OP
Proyecto para participar en el concurso de Kuja.
No cabe duda, que mi padre me enseñó muchas cosas en el camino llamado vida, todas las experiencias que me convirtieron en el hombre que soy ahora. Desde el "ponte sandalias para andar en la casa" hasta el "debes estudiar tu maestría de inmediato", consejos que valoraré durante el resto de mi vida. Sin duda mi viejo me decía muchas palabras día a día, que me alentaban a seguir adelante, o sino, para reprenderme por mis actos (que para el) aún ahora siendo un mayor de edad (yo) sigo comportandome como niño caprichoso.
El tiempo pasa sin darme cuenta a veces de lo mucho que extraño a esa figura baja, amargada, y testaruda de mi padre. Ahora que me toca a mi embarcarme en las aguas de ser "padre" creo que comprendo a un bajo nivel lo que significaba para mi viejo el tener que lidiar conmigo día tras día. El encontrar las palabras correctas para mis hijos a veces no es tan fácil, y mi mujer termina diciendo las cosas por mi, cosa que me parece divertido, puesto que en esas cosas soy algo torpe. Pero de cierta forma, mis hijos me respetan y me dan su aprecio, saben seguramente que me esfuerzo lo mas posible.
Durante mi niñez, mi padre significaba "heroé" para mí, alguien invencible, con su juventud y fuerza sentía que me protegía todo el tiempo, a mi y mis hermanos y mi madre. Ella lo amaba desesperadamente, cada vez que se miraban era como si enormes olas golpearan sus corazones, a veces imaginaba que se enamoraban más cada día, lo que me resultaba fascinante.
En los años de la adolescencia, fueron años duros en los que aprendí como respetarlo, a el y sus decisiones. Donde me enseñó a alejarme de las cosas que me podrían hacer daño, pero sin opacar mi diversión y el cariño de los amigos. Solamente se dedicó a abrirme los ojos, diciendo que el mundo no era un lugar justo y amigable, que debía ser consciente de eso, y por lo que quería que yo tuviera un futuro prometedor. Me dejaba divertirme, sin embargo, cuando tenía que cumplir mis responsabilidades no me dejaba escapar. Siempre se paraba frente a mi y me miraba a los ojos, diciendome "si crees que es lo mejor hazlo", y así fue durante varias ocasiones en que le pedía los permisos para salir.
Durante la época universitaria, creo que fueron los años de oro de nuestra relación padre-hijo, donde me apoyó incondicionalmente junto a mi madre. Fue la edad en que me comenzó a instruir más como amigo que como padre, dandome los consejos mas sabios que podía emplear, corrigiendo mi destino de aquellas decisiones que podrían afectarme y marcarme como un ser mal visto en la sociedad. Se aseguró de dejarme en la buena vía, antes de partir para siempre. Cosa que no le reprocho sino que le agradezco, durante esta etapa a expensas de lo que yo mismo veía venir, me preocupe por darle los mejores momentos, y estar con la conciencia tranquila de que quise pagarle todo lo que había hecho por mí en vida, aunque la deuda que llamo "vida" no se la podría pagar nunca, porque de hecho mas que deuda fue ganancia.
Ahora me veo en las fotografías familiares, tratando de parecerme a ese padre amoroso y dedicado que fue el mío, sin embargo, nuestras diferencias son abismales. Pero creo que algún día podre darle esos mismos consejos a mis hijos, y espero poder iluminarlos tanto como mi padre lo hizo conmigo, porque tambien quiero que tengan bellos recuerdos de mi.
Interrumpo mi redacción, pues mi hijo mayor me pide tiempo para conversar, y quizas una pequeña partida de baloncesto en el patio junto a su hermana. Estas han sido las palabras de un hombre agradecido hacia el hombre que mas a amado, su padre.
