Qué me pasará?_. Slu buscó en otros libros que tenía a la mano.
_Este texto describe a la maldición de la espada como una división del interior, esa división se convertirá en cacería cuando madure, la otra mitad de la victima irá tras la parte esencial, después la matará con una presencia fantasmal alrededor de ésta. Es como un suicidio no deseado_.
_Y… ¿Qué se supone que debó hacer para romper la maldición?_.
_Eso es lo que me preocupa, aun… no he encontrado nada_. Pude ver que el hombre con los libros tenía una cara de angustia, luego, yo bajé la mirada.
_Aunque…_. Oí al anciano y volví a levantar la vista, esperando lo siguiente. _Se dice que cuando un corazón se divide, debe ir a la Tierra de los espejos, y enterrar a su otra mitad_. Lo último lo había escuchado antes.
_Eso me lo dijo la muerte_.
_ ¡¿Te habló?!_.
_Si, no era como pensé, ni como dicen_.
_No te distraigas chico, podemos evitar una tragedia, ¿que fue lo que te dijo?_.
_Eso, lo de enterrar a mi otro yo_.
_ ¡Vaya!_.
_Pero, ¿Cómo se supone que enterraré a mi otro yo, si cuando me alcance moriré?_.
_Tal vez lo de “enterrar” signifique algo_.
_Pero ¿Qué?_. Obviamente, yo estaba preocupado.
_Aun no lo sabemos, por ahora, lo único que queda es viajar a el Este, hacia la Tierra de los espejos_. El viejo terminó de hablar.
Desde chico había escuchado historias sobre la Tierra de los Espejos, aunque siempre pensé que era un mito, tal vez yo vivía muy lejos de tal lugar, pero como dijo Slu: sería cuestión de tiempo para averiguar completamente lo que ocurría.
_Prepararé mi equipaje_. Le dije al viejo y corrí a la casa.
Encontré a mi papá en la cocina, y le dije lo que ocurría, obviamente de primer instante no me creyó.
_Papá, no tengo tiempo para tus incredulidades, si no quieres creerme, bien, pero mi vida esta en peligro y tengo que ser rápido_. Me sentí mal por la manera en que le hablé, pero no había más opción.
_Hijo, yo creí que lo que había pasado anoche te mantendría cerca de mi_. Mi papá habló con una voz que parecía que se iba a quebrar.
_Padre, agradezco tanto lo que hiciste, me hubiera gustado que el problema en el que estoy, no se hubiera atravesado. Pero créeme, eso que me dijiste ayer, me volvió mas fuerte y me dio una razón para seguir aun cuando mi vida esta en peligro. Si algo me pasa…_. Papá rompió en llanto. _Quiero que sepas que siempre te amé, no importando el trato que me diste, al fin y al cabo, ayer me di cuenta que era para mi bien_. Le sonreí con una lágrima en mi ojo, no podía creer que era el primer día con mi “nuevo” padre y solo lo disfruté unas horas. Me tuve que resignar, pero para que hubiera un bonito recuerdo de ese día, lo abracé y el me respondió igual, supe que estaba preparado para dejar mi hogar y avanzar a lo siguiente.
Lo que pasó segundos después, impactó mi vida, aun lo recuerdo claramente: estaba a punto de pisar el exterior de mi morada, y mis hermanos me esperaban afuera, como una salida triunfal, dos a cada extremo de la puerta, me detuve por lo impactante, luego volví a caminar, yo simplemente no lo podía creer.
_ ¡Suerte hermano!_. Gritó Damián, volteé y nos reímos a distancia, entonces corrí con una sonrisa de oreja a oreja hacia la casa de Slu. Sin duda, esa mañana estuvo llena de sorpresas.
Llegando con Slu, el viejo esperaba en su jardín con Aquiles a su lado, lo acarició y le habló al oído.
_Bueno, ¿nos vamos?_. Pregunté
_Creo que no estoy en condiciones para un viaje de tal magnitud, muchacho, tendrás que ir solo_.
_ ¡¿Qué?!... ¿Quiere decirme que después de todo esto iré sin usted?, ¡ni siquiera se a donde ir!_.
_Tampoco yo, pero te daré las primeras referencias_.
_ ¿Que referencias?_.
_Primero, ¿Qué traes en tu bolsa de viaje?_.
_Pues, no me cupo mas de 3 panes, 4 manzanas y 2 pescados_.
_Estas bromeando, ¿verdad?_.
_No, es enserio_. Respondí con una expresión de preocupación, y el viejo se golpeó la frente con su palma en señal de desaprobación.
_Estas olvidando lo básico_. Dijo, luego sacó una bolsa de viaje mucho más grande que la mía. _Toma esto, mete tu comida_.
_Entonces, ¿Qué es lo básico?_. Pregunté.
_Oh si_. Slu entró a su casa y sacó una hoja con muchos dobleces. _Toma_.
_ ¿Qué es?_.
_Ábrelo_.
De inmediato lo hice, pero me costó algo de trabajo; estaba muy bien doblado, después de unos 10 des dobleces encontré una enorme hoja de pergamino.
_ ¿Un mapa?_.
_Dijiste que no sabias a donde ir, esto te guiara_.
_Bueno, ¿y para donde queda el Este?_. En el mapa gigante, muy al extremo derecho aparecían impresas unas letras pequeñas que decían “Tierra de los Espejos”, según el mapa, hacia el Este era la dirección que llevaba a tal lugar, aunque de por medio habían muchos lugares que atravesar.
_Sabía que preguntarías algo así, por eso, conseguí esto_. Slu me enseñó una brújula. _Tu ya sabes como funciona, chico_. Luego puso el artefacto en mi mano.
_Bien, el Este queda para allá_. Apunté con mi mano hacia la puerta por donde había encontrado la espada días antes_.
_Creo que también necesitarás esto_. De nuevo el viejo sacó algo, esta vez, un libro gastado y con una pasta de papel amarillo. El título decía “Guía del viajero”.
_Y, ¿para que?, ¿no es suficiente el mapa?_.
_Yo también pensé que bastaba con el mapa, pero alguna información acerca de los lugares que visites no está de mas_.
_Bueno, entonces viajaré al Este_. Hice una pausa luego pregunté: _ ¿Cuánto cree que dure el viaje, Slu?, ¿unos 5 días?_.
_ ¡Claro que no, niño!, éste viaje durará a lo poco 2 semanas_.
_No puede ser, mi papá se preocupará mucho, además, no tengo tanta comida_.
_Por tu padre no te preocupes, yo hablaré con él, y en cuanto a la comida tendrás que conseguirla con tus propias manos_. Escuché, luego asentí, escondiendo mi miedo con una mirada de seguridad. _Te acortaré el trayecto_.
_Ah si, ¿Cómo?_.
_Te llevarás a Aquiles, es rápido y una amenaza contra los bandidos_.
_ ¿En serio?, ¿tu amado Aquiles?_.
_Claro, lo necesitarás mas que yo_. Luego miré al lagarto con cariño y noté que tenía algo colgando al costado, y no parecía un asiento_.
_Slu, ¿Qué es lo que lleva Aquiles colgando?_.
_Tu espada, tu espada fantasma_. Me sorprendí, sentí que me volvía adulto.
_Hay algo que no entiendo_. Acaricié las escamas de Aquiles preguntando. _ ¿Por qué se llama la Espada Fantasma?_.
_No lo se, supongo que es un nombre que les pareció interesante a los que hicieron conocer la historia, tu sabes… leyendas urbanas y costumbres locales_. Slu acarició su barba cana y dijo: _Lo que me sorprende, es que una leyenda tan ajena a éste lugar, haya llegado aquí_.
Yo no presté mucha atención a lo último que dijo el viejo, aun cuando fui yo quien pregunté, monté entonces al animal prestado.
_No hay tiempo que perder, ésta charla ha durado mucho_. Dije.
_Una última cosa, Ryger, el camino a donde vas te dirige al valle, y pasando ese valle, las cosas no son como las conoces… me refiero, que hay cosas que desafían las leyes de la naturaleza, cosas que son imposibles_.
_Algo como… ¿magia?_.
_Tal vez, solo quiero que tengas cuidado, y siempre espera mas de lo que esté a tu alcance, no todo es lo que parece, ¿de acuerdo?_.

_De acuerdo, ¿algo mas que deba saber?_.

_Si, a Aquiles le gustan las bromas, no lo molestes y todo saldrá bien, también cada vez que quieras que avance, cachetea su cuello y te sorprenderá.
_Bueno, hasta luego anciano_.
_Cuídate Ryger_.
Después de ese último intercambio de palabras, suspiré, aun no tenía el valor para salir de la puerta enorme sin mirar hacia atrás, observe la despistada apariencia de Aquiles, e intentando que me entendiera le hablé:
_ ¿Listo amigo?_.
El animal solo sacó la lengua y cerró los ojos, supuse que entendió algo (con eso de que los animales sienten el propósito del corazón), en ese momento era como la hora decima, el calor iba a ser insoportable después, volví a mirar al lagarto e intenté hacer lo que dijo Slu: cachetear el cuello de Aquiles. El animal gruñó, levantó la cabeza y quien sabe como corrió a una velocidad altísima, casi me caía del lomo del lagarto pero me sujeté a su cuello. Rápidamente llegamos al bosque que quedaba fuera de la puerta de Eudora y recordé la imagen de los hombres consumidos por “la presencia fantasmal” cuando pasé por un lado del lugar donde se suscitó tal hecho. Era una sensación increíble el sentir el viento rompiéndose en mi cara, el acariciar las hojas de los robles con la punta de mis dedos y escuchar levemente el sonido de las aves tras de mi.
Todo iba bien pero…
_ ¡Detente Aquiles! ¡Nos vamos a caer!_. Yo nunca había llegado tan lejos fuera de Eudora, y nunca me había percatado de que un enorme barranco estaba al final del bosque de bosque, lo peor es que Aquiles era muy necio, no se detenía, solo alzaba su cuello orgullosamente, luego nos encontrábamos en el borde del voladero, el animal se detenía con sus garras pero no funcionó, cerré mis ojos para intentar no ver mi muerte, y al sentir una caída de 80 grados, volví a abrirlos por curiosidad.
