OP
Buen Día, Pues verán la cuestión esta en que no estoy satisfecho con la trama que llevaba Cydef "Crónicas de un Juicio" por lo que he comenzado el proyecto de re-escribirla desde cero, sin tomar los apuntes que tenía en EMD. Por lo que presento lo que será el primer capitulo en la versión de prueba. Y si gustan compararlo, pueden hacerlo AQUI: http://www.emudesc.net/foros/literatura/57512-cydef-cronicas-de-juicio.html
“Hubiésemos llegado más lejos, pero cuando la voluntad de los seres es más fuerte que cualquier otra fuerza en el universo, no importaba cuánto nos hubiésemos esforzado… la vida es como un profundo mar, basto y con misterios encerrados en cada gota de agua. Nos limitamos a perder y sacrificar aquellos dones que eran valiosos, con el único objetivo de cumplir nuestros sueños en un mundo donde todo está predeterminado. No tiene nada de malo ser pobre y tener necesidades, no tiene nada de malo tampoco ser rico y hermoso. Ambas cosas son al final lo mismo, y convergen en las mentes del hombre en su último aliento. Me amo, me odio, me amo, me odio, es una contradicción vaga que al final de nuestros días se mezclan y quedan en una sola frase que es: yo soy yo. La humanidad busca incansablemente esta respuesta durante su corta vida, pero cuando anhela vivir eternamente deja de ser una búsqueda, y se convierte en una recolección de experiencias, cuyo único sentido es ser feliz. El hombre no podrá ser feliz jamás, ni aun así viva quinientos millones de años, ni así se le entreguen el sol y las estrellas y todos los astros del universo. El hombre jamás sonreirá honestamente, porque su corazón siempre tendrá un vacío como el hambre insaciable, el hombre jamás llorará porque su corazón le miente y le hace reconfortarse en los pecados. El hombre no debe vivir más allá de lo permitido, el hombre debe vivir cuanto sea necesario. Al final del camino, no logramos lo que queríamos… en cierta manera.
Los llevaré por un viaje milenario, donde conocerán nuestra convicción. Soy Odín, líder de los frudikdurs. El Reino es nuestro hogar, o lo era hasta cierto tiempo, ahora después de miles de años de recorridos, hemos olvidado el lugar al que pertenecemos, por eso, no se nos es permitido ser felices, porque no encajamos en ningún sitio y ningún lugar es nuestro hogar. No podemos estar con el hombre porque dejamos de ser humanos y no podemos estar con el Ser porque dejamos de ser sus hijos. Es una vida vacía ahora, llena de dolor pero vacía de felicidad. Pero a pesar de todo, no me arrepiento de mi encrucijada, por la cual conocí tanto y no puedo imaginar otra forma de vivir para mí. Aunque eso significó el sacrificio de mis compañeros y de sus anhelos, pero mi ambición no era solo para mí, sino para ella. La mujer que movió mi mundo y que lo convirtió a un nivel que la felicidad era sinónimo de su nombre [Rhema’z]. Podría escribir interminables libros sobre ella, mas el objetivo de este archivo no es otro sino dejarle a la humanidad un recuerdo de lo que se es capaz de llegar a hacer por ser feliz. Es irónico que viviendo en el Reino no fuéramos felices, pero creo que a cada quien le gusta edificar su futuro con sus propias manos. Sin que otros le digan que es lo que debe hacerse. Esa vida era un engaño, porque no vivíamos para nosotros mismos sino para alguien más.
