Nunca se habían topado mis ojos con algo tan bello.
Su piel suave y blanca, como la nieve.
Nunca tan fria, aunque igual de hermosa.
Cuando me miraba, no sabía si sentirme emocionado o vulnerable.
Era totalmente ajena a mi, y eso me atraía.
Proeza de martires era el acercarsele.
Aunque eramos de mundos distintos, eramos iguales.
Para alcanzarla sufrí y sangré, abandoné todo lo que conocía.
Todo para habitar su mundo, ser parte de su vida.
Y probé el dulce sabor de las nubes de caramelo.
Y volvió a mis ojos la alegria de ser feliz, y saberlo.
Me sentía dichoso, aun sabiendo que se iría.
Nunca noté que mi mundo estaba hecho de cartón.
Que los escenarios eran grises y silenciosos, imperturbables.
Nunca hasta conocerla, y ver las cosas junto a ella.
Fui seducido por los colores y la musica, por la calidez de sus manos.
Y toda la frivolidad y perversión de mi mundo ya no pudieron comprarme.
Y así, pasabamos las tardes en un banco.
Nuestras manos tocandose en la lona de su bolso.
Corazones pixelados flotando a nuestro alrededor.
Balas aladas persiguiendo fontaneros italianos.
No hablabamos, los gestos de nuestros dedos lo decían todo.
Los temblores de su mano recorrían la mia.
Nos entendiamos totalmente, sus pensamientos eran mios.
Nunca entendí como podía adorarla.
Como podía no extrañar mi vida previa.
Pero nunca volví a mirar atrás.
Porque ella era todo lo que podría haber necesitado.
Tierna, calida, inocente, mi amor de secundaria.
Maria
Bueno, este es mi primera publicacion en esta seccion del foro... Oh, una cosa. Si gusta, tal vez libere el segundo poema de la secuancia.
Au revoir
Su piel suave y blanca, como la nieve.
Nunca tan fria, aunque igual de hermosa.
Cuando me miraba, no sabía si sentirme emocionado o vulnerable.
Era totalmente ajena a mi, y eso me atraía.
Proeza de martires era el acercarsele.
Aunque eramos de mundos distintos, eramos iguales.
Para alcanzarla sufrí y sangré, abandoné todo lo que conocía.
Todo para habitar su mundo, ser parte de su vida.
Y probé el dulce sabor de las nubes de caramelo.
Y volvió a mis ojos la alegria de ser feliz, y saberlo.
Me sentía dichoso, aun sabiendo que se iría.
Nunca noté que mi mundo estaba hecho de cartón.
Que los escenarios eran grises y silenciosos, imperturbables.
Nunca hasta conocerla, y ver las cosas junto a ella.
Fui seducido por los colores y la musica, por la calidez de sus manos.
Y toda la frivolidad y perversión de mi mundo ya no pudieron comprarme.
Y así, pasabamos las tardes en un banco.
Nuestras manos tocandose en la lona de su bolso.
Corazones pixelados flotando a nuestro alrededor.
Balas aladas persiguiendo fontaneros italianos.
No hablabamos, los gestos de nuestros dedos lo decían todo.
Los temblores de su mano recorrían la mia.
Nos entendiamos totalmente, sus pensamientos eran mios.
Nunca entendí como podía adorarla.
Como podía no extrañar mi vida previa.
Pero nunca volví a mirar atrás.
Porque ella era todo lo que podría haber necesitado.
Tierna, calida, inocente, mi amor de secundaria.
Maria
Bueno, este es mi primera publicacion en esta seccion del foro... Oh, una cosa. Si gusta, tal vez libere el segundo poema de la secuancia.
Au revoir