Algo raro sucedió entonces: Aquiles caminaba como si nada sobre las piedras del barranco, como si la gravedad estuviera a nuestro favor. Razoné un poco y entendí lo que pasaba: Aquiles era un lagarto de montaña, tal tipo de bestia tenía una magnífica adherencia a las superficies que pisaba, no importando que la superficie no fuera horizontal, solo era cuestión de que me sostuviera fuerte del reptil para no caer, vaya que esos animales si hacen referencia a su nombre, “lagarto de montaña”, nunca salgas de casa sin uno.
Minutos después estábamos en el suelo, Aquiles me dio un lengüetazo cuando baje de él. Me sacudí el polvo y miré en donde estaba; me encontraba pisando justo el lugar que vi cuando morí, el hermoso valle verde y lleno de vida. Me encontraba mirando el horizonte poblado por enormes pinos y frondosos árboles, que junto con un río de fuerza intensa y el agradable olor a hierba mojada, adornaban tal hora pasada del mediodía, estaba parado en una piedra a punto de llegar a la corriente de agua, junto con Aquiles, salté piedra por piedra una fila de ellas para llegar a un extremo terrestre, lleno de árboles también. Habiendo llegado tierra firme, monté de nuevo a la bestia y le dije cerca de lo que se supone que es su oído, que no volviera a asustarme así, el lagarto volvió a sacar la lengua, avanzamos por la orilla del río y entre las sombras de esos gigantescos complejos de vegetación.
Después de horas montando en el bello lugar, le propuse a Aquiles un descanso (aunque tal vez no me entendiera), yo bajé, y el lagarto se arrimó a tomar agua y atrapar algunos peces, pero no tuvo mucha suerte, atrapó solo dos, yo comí una manzana y un pedazo de pan de mi equipaje. Aquiles me dio lastima, le arrojé la cabeza de un pescado e inmediatamente lo tragó.
_Al menos disfrútalo_. Le hablé al animal con intenciones de no aburrirme.
Dejé que Aquiles jugara con los animales del río, mientras yo me sentaba bajo un árbol a leer la “guía del viajero”. Era un libro interesante, dividido en secciones según los puntos cardinales, cada sección tenía lugares importantes de las ciudades destacadas. Busqué en la sección del Este; la última página llevaba por título “Tierra de los Espejos”. Ese nombre comenzaba a fastidiarme, aun así leí lo que decía el libro:
La Tierra de los espejos, es un lugar extraño, situado en lo mas lejano del Este, actualmente se encuentra casi deshabitado, frío, y lleno de cristales de todos tamaños, de allí viene su nombre, además, la vegetación es igual de rara, son solo troncos de vidrio con flores de carbón dulce, es por eso que la falta de oxígeno, vuelve al lugar muy peligroso, y no solo eso, también las criaturas que se esconden entre las formaciones de cristal: Reptiles de dos metros con capacidad de camuflaje, y formaciones de cristal con vida.
En el centro del lugar hay una colosal elevación del mismo material, el problema es llegar a la cima. Tal elevación es llamada “El plato” pues la parte superior es magníficamente redonda y se sostiene de una base puntiaguda. Físicamente es imposible alcanzar el tope de El Plato a excepción de viajes aéreos. Se dice que hay una construcción en lo más alto del plato, también se dice que es usado para romper maldiciones de división interna, pero hasta ahora, nada es absolutamente comprobado.
Definitivamente, no es un lugar turístico ni aplicable para unas vacaciones en familia.
Al terminar de leer, miré bajo el párrafo y estaba dibujada una figura, obviamente era la de “El Plato” y era exactamente como la describían. No podía imaginar como completaría mi viaje, al menos sin alas o algo con que volar.
Me levanté y cerré el libro, le chiflé a Aquiles, rápido volteó y se acercó.
_ ¿Listo?_. Pregunté al animal y éste de nuevo sacó su lengua, entonces entendí que esa expresión era un si, o un: estoy feliz. Le mostré una sonrisa y de nuevo viajamos juntos.
El cielo empezó a volverse dorado por el crepúsculo, y supe que era momento para buscar un refugio, la mejor opción eran los árboles, pero no estaba muy seguro. Luego de minutos, el cielo dorado se tornó azul oscuro, después se escucharon los aullidos de los lobos (si es que eran lobos).
_Aquiles, tengo que confesarte que siento miedo_. Dije, luego Aquiles gruñó.
_ ¿Te parece si dormimos sobre un buen árbol?_. El lagarto no sacó la lengua, movió rápidamente su cuello tras haber oído un ruido en los árboles, se quedó paralizado y atento viendo hacia la vegetación.
_ ¿Qué… qué oíste?_. Yo intenté mirar entre los robles, pero, no vi nada, aun así, las habilidades humanas no se comparan con el instinto de un animal. Esperé un poco, y pude ver que salía una niebla densa de las copas de los pinos y árboles, supuse que era normal en la noche, pero recordé lo de la “presencia fantasmal” de la maldición, retrocedí rápidamente junto con Aquiles, un segundo después tres figuras con textura de roble, con forma y tamaño de persona surgieron de los troncos. Las figuras se miraban macizas, y sostenían algo parecido a un mazo formado de ramas anchas.
Cuando se acercaron mas, me fijé en los detalles: sus parpados estaban cerrados al igual que sus labios, pero obviamente no iba a mirar demasiado o sería lo último que hiciera.
La niebla se expandió, y no se porque, pero no reaccioné correctamente, me quedé esperando a que me atacaran las figuras de roble, parpadeé entonces corrí un poco. Las creaturas se miraban lentas, pero al igual que yo, corrieron arrastrando su arma, Aquiles me defendió, pisoteando a un monstruo, que de inmediato se deshizo, pero aun quedaban dos. Rápidamente saqué la espada que cargaba el lagarto en su costado, la empuñé pero no estaba acostumbrado y se me cayó.
Aquiles fue a perseguir a uno, dejándome solo y desarmado con el otro. Quise levantarme, pero el humanoide fue más rápido y me golpeó con su “mano”, yo caí al piso, y se subió sobre mi, entonces cuando iba a aplastar mi cabeza con su mazo, levanté mis piernas y lo hice volar por un momento, también cayó en el río que estaba cerca, respiré de alivio y me dirigí a buscar a la mascota.
Encontré a Aquiles, machacando a la figura de roble. Los dos mas tranquilos, seguimos nuestro camino, aunque teníamos que pasar por donde fue el primer encuentro, justo donde tiré al monstruo al río.
Al llegar, nos encontramos una sorpresa desagradable…
En el sendero cerca del río (por donde íbamos primero), había otras diez figuras de madera paradas justo frente de nosotros. Lo más macabro, fue cuando noté que el hombre de roble que estaba mas cerca, sonrió aun con su boca y ojos cerrados. Yo seguía sosteniendo la espada, y fue en ese momento en que me armé de valor y corrí para intentar acabar con la amenaza. Detrás de mí, Aquiles avanzaba a mi paso, listo para pisar a los primeros que encontrara. Entonces al mismo tiempo atacamos, blandí mi espada mientras el lagarto se levantaba en dos patas.
Mi arma chocó con la cabeza de un humanoide al igual que las patas de Aquiles contra dos de nuestros enemigos. Me di cuenta que la espada tenía un filo impresionante, pues rebanó con gran facilidad el cuello de mi blanco.
Cuando vi que me sería muy difícil enfrentar a todos decidí correr por entre sus cuerpos, moviendo mi espada de lado a lado para intentar dañar a alguno. Al cruzar al otro lado, llamé a Aquiles y me siguió. Con unos reflejos que ni yo me creí, salté al lomo de la bestia para aprovechar su velocidad y perder a los “hombres rama”. Por un momento fue así, jineteando con el reptil a gran velocidad a punto de caer al río, pero desde la mañana, cuando pensé que moriría al caer de un barranco, le tuve fe a la habilidad de Aquiles.
Sobre el cielo había una enorme y plateada luna alumbrando el estrecho camino. Pudo haber sido una hermosa noche si el desperfecto anterior no se hubiera presentado, aun así, supe que en mis ojos había una nueva emoción: valentía, y estaba que reventaba por ser estrenada, después de tantos años de sumisión. Mi mente decía mientras me agarraba de la mascota: “Desearía que papá viera esto”.
Mi sonrisa se borró de la cara al ver mas monstruos corriendo y saltando sobre las copas de los árboles, acortando camino para alcanzarnos. Vi que uno tenía mucha decisión por saltar hacia nosotros y le grité a Aquiles para que se moviera a la izquierda, al lugar más cerca de los árboles. Cuando la criatura brincó, cayó al río.
Al girar un poco en una curva me fije que el camino era divido por un enorme barranco, sin embargo, el largo camino del río y un puente llevaban al otro lado, obviamente nos dirigimos por el puente. Los monstruos saltaron juntos hacia nosotros, luego, tras haber llegado a tierra firme de nuevo, corté con la espada, las cuerdas que sostenían el puente, los humanoides cayeron por un profundo y oscuro vació destinado al fin.
Giramos para asegurarnos que todos habían caído, pero una silueta oscura parada en los robles, se dio la vuelta y desapareció entre la niebla.

Capítulo III: El jinete Enano.

Me olvidé de preocupaciones y deje caer sobre el abundante pasto que pisaba. Lo último que vi esa noche, fue un hermoso cielo estrellado.
Cuando desperté en la mañana, todo era muy claro, el sol era suave, y la brisa mañanera recorría mis brazos y cara. Me levanté para ver alrededor y asegurarme de que todo estaba bien, Aquiles seguía echado en el césped, entonces lo levanté con un pequeño silbido. Todo era perfecto, así que, nos preparamos para almorzar. Puse la bolsa de viaje en el suelo para registrar su contenido, y me topé con un suculento pescado, desafortunadamente, no estaba cocinado. Me hice una idea de cómo iniciar una fogata, pero en medio del pasto lo único que iniciaría sería un desastre. Tras unos minutos de meditación, miré de nuevo en la bolsa, y saqué la guía del viajero, supuse que encontraría algo útil, y para mi suerte, en las primeras páginas había un título que decía: “Notas importantes para la aventura”. Seguí leyendo y los subtítulos enseñaban a hacer cosas necesarias, como curar una herida, conseguir alimento de animales y, justo lo que necesitaba… cómo hacer una fogata. Leí despacio el párrafo indicado, y seguí los pasos exitosamente, solo recogí unas piedras y las use como “aislante” para no incendiar el lugar, después junté unas ramas y formé la fogata, entonces la encendí frotando otros dos pedazos de árbol.