Cuento con menos de lo necesario para escribir esta historia, que duró siglos y que tomó como costo las vidas de muchos seres, inocentes y culpables, por eso creo que valió la pena. Todo comenzó durante el tercer período del Reino, era la tercera generación de mandatarios y yo estaba apenas en la escuela. El Reino es un lugar majestuoso en cuanto a su belleza, pero era horrible en cuanto a las divisiones y los clanes que imperaban en él. Durante mi niñez, viví con el clan más paupérrimo del Reino, los katrashkas, quienes eran los sirvientes del clan más poderoso, los Noxos, líderes de sangre pura del Reino, quienes tenían como único mandatario al Ser. Dentro del Reino existían doce castas o clanes, el clan Noxo era el más poderoso como dije, y contaba con una selecta cantidad de miembros, su nivel de organización era exquisitamente elevado, se guiaban por estrictos protocolos y reglas, y nadie podía verles a la cara, a menos que se fuera miembro del mismo clan. Durante mi niñez, tuve la suerte de llegar a la casa del nieto del líder de los Noxos, su nombre aun resuena en mi memoria, el excelentísimo Kazah Bales. El tercer en mando del clan, era un hombre solitario y que se relacionaba poco con otras personas, pero en su familia era muy respetado. Era algo joven, pero que no aspiraba a tener su propia familia, sino que sólo quería hacerse más fuerte. Durante mis labores en su hogar, a veces me llamaba, y me pedía que me quitara el hoauri, lo que usábamos las entidades de nivel inferior para no verles el rostro. La primera vez que me pidió retirar mi hoauri me negué pero me dijo que me enseñaría la filosofía noxo pero para ello debía retirar el artefacto de mi rostro. Valga decir que el haber retirado aquel instrumento de mi cara no sirvió de mucho, puesto que perdí la vista. Fue doloroso, pero creo que por un instante pude ver su complexión y era un hombre hermoso. Pero los recuerdos son vagos, perdí el sentido y desperté dos semanas más tarde. Me había clavado una especie de chapa en el área de los ojos, como unos antifaces, pero era de metal helado y tenia las inscripciones de castigo, por haber visto el rostro de un noxo. Pero mi amo no estaba molesto, puesto que fueron sus órdenes, me dijo en ese momento que no temiera a mi destino, que la chapa en mis ojos tenía un significado, puesto que la inscripción de castigo no pudo esculpirse completamente. Eso significaba que mi voluntad era más grande que el poder de cegarme. Que debía aprovechar esa fuerza y que en cuanto pudiera levantarme de la cama en donde yo estaba postrado me incorporaría en la Academia del Reino. Donde aprendería más que al lado suyo. También recuerdo que me pidió disculpas por mi ceguera, y creo que hasta lloró. Y por último, una de las últimas palabras que logré escuchar de él, fue que me apreciaba porque una vez tuvo un hijo y una esposa pero que ya se habían trasladado hacia el otro mundo durante el festival de reencarnación, que es algo parecido al evento de muerte de los humanos. Pero en el Reino tenía otro nombre, más excéntrico o más bonito. Pues, resulta que me dijo que yo tenía un parecido a su hijo, pero que a mi edad se había trasladado por el festival. Al día siguiente un carruaje esperaba en la puerta de la casa de mi amo, no pude despedirme de él. Sólo me llevaron como si fuera un costal con papas, el viaje fue sumamente largo, y me acompañaba un señor muy longevo por su tono de voz, quien apenas me sacaba plática, y yo apenas podía hablar, pues el dolor de la chapa en mi cara se hacía más fuerte. Creo que viajamos durante más de cinco días, sin bajar ni subir del carruaje, y según me iba relatando el anciano el paisaje se iba volviendo más verde e iluminado, pues la villa de los noxos era más grisásea y lúgubre. De repente el señor me preguntó si conocía lo que era la transpotencialización a lo que respondí que no. Dispuso a explicarme con detalles, bueno al menos lo que escuchaba tenía sentido, porque insistió que si mi vista estuviera sana me explicaría con un libro que portaba consigo. Resulta que la transpotencialización es un arte de la antigua civilización Mondú, de la cual el Ser es parte. Este arte se basa en la emisión y recepción de energía vital de un cuerpo hacía otro, con el fin de no dejar al alma del emisor morir o al menos una parte de ella.
Lo interesante era que existían tres tipos diferentes de este arte, el primero el más común era cuando la entidad emisora envía parte o toda su energía a otra entidad, la que puede ser de otro tiempo en el futuro o el pasado. Y que se habilitaba cuando el individuo experimentaba el festival de reencarnación o bien cuando sucesos ajenos a la vida o la muerte se presentaban, como por querer proteger algo. El segundo tipo era aun más interesante, porque se basaba en la transpotencialización del emisor hacia el mismo emisor, para aumentar su fuerza momentáneamente. Pero para llegar a hacer esto de manera voluntaria y sin caer en riesgo de morir el individuo debía poseer un alma pura. Recuerdo que me explicó cómo medir el nivel de pureza, pero eran conocimiento muy complicados para mi infantil mente. De repente el señor guardó silencio durante un largo tiempo.
