Bueno, este es cuento que escribí para participar en la primera versión del Concurso nacional del cuento, en Colombia.
Espero que les guste.
Ni siquiera pasé de la segunda ronda U_u
Espero que les guste.
Edito. La calificación la puso un mela que hizo spam; no la puse yo mismo, ni mucho menos xP.El sacrificio
Hacia un calor inconcebible aquella tarde, sin embargo, la frescura que sentía en el estómago cuando la vio, aplaco todas ansias de beber, y quiso darle un trago a la belleza innata que se acercaba, radiante. Claramente ella no sabía que existía; Se limito a pasar, llenando de una alegría sobrecogedora la plaza central, hasta las estatuas, sombrías de fría piedra, parecían tornarse resplandecientes; Pensó en hablarle, mas antes de escoger las palabras, la dulce voz le dijo:
-Buenos días. – El muchacho pensó su respuesta y dijo:
-B-bue… - Ella no lo escuchaba ya.
-
La figura siguió su camino y saludó, (Aunque mas alegremente) A otro joven mozo, y este le devolvió el saludo con un beso.
El muchacho tomó un sorbo de agua y siguió a su casa. Si al menos se atreviera a hablarle, sería una amistad humana.
-Una amistad mortífera- dijo una voz en su cabeza, la cual sabía que eso era cierto.
La deseaba tanto que una amistad así lo hubiera carcomido aun más que en aquel momento.
Se dispuso a seguir hacia su casa cuando recordó lo sucedido el año pasado, sabía que uno de los sabios de aquel tiempo pudo realizar un hechizo; Un hechizo que logro que una persona, fuera controlada por completo. Ni siquiera lo pensó y se dirigió hacia el lugar donde habitaba el hechicero.
-Buenos días – Dijo la voz temblorosa del muchacho, pero al recordar la imagen de aquella esbelta figura pasando por su lado, su voz adquirió un tono vehemente. – Necesito algo que logre el amor de una persona hacia otra permanentemente, sin importar el sacrificio que se tenga que hacer.
El hechicero era un hombre de túnica raída y llamativa que se encontraba sentado en un tablón, su expresión pasó de incredulidad a un dejo de regocijo en sus ojos; La voz del hombre era etérea, mas al cabo de tres palabras la mente de aquel muchacho se excitó casi al máximo.
-Eso es posible – fue lo único que oyeron los oídos de aquel joven.- Sin embargo, se necesita, como usted propone, un sacrificio, insignificante.
El hombre de la raída túnica se levanto. Era bastante mal parecido, sin embargo sus ojos denotaban sabiduría e intimidaban a cualquiera; Al regresar, el hombre traía consigo una pequeña caja con runas grabadas en su exterior, era pequeña y negra, pero al abrirla se expandió un resplandor, hubo un brillo rojo en los ojos del hechicero al ver el anillo, que esta contenía y un dejo de recuerdo, pero nuestro amigo tampoco lo notó.
-Si logra ponérselo en el dedo índice de la mano izquierda, ella quedara totalmente enamorada del primer hombre que vea, que será usted por supuesto, ya que el anillo emite un resplandor que logra que solo pueda ver a la persona que se lo otorga, por unos instantes. ; Pero si usted se casa con la dama, deberá otorgarme a mí, el dedo índice de ella, junto con el anillo, de regreso. Aquel es el único sacrificio.
El hombre no lo pensó, Se llevo el anillo y corrió a su casa en busca de un traje, compró unas flores, y prosiguió su camino hacia la morada de la joven, que solitaria en una colina vivía.
Un renovado sentimiento de valor lo atacó y llamó a la puerta, la figura apareció, y el, de repente, le ofreció en la puerta las flores y arrodillado le brindó el anillo. La muchacha se mostró incrédula pero sus labios no se despegaron, lo aceptó y a punto de ponérselo en el dedo equivocado, cambio de opinión (tal vez por la magia del anillo) y lo ubicó en el correcto.
Al cabo de un año nació una pequeña, y su padre se mostraba tenso, ya que al verla, vio en sus ojos, cierto resplandor rojo. Recordó entonces el padre con totalidad al hechicero y todo lo que no vio, se mostró en su mente. Un temor inmenso lo invadió aunque no sabia porque. Una sombra cruzó la habitación donde se hallaban y se posó en aquella pequeña criatura, tras unos instantes, una voz estremeció el lugar diciendo:
Has olvidado el sacrificio prometido, y la historia ya sucedida se repetirá, ocuparas mi lugar y yo el tuyo, y por olvidar olvidarás todo, perderás el amor y yo lo encontraré
Unos cuantos días pasaron, y el hombre de túnica raída, el hechicero, salía ensimismado de aquel pueblo, mientras un hombre de ojos rojo brillante lo miraba con desprecio.
Ni siquiera pasé de la segunda ronda U_u
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