Tras pasar un rato, admiré ante mi un pescado friéndose lentamente sobre las brasas, tengo que admitir que comencé a babear en ese momento, pero quedé satisfecho tras un almuerzo no-hogareño y me reía cuando miraba a Aquiles comiendo hojas de los árboles… y pensar que le di carne.
Era divertido dejar el “nido” y jugar al aventurero, sin embargo, esto no era un juego, era una búsqueda para remendar las cosas y encontrar la libertad. No era que viviera prisionero, pero no es cómodo vivir sabiendo que te persigue un ser malvado dispuesto a acabar con tu vida.
Con mi estómago mas lleno, me sentí preparado para avanzar todavía por la parte más alta del valle, que a juzgar por el camino que llevaban los árboles, llegaría a una cascada, y de nuevo retomaría el camino que llevaba a un pantano.
Obviamente había echado un ojo al mapa, sin él estaba perdido… literalmente.
Volví al lomo de Aquiles y le pegué una cachetada en el cuello, pues teníamos que apurar el paso, no eran unas vacaciones turísticas. De nuevo, el animal casi me tiraba, otra vez me sujeté de su cuello, y miré como despegó el césped de la tierra por la gran velocidad que aplicó. Aunque sabía que la razón por la que estaba en ese lugar era peligrosa, disfruté el momento, el paisaje, el clima y la adrenalina que montar rápidamente me causaba.
Seguimos “galopando” entre los árboles esquivando ramas y hojas, cuando de pronto, tras nosotros, aparecieron más monstruos de madera. Vaya que eran necios.
Esta vez, me sentí con la seguridad de rebanarlos sin remordimiento con mi espada. Bajo la sombra de las verdes hojas se libraba una batalla, y una con mucha desventaja, pues nuestros perseguidores venían en una cantidad mayor a la de anoche, sin embargo, Aquiles y yo éramos más rápidos. Por un momento, creímos que los habíamos perdido, pero no, esas cosas andaban sobre los árboles otra vez.
El riesgo aumentó cuando los atacantes comenzaron a arrojar sus mazos, Aquiles tenía que esquivar las armas y la vegetación, debía de tener una gran percepción para lograrlo, por suerte, Aquiles era un reptil. Luego un monstruo se lanzó hacia nosotros y cayó sobre el lomo del lagarto, pero no se sujeto bien, y llegó a la cola de la mascota. Era chistoso ver como el humanoide era arrastrado por el suelo, hasta que tomé una decisión y le corté los brazos.
Me desesperé pues los monstruos-rama atacaban a distancia, y yo tenía una espada de medio alcance. Aquiles seguía corriendo, pero en un momento, me agaché más para tomar una piedra, la cual usé para derribar a uno de esos fenómenos, y por efecto domino, “tiré dos pájaros de un tiro”.
En una parte de la arboleda, había una superficie del tamaño de un quiosco sin pinos ni árboles, desierto de vida, solo un tronco cortado y un halo de luz proveniente del cielo, aun así estaba rodeado por gran cantidad de anchos árboles y muy juntos, nos detuvimos a ver que dirección tomar, pero los que iban tras nosotros, aprovecharon nuestra parada y nos rodearon con gran malicia.
_ ¿Qué es lo que buscan?_. Les grité con angustia. Pero al parecer ninguno hablaba, y todos quedaron inmóviles, hasta que el más grande de los que estaban allí, despegó con dificultad sus resecos labios de roble y habló con una voz demoniaca.
_Es hora de que se consuma la maldición_. Me di cuenta que los monstruos eran manifestación de mi otro yo, eso explicaba la niebla que brotaba de las copas de los árboles la noche anterior, y también la niebla que comenzó a dispersarse por el lugar del halo de luz, hoy era día de pagar las deudas.
_De ninguna manera_. Dije y saltando de la mascota, partí en dos al que habló, y los demás se movieron inmediatamente para atacarnos.
Yo no tenía habilidad con las armas, pero el amor a mi vida fue mas fuerte que el peso de la espada, de alguna manera pude blandirla y defenderme. En esos momentos, todo el tiempo se apresuraba, mi corazón latía en exceso, y las milésimas de segundos eran decisivas, me movía de lado a lado para evitar los golpes de los mazos, y mi espada me acompañaba violentamente en los ataques, toda mi percepción se veía tan cerrada, como cuando se sueña.
Torcí un poco el cuello para ver que hacía Aquiles: sin preocupación movía su cola para tumbar a los feroces atacantes y con sus patas, pisaba otro par. Eso me motivó a seguir. En poco tiempo la cantidad de hombres-roble bajó, y tuve mas espacio para moverme, al final del ataque, nos encontramos el lagarto y yo jadeando, cansados y muy aliviados al mismo tiempo. El animal se echó otra vez al suelo, y me recosté a un lado de él.
_Eso… eso estuvo bueno, ¿no?_. Dije casi sin respiración y con una sonrisa muy amplia. Me di cuenta que Aquiles sacó la lengua. Me reí de gusto. Volví a sacar el mapa, y traté de interpretarlo otra vez, según yo, estábamos más cerca de la cascada, la que nos llevaría al siguiente lugar.
_ ¿Te gusta nadar, Aquiles?_. El lagarto guardó su lengua, imaginé que eso era un no. Volví a reír.
Monté de nuevo, y ahora supimos por donde ir, pero el acceso era imposible, teníamos que atravesar todos los arboles, intenté cortarlos con la espada (al fin que pude cortar a los hombres-rama), pero eran muy anchos, era simplemente imposible. Nos pusimos a dar vueltas en el lugar, viendo al halo de luz y al tronco, y no se nos ocurrió nada, Entonces me senté en la cepa que yacía en medio del lugar, y mirándola por en medio de las piernas, vi unas letras muy minúsculas, me paré para ver más de cerca, y se podía leer algo:
“La puerta para pasar, es de la misma esencia que la llave”.
“¿Un acertijo?, ¡pero eso ni siquiera tiene rima!” pensé, y traté de entenderlo.
_ ¿Que tal si…?_. Se me ocurrió una idea, la puerta, tenían que ser los árboles, o al menos un camino entre ellos, y la llave, algo parecido a la puerta, o sea el tronco iluminado por el halo. Golpeé la cepa con la espada a ver que pasaba, y de inmediato, detrás de mí, unos árboles comenzaron a caer, como si fueran cortados, y formaron un sendero oscuro bajo la gran cantidad de copas, subí de nuevo a Aquiles y avanzamos por el sombrío camino.
Y así fue por un tiempo, caminando por un camino estrecho y sin luz, hasta que vi algo brillante que me lastimó la vista, no nos detuvimos, avanzamos más rápido. La cosa brillante creció de tamaño y supe que habíamos encontrado la salida, también escuché un sonido fuerte de agua. Si, definitivamente, era la salida. Atravesamos un último árbol y encontramos ante nosotros una corriente de agua reluciente, cristalina y poderosa, que junto con el reflejo del sol la hacía parecer que llevaba diamantes en vez de agua. Era una vista hermosa, una muestra asombrosa de las riquezas de un Creador magnificente.
Salimos de las sombras, y nos mantuvimos en el borde de la tierra para no caer a la fuerte corriente, miré que Aquiles no quería meterse al agua, así que la única manera de llegar a la parte inferior era saltando, pero podía ser un acto suicida. Decidí confiar en las habilidades del lagarto y subiéndome a él, volví a darle una cachetada y corrió hacia la gran caída, le di otra cachetada para que acelerara mas, lo que provocó que brincara del borde, y yo con mucho vértigo, cerré los ojos esperando que Aquiles pudiera pegarse a la rocosa superficie terrestre por la que caíamos, sentí el viento y la caída, entonces, el viento se detuvo y la fuerza gravitacional, y comenzó una salpicadera de agua en mi cara. Abrí los ojos y si, estábamos en un lado del agua de la cascada, todo se venía abajo, también la presión de la sangre.
_ ¡Lo hiciste Aquiles!_. Le celebraba al animal y se alegró sacando la lengua. Pudimos entonces caminar por el terreno vertical y llegar de nuevo a un río, como seguimiento de la cascada. Esta nueva parte del valle era mejor: con frutos más grandes y hermosos, con un agua más brillante, y con árboles de firmeza increíble, además de figuras gigantes de piedra yacientes en un arco colosal que atravesaba el río de extremo a extremo, era como lo había dicho Slu: una tierra fantástica.
Las aves volaban con mas frecuencia y ni una nube se miraba, los peces nadaban en armonía con las ranas y los sapos.
Un lugar utópico, digno de fábula, del que nacía vida en cada rincón. Se respiraba un ambiente fresco, donde también habitaban animales terrestres, como venados y otras extrañas creaturas cornadas y con colas muy largas.
Recorrimos más y mas, entonces vi que sobre un alto árbol flotaba en gran cantidad, algo parecido a pétalos de oro, que se adherían a toda la demás vida, incluso se adhirieron a Aquiles y a mi, y desaparecían al instante, lo que sentía, por mas inexplicable que fuera, era una esencia gloriosa, era un mundo perfecto, donde no sentía calor ni frío, decidí que podíamos descansar un poco allí y tomar agua y provisiones.
Al sentarme en el suelo y ver el río, no pude evitar echarme a correr hacia él y quitarme la ropa para refrescarme, nadé un poco y miré a Aquiles echado en el césped con ganas de entrar, pero no se animaba. Invité al lagarto a entrar al delicioso líquido vital, de inmediato corrió y se aventó vigorosamente. Después de jugar un rato, tuve mucha hambre y regresé a tomar mi bolsa de viaje, pero ya no quedaba nada de comida, tal vez se cayeron en la persecución de hace horas, o al bajar la cascada, lo único que quedó, fue una manzana, el mapa, la guía y la brújula. “Menos mas que lo básico quedó intacto” Pensé tratando de ser optimista.