Entonces insistí en que me explicará el tercer tipo de transpotencialización a lo que me dijo: ‘Temía que me preguntarás por la tercera… pero es que… es un arte tan poderoso, que sólo a los individuos que han logrado hacer los primeros dos tipos se les es permitido realizar un tercer nivel más. Verás chico, el tercer tipo… es un arma.’ Él dijo aquello con una voz tan triste, que me asustó. De hecho mi cuerpo se congeló con las palabras que me dijo después. ‘La transpotencialización final se realiza con el objetivo de destruir la vida, y consiste en emanar incalculable número de veces el poder desde el emisor hasta el mismo emisor, pero con la diferencia del segundo tipo que al hacer la transpotencializacion final, el individuo obtiene la vida eterna y su alma se vuelve más pura. Al grado que… su alma se pone al nivel de Dios. El individuo se convierte en Dios cuando logra esta transpotencialización, y su fuerza y su poder no se agota nunca.’ Cuando terminó su explicación el carruaje se detuvo, pero de forma brusca. El anciano regañó al conductor pero no obtuvo respuesta. La puerta del carruaje fue forzada a abrirse y unos hombres con voces violentas nos exigían salir del vehículo. A lo que atendimos sin dudarlo, porque parecía que fueran muy violentos por la forma en que hablaban, por momentos también noté que hablaban en un lenguaje extraño entre sí. Reconocí que hablaban en evagico, el lenguaje de los noxos.
En lengua que pudiéramos entender preguntaron que quién de nosotros era Odín, y sin pensarlo dos veces les indiqué que era yo. Inmediatamente recibí un golpe que sometió a todo mi cuerpo, con una velocidad y fuerza increíbles. Me dijeron que no podía tripular el carruaje, que debía seguir hacia donde me dirigía a pie, que un katrashka no debía transitar en vehículo por el Reino. Yo la verdad no comprendía nada, si había subido a ese carruaje por voluntad de mi amo. Entonces les expliqué quién me mandaba y hacia dónde me dirigía, pero fue en vano y se echaron a reír. ‘Si tu amo ya está muerto’
Cuando me dijeron eso, supe que estaba sólo nuevamente, al parecer el clan noxo comenzó a reestructurarse ese día y mi amo había perdido todo poder así como el resto de su familia, ahora otra parte del clan dominaba y no podían permitir que los actos que intentarán encontrar equidad entre los diferentes clanes del Reino se llevaran a cabo, como lo quiso hacer conmigo el amo, enviándome a estudiar. Eso significaba mi muerte. El anciano se interpuso en varias oportunidades que tuvieron los hombres de golpearme, pero cuando no podía detenerlos me golpeaban con sus manos, y sentía que el dolor se expandía por todo el cuerpo. Al cabo de un rato perdí el conocimiento, mi memoria esta en blanco desde ese momento hasta que desperté en la academia. Donde pregunté por el anciano, y lo único que dijeron es que yo llegue solo y casi muerto a ese lugar con dos meses de tardanza. Los recuerdos son vagos de esa época, borrosos y hasta podría decir engañosos. Pero seguía con vida y eso valía más que otro hecho, costo por el cual tuve que pagar olvidando el hecho que me hizo sobrevivir. Después de un largo periodo de descanso, pude incorporarme a mis clases, recuerdo que los primeros meses fueron aburridos y sin novedades, hasta el día que la conocí.
Estaba esperando el inicio de mis clases del día, cuando como suave brisa que se cuela por la ventana ella se sentó a mi lado. Me preguntó que a qué clase asistía en ese salón, a lo que contesté y ella con alegría dijo que llevaría la misma materia. Me dijo que estaba trabajando en un proyecto para eliminar las inscripciones de castigo de los noxos, lo que me hizo sentir muy alegre, ella me dijo que es lamentable ver a alguien tan joven con esa carga. Yo le dije que me sentía bien con eso, puesto que fueron órdenes de mi amo las de quitarme el hoauri y que no me arrepentía, eso sí, que a veces se extrañan los colores diferentes al negro de mi ceguera. ‘Te haré ese regalo, un día seré capaz de eliminar la inscripción de castigo de tus ojos, aunque no garantizo que te devuelva la vista.’ Eso me alegró mucho, puesto que a veces el tener eso en los ojos me impedía muchas amistades en la academia, aunque a ella no concurrieran alumnos del clan noxo. ‘He escuchado mucho de ti Odín, el chico que escapó de los noxos y que vive para contarlo, te haré ese regalo. Me llamo Rhema’z.’ Desde ese momento supe que mis días serían diferentes, el destino había preparado ese camino para encontrarme con ella, aunque sigo pensando que fue Rhema’z quien me buscó.
