DC ORIGINES:Superman

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DC Origenes:Superman

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“Al principio, muchos de nuestros sueños parecen imposibles; después, parecen improbables,
y entonces, cuando sacamos voluntad, pronto se vuelven inevitables”.
Christopher Reeve

Jerry Siegel medita durante un buen rato antes de responder. No es una pregunta fácil y mientras recapacita cuál va a ser su respuesta, por su mente pasan todos los recuerdos, mezcla de esfuerzos, alegrías y sacrificios, que le han llevado a donde está ahora. “Siempre creímos que teníamos algo que era diferente”, sentencia mientras alza la vista. “Sabíamos que era algo que el público se llevaría consigo a su corazón. Teníamos a un gran personaje y sabíamos que se acabaría publicando”. Fácil respuesta ante la pregunta sobre cuáles eran sus sensaciones al crear a Superman, icono nacido de un sueño que empezó siendo algo imposible, poco a poco se convirtió en algo improbable hasta que, al final, tras la voluntad y empeño de dos jóvenes residentes de Cleveland en los años 30, se volvió inevitable.

Jerry Siegel y Joe Shuster se conocieron en el instituto y, desde el primer momento, les unió su pasión por las historias de corte fantástico, con héroes espaciales, planetas distantes y aventuras como las que nadie había vivido hasta entonces. Era la semilla de lo que hoy día conocemos como ciencia ficción. Siegel y Shuster se empaparon de historias cortas, tiras de prensa, novelas, fanzines y cuanto material estuvo a su alcance para, una vez asimilado, crear sus propias aventuras. Uno de los primeros conceptos que nació de sus mentes fue el del superhombre. Primero lo hizo como un villano en un relato corto llamado El reinado del superhombre, para inmediatamente después convertirse en un héroe algo rudimentario en su vestimenta (camiseta negra y vaqueros) pero con un gran poder. A la ilusión de estos dos jóvenes les llegó la cruda realidad en forma de rechazos por parte de todas las editoriales. Sin embargo, no se echaron atrás. Siguieron trabajando en el concepto del superhombre, aun cuando ambos consiguieron trabajo con otras series (como Slam Bradley o Henri Duval) en National, una de las editoriales más importantes que acabó convirtiéndose en lo que hoy se conoce como DC Comics.

El sueño de Siegel y Shuster seguía siendo publicar una tira de prensa con un héroe de corte circense, ataviado con un traje de colores rojo, azul y amarillo, que podía saltar por encima de grandes edificios de un solo impulso. Este héroe, bautizado definitivamente como Superman, no pudo vencer a los diarios, quienes rechazaron una y otra vez la idea. Por suerte, la voluntad de Siegel y Shuster, pese a verse mermada, no decayó en ningún momento. Ambos guardaron la copia de Superman a buen recaudo. Quizá hoy no era el momento. Pero sabían que tarde o temprano lo sería. Presentaron la propuesta a National, quien también la rechazó hasta que se vio en la necesidad de añadir contenido nuevo a la serie Action Comics, cuyo primer número saldría con fecha de portada de junio de 1938. La necesidad de los editores de National por obtener material de la forma más rápida posible con tal de llegar a las fechas de entrega les dio la oportunidad que Siegel y Shuster creían, hasta entonces, imposible. Remontaron las viñetas de la tira de prensa de Superman para que se adaptara al formato cómic que requería la editorial y, de esa manera, pronto el éxito del Hombre de Acero se volvió inevitable.

A raíz del Action Comics núm. 1, una ingente cantidad de superhéroes empezó a abarrotar las publicaciones de National, las de la competencia y los diarios. Pero no se quedó ahí. El personaje saltó al instante a otros medios, como seriales radiofónicos y cinematográficos, series de animación, de televisión y superproducciones de cine. Superman estuvo presente en todo tipo de lo que hoy se conoce como merchandising, propiciando el concepto de lo que hoy día conocemos como franquicia en relación a un personaje de cómic desde sus inicios.