De alguna manera tenía que conseguir comida, y yo sabía que Aquiles podía comer las hojas de alguna planta. Entonces me puse a escalar los árboles y pinos en busca de lo que fuera. Si, a tal grado era mi desesperación, jamás había pasado tanta hambre.
Subí al árbol mas pequeño que encontré, pues todos eran enormes, y me era difícil llegar a la copa. En fin, al árbol que pude subir, le hallé coloridas y grandes frambuesas que me hicieron agua la boca. Iba a arrancar el fruto desde la rama cuando... una flecha mas rápida que yo, hiso caer las frambuesas, y obviamente a mi me asustó.
_Que deliciosas frambuesas_. Dijo una voz masculina bajo el árbol. Luego me asomé a ver quien era.
_ ¡Oye tu! ¡Has arrancado mis frambuesas!_. Grité enojado. Luego, el que había hablado antes, se asomó también y bajé del árbol.
_Pues, que yo sepa, los frutos de cualquier árbol del valle no pertenecen a nadie_. Contestó un joven maduro, alto, de fuerte apariencia, con ropas extrañas y que sostenía un arco en una mano, y las frambuesas en la otra.
_Pero apenas iba a comerme las frambuesas y casi me cortas un brazo con tu flecha_.
_Pues lo siento, pero, si no te has dado cuenta, hay miles de árboles por aquí_.
_No te quieras pasar de listo_. Me preparé para atacarlo con mi espada.
_Tranquilo amigo, no hay por que enojarse…_. El muchacho me aventó la fruta con mucha seguridad hacia la cara, pero reaccioné rápido y las agarré. _Si te urge tanto, trágatelas pues_. El arquero se dio la vuelta y camino hacia otro árbol. Me enojé aun más y lo seguí con la espada en mano, lo amenacé con ella.
_ ¡Mas respeto por favor!_. Y puse mi espada cerca del cuello del extraño. Entonces éste giró hacia mi sonriendo, sacó una navaja y mirándonos a los ojos, intento dañarme, pero antes de que pudiera hacer un solo movimiento, Aquiles salió tras de mi, parado en dos patas, intimidando al otro.
_ ¿Quién eres?_. Cayó al suelo y preguntó.
_Soy Ryger Stone, de Eudora_. Exclamé.
_ ¿Y qué es lo que buscas?_. Siguió preguntando el arquero tragando saliva.
_Libertad_. Hubo un silencio, luego ayudé al joven a levantarse tendiéndole una mano. El extraño agradeció y se disculpó, luego, siguió preguntando:
_Y… ¿Qué clase de libertad?_.
_Una libertad interior_.
_ ¿A que te refieres?_.
_Es complicado_. Contesté, supuse que no le importaba nada al desconocido, pero aun así le conté lo que pasaba. _Caí en una maldición, una en que mi propio corazón me quiere destrozar_.
_ ¿Una enfermedad?_.
_No, una división_. El extraño hiso un gesto raro.
_Uh, amigo, tendrás que viajar mucho si quieres romper la condena, tienes que ir a la Tierra de…_.
_Los espejos_. Interrumpí. _Ya lo se, voy hacia allá_.
_ ¿Enserio?, eres nuevo por aquí, ¿no?_.
_Si_.
_Necesitarás un guía_.
_ ¿Qué tan lejos me puedes llevar?_.
_Puedo llevarte a mi aldea, podrás quedarte si quieres, luego te daré direcciones para que llegues a tu destino, ¿te parece?_.
_Por supuesto_. Los dos sonreímos, y nos dimos la mano, era mi día de suerte.
_Sígueme_. Dijo el desconocido, entonces, fui detrás de él junto con Aquiles comiéndome las frambuesas. Volvimos a adentrarnos en los árboles, para cortar camino en una amplia curva. Al llegar al otro lado, me encontré con una barca pequeña.
_Por cierto, me llamo Idon, un placer_. Dijo el varón, sonreí y respondí.
_Mi nombre es Ryger, Idon_.
_ ¿Crees que tu cosa pueda nadar y seguirme el paso?_.
_ Se llama Aquiles, y espero que si_.
_Bueno, pues no hay tiempo que perder_. Entonces Aquiles se echó al agua y yo subí sobre él. _ ¿No preferirías subir a la barca?_.
_Quiero saber de que es capaz éste lagarto_.
_Bueno, es tu decisión_.
Idón comenzó a remar y Aquiles a aletear, se que hacer planes espontáneos con desconocidos podía ser mala idea, pero nada me dio mala espina. Idon no lucía como un bandido, o un ladrón, tenía aspecto de ser cazador, y cargaba con un porte impactante.
Tranquilamente viajamos por las dulces aguas, dejándonos llevar por un viento muy suave, Aquiles parecía muy feliz de nadar, por lo que la tarde, al igual que la mañana completa fue placentera. El sol lanzaba sus rayos hacia mí, y acariciando el agua por la que iba, comencé a quedarme dormido en el lomo del animal.
_Sigue a Idón y su barca, Aquiles, ¿de acuerdo?, despiértame si algo pasa_.
Cerré mis ojos y quedé en blanco por unos momentos, luego empecé a soñar:
Iba caminando por un camino empedrado, y el cielo estaba claro, me detuve a oler las flores que marcaban los extremos de la senda, ésta era recta, pero se perdía en el horizonte que se difuminaba con una niebla. Mi subconsciente recordó que la niebla era señal de persecución de parte de mi otro yo, pero escuché una voz, muy parecida a la mía, podría decir que idéntica, y se oía desesperada, a gritos decía:
_ ¡Sálvame!, ¡Sálvate!_. Yo me vi en la necesidad de ayudar a quien gritaba, corrí por el camino, pero aunque avanzara y avanzara, el sendero parecía infinito, y poco a poco, la niebla se expandía más y el color del cielo palideció, tornándose gris. Me di cuenta que el aspecto del panorama empeoraba conforme corría, y volteé hacia atrás para ver que pasaba, pero el camino detrás de mi se iba borrando, ante mis ojos parecía una hoja de pergamino que iba siendo mojada, entonces seguí hacia el frente. La voz se escuchaba más fuerte y comenzó a llover, yo ya jadeaba. Mi sudor se confundía con las gotas tan pesadas que caían despiadadas, ya no aguanté mas y resbalé. Adolorido me levanté, y seguí corriendo, luego, todo lo que veía se empezó a oscurecer, pero no como cuando anochece, no, la oscuridad era total. Cuando llegué al grado de que no ver nada una vela encendida apareció sobre mi cabeza y otra flotando a un lado de mis pies. Obviamente yo no reconocía que lo que estaba viviendo era un sueño, por eso todo aunque no tuviera ni el más mínimo grano de sentido, parecía tenerlo.
Avancé ahora mas despacio, por la incertidumbre de lo que podía haber unos metros frente a mi, y los escalofríos me recorrían, pues los gritos desgarradores no cesaban, y así caminé de a poco, hasta lograr ver una antorcha, que descansaba sobre un fierro a un lado de una puerta. Los fundamentos físicos y naturales, eran puestos a un lado. Al acercarme a la puerta, la abrí, imaginando que sería una salida a ese lugar tan extraño, y al pasar al otro lado, pude ver, con el poco alcance de mi vela superior, una persona viendo hacia un punto.
El terror me invadió, pero aun así, no pude tomar el control del sueño, y toqué el hombro de quien fijo se paraba atento a un espejo.
Cuando la persona a quien toqué se dio la vuelta, solté un grito, pues mantenía mi aspecto, mis facciones, pero algo cambiaba en esa copia mía… que su estructura era de madera, y sus manos tenían forma de hacha. Las cuencas en sus ojos lo hacían ver muerto, como un cadáver tallado en roble. Y lo que vi a continuación ya lo había visto antes, y causo la misma sensación de miedo: La creatura sonrió fríamente. Me alejé de un salto y miré al espejo que el otro observaba, y no había nada, no reflejaba lo que debía, solo luces blancas, unas que nunca había visto.
La creatura que esperaba del otro lado de la puerta, me tiró al suelo, para luego abrir mi pecho con sus hachas y sacarme el corazón, luego morí en el sueño, y despertando de la pesadilla, caí al agua por la que viajábamos.
Fue muy extraño ver mi corazón saliéndose de mí, y luego estar entre aguas cristalinas que me aliviaron.
Salí a la superficie, me subí a Aquiles, luego me puse a reflexionar sobre lo que soñé, pero mis pensamientos fueron interrumpidos por la voz de Idón.

_Aun es muy temprano para dormir, Ryger_. Sacudiéndome el pelo, hablé.

_Si lo se, es solo que algo me preocupa_. El otro varón volteó a otro lado y dijo:
_Si, definitivamente algo no está bien, estas aguas hoy están mas intranquilas_.
_ ¿A que crees que se deba?_.
_No tengo idea, sea lo que sea, no es buena señal_. Terminó Idón viendo al cielo. Entonces nos movilizamos por otro par de horas en el valle, y conforme avanzábamos, el viento movía más las hojas de los árboles, llegamos a una parte donde toda la vegetación cubría el cielo, y oscureció el crepúsculo dorado que tras nosotros venía.
_Que raro…_. Dije.
_ ¿Qué?, ¿Qué es raro?_.
_Nada, me siento en una cloaca_.
_Si, siempre pienso lo mismo cuando paso por aquí_.
_ ¿Aun falta mucho para llegar a tu aldea?_.
_No tanto, pasando éste pantano llegaremos_. Hubo un silencio, mientras veía un triste aspecto en los nuevos arbustos, el fango y las ramas deshojadas del lugar. Me percaté, que una leve capa de niebla cubría el agua oscura por donde navegábamos.
_ ¿Es normal la niebla en el agua?_. Seguí preguntando.
_En lo absoluto, esto es un pantano, pueblerino_. Contestó Idón.
Sonreí, me despreocupé y acaricié la piel escamosa de Aquiles. Mi mente me engañó, cuando volteé a un lado, me pareció ver un hombre-rama, sacudí mi cabeza y me di cuenta que eran ideas mías.