Haber que les parece, aunque de por sí, la trama que presento ahorita es casi similar a algunos de los que ya tenía escritos, pero desde la mera perspectiva de Odín (El personaje principal) y mas en forma de relato que de novela. Pero a ver que tal... n_n
FASE I - CAPITULO 1
“Hubiésemos llegado más lejos, pero cuando la voluntad de los seres es más fuerte que cualquier otra fuerza en el universo, no importaba cuánto nos hubiésemos esforzado… la vida es como un profundo mar, basto y con misterios encerrados en cada gota de agua. Nos limitamos a perder y sacrificar aquellos dones que eran valiosos, con el único objetivo de cumplir nuestros sueños en un mundo donde todo está predeterminado. No tiene nada de malo ser pobre y tener necesidades, no tiene nada de malo tampoco ser rico y hermoso. Ambas cosas son al final lo mismo, y convergen en las mentes del hombre en su último aliento. Me amo, me odio, me amo, me odio, es una contradicción vaga que al final de nuestros días se mezclan y quedan en una sola frase que es: yo soy yo. La humanidad busca incansablemente esta respuesta durante su corta vida, pero cuando anhela vivir eternamente deja de ser una búsqueda, y se convierte en una recolección de experiencias, cuyo único sentido es ser feliz. El hombre no podrá ser feliz jamás, ni aun así viva quinientos millones de años, ni así se le entreguen el sol y las estrellas y todos los astros del universo. El hombre jamás sonreirá honestamente, porque su corazón siempre tendrá un vacío como el hambre insaciable, el hombre jamás llorará porque su corazón le miente y le hace reconfortarse en los pecados. El hombre no debe vivir más allá de lo permitido, el hombre debe vivir cuanto sea necesario. Al final del camino, no logramos lo que queríamos… en cierta manera.
Los llevaré por un viaje milenario, donde conocerán nuestra convicción. Soy Odín, líder de los frudikdurs. El Reino es nuestro hogar, o lo era hasta cierto tiempo, ahora después de miles de años de recorridos, hemos olvidado el lugar al que pertenecemos, por eso, no se nos es permitido ser felices, porque no encajamos en ningún sitio y ningún lugar es nuestro hogar. No podemos estar con el hombre porque dejamos de ser humanos y no podemos estar con el Ser porque dejamos de ser sus hijos. Es una vida vacía ahora, llena de dolor pero vacía de felicidad. Pero a pesar de todo, no me arrepiento de mi encrucijada, por la cual conocí tanto y no puedo imaginar otra forma de vivir para mí. Aunque eso significó el sacrificio de mis compañeros y de sus anhelos, pero mi ambición no era solo para mí, sino para ella. La mujer que movió mi mundo y que lo convirtió a un nivel que la felicidad era sinónimo de su nombre [Rhema’z]. Podría escribir interminables libros sobre ella, mas el objetivo de este archivo no es otro sino dejarle a la humanidad un recuerdo de lo que se es capaz de llegar a hacer por ser feliz. Es irónico que viviendo en el Reino no fuéramos felices, pero creo que a cada quien le gusta edificar su futuro con sus propias manos. Sin que otros le digan que es lo que debe hacerse. Esa vida era un engaño, porque no vivíamos para nosotros mismos sino para alguien más.