El sueño de Siegel y Shuster se convirtió en realidad. Como bien indicaba Siegel, sabían que el material era bueno y aunque todos le dijeran lo contrario, ellos siguieron sacando voluntad para luchar por lo que creían, tanto en los buenos momentos como en los altibajos que sufrieron a lo largo de sus carreras. El reconocimiento autoral y mediático se les otorgó por fin tras el estreno en 1978 de Superman, The Movie, dirigida por Richard Donner con un inolvidable Christopher Reeve como el Último Hijo de Krypton. Esta película, al igual que el Action Comics núm. 1, preparó el camino para multitud de adaptaciones de personajes de cómic al celuloide con un enfoque como nunca se había llevado a cabo: con verosimilitud.

Años después de la muerte de Siegel y Shuster, Superman sigue entre nosotros tanto en papel como en series de animación (como la excelente Superman: The Animated Series de Bruce Timm), de televisión (como Lois y Clark o Smallville) e incluso nuevas adaptaciones a cine, con ejemplos tan reconocibles como Superman Returns, de Bryan Singer, o Superman: The Man of Steel, de Zack Snyder. Por muchas reinvenciones, adaptaciones y enfoques que viva el personaje a lo largo de los años, ya sea en alguno de los medios listados o en las propias páginas de sus cómics, Superman siempre permanecerá como un referente indisoluble del género superheroico. Es por ello que en DC Comics, cada cierto tiempo se revisa el origen del Hombre de Acero para ir adaptándolo a las nuevas generaciones que se acercan a sus historias. Ese es el caso de DC Orígenes: Superman.

En esta obra, Geoff Johns y Gary Frank no solo presentan el origen del personaje más reconocible de todos los superhéroes, sino que lo hacen integrando todas y cada una de las versiones que ha tenido Superman y que se han ido mencionando previamente. Johns reúne bajo un solo techo más de 70 años de historias de los cómics, el cine y la televisión para ofrecer una perspectiva única y, a la vez, reconocible por todos. Hay escenas que beben directamente de varias fuentes, como la primera aparición de Superman que recuerda a la vista en Superman, The Movie, eso sin olvidar el excelente trabajo del dibujante al plasmar a Christopher Reeve en todos y cada uno de los planos del personaje; la típica pose de foto que realiza Jimmy Olsen, en un glorioso blanco y negro que recuerda a la pose del inicio de la serie Superman de George Reeves de los años 50; la relación entre Lois y Clark en busca de una buena historia, como hacían Dean Cain y Teri Hatcher en la serie de TV Lois y Clark; o incluso un detalle tan nimio como la vestimenta de un joven Clark Kent en su pueblo natal, reflejo directo de los atuendos que llevaba Tom Welling en las primeras temporadas de Smallville. Johns incluso se permite introducir guiños al resto del Universo DC, universo ficticio que nació con la primera aparición de Superman, con la visita de la Legión de Superhéroes o ese libro escrito por un tal Saul Erdel sobre vida en otros planetas. Eso por no mencionar el lavado de cara de villanos clásicos de los cómics como Parásito o Metalo, sin olvidar a la mente criminal más grande de nuestro tiempo: Lex Luthor.

La historia en sí es conocida por todos pero Johns consigue que lo viejo sea nuevo otra vez, narrando el cambio del joven Clark Kent a Kal-El y, posteriormente, a Superman, un cambio que si bien al principio parece algo imposible, pronto se vuelve inevitable para la evolución del personaje tal como se relata en estas páginas. Superman es el héroe por antonomasia, su figura necesita inspirar a la retahíla de héroes que inundarán DC a partir de ahora, por lo que por mucho que al principio Clark no quisiera abrazar su legado, es algo que todos sabemos que es inevitable, igual de inevitable que su amor platónico con Lana Lang, su inmejorable relación con sus padres adoptivos, su puesto de trabajo en el Daily Planet, la relación de amistad que se irá construyendo con los años con Jimmy Olsen, su enemistad con Luthor y su amor puro y absoluto por Lois Lane.

Todo ello conforman los elementos que hacen de Superman uno de los pilares fundamentales para entender el inevitable éxito del género superheroico durante los últimos 70 años. Este volumen representa así un punto de partida ineludible para empezar a maravillarse con uno de los personajes más queridos por todo el mundo. Por muchos prejuicios que uno pueda tener contra Superman, por mucho que uno crea que es imposible que este personaje pueda decirle algo, a medida que uno vaya pasando estas páginas verá que en realidad, caer rendido ante Superman es algo inevitable.


David Hernando
 
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