El viaje en el pantano no tuvo ningún inconveniente, llegamos a una orilla y bajamos de nuestros transportes.
_Bueno, bienvenido a la Aldea Alta_. Dijo Idón, entonces miré que el pantano había quedado atrás, al igual que el aspecto triste. Ante mí, había un bosque de grandes pinos y arboles de fuertes troncos, pero ya comenzaba a anochecer, luego, una flecha ardiendo en llamas, encendió una antorcha, después otra mas cayó de lo alto y prendió otra antorcha, y así sucesivamente hasta que un camino de antorchas, iluminó para que pudiéramos ver, mis ropas estaban diseñadas para un clima mas frio, como la montaña, por lo que llegar a un bosque me causó calor, y de inmediato, me levanté las mangas.
_ ¡Gracias Ignisol!_. Gritó Idón a los árboles, un chiflido fuerte le fue devuelto del mismo lugar.
_Entonces, aquí es donde vives ¿eh?_.
_Si, no esta mal, la gente es buena, trabajadora, y siempre hay algo bueno que comer_.
_ ¿Como encendieron las antorchas?_ Yo me había quedado con la duda y pregunté.
_Ah, claro, un arquero, Ignisol, espera a que el sol se esconda y las enciende_.
_Por supuesto_. Me quedó clara la explicación y me reí.
_Ven, te presentaré con la gente_. Yo caminé tras de él. Pero el bosque parecía deshabitado, entonces Idón gritó: “bajen la escalera”, y luego, arrojaron una hecha de madera desde lo alto de los árboles, para después subir por ella.
_ ¡Espera!, ¿Cómo subirá Aquiles?_. Me preocupé y dije. Pero para entonces, el lagarto ya iba trepando por un tronco grande. Idon y yo reímos y subimos.
_Pronto veras lo interesante que es mi hogar_. Dijo sonriendo el que me acompañaba.
Habiendo subido por la escalera, un nuevo mundo se presentó ante mis ojos, pues, la aldea a la que se refería Idón, estaba sobre la alta, tupida y fuerte vegetación. Supuse que de ahí obtuvo su nombre, “Aldea Alta”, si, tenía mucho sentido.
Me fascinó el aspecto del pueblo, lleno de puentes colgantes, chozas grandes de madera, murallas del mismo material, y hasta el fondo de toda la ciudad, un colosal árbol que sostenía algo parecido a un palacio colgante.
Una antorcha mas esperaba a un lado de nosotros al subir, luego llegó un hombre que tenía ropas similares a las de Idón, y se saludaron golpeándose los hombros.
_ ¿Que tal el valle el día de hoy?, eh Idón_. Dijo el que había llegado.
_Igual que siempre, aire fresco, buen clima, y nada de problemas_.
_ ¿Encontraste al Cypareo?_. Preguntó el otro, y yo obviamente no entendí la palabra que mencionó.
_Solo sus huellas. No pude alcanzarle el paso, y terminé pescando_. Al dejar de hablar Idón, el otro hombre me miró entrecerrando los ojos.
_Veo que has traído a un extranjero, y a su mascota, y a juzgar por sus ropas, se que son de lejos_. Exclamó el desconocido.
_Si, mi nombre es Ryger, y éste es Aquiles_. Me acerqué al otro y le extendí la mano para saludarlo, pero, como que no entendió lo que el gesto significaba.
_Areo, eso es un saludo_. Dijo Idón.
_Ah, claro_. Dijo el extraño con voz torpe, al momento que me devolvió el saludo, sujetando mi mano con una fuerza que me hiso mover mi hombro por el dolor.
_ ¿De donde vienes muchacho?_. Preguntó Areo. Yo me ubiqué cardinalmente, y pude ver muy apenas, la Montaña de Marmol, que se escondía entre el horizonte.
_De allá_. Contesté, y señalé con el índice a la montaña. Los dos varones voltearon atentos.
_ ¿De esa montaña que se ve a lo lejos?_. Preguntó Idón, yo asentí. Luego Areo volvió a preguntar sobre que era lo que hacía en ese lugar, le expliqué como conocí a Idón, y mis propósitos en la aldea, desde la maldición, hasta la Tierra de los espejos. Después de eso, Areo habló de nuevo.
_Rápido, tienen que ir a ver al patriarca_. Así pues, Idón, Areo y yo, nos dirigimos al gran árbol que sostenía un palacio, y nos hicimos camino entre alumbrados puentes, escaleras y las numerosas casas que posaban en las copas de los árboles. Aquiles fue quien tuvo más problema en avanzar, pero al final llegamos a unas puertas grandes de roble, las cuales Areo abrió.
Entramos al palacio, que era adornado por candelabros en el techo y piezas artísticas por todos lados. Además, había una especie de guardias rodeándonos con unas lanzas, y en lo alto de una gran silla, se mantenía sentada, una figura anciana y encogida.
_Saludos Patriarca_. Los dos que me guiaron allí, hicieron un acto reverente bajando un poco su cabeza, hice lo mismo de inmediato.
_Saludos hijos_. Dijo el viejo de la silla con una voz agradable, ronca y gastada. _ ¿Qué sucede muchachos?_.
_Traemos ante usted a alguien que requiere nuestra ayuda, y que puede parecerle interesante_. Dijo Idón solemnemente. El anciano se estiró en su silla para ver mejor, nos echo un vistazo y se rió.
_ ¡Acérquense!, para verlos mejor_. Luego, Aquiles y yo nos pusimos más cerca del patriarca. _Ropas anchas, ojos medianos, y mirada gallarda, eres definitivamente un joven de montaña, y tu lagarto me lo comprueba_. Aquiles sacó la lengua. _Entonces, ¿que ayuda necesitas?…_. El patriarca se quedo viéndome con la boca abierta intentando descifrar mi nombre.
_Ryger_. Dije con una sonrisa.
_Vaya, un buen nombre, Ryger, entonces… ¿Qué buscas con nosotros?_. Siguió el canoso hombre. Después, al igual que con Areo, le expliqué todo, y de igual manera, el anciano me veía con gran entusiasmo, como si hubiera esperado por alguien como yo por mucho tiempo. Al terminar de hablar, El Patriarca dijo:
_ Dices tener la Espada Fantasma, ¿no?_.
_Si, claro_.
_ ¿Podrías mostrármela?_. Desenvaine el arma y la puse frente los ojos del viejo.
_Magnifica, justo como dicen las historias, pero igual de mortífera, justo como has de saber_.
_Si, ya ha intentado matarme varias veces, pero, he tenido la dicha de salir vivo_.
_Que lastima saber que una vida tan llena de gracia como tu, corre con éste duro destino, pero, podemos ayudarte_.
_ ¿A cambio de que?_. Pregunté respetuosamente.
_Si te quedas, con algo de tiempo lo sabrás_.
_Aquí debe haber algún truco_.
_Para nada, por ahora, solo te pido que confíes en mí, y en los que te acompañan, después encontrarás algunas respuestas_. Yo puse una cara de duda, pero después asentí y me retiré un poco.
_Idón, Areo, ¿creen poder darle hospedaje a Ryger por un tiempo?_. Dijo el patriarca.
_Por supuesto_. Contestaron al unísono los dos. Entonces salimos del palacio con respeto y vi en los ojos del anciano, un alivio que casi lo hacía llorar, pero ya iba algo lejos como para poner mas atención.Anduvimos Aquiles, Areo, Idon y yo caminando, por un tiempo.
_Que gusto haberte encontrado, Ryger, parece que el patriarca tiene interés en ti_. Dijo Idón.
_ ¿Y por qué crees?_. Seguí yo.
_No tengo idea, pero sea lo que sea, debe ser algo muy importante, de lo contrario, solo te hubiera saludado y mandado con alguien para pasar la noche_. Continuó.
_ ¿Y no se supone que fue eso lo que hiso?_.
_No, mas bien, además de eso, tuvo una conversación mas larga de lo normal, y me di cuenta que cuando hablabas, escuchaba muy atento_.
_Entonces, eso es algo raro en él_.
_Si, es una persona excelente, pero no siempre tiene tiempo de escuchar_.
_Pues solo Dios sabe que es lo que le llamó la atención de mí_.
_ ¿Acaso no te diste cuenta?_. Idón sonrió abriendo la boca y me miró de una manera impactante. _Obviamente es por esa espada tuya_. Idon se detuvo en frente de mí, y dijo muy agradablemente:
_Te ayudaremos a cumplir tus propósitos, y probablemente, el Patriarca se complazca en eso_.
_Pues muchas gracias_.
_Por nada, ¡anda! Por aquí queda mi choza, y no te vayas a perder, tantas ramas, troncos y hojas pueden confundirte, te recomiendo que cuando vayas a un lugar en la aldea, uses como referencias los puentes_. Al parecer Idón era de mucha inteligencia y habilidad.
Me quedé un rato viendo al cielo, que se escondía entre hojas y troncos. Era como estar cubierto por una sabana de hierba, que oscurecía la hermosa luz de la luna. Otra cosa que me gustaba de ese lugar, era el olor a hojas mojadas. También el sonido de búhos y animales nocturnos, y las estructuras tan complejas de las casas y edificios.
Pero en eso, el olor a hierba mojada se transformó en olor a quemado.
_ ¿Qué se está quemando?_. Pregunté. Idón y Areo afinaron el olfato, y se dieron cuenta de que algo no andaba bien, nos asomamos para abajo y un árbol se estaba incendiando. Compartimos miradas entre todos y nos apuramos a conseguir agua.
_ ¡Ryger!, baja con Aquiles, te arrojaré el agua_. Me dijo Idón. Y yo obedecí, con ayuda del lagarto, bajé rápidamente y esperamos el líquido. Pero sentí una ráfaga veloz, y volteé, entonces vi a un hombre que cabalgaba sobre un caballo y sostenía un pedazo de madera con fuego. El hombre arrojó la madera encendida sobre otro árbol y de inmediato ardió también.
_ ¡no!, ¡¿Que estas haciendo?!_. Le grité al jinete y di aviso a Areo e Idón de que alguien quería quemar el bosque.