Cuento con menos de lo necesario para escribir esta historia, que duró siglos y que tomó como costo las vidas de muchos seres, inocentes y culpables, por eso creo que valió la pena. Todo comenzó durante el tercer período del Reino, era la tercera generación de mandatarios y yo estaba apenas en la escuela. El Reino es un lugar majestuoso en cuanto a su belleza, pero era horrible en cuanto a las divisiones y los clanes que imperaban en él. Durante mi niñez, viví con el clan más paupérrimo del Reino, los katrashkas, quienes eran los sirvientes del clan más poderoso, los Noxos, líderes de sangre pura del Reino, quienes tenían como único mandatario al Ser. Dentro del Reino existían doce castas o clanes, el clan Noxo era el más poderoso como dije, y contaba con una selecta cantidad de miembros, su nivel de organización era exquisitamente elevado, se guiaban por estrictos protocolos y reglas, y nadie podía verles a la cara, a menos que se fuera miembro del mismo clan. Durante mi niñez, tuve la suerte de llegar a la casa del nieto del líder de los Noxos, su nombre aun resuena en mi memoria, el excelentísimo Kazah Bales. El tercer en mando del clan, era un hombre solitario y que se relacionaba poco con otras personas, pero en su familia era muy respetado. Era algo joven, pero que no aspiraba a tener su propia familia, sino que sólo quería hacerse más fuerte. Durante mis labores en su hogar, a veces me llamaba, y me pedía que me quitara el hoauri, lo que usábamos las entidades de nivel inferior para no verles el rostro. La primera vez que me pidió retirar mi hoauri me negué pero me dijo que me enseñaría la filosofía noxo pero para ello debía retirar el artefacto de mi rostro. Valga decir que el haber retirado aquel instrumento de mi cara no sirvió de mucho, puesto que perdí la vista. Fue doloroso, pero creo que por un instante pude ver su complexión y era un hombre hermoso. Pero los recuerdos son vagos, perdí el sentido y desperté dos semanas más tarde. Me había clavado una especie de chapa en el área de los ojos, como unos antifaces, pero era de metal helado y tenia las inscripciones de castigo, por haber visto el rostro de un noxo. Pero mi amo no estaba molesto, puesto que fueron sus órdenes, me dijo en ese momento que no temiera a mi destino, que la chapa en mis ojos tenía un significado, puesto que la inscripción de castigo no pudo esculpirse completamente. Eso significaba que mi voluntad era más grande que el poder de cegarme. Que debía aprovechar esa fuerza y que en cuanto pudiera levantarme de la cama en donde yo estaba postrado me incorporaría en la Academia del Reino. Donde aprendería más que al lado suyo. También recuerdo que me pidió disculpas por mi ceguera, y creo que hasta lloró. Y por último, una de las últimas palabras que logré escuchar de él, fue que me apreciaba porque una vez tuvo un hijo y una esposa pero que ya se habían trasladado hacia el otro mundo durante el festival de reencarnación, que es algo parecido al evento de muerte de los humanos. Pero en el Reino tenía otro nombre, más excéntrico o más bonito. Pues, resulta que me dijo que yo tenía un parecido a su hijo, pero que a mi edad se había trasladado por el festival. Al día siguiente un carruaje esperaba en la puerta de la casa de mi amo, no pude despedirme de él. Sólo me llevaron como si fuera un costal con papas, el viaje fue sumamente largo, y me acompañaba un señor muy longevo por su tono de voz, quien apenas me sacaba plática, y yo apenas podía hablar, pues el dolor de la chapa en mi cara se hacía más fuerte. Creo que viajamos durante más de cinco días, sin bajar ni subir del carruaje, y según me iba relatando el anciano el paisaje se iba volviendo más verde e iluminado, pues la villa de los noxos era más grisásea y lúgubre. De repente el señor me preguntó si conocía lo que era la transpotencialización a lo que respondí que no. Dispuso a explicarme con detalles, bueno al menos lo que escuchaba tenía sentido, porque insistió que si mi vista estuviera sana me explicaría con un libro que portaba consigo. Resulta que la transpotencialización es un arte de la antigua civilización Mondú, de la cual el Ser es parte. Este arte se basa en la emisión y recepción de energía vital de un cuerpo hacía otro, con el fin de no dejar al alma del emisor morir o al menos una parte de ella.
Lo interesante era que existían tres tipos diferentes de este arte, el primero el más común era cuando la entidad emisora envía parte o toda su energía a otra entidad, la que puede ser de otro tiempo en el futuro o el pasado. Y que se habilitaba cuando el individuo experimentaba el festival de reencarnación o bien cuando sucesos ajenos a la vida o la muerte se presentaban, como por querer proteger algo. El segundo tipo era aun más interesante, porque se basaba en la transpotencialización del emisor hacia el mismo emisor, para aumentar su fuerza momentáneamente. Pero para llegar a hacer esto de manera voluntaria y sin caer en riesgo de morir el individuo debía poseer un alma pura. Recuerdo que me explicó cómo medir el nivel de pureza, pero eran conocimiento muy complicados para mi infantil mente. De repente el señor guardó silencio durante un largo tiempo.