¬¬ ¿creian que era un relato de homosexualidad? Ya sentía la bola de homofobicos venirse a maldecir al tema xD
No cabe duda, que mi padre me enseñó muchas cosas en el camino llamado vida, todas las experiencias que me convirtieron en el hombre que soy ahora. Desde el "ponte sandalias para andar en la casa" hasta el "debes estudiar tu maestría de inmediato", consejos que valoraré durante el resto de mi vida. Sin duda mi viejo me decía muchas palabras día a día, que me alentaban a seguir adelante, o sino, para reprenderme por mis actos (que para el) aún ahora siendo un mayor de edad (yo) sigo comportandome como niño caprichoso.
El tiempo pasa sin darme cuenta a veces de lo mucho que extraño a esa figura baja, amargada, y testaruda de mi padre. Ahora que me toca a mi embarcarme en las aguas de ser "padre" creo que comprendo a un bajo nivel lo que significaba para mi viejo el tener que lidiar conmigo día tras día. El encontrar las palabras correctas para mis hijos a veces no es tan fácil, y mi mujer termina diciendo las cosas por mi, cosa que me parece divertido, puesto que en esas cosas soy algo torpe. Pero de cierta forma, mis hijos me respetan y me dan su aprecio, saben seguramente que me esfuerzo lo mas posible.
Durante mi niñez, mi padre significaba "heroé" para mí, alguien invencible, con su juventud y fuerza sentía que me protegía todo el tiempo, a mi y mis hermanos y mi madre. Ella lo amaba desesperadamente, cada vez que se miraban era como si enormes olas golpearan sus corazones, a veces imaginaba que se enamoraban más cada día, lo que me resultaba fascinante.
En los años de la adolescencia, fueron años duros en los que aprendí como respetarlo, a el y sus decisiones. Donde me enseñó a alejarme de las cosas que me podrían hacer daño, pero sin opacar mi diversión y el cariño de los amigos. Solamente se dedicó a abrirme los ojos, diciendo que el mundo no era un lugar justo y amigable, que debía ser consciente de eso, y por lo que quería que yo tuviera un futuro prometedor. Me dejaba divertirme, sin embargo, cuando tenía que cumplir mis responsabilidades no me dejaba escapar. Siempre se paraba frente a mi y me miraba a los ojos, diciendome "si crees que es lo mejor hazlo", y así fue durante varias ocasiones en que le pedía los permisos para salir.
Durante la época universitaria, creo que fueron los años de oro de nuestra relación padre-hijo, donde me apoyó incondicionalmente junto a mi madre. Fue la edad en que me comenzó a instruir más como amigo que como padre, dandome los consejos mas sabios que podía emplear, corrigiendo mi destino de aquellas decisiones que podrían afectarme y marcarme como un ser mal visto en la sociedad. Se aseguró de dejarme en la buena vía, antes de partir para siempre. Cosa que no le reprocho sino que le agradezco, durante esta etapa a expensas de lo que yo mismo veía venir, me preocupe por darle los mejores momentos, y estar con la conciencia tranquila de que quise pagarle todo lo que había hecho por mí en vida, aunque la deuda que llamo "vida" no se la podría pagar nunca, porque de hecho mas que deuda fue ganancia.
Ahora me veo en las fotografías familiares, tratando de parecerme a ese padre amoroso y dedicado que fue el mío, sin embargo, nuestras diferencias son abismales. Pero creo que algún día podre darle esos mismos consejos a mis hijos, y espero poder iluminarlos tanto como mi padre lo hizo conmigo, porque tambien quiero que tengan bellos recuerdos de mi.
Interrumpo mi redacción, pues mi hijo mayor me pide tiempo para conversar, y quizas una pequeña partida de baloncesto en el patio junto a su hermana. Estas han sido las palabras de un hombre agradecido hacia el hombre que mas a amado, su padre.
¬¬ ¿creian que era un relato de homosexualidad? Ya sentía la bola de homofobicos venirse a maldecir al tema xD