_ ¡Idon!, ¡Rapido!, ¡Alguien esta incendiando el…!_. El hombre a caballo se apresuró a golpearme muy fuertemente en la cara, y me tiró al suelo. Me levanté para atacar a quien me golpeó, así que saqué mi espada y corte las patas del caballo que montaba el otro. El jinete cayó y se puso en pie.
_Insolente muchacho, ésta la pagarás caro_. Dijo iracundo mi atacante. Ya no dije más palabras, calculé los movimientos de mi adversario, y me cubrí de un espadazo, para luego encajar mi arma en él. Velozmente subí con Idón y éste habló antes que yo.
_Aquí está el agua_.
_ ¡No!, ¡Alguien esta incendiando el bosque!_. Exclamé.
_ ¿Qué?_. Dijo Areo alterado.
_Areo, ¡rápido! Avisa a Ignisol y al resto que se preparen para defender_. Areo corrió por los puentes hacia una torre.
_ ¡Suenen los tambores!_. Gritó Areo cerca de la torre. De inmediato las percusiones sonaron y muchos guardias salieron de varias torres con lanzas, arcos y espadas. Un grupo de soldados se acercó a Idón.
_Ordene General_. Habló uno de los que salieron.
_Alguien quiere quemar el bosque, de seguro son los Líbaros, quiero que una cuarta parte de los soldados defienda, que el resto vaya consiguiendo agua_.
_Si, señor_. En cuanto Idón dio la orden los otros se movieron para obedecer.
_ ¿Me das un aventón, Ryger?_. Me dijo Idón.
_Claro, ¡vamos!_. Montando a Aquiles, los tres bajamos los arboles y buscamos mas de esos “Líbaros” que mencionó el que me acompañaba.
_ ¿Eres el General?_. Pregunté, pues el comentario del soldado me sorprendió.
_Si_. Sonriendo, Idón contestó_.
_Pero eres muy joven, ¿no?_.
_Para las agallas no hay edad, además, eso es una larga historia_. En ese momento me sentí como con un amigo de toda la vida, y le di otra cachetada a Aquiles para que se apresurara más.
_ ¡Por allí!_. Le dije a Idón señalando a otro jinete enemigo, luego mi amigo sacó una flecha y la disparó con su arco al pecho del otro. Después llegaron tras nosotros unos soldados amigos, iban a pie, y solicitaron unos caballos para movilizar la operación.
_General, necesitamos unos caballos, los Líbaros van muy rápido_. Dijo uno.
_De acuerdo soldado, ¡Ryger, escóltanos a las caballerizas!_.
_Usted de las direcciones, general_. Dije yo.
_Esta bien, pero no me hables de usted_. Siguió Idón en voz mas baja, intentando no ser escuchado por los demás. _Bueno señoritas, vamos a las caballerizas_. Idón soltó un grito de guerra, y sus soldados lo imitaron, para tener valor. Las caballerizas estaban en el centro del bosque, y los establos tenían contacto con el nivel superior de la aldea.
Al llegar, los que nos acompañaban montaron rápidamente a los caballos. Idón también escogió uno para no incomodarme, y empezamos a buscar a los Libaros. Venían en gran cantidad, y se dio lugar a un enfrentamiento pequeño. Tras haber vencido a esa horda de enemigos, encontramos a otro resto, y ya estábamos saliendo de los alrededores de la aldea. Pero el último montón de Líbaros no nos atacó; esperaron a que nos acercáramos y corrieron. Nuestros soldados intentaron alcanzarlos, pero Idón les gritó que esperaran.
_ ¡Es una trampa!_. De inmediato, los subordinados se detuvieron, y justo enfrente de ellos, una gran cantidad de flechas cayeron al suelo. Eso era porque otro tanto de arqueros enemigos, esperaban en los árboles para matarnos.
_ ¡Rápido!, ¡Ataquen!_. Ordenó el general, y los de nuestro bando que cargaban con arcos, dispararon sin piedad a los otros. _Espadachines, ¡Síganme!_.
Ahora era tiempo de matar a los que huyeron.
Alcanzamos a los cobardes que nos tendieron la emboscada, y todos nos paramos, amigos y enemigos. Hubo un silencio y el que parecía que daba las órdenes a los que nos atacaron habló hacia nuestro general.
_Idon, que gusto verte_. Dijo en tono de burla. _Pero miren, el más joven de los generales, liderando a un grupo de bárbaros_.
_Hecio, ¿que es lo que nuestro pueblo hiso al tuyo?_. Siguió Idón tratando de ser civilizado.
_ ¿Qué que es lo que a hecho?, destruir nuestros cultivos, matar a nuestros animales, y pasar enfermedades a nuestros hijos, ¡eso ha hecho tu pueblo!_.
_Todo lo que dices es una mentira, tu pueblo, al igual que el mío, es victima de ataques sobrenaturales_.
_Eso explícaselo a mi espada_. Terminó Hecio, el general de los Líbaros y se preparó para darnos batalla.
Los troncos enormes y la vegetación rebosante era escenario de otra batalla, y la música eran los choques de espadas, los zumbidos de las flechas y los quejidos de muerte. Me di cuenta que los soldados Líbaros eran muy buenos, pero los nuestros eran mejores, de inmediato, la batalla terminó. Hecio acabó en el piso, herido de un costado.
_Aun cuando me mates a mí y a éste pequeño grupo de soldados, ya hemos soltado a los Cybareos, tu pueblo pronto caerá_. Esas fueron las últimas palabras de Hecio, luego murió.
_ ¡Pronto!, ¡Regresemos a la aldea!, ¡No bajen la guardia!_. Ordenó otra vez Idón. Cuando, el general enemigo mencionó a los Cybareos, hubo una inquietud en nuestros soldados, incluso en Idón.
Llegamos a la aldea, pero las llamas estaban creciendo más y más, y el fuego como lo vi, era extraño, como si tuviera vida propia.
_Idon, ¿Qué son los Cybareos?_. Pregunté.
_Es la peor desgracia para nuestra aldea, los Cybareos, son eso…_. Idón apuntó con el índice a una llamarada.
_ ¿Así le dicen al fuego por aquí?_.
_ ¡No!, ¡mira bien!_. Observé entonces, y el fuego tenía una forma, una forma de perro.
_Esta bien, ya entendí lo que es un Cybareo_.
_ ¡Muévanse!_. Gritó Idón. Pero los soldados temieron, y yo tome la iniciativa junto con Aquiles. Yo le daba palabras de aliento al lagarto como: Vamos, no temas, son solo llamaradas con forma de perro. Mi bestia sacó la lengua y me preparé para atacar.
_ ¡No Ryger, regresa!, solo no podrás_. Sugirió preocupado el general. Pero ya estaba muy cerca de los Cybareos como para huir, entonces vi varios cadáveres de soldados, y yacían sosteniendo cubetas con agua.
Un Cybareo brincó hacía mí y me cubrí con la espada, y nada le pasó al animal. Eran por lo menos, diez Bestias ardientes, que se reproducían en poco tiempo. Después vi el peligro en el que me metí, e intenté alejarme, pero una línea de fuego se trazó tras de mí, y me encerró en una jaula de fuego con los infernales perros. Lo último que escuché fue a Idón ordenando a los demás que treparan los árboles para ayudarme. En ese momento pensé en que haría, y como, pero las ideas no llegaban, pues eran nubladas por las intensas cantidades de humo en las que me paraba.
Me bajé de Aquiles para moverme con más libertad, y esperaba el ataque de los animales para intentar rebanarlos con mi espada, pero en vez de acabar con ellos, se multiplicaban. Debía haber otra manera de parar el incendio, y a los causantes. Pronto me subí otra vez a mi lagarto y le ordené que trepara por un árbol para escapar, entonces fuera de las llamas les grité a los Cybareos para que me siguieran, y así fue, corrí junto con Aquiles siendo perseguido por las bestias. Mi plan era llegar al pantano y ahogar el fuego.
¿Pero como conseguiría atraer al enemigo hasta el agua? Por lo menos, ya había salido de la jaula ardiente, fue entonces que escuché la voz del general.
_ ¡Ryger!, ¡Por aquí!_. Idón me aventó una cubeta, luego, también él bajo con un balde.
_ ¡Pronto!, hay que llenarlas_. Le dije, dirigiéndome a el agua. Tomé una cubeta, la llené de líquido y se la aventé a Idón para que atacara más rápido.
Me apresuré para llenar la otra, el general aventó agua sobre una bestia, y el Cybareo se convirtió en vapor. Pero un montó de nuestros atacantes se lanzó sobre Idón, y antes de quemarlo, Aquiles se atravesó para que el joven de las órdenes no saliera lastimado, en cambio, mi mascota, quedó herida.
Eso encendió algo en mí, un enojo que ardía como los mismos Cybareos.
Con la cubeta que tenía arrojé en varias direcciones el agua, para tener más oportunidad de apagar a más perros infernales. Y funcionó, pero no acabé con todos; uno se quiso adherir a mi pierna, entonces solté el balde y con mi espada, impulsé al animal para que volara cayendo justo en el agua. Al resto de los adversarios, los apagaba con tierra del suelo, Idón copió mi técnica, y con una espada (no mejor que la mía), manipulaba también el movimiento de los enemigos. Fue cuestión de poco tiempo, para que domináramos a las bestias. Los demás soldados al ver nuestro triunfo, bajaron de los arboles para ayudarnos, aunque claro, el mayor trabajo fue para Idón, Aquiles y yo.
Ese mal sabor de boca, acabó con vapor escondido en niebla. Idón coordinó a sus hombres para que juntos apagáramos el fuego restante, de inmediato las órdenes se llevaron a cabo. Un ambiente de paz, se respiró después de la última llama. Pero el general, regañó a los soldados por no habernos ayudado.
_ ¡Son un montón de cobardes!, ¡no merecen el nombre de soldados!, ¡mejor un desconocido que ustedes!_. Vociferaba Idón con autoridad. Y los hombres, manifestaban un fuerte gesto de vergüenza, en cambio yo, me sentí orgulloso de defender un lugar, aun cuando no tenía ni dos horas allí.
Volteé hacia Aquiles, y vi grandes quemaduras en su cuerpo.