Entonces insistí en que me explicará el tercer tipo de transpotencialización a lo que me dijo: ‘Temía que me preguntarás por la tercera… pero es que… es un arte tan poderoso, que sólo a los individuos que han logrado hacer los primeros dos tipos se les es permitido realizar un tercer nivel más. Verás chico, el tercer tipo… es un arma.’ Él dijo aquello con una voz tan triste, que me asustó. De hecho mi cuerpo se congeló con las palabras que me dijo después. ‘La transpotencialización final se realiza con el objetivo de destruir la vida, y consiste en emanar incalculable número de veces el poder desde el emisor hasta el mismo emisor, pero con la diferencia del segundo tipo que al hacer la transpotencializacion final, el individuo obtiene la vida eterna y su alma se vuelve más pura. Al grado que… su alma se pone al nivel de Dios. El individuo se convierte en Dios cuando logra esta transpotencialización, y su fuerza y su poder no se agota nunca.’ Cuando terminó su explicación el carruaje se detuvo, pero de forma brusca. El anciano regañó al conductor pero no obtuvo respuesta. La puerta del carruaje fue forzada a abrirse y unos hombres con voces violentas nos exigían salir del vehículo. A lo que atendimos sin dudarlo, porque parecía que fueran muy violentos por la forma en que hablaban, por momentos también noté que hablaban en un lenguaje extraño entre sí. Reconocí que hablaban en evagico, el lenguaje de los noxos.
En lengua que pudiéramos entender preguntaron que quién de nosotros era Odín, y sin pensarlo dos veces les indiqué que era yo. Inmediatamente recibí un golpe que sometió a todo mi cuerpo, con una velocidad y fuerza increíbles. Me dijeron que no podía tripular el carruaje, que debía seguir hacia donde me dirigía a pie, que un katrashka no debía transitar en vehículo por el Reino. Yo la verdad no comprendía nada, si había subido a ese carruaje por voluntad de mi amo. Entonces les expliqué quién me mandaba y hacia dónde me dirigía, pero fue en vano y se echaron a reír. ‘Si tu amo ya está muerto’
Cuando me dijeron eso, supe que estaba sólo nuevamente, al parecer el clan noxo comenzó a reestructurarse ese día y mi amo había perdido todo poder así como el resto de su familia, ahora otra parte del clan dominaba y no podían permitir que los actos que intentarán encontrar equidad entre los diferentes clanes del Reino se llevaran a cabo, como lo quiso hacer conmigo el amo, enviándome a estudiar. Eso significaba mi muerte. El anciano se interpuso en varias oportunidades que tuvieron los hombres de golpearme, pero cuando no podía detenerlos me golpeaban con sus manos, y sentía que el dolor se expandía por todo el cuerpo. Al cabo de un rato perdí el conocimiento, mi memoria esta en blanco desde ese momento hasta que desperté en la academia. Donde pregunté por el anciano, y lo único que dijeron es que yo llegue solo y casi muerto a ese lugar con dos meses de tardanza. Los recuerdos son vagos de esa época, borrosos y hasta podría decir engañosos. Pero seguía con vida y eso valía más que otro hecho, costo por el cual tuve que pagar olvidando el hecho que me hizo sobrevivir. Después de un largo periodo de descanso, pude incorporarme a mis clases, recuerdo que los primeros meses fueron aburridos y sin novedades, hasta el día que la conocí.
Estaba esperando el inicio de mis clases del día, cuando como suave brisa que se cuela por la ventana ella se sentó a mi lado. Me preguntó que a qué clase asistía en ese salón, a lo que contesté y ella con alegría dijo que llevaría la misma materia. Me dijo que estaba trabajando en un proyecto para eliminar las inscripciones de castigo de los noxos, lo que me hizo sentir muy alegre, ella me dijo que es lamentable ver a alguien tan joven con esa carga. Yo le dije que me sentía bien con eso, puesto que fueron órdenes de mi amo las de quitarme el hoauri y que no me arrepentía, eso sí, que a veces se extrañan los colores diferentes al negro de mi ceguera. ‘Te haré ese regalo, un día seré capaz de eliminar la inscripción de castigo de tus ojos, aunque no garantizo que te devuelva la vista.’ Eso me alegró mucho, puesto que a veces el tener eso en los ojos me impedía muchas amistades en la academia, aunque a ella no concurrieran alumnos del clan noxo. ‘He escuchado mucho de ti Odín, el chico que escapó de los noxos y que vive para contarlo, te haré ese regalo. Me llamo Rhema’z.’ Desde ese momento supe que mis días serían diferentes, el destino había preparado ese camino para encontrarme con ella, aunque sigo pensando que fue Rhema’z quien me buscó.
Haber que les parece, aunque de por sí, la trama que presento ahorita es casi similar a algunos de los que ya tenía escritos, pero desde la mera perspectiva de Odín (El personaje principal) y mas en forma de relato que de novela. Pero a ver que tal... n_n
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