_Un héroe_. Dijo Idón por detrás de mí, que como un fantasma se apareció sin avisar.
_Deberíamos llevarlo a que lo curen, conozco a alguien que podrá_. Siguió él.
_De acuerdo, mejor apresurémonos, jamás lo había visto tan mal_.
_Muchachos, hagan algo bueno y lleven al lagarto con Ébano, usen el camino de las caballerizas, déjenlo ahí, y díganle que la veo enseguida_. Ordenó Idón.
_ ¿Es una curandera?_. Pregunté.
_No, es una hierbera, sirve mucho mas, y no usa brujería, solo a la naturaleza_. Contestó Idón muy orgulloso. _No te preocupes, Aquiles se mejorará pronto_. Yo asentí con fe.
_Te recomiendo que busquemos algo para llevarle a la hierbera, no le gusta recibir gente con las manos vacías_. Siguió el general.
_ ¿Qué puedo llevarle?_.
_ ¿Aun tienes algo de las frambuesas de hace rato?_.
_Si, no me las acabé_.
_Con eso basta, ¡Sigueme!_. Idón volvió a pedir una escalera, y subimos de nuevo al nivel superior de la aldea. Areo nos preguntó si estábamos bien y como estuvo la batalla, nosotros con ánimo respondimos sobre nuestra victoria.
_Ante ti, Areo, tienes un gran guerrero, no le tuvo miedo a los Líbaros, ni a sus bestias_.
_ ¡Excelente! Un nuevo soldado para el ejército_. Siguió Areo.
_No creo que Ryger, sea un soldado, ¡es mi mano derecha!_. Dijo Idón y yo sonreí, pues aparte de Slu, Idón era la segunda persona que apreciaba lo que hacía.
_Nos vemos luego Areo, tenemos que ver a Ébano_. Exclamó el general.
_Suertudos, ojala yo hubiera salido herido_. Continuó el guardia.
_ ¡Ya quisieras!, este muchachón y yo, nos vamos_. Idón terminó de hablar, y nos dirigimos, a la casa de la hierbera que mencionó.
El exterior de la casa de la hierbera era muy bonito, con plantas colgantes por los alrededores, y árboles frutales de diferentes tipos que brotaban desde abajo de la morada. Tocamos a la puerta, y en seguida, una muchacha pelirroja, de unos 15 o 16 años y hermosas facciones, salió a atendernos.
_Ya recibí al lagarto, ¡Pasen!, ¡Pasen!_. Dijo una suave voz que venía de la muchacha. Solo tuve que verla para que mis ojos admiraran, toda la belleza que su ser albergaba. De pies a cabeza era magnífica. Fue extraño sentir eso, pero fue lindo, como una parte delicada dentro de mí.
Entramos a la casa, y una fragancia viajaba por todo el lugar, eran flores de jardín, que alegraban el olfato. La casa de la bella hierbera era muy hogareña, muy cómoda y aunque pequeña, daban ganas de quedarse allí todo el tiempo. Velas aromáticas de la misma esencia que las flores, alumbraban un techo alto. Había un par de butacas, en una esquinita, cerca de la ventana, y una pared de 4 metros llena de todo tipo de plantas, especias y yerbas, y para alcanzar los elementos, se usaba una escalera.
_Tu debes ser Ébano, ¿cierto?_. No pude evitar hablarle a la hermosa joven de ojos cafés.
_Cierto_. Dijo cortante la muchacha.
_Esa no es manera de hablarle a la persona que evitó que se incendiara tu pueblo_. Intervino Idón. Luego Ébano abrió su boca sorprendida, y pude ver en su cara que se sintió avergonzada.
_No tenía idea, supuse… supuse que quien evitó la tragedia fuiste tu Idón_. La hierbera trató de reparar su tono grosero_.
_No te preocupes, Idón, estoy acostumbrado a que me hablen de esa forma_. Yo intenté generar mas culpa en la muchacha.
_Lo siento, de verdad, creo… creo que es por que tengo algo de sueño_.
_Si gustas nos podemos ir, solo te pido que cuides a mi lagarto_. Dije ahora yo siendo el cortante. _!vámonos Idón!, regresaremos después_.
_ ¡No!, espera_. Ahora, Ébano se veía algo preocupada por lo que decía, entonces me tomó del brazo, para que no me fuera. _Supongo, que empecé mal, hagamos como que no pasó nada y empecemos desde el principio_. Ella extendió a su mano y dijo:
_Hola, soy Ébano_. Y sonrió tímidamente. Yo analizaba todo lo que hacía ella, y extendí la mano también.
_Encantado, soy Ryger_. Luego hice una pequeña reverencia como acto de respeto. Idón solo miraba la conversación entre la mujer y yo como si se quisiera reír con los brazos cruzados. De una extraña manera, yo no dejaba de verla a ella, ni ella a mi. Pero el trance visual fue interrumpido por Idón cuando trono sus dedos con una cara graciosa.
_ ¿Qué pasó con el lagarto?_. Preguntó.
_ Ah si, está en la parte de atrás_. Dijo Ébano. Después de eso, llamaron a la puerta. Buscaban a Idón sus subordinados.
_Vuelvo enseguida, ustedes atiendan lo de Aquiles_.
_Por aquí, sígueme_. Dijo la hierbera. Pasamos por una puertita, para entrar a otro cuarto, que era más grande que el anterior, había una chimenea, con una parrilla para cocinar, varias camillas, y una mesa grande de trabajo con varios platos y piedras para moler. Luego vi a Aquiles en el suelo sobre un tapete hecho rosca y con una cobija mojada encima.
_Se pondrá bien, pero va a tener que quedarse unos días_. Dijo Ébano de manera comprensiva.
_Gracias, muchas gracias_. Dije mirando hacia Aquiles.
_Por nada, es un gusto_.
_Por cierto, Idón dijo que no te gustaba recibir a nadie con las manos vacías, así que traje esto_. De mi bolsa de viaje saqué las frambuesas que aun se mantenían intactas, a pesar de toda la acción que hubo. Me di cuenta que las mejillas de Ébano se enrojecieron, y eso me conmovió a mi.
_Gracias, algo más para la colección_. La muchacha sacó un frasco de la mesa y guardó ahí las frambuesas. _ ¿Qué piensas hacer mañana?_. Preguntó ella.
_No se, probablemente conocer los alrededores junto con Idón_.
_Oh… de acuerdo_.
_Bueno, yo creo que es buena idea_. Los dos sonreímos. _Entonces, ¿Por cuánto tiempo estará contigo Aquiles?_. Dije.
_Me imagino que unos dos días, está haciendo un buen esfuerzo_.
_Si, es muy fuerte_. Esperé a que Ébano dijera algo, pero no se animó. _Creo que buscaré a Idón, estoy muy cansado_.
_Está bien, nos vemos luego_. Luego ella me encaminó a la salida, y encontré al general aun hablando con los soldados.
_Creí que jamás saldrías_. Dijo él riéndose.
_ ¿Por qué?_.
_Por nada_. Idón se despidió de sus hombres y empezamos a dirigirnos a su casa. _Es muy guapa, ¿no?_. Preguntó.
_ ¿Quien?_. Me puse algo nervioso.
_Ébano_.
_Ah, si claro_. Fingí no darle mucha importancia.
_Vamos, no disimules, me di cuenta de lo que pasó allá adentro_.
_ ¡¿Qué?!_. Me reí para evitar contestar.
_Que no le quitabas los ojos de encima, ni ella a ti_.
_ ¿De veras?_. Mi semblante cambió, ese comentario me recorrió todo.
_Si, tortolito_.
_Le dije que mi plan era ir contigo para ver la aldea_.
_Bueno, ya es algo_.
_ ¡Vamos!, ayúdame, apenas la conozco_.
_ ¿Entonces que quieres hacer?_.
_Por ahora, no dar entrada a nada_.
_De acuerdo, sabia elección_.
_ ¿A ti también te gusta?_. Pregunté algo preocupado.
_No, es una amiga de la infancia, mi corazón pertenece a otro lugar_.
_Bueno, es un alivio_. Sonreí de manera justificada.
_Entonces, ahora si estamos en casa_. Dijo Idón. _Siéntete cómodo_. Entré a la casa, que no era más bonita que la de Ébano pero igual era muy hogareña. _Puedes dormir en la cama si gustas_.
_No quiero dar molestias, escojo este sillón_. Los dos reímos un poco y cerré mis ojos. Tuve un sueño muy profundo, y ya no supe que paso después.
Un rayo de sol que entraba por la ventana me despertó, bostecé y estirándome, me levanté del cómodo sillón. Ese fue un delicioso descanso, y busqué a Idón para ver que haríamos ese día. Lo busqué en la cocina, en su recamara y la estancia, pero no había señales de él, imaginé que estaba ocupado, haciendo su trabajo como general.
Salí de la casa, y busqué a Areo, pues a lo mucho era unos 2 años mayor que yo, y ya había tenido comunicación con él, imaginé que estaría cuidando la escalera de la entrada, justo como ayer. Pero en su lugar, había un guardia mayor, un adulto, y pregunté por Areo e Idón. Averigüé por medio del guardia que Areo descansaba en su casa, pues un día cuidaba y otro no, y en cuanto a Idón, supe que estaba con el patriarca y un grupo de soldados.
Entendí que si estaba con el patriarca, había algo importante de por medio, y de seguro, no era de mi incumbencia, entonces, decidí buscar primero la casa de Areo.
Pedí direcciones a la gran cantidad de gente que transitaba a esas tempranas horas. Era muy diferente la aldea de mañana que de noche, pero igual de interesante y agradable.
Caminé cerca de un grupo pequeño de muchachas y todas se empezaron a aconsejar y reír, me puse nervioso y corrí, pero me seguían.
Por casualidad (y suerte), encontré a Areo saliendo de la casa de sus padres.
_Hola Areo, necesito tu ayuda_. Dije apresurado.
_ ¿Qué pasa Ryger?_. Contestó mi amigo.
_Unas chicas me están siguiendo, escóndeme o algo_.
_ ¿Qué tiene de malo?_. Dijo Areo con una risa extraña.
_No me gusta estar así, ¡vamos!_.
_De acuerdo, ¡por aquí!_. Areo me escondió en una jardinera de su casa y fingió no haberme visto. Llegaron las muchachas y preguntaron a Areo por mí, pero no les dio direcciones, vaya que fue de gran ayuda. Las muchachas se fueron y ya salí de mi escondite, agradecí al joven y le pregunté por Idón.
_Ah si, vino hace rato, y dijo que si te veía, te dijera que te dieras una vuelta por el palacio_. Contestó Areo.
_Esta bien_. Ya empezaba a hartarme de tanto andar con rodeos, sin embargo, me empezaba a familiarizar con el lugar. De hecho, la noche anterior, di un ejemplo de sentido de pertenencia.
Me dirigí al palacio, donde estaba el Patriarca, y en la puerta esperaba un soldado, y lo reconocí en seguida, pues ayer peleamos juntos contra los Líbaros.
_Buenos días joven Ryger_. Dijo el guardia.
_Buenos días, disculpe, Idón dijo que lo buscara aquí_.
_ Por supuesto, Sígame Ryger_. El lugar donde se sentaba el Patriarca estaba vacio, y tras el trono había una puerta que se escondía entre los colores de las paredes, como camuflaje.
_Tiene que entender que los que pasan de esta puerta tienen un lugar más importante, los que entran aquí son muy pocos, así que cuide este privilegio y respételo_. El guardia sonrió.
_ ¡Espere!, ¿Cómo encuentro al general?_.
_Solo suba las escaleras y allí lo encontrará_. El guardia cerró la puerta y me dejo solo, imaginé que el no tenía el privilegio de pasar, y que orgulloso me sentí de llevar unas horas en la aldea y ya ser alguien de prestigio.
Seguí el camino por las escaleras de mármol y llegue a una parte superior sorprendentemente iluminada, adornada con tapetes lujosos, y había otro trono, y diez sillas a los lados. Cinco a la izquierda y cinco a la derecha. Allí se encontraban el patriarca, el general y más autoridades de alto rango.
Entré silenciosamente por el pasillo brillante, para intentar no ser notado. Pero el Patriarca alegremente arruinó mi plan.
_ ¡Buenos días muchacho!, miren, éste es el héroe que salvó a nuestro pueblo_. Idón estaba parado frente al trono central donde descansaba el Patriarca. Y al verme el joven general, sonrió. Todos los demás me miraron al mismo tiempo y por el poder de las miradas no pude evitar agacharme y ver al suelo, pero aun así devolví el saludo y un acto reverente.
_Justo estábamos hablando de ti muchacho_. Siguió el anciano. Luego uno de los que estaban sentados se paró y me saludo.
_Mucho gusto, Ryger, mi nombre es Nerón y soy el Sargento del ejército, aunque, Idón juega mejor mi papel_. Se acercó mas a mí y me dijo al oído: “Soy algo flojo, muchacho e Idón es muy enérgico. Idón es mi autoridad, pero no le importa ensuciarse en el campo de batalla, es muy humilde y es así como demuestra su fidelidad a los soldados”. Después levantó un poco más la voz y dijo:
_ ¿No es así muchacho?_ Gritó orgullosamente refiriéndose al general.
_Si Nerón, es un trabajo que amo_. Siguió Idón. De nuevo Nerón se acerco a mí y al oído me dijo: “Cuando quieras te puedo capacitar para batalla chico, aprenderás muy rápido, lo veo en tus ojos”.
El sargento era muy agradable, magnánimo y tenía un aspecto respetable, me estrechó la mano y dijo:
_Un placer, Ryger_. Entonces, regresó a su lugar y ya nadie se levantó a saludarme.
_ ¡Ryger!, debido a que has demostrado una gran valentía y compromiso hacia esta ciudad, a pesar del poco tiempo que llevas aquí, las autoridades y el Patriarca, hemos optado por darte un nombre alternativo, uno que te hará que te conozcan y respeten, y que de seguro con algo de tiempo, hará temblar a los que intenten dañarte, y a tu pueblo. La cuestión es… ¿Quieres adoptar ese apodo?_. Dijo Idón con seriedad y alentándome a subir a otra escala.
_Por supuesto_. Dije yo muy contento.
_Bueno, pero, primero debes saber que tu apodo no es muy común, de hecho, te puede desagradar_. Siguió el Patriarca. De seguro el apodo era demasiado tonto o ilógico.
_ ¿Recuerdas ayer, Ryger?, ¿cuando jineteábamos todos juntos?_. Decía el general cruzado de brazos.
_Si, ¿Qué con el apodo?_.
_Todos los jinetes iban a caballo y tu sobre tu lagarto, gallardo y veloz como fuego. Tu pelo se hondeaba con el viento y la mirada que vi en ti me dio seguridad al pelear. Al igual que yo, Ryger, eres muy chico pero sostienes una voluntad que mueve montañas, comparados, tu y tu lagarto al enemigo son pequeños, mas aun el gigante caerá ante ustedes con sus manos y garras, y encararán la tribulación como el barro encara a la lluvia, y los sellos de hierro y plata serán borrados a causa de su coraje _. Profetizó Idón. Y yo escuchaba muy atento todo lo que el joven decía, y se que arruiné las bellas palabras que dijo, cuando me apresuré a preguntar:
_ ¿Cuál es mi apodo entonces?_.
_”El jinete enano”_. Contestó el patriarca mirando al cielo como si al inventar el nombre hubiera creado una obra maestra. Yo me extrañé por el apodo, y puse un gesto de desaprobación.
_ ¿Te molesta lo de enano?_. Preguntó el Patriarca como si hubiera cometido un gran error.
_Pues, no me agrada, pero tal vez con algo de tiempo me acostumbre y hasta me llegue a gustar_. Yo solía aceptar lo que me dieran, por menos atractivo que fuera.
_Entonces, ¿te quedas con el apodo?_. Siguió Nerón.
_Si, que más da_. Me puse muy feliz intentando ajustarme al apodo.
_Entonces, Ryger, “Jinete Enano” eres oficialmente, la mano derecha del general, pero estarás bajo el entrenamiento de Nerón por un tiempo, solo para que refuerces tus habilidades_. Terminó el Patriarca. Yo asintiendo sonreí y esperé a que alguien dijera algo más para retirarme. _Entonces, aquí concluye esta reunión señores, pueden irse_. Dijo el Patriarca, y todos los que estaban sentados, se levantaron para retomar sus actividades.
_Entonces, ¿esta reunión fue por mi causa?_. Pregunté yéndome junto con Idón.
_ ¡Claro!, personas como tu son de gran importancia_. Siguió el general. Tanto alago me agradó, así que me puse tímido y me alejé. Idón me alcanzó para hablar otra vez.
_Como ahora eres prácticamente un guerrero de la aldea, necesitarás una armadura_.
_ ¿Una armadura?, ¿Y para qué?_.
_Para que puedas estar firme contra las asechanzas de tu enemigo, porque tú lucha no es contra bestias ni hombres despiadados, sino contra tu espíritu, contra tu mente, y el derecho que le das a tu enemigo de dañarte_.
_Pero, ¿una armadura espiritual?, ¿O física?_.
_Ambas, sin tu armadura física en el camino serás dañado, pero sin tu armadura espiritual, tu alma puede ser herida y morir_.
_ ¿Y donde encuentro esa armadura espiritual?_.
_Por ahora, solo buscaremos una armadura física, después te llevaré a forjar la espiritual, ¿de acuerdo?_.
_De acuerdo_. Después de la charla, visitamos varias partes de la aldea, que era más extensa de lo que parecía, pues aparte de la gran cantidad de negocios y oficios que estaban en el nivel alto, muchos lugares de interés esperaban en la parte baja de la aldea. Visitamos a un herrero, para que pudiera tomarme medidas y hacerme la armadura física.
_En dos días estará su armadura, señor_. Dijo el herrero.
_Gracias_. Respondí cortésmente_.
_Por cierto, los rumores de que usted evitó que la aldea se incendiara, ¿son ciertos?_. Preguntó el trabajador hacia mí, pero yo por pena no contesté nada, en cambio, Idón si dio respuesta. “En lo absoluto, éste joven nos salvó” fue lo que contestó.
_ ¿No crees que sea algo caro lo de la armadura?, digo, no tengo nada para negociar_. Dije yo temeroso.
_Por eso no te preocupes, éste es el herrero oficial del ejército_.
_ ¿Eso significa que soy un soldado?_.
_Claro, yo pensé que ya te había quedado claro_.
_Es que, aun no me lo creo_.
_No te preocupes, cuando me dijeron que yo sería el general a los 13 años, estaba muy asustado_.
_ ¡¿A los trece años?!_. El comentario fue impactante.
_Si, obviamente yo no podía liderar a un grupo de soldados, para eso, Nerón me ayudó mucho, yo no tenía idea de que hacer o como. Pero lo que agradezco tanto es la confianza que tuvieron mis soldados en mí, y que aun siguen teniendo, y también le debo tanto al sargento, pues me enseñó lo que ahora se, y no solo me entrenó para el campo de batalla, también lo hiso para la vida diaria, Nerón es para mí como un tío o algo similar_.
_ ¿Y no tienes mas familia?_. Pregunté naturalmente, a causa de la sinceridad de Idón. Pero me di cuenta que la sonrisa del general, se borró lentamente mientras miraba al suelo. Imaginé cual sería la respuesta.
_No_. Contestó Idón muy fríamente, y era de esperarse.
No lo había notado, pero en la parte donde nos encontrábamos el general y yo, las hojas estaban rojizas, como rubíes que colgaban de los árboles. Las hojas caían y se volaban por el suelo. Lo mas extraño era que solo en esa parte del bosque, parecía que era otoño. Como si los sentimientos de Idón se relacionaran con el clima.
_Pero no importa, éste es mi presente, y lo vivo felizmente. Lo que haya pasado quedó atrás y no nublará lo que viva hoy_. Siguió Idón reconfortándose con sus palabras. De inmediato levantó la vista y me sonrió palmeándome el hombro. Supe que no debía buscar mas detalles. _ ¡Vamos! Hay que cazar algo para la cena_. Dijo el general y nos dirigimos a su casa para tomar las herramientas de cacería